Un recorrido en tren de gran placer

Recien casado tuve mi primera experiencia con otro hombre en un tren.

Llevo varios relatos escritos y todos son experiencias que he tenido, aunque la mayoría de ellas sucedieron hace muchos años.

Voy a contar mi primera experiencia con un hombre, que me sucedió al poco tiempo de estar casado. Tal vez no sea la más excitante, pero para mí si fue la que me hizo dudar mucho sobre mi condición sexual.

Como he dicho antes hacía tres meses que estaba casado y contaba con 23 años, era alto 1,76 constitución delgada, 60 Kg pelo castaño, y ojos marrones. Era una persona atractiva, no guapo pero tampoco feo, la verdad es que tenia éxito, me gustaba la ropa buena y siempre e sido una persona presumida.

Yo trabajaba en Barcelona en un despacho y vivía a 30 Km de distancia, usando el tren diariamente para trasladarme. Lo cogía por la mañana a las 7 horas y regresaba por la tarde sobre las 6 horas.

Por las mañanas normalmente iba medio dormido y no reparaba con la gente que se sentaba a mi lado. Pero por las tardes la cosa cambiada, mis miradas eran más intensas sobre la gente que me rodeaba.

Era un día normal, que me disponía a coger el tren para regresar a mi casa. Como siempre la estación donde me subía era la Plaza Cataluña, que era el principio del recorrido, y siempre encontraba lugar para sentarme al lado de la ventanilla.

En las estaciones sucesivas se iba llenando, porque era una hora punta y tanto estudiantes como trabajadores utilizaban este servicio.

Como aquel que nada empecé a observar la gente que se encontraba de pie, cruzando la mirada con un hombre que se encontraba de pie, un poco más mayor que yo y de aspecto normal.

Nunca antes me había pasado esto, sin conocerlo de nada y siendo la primera vez que lo veía, mi corazón me dio un sobresalto. Además, no era guapo ni tenia un cuerpo diez, pero en cambio me llamo mucho la atención. Cada vez que lo miraba él me miraba, y así durante varias estaciones, hasta que el tren empezó a vaciarse, quedando un asiento libre enfrente de mí.

Al cabo de un rato se sentó delante, y yo como que no le daba importancia a su presencia miraba por la ventanilla el paisaje, así paso varios minutos, hasta que con el vaivén del tren note que su pierna rozaba la mía, y cada vez era más notable que no era casual.

Yo nunca antes había tenido ninguna experiencia homosexual, pero dentro de mi interior sabía que algo me llamaba, me atraía aquel hombre, así que intente relajarme y ver que pasaba.

Como me mantenía inmóvil, el chico encendió un cigarrillo y con el encendedor llamó mi atención para que le mirase a la cara, bajando su mirada hasta que yo deposite la mía en su entrepierna, que en esos momento note su paquete, por lo ajustado de sus pantalones que tenia una erección potente y que el tío hacia mover su polla, para que yo notase que estaba en plena forma esperando algo por mi parte.

No sabía como actuar, y más en un lugar público. Suerte que el tren se fue vaciando y quedamos prácticamente los dos solos.

Se levanto y se fue hacia la parte de la plataforma donde están las puertas para bajar. Pensé, por fin se va. Pero quise asegurar que bajaba en la próxima estación y me levante para confirma que se iba, cuando otra vez se cruzaron nuestras miradas, sentándome rápidamente en mi lugar, confiando que él no me había visto. Pero nada al poco rato lo tuve otra vez sentado a mi lado.

Eso si fue el máximo estaba más que excitado y súper empalmado. De repente note su mano sobre mi paquete y ya no pude resistirme. Empezó las apretadas de mi polla, los huevos. Con una mano me sobaba mi entrepierna y con la otra me había desabrochado la camisa para acariciarme el pecho.

Era una situación que me superaba, nunca antes un hombre me había metido mano, pero me gustaba, así que decidí continuar, me desabroche la correa del pantalón y me baje la cremallera, poniéndome encima una chaqueta que llevaba para así intentar tapar algo y que nadie nos pillase. Él con su mano ágil, saco mi pene de los bóxer, que se encontraba muy mojado por la excitación, y empezó él sube y baja a ritmo lento. Me estaba retorciendo, me dolían los huevos, quería que no se terminase, OH que paja, que maestro, nunca antes me habían trabajado tan bien mi herramienta. Pero todo lo bueno llega a su fin y lo que en un principio era lento, le suplicaba que acelerase pues ya llegaba la gran expulsión de placer.

Empezó el ritmo acelerado de tal forma que en poco llego la gran eyaculación, tuve que intentar cerrar la boca para no dar un aullido de placer, y allí fue el primer chorro, seguido del segundo, tercero, cuarto etc. etc., todo mi ser temblaba, era maravilloso.

Poco a poco me fui reponiendo y me intente acomodar mi ropa, pues mi estación llegaba a su destino.

Mi compañero se limpio con un clinex, mientras yo me abrochaba los pantalones, levantándose rápidamente y desapareciendo de mi vista.

Aunque intente localizarlo, no lo encontré. Yo continué haciendo este trayecto durante varios meses, y siempre miraba de ver si lo localizaba, pero nunca más supe de él

Besos