Un rayito de esperanza

Nicole y terry un amor eterno

UN RAYITO DE ESPERANZA

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Un día alguien me dijo "nunca creas que eres una de tantos, que en tu vida nunca ocurrirá nada extraordinario. Quizás no llegues a ser una famosa actriz, ni ganes el premio Pullitzer, pero si abres los ojos, la mente y el corazón te darás cuenta que lo que más atesoraras esta mas cerca de lo que tu crees". En aquel entonces no le preste atención, era una joven de tantas de clase media, tenía una carrera, y un novio. Sin embargo, sentía un vacio en mi interior, algo me faltaba y no podía precisar que era, y esa sensación me angustiaba.

Una mañana estuve paseando por el parque que está cerca a mi casa, era comienzos de la primavera, las calles volvían a llenarse de vida, y los niños salían disparados de sus casas disfrutando su reciente libertad. Me detuve a observar su inagotable energía y sonreí al recordar aquellos días en que mis grandes preocupaciones eran los juegos, los exámenes y un amor precoz !Dichosos aquellos años!.

De pronto una voz captó mi atención, era un predicador que había logrado cautivar a un grupo numeroso, me acerqué interesada en lo que decía.

-"Alguna vez se han preguntado por qué estamos aquí? Hacia dónde vamos?. ¡Hum! Estamos aquí por alguna maldito accidente, o quizás por Dios, cualquiera sea la razón, parece ser que nuestra misión es cumplir el ciclo de la vida y entonces morir. El predicador continuo dando mas énfasis a sus palabras, y moviendo incesantemente sus manos.

-"Sabían ustedes que hay animales que pueden vivir centenares de años como algunas clases de tortugas marinas?. Entonces si el hombre es la creación suprema del universo por qué es que su vida se asemeja a una neblina que viene y se va?. Buena pregunta a Dios o a la evolución.

-"Si esta vida es todo cuanto hay -continuo en tono dramático- entonces adoptemos la filosofía de los epicúreos 'bebamos y comamos porque mañana hemos de morir'. Cada uno de nosotros precisa hallar las respuestas a las interrogantes que nos inquieta, y que se resume en una sola pregunta qué propósito tiene la vida?

El público aplaudió con devoción renovada.

Me alejé antes de sentirme comprometida a abrazar alguna fe. No es que sea una atea confesa, creo que el orden y el diseño que se observa en la naturaleza no pudo ser producto de una fuerza ciega sin dirección. Hubo un tiempo en que pensé que la religión me ayudaría a llenar ese vacío que sentía, pero muchas de ellas me desilusionaron porque procuraban ocultar lo que condenaban en público.

Del grupo que se había reunido alrededor del predicador sabía que habría quienes pronto olvidarían lo que hoy habían escuchado; otros serían como mi amigo Juan quien tuvo un s úbito interés por la religión, mas al darse cuenta que su estilo de vida no encajaba con la iglesia, se decidió por lo que mas le agradaba seguir en su mundo; habría quienes se conformarían con pasarlo lo mejor posible, total la vida es breve y complicada por que perder el tiempo en cuestiones profundas. "Bebamos y comamos porque mañana hemos de morir".

No obstante,existirían personas que sinceramente buscarían las respuestas a sus inquietudes. En cual de estos grupos me encontraba yo? Estaba cuestionandome si todo lo que había logrado hasta este momento tenía el valor que un día les había dado.

Tenía buenos amigos, y me consideraba afortunada, pues había conocido personas que afirmaban no tener ni necesitar amigos, porque un día, según decían, esos amigos se convertirían en enemigos. Me estremecía esa clase de pensamiento.

Me iba bien en mi profesión, trabajaba para un importante periódico, mi columna era una de las mas leídas. De vez en cuando recibía alguna propuesta matrimonial a lo que amablemente respondía que mi corazón ya tenia dueño. Dueño? Era Luis Ángel realmente el dueño de mi corazón? Empezaba a dudarlo, y me sentía culpable, pues era un hombre bueno, trabajador, amoroso, qué mas podía pedirle a la vida?

Me gustaba hacer el amor, disfrutar de mis amistades, siempre teniendo algo que hacer, pero cuando todo ese bullicio y ajetreo se calmaba, y estaba en mi habitación sin mas vida que la mía, volvía a sentir se vacío y esa desesperación que ya formaba parte de mi rutina.

Una noche acostada en mi cama, mirando al vacío, me hallé preguntando. En dónde estas? No entendía porque mi subconsciente había formulado esa pregunta, en quién estaba pensando?

Al no poder satisfacer mi necesidad... espiritual? Investigué las filosofías humanas, no me fueron de mucha ayuda pues exaltaban el conocimiento y el ego, recordé una frase bíblica "el conocimiento hincha, pero el amor edifica". Sería la respuesta el amor? Acaso no vivía rodeada del amor de los mios?. "El amor nunca falla", escribió alguna vez el apóstol Pablo, a que clase de amor se refería? Conozco a muchos que objetarían dando diferentes razones, ya sea que un amor los traicionó, o que ese amor vivía mas para si mismo que para compartir con su pareja, o familia. Que clase de amor sería este qué no fallaría ante las adversidades y tentaciones?

Un día recibí una carta que llenaría gradualmente ese vacío que sentía.

Querida Terry:

No hay duda que usted a contribuido al bienestar emocional de muchas personas que leen su columna "Un rayito de esperanza" brindándoles precisamente eso, un rayito de esperanza a sus almas atribuladas. Sin embargo, se que usted no es feliz, acaso se estará cuestionando si todo lo que a logrado hasta ahora valdrá la pena? Y si la vida tiene sentido?

Atentamente.

N.L

Me sorprendió leer esta carta, quien era esta persona que no daba su nombre, solo sus iniciales, y que parecía conocerme.

Me alarmé acaso estaría fracasando como consejera? En mi calidad de psicóloga tenía que mostrar un espíritu optimista, alegre, confiado y seguro. Al leer mi columna mis lectores tenían que recibir el mensaje de que siempre es posible hacer frente a las tormentas de la vida, y salir mas fortalecidos de esa experiencias. Mis lectores solían escribirme agradecidos, por mis consejos prácticos y animosos. Entonces cómo esta persona pudo ver lo que celosamente guardaba en mi corazón?

Tras dudarlo un momento decidí responder, el sobre no traía dirección pero si un email anotado.

Querido(a)N.L.

Como profesional que ama su profesión siempre me esfuerzo porque mis lectores vean en mi una amiga que se interesa genuinamente en su bienestar, se que una palabra amable y sincera a su debido tiempo puede traer esperanza y paz a un ser afligido. Me sorprende de que usted me cuestione sobre asuntos que deberían estar muy claros en mi. Será qué mi forma de escribir esta expresando un punto de vista negativo? Si es así, por favor, hagamos ver, pues de corazón deseo ayudar, a los demás.

Espere su respuesta ansiosa y asustada como un reo que pronto escuchará la sentencia de un juez. N.L. quién serás?

Otra vez recibí un sobre y pegada a ella una rosa amarilla, no nombre, ni dirección, solo un email, parece que así será nuestra comunicación...

¡Uy! de pronto recordé que por mi nerviosismo mi email no lo termine con el clásico "Saludos cordiales. Terry". Qué pensará de mi? Qué me sentí ofendida por su sincera observación? Veamos que dirá en su carta.

Querida Terry:

Usted es una de las pocas personas que me ha cautivado con su columna. Fácilmente se aprecia que usted se interesa por los demás. Si cada uno de nosotros mostráramos real interés por nuestro prójimo !Cuántos problemas del mundo se resolverían!, ya no habrían fronteras, habría corazones.

Se por lo que he observado, y por la experiencia que da los años, que hay personas que se sienten solas aunque estén rodeadas de seres que no dejan de hablarle. Se que el casarse no garantiza que se satisfará el deseo de compañerismo, y se que las personas mas "alegres" aquellas que asisten cada fin de semana a una reunión de bebidas y amigos suelen ser las personas mas solitarias que existen. Y, se que hay hombres y mujeres que se ven involucradas en relaciones amorosas y pasajeras que no son ajenas a la soledad. Se que se arman todo ese alboroto en sus vidas para no escuchar esa vocecita constante que les dice que están vacíos y solos. Así también, aunque no lo parezca, también hay personas que se dan por entero al servicio de los demás para no escuchar esa voz, mas quizás en estas personas se aprecia mas un rayito de esperanza, porque al ayudar a otros dejan de centrarse en si mismos, y están mas dispuestos a escuchar otra vocecita que les dice "vamos, no estas solo, si abres los ojos, y miras alrededor encontraras la respuesta a lo que estabas buscando.

Atentamente.

N.L.

"Si abres los ojos, y miras a tu alrededor" esas palabras se parecían a lo que una vez me dijo el director del periódico, hombre sabio, y de buen carácter. Lo echaba de menos hacia un año que había muerto, y ahora dos de sus hijos se ocupaban del periódico. El buen señor había tenido el criterio de entrenarlos antes de que falleciera de cáncer para que no echaran a perder tantos años de esfuerzo.

La correspondencia entre nosotros se sucedieron uno tras otro, y en cada carta sentía que algo cambiaba en mi vida, quién era ese personaje misterioso qué tenía tal efecto en mi?

Un día dejó de escribir, cuando transcurrió tres meses me convencí que no recibiría mas un sobre con una rosa amarilla pegada en ella. Me entristeció pues me había acostumbrado a recibirla cada viernes.

Sentada en mi escritorio, saqué de mi gaveta, una de sus últimas cartas, acaricié el sobre como si pudiera acariciar a N.L. Era curioso pero nunca preciso en sus cartas si era hombre o mujer, no escribía nada personal.

N.L. nunca sabré tu nombre, no me dejaste ninguna dirección, ni teléfono, solo un email el cual ya no contestas, cómo podría buscarte. Me hiciste conocerte, conocerme, y me dejaste sin despedirte. Esta bien si así lo quieres, así será.

Desde el principio era fácil deducir que el sobre era depositado directamente en el buzón del periódico, pues solo estaba escrito el nombre de mi columna, y su email, junto con la rosa amarilla. En ocasiones, hice vigilancia para tratar de descubrirlo, o descubrirla, pero nunca vi que alguien depositara un sobre de esas características, la mayoría de las personas preferían enviar un email que es mas rápido y seguro. Es curioso, pero en este mundo dominado por el Internet siempre sera mas cálido y personal recibir una carta.

Después de pensar en estas palabras me di cuenta casi al instante lo que me había estado haciendo falta, busqué apresuradamente la última carta de N.L.

Querida Terry:

Conoce usted el amor qué no tiene límites?, no lo forma el lazo de sangre, ni un simple cariño ni el amor pasional. Es el amor profundo e incondicional que se siente por alguien no solo porque el, o ella, nos hace sentir bien a nosotros, sino porque nos nace del alma amar, cuidar y proteger al que es objeto de nuestro amor, sin egoísmos, ni condiciones. Implica compañía que va mas allá del contacto físico. Es sentirse libre de expresar lo que realmente se siente y piensa, porque esta seguro que su amor no lo tomara como algo insignificante. El verdadero amor no acepta las cosas superficiales sin sentido,saca a relucir lo mejor de la persona. El verdadero amor nunca falla.

Atentamente

N.L.

Al terminar de leer me di cuenta que era el amor verdadero y profundo lo que me hacia falta. Me di cuenta que Luis Ángel y yo solo pensábamos en función "a lo que me hace feliz a mi". Estoy con Luis Ángel porque me hace sentir bien a "mi", y y el esta conmigo porque "lo" disfruta.

Esa noche cuando llegué a casa me convencí de lo que pensaba. Cuando cruze la puerta el me recibió con una sonrisa y un abrazo, tras preguntarme como me había ido durante el día, y cenar nos fuimos a la cama.

El empezó a acariciarme, y a decirme palabras bonitas, sabía su oficio. Mi cuerpo respondió ante el estimulo y me dejé llevar. Disfrutaba hacer el amor, sentirlo dentro de mi, desesperarse por mis caricias, y su deseo, me pregunté cuan maravilloso serían nuestros encuentros si le entregara no solo mi cuerpo también mi alma. Luis Ángel, ya dormía y me abrazaba, habíamos tenido sexo pero realmente no había hecho el amor. Mañana estaría ocupado en sus finanzas, y volvería a buscarme cuando sintiera el deseo de hacer el amor. No quería aun responsabilidades serias como un matrimonio, o tener hijos. Debemos seguir trabajando para el futuro, solía decir, futuro? tenía futuro lo nuestro?

Definitivamente era aquel amor profundo y verdadero lo que me hacia falta, aquel amor por lo que uno estaría dispuesto a renunciar a todo por estar con la persona amada. Aquel amor que muchos considerarían romanticismo no práctico.

Era fin de semana y me hallaba en la casa de unas amigas, cuando a una de ellas se le cayó una foto.

-Y quién es este bombón? -lo recogí para entregárselo.

-Déjame ver -me lo quitó de la mano Claudia... -Este no es tu esposo, quién es? acaso es el otro? -dijo en tono de broma.

-¡Esta hecho un cuero! !Buena la elección!

-Quién es Rosy? -le pregunté al ver su rostro serio- si se puede saber.

-Si, claro. El es mi hermano.

-!Tu hermano! pues debes quererlo mucho para tener su fotografía en tu cartera -dijo Claudia.

-Si lo quería mucho.

-Qué sucedió con él?

-Murió hace tres años de tristeza.

-No entendemos.

-El quería mucho a su esposa, pero ella murió, Antonio, mi hermano, no pudo superar su dolor y murió al año siguiente.

Todas estábamos conmovidas por el relato, y avergonzadas por nuestro comportamiento.

-Si tu esposo muriera tu también morirías al año siguiente -le pregunté.

Cambiando de expresión riéndose me contestó.

-!Ni loca! !Yo no quiero morir, se irá el solo! -Todas nos reímos ante su sincera respuesta.

Ya a solas me di cuenta que ella quería a su esposo, el padre de sus hijos, pero no lo amaba. No es que debamos renunciar a la vida, si por alguna razón, nuestro amor nos abandona, pues el amor genuino no nos eclipsa como personas. Y estoy segura que la esposa de Antonio hubiera querido que el continuara con su vida hasta que le llegara el tiempo de reunirse con ella. Mas cuando se esta realmente enamorado se daría todo lo que se pidiera dar por estar con la persona amada, pues las cosas no se disfrutan igual si uno no esta con ese ser especial. Cuando los dos sienten de la misma manera, es la dicha completa.

Un nuevo día, como cada mañana me aturdiría con mis múltiples labores para no escuchar esa vocecita que me decía que me sentía sola. N.L, qué estarás haciendo es este momento?

-¡Terry! !Hay reunión con los hijos de los jefes! !Esta vez no faltes!

-!Reuniones! !Yo no tenía que diagramar el diseño de la portada, ni dar mi voto por los titulares que deberían ir en primer lugar! Mi labor consistía en chequear mi correspondencia, asesorarme lo mejor posible, y entonces contestar a mi público. No tenía la obligación de estar en esas reuniones. Si me echan de menos, lo que no creo, tendré una buena excusa preparada...

En el periódico como era usual había un constante movimiento, y era mas cuando aparecía una noticia de último momento todos parecían alocarse. Ajena a ese caos, me sumergía en lo mio.

Ya hacia una hora que todo se había calmado, los pocos que habíamos quedado ya se despedían para tener un buen descanso por la noche. Me entretuve un poco mas, ordenando mis archiveros, cuando de pronto escuche una voz grave de mujer detrás mio que me sobresalto.

-La esperábamos en la reunión.

-Lo siento tenía trabajo atrasado. -Conteste sin voltear, preguntándome quién sería esta mujer. Cuando, por fin,voltee, me quedé impresionada ante la mujer que tenía frente a mi, sus profundos ojos azules realzaban su belleza.

-Hola, soy Nicole Letelier, N.L. Uno de los hijos del dueño del periódico.

-¡QUE!...

Habían transcurrido varios segundos y yo aun no salía de mi asombro N.L. resultó ser Nicole Letelier, uno de mis jefes actuales. Nicole sonreía le divertía que aun mantuviera la boca abierta. Qué descaro!

  • Disculpe debo parecerle una tonta - le dije aun aturdida y buscando un papel inexistente sobre mi escritorio. - No recuerdo haberla visto por el periódico.

  • Usted siempre parece estar a 100 km/h debería pensar en ser reportera. Se que lo haría bien. He perdido la cuenta de las veces que he pasado cerca de usted sin que se percatara de mi presencia. Creí que con mi metro ochenta de estatura nunca pasaría desaperciba en ningun lugar, pero usted me hizo ver lo equivocada que estuve.

De pronto recordé las palabras del buen director "Si abres los ojos, la mente y el corazón verás que lo que mas atesoraras esta mas cerca de lo que tu crees."

  • Por qué? - me sentía tan confundida, no solo era por el hecho de saber quien era N.L., era como si mi corazón la hubiera reconocido y hubiera saltado de alegría diciendo "Aquí estás". Por qué sentía aquello? Quería hacerle tantas preguntas - Por qué no me dijo quién era desde el principio?. Por qué...? - No pude continuar porque una bella mujer se le acercó, demasiado, diría yo.

  • Nico, ya es hora de marcharnos. Tu hermano nos esta esperando y el niño se ha dormido.

  • Liz te presento a Terry Deritter, su columna es una de las mas leídas en todo el país, y tenemos la suerte de que trabaje para nosotros. Terry, Liz es mi pareja y tenemos un niño de 5 años.

  • Mucho gusto.

  • El gusto es mio. - Fue el saludo mas frío e hipócrita que di en toda mi vida.

  • Creo que la Srta. Terry te hizo una pregunta, y me gustaría escuchar la respuesta, si no incomodo.

Nicole, cerró los ojos por un momento antes de responder despreocupadamente.

  • Tu sabes que mi padre admiraba el trabajo de la Srta. Deritter, un día me pidió que le leyera lo que la Srta. había escrito sobre los hijos rebeldes, me gustó su manera de enfocarlo. Y empecé a leer regularmente su columna, un día quise expresarle mi opinión sobre su trabajo como lector asiduo, asi que le escribí pero no le dije quién era realmente.

  • Por qué? -quiso saber Liz.

  • Por qué? Pues no quería que se mal interpretara ante mis futuros trabajadores.

El celular de Nicole sonó en ese momento, y por su expresión percibí que estaba agradecida por la oportuna llamada.

  • Aló... Enseguida vamos. El niño ya despertó y Robert ya no sabe que hacer para entretenerlo - diirigiendose a mi. - Mañana tendremos otra reunion, asistirá?

  • Cuente conmigo.

  • Bien, entonces hasta mañana... Terry.

  • Hasta mañana... Nicole... Sra. Liz.

  • Buenas noches.

Las vi alejarse, ella la tomó del brazo, y Nicole le sonrió, me pregunté por qué me dolía ver esa escena. No quería aceptar la respuesta, aun no estaba preparada para enfrentarlo.


En la habitación de Nicole y Liz.

  • Esa chica te ha gustado.

  • Qué dices Liz?

  • Crees que soy tonta, vi como la mirabas, como se miraban, ella siente algo por ti.

  • No digas tonterías, recien nos hemos conocido...

  • Le estuviste escribiendo.

  • Si, pero solo como una lectora de tantos que aprecia su trabajo. Mi padre también la admiraba, y tu bien lo sabes, o me vas a decir ahora que mi padre se sentía atraído por ella.

  • Nico, no metas a tu padre en esto!

Nicole caminó hasta la ventana, y observó el cielo oscuro tachonado de estrellas, por un momento se abstrajo de lo que sucedía a su alrededor. No lograba comprender por qué noches como esas tranquilizaban su espíritu cuando sentía que su vida perdía el rumbo. Era casi... casi como si le trajera bellos recuerdos de algo que vivió hace mucho tiempo atras. Liz se acercó por detras y la abrazó.

  • Odio cuando haces eso - Volvió a su presente.

  • Qué...?

  • Cuando te ausentas de mi, tu cuerpo está conmigo, pero tu mente sabe Dios en dónde estará. Nico, no te pediré que te quedes conmigo si no lo deseas, pero si un día te enamoras de otra mujer, por favor, ten la decencia de decírmelo antes que me entere de otra fuente. No temas dejarme, puedo valerme por mi misma y sostener a mi hijo.

  • Haciendo qué? - Nico se arrepintió de hacer esa pregunta, no lo dijo con intención, sintió como Liz se apartaba de ella. Volteó temiendo lo que encontraría en esos bellos ojos grises.

Había un profundo dolor en su mirar, y Liz se contenía por no llorar. No, ya no lloraría mas.

  • Liz lo siento.

  • No te preocupes Nico, ya no derramaré mas lágrimas, ya nadie mas me hará daño, ni siquiera tu. - Dijo con un rencor que partia el alma.

  • Liz...

  • Por qué aun estas conmigo si piensas eso de mi?

  • Liz... de que podría yo culparte? Aunque te arrastraron a ese lodo, tu alma permaneció noble... Liz - se desesperaba porque ella la perdonara - tu y yo hemos pasado por tantas cosas. Tu y yo hemos reído y llorado juntas! Amo a tu hijo como si fuera mio. No podría dejarlos!

  • No quiero que estes conmigo por lástima o gratitud, quiero que estes conmigo porque me amas, porque soy importante para ti.

-Liz... - intentó abrazarla.

  • No me toques! - Se abrazó a si misma como queriéndose dar apoyo, su cuerpo temblaba, su dolor era grande.

  • Perdoname - le dijo las palabras que sabría que la traería de vuelta a ella.

  • Te amo. - Esta vez Liz se dejó abrazar, y se aferró fuerte a Nico como si fuera su única tabla de salvación para no ahogarse en sus recuerdos - A mi tambien me duele. - Le dijo conmovida.

  • Bésame, Nico, hazme el amor, quiero sentir que me amas, que soy la única mujer para ti - Nicole obedeció.

Al dia siguiente, aun en contra de mi voluntad, estuve presente en la reunión. Me había maquillado suavemente, y probado un sin fin de vestidos hasta encontrar el que realzaba mi figura. Qué estaba haciendo!

Desde cuándo me esmeraba tanto en mi arreglo personal? Desde que supe que N.L. era Nicole Letelier, y que la vería todos los días. Nunca crei en el amor a primera vista hasta que la conocí. Y de una mujer! Dioses qué me sucedía! Tenía que reconocerlo, aunque ese pensamiento me perturbara. Sentía un dolor agridulce, cómo explicar lo que sentía, cómo explicárselo a Luis Angel. Estaria dispuesta a arriesgar todo por este sentimiento?.

Cuando entré a la sala de reuniones causé el impacto que deseaba, pero yo solo quería escuchar la voz de Nicole.

Nos miramos, el mundo a mi alrededor dejó de tener importancia para mi. Se levantó de su silla, y estoy segura que se preparaba para decirme lo que yo quería escuchar solo de sus labios, pero el "oportuno" de Robert Letelier interrumpió ese mágico momento.

  • Terry! Naciste hermosa y ahora tu belleza nos deja sin aliento, y sin palabras. No es asi hermanita - le sonrió a su hermana, y le dió un suave codazo.

Nicole se ruborizó, y carraspeó para aclarar la garganta y reclamar la atención de los presente.

Robert se acercó a mi con una sonrisa de niño traviezo, y gentilmente me retiró la silla, al sentarme noté que aun sonreía, me sentía feliz por haber causado ese transtorno en Nico.

Al observar a los hermanos interactuar me di cuenta de lo diferentes que eran sus personalidades, aunque físicamente eran parecidos, ambos eran altos, apuestos, poseían una mirada azul que enamoraba. Nicole, había heredado el color de tez moreno de sus madre, y su cabello oscuro. Robert era blanco como su padre, y como su primogenitor era alegre y charlatan, era difícil estar con Robert sin reir, hasta Liz que era de naturaleza introvertida se sentía a gusto con él. Nicole, en cambio era una innata líder, tenía presencia y autoridad, y como su padre nunca permitía algun acto de indisciplina entre el personal. Era enérgica. Ambos eran dignos hijos de su padre.

Despues de la reunion donde los Letelier anunciaron que harían cambios importantes en el periódico, y animaron a todos a expresar sus ideas para mejorar su campo de acción, cada uno salió sintiéndose importante para el buen funcionamiento de la empresa. No hay duda que el buen señor Letelier los aleccionó adecuamente.

El dia transcurrió como cualquier otro día con los gritos y apuros de último momento, aun asi era un ambiente agradable en el cual trabajar, aunque en todo trabajo siempre hay alguien que causa problemas.

  • Terry!! Te felicito! - Era el jefe de redacción.

  • Gracias, Ernesto, y te agradeceré mas si te explicas.

  • No tengo dudas de que sabes mover las piezas de tu ajedrez.

  • De qué hablas?

  • Vamos, conmigo no tienes que fingir. Creo que el mas fácil es el mas joven, pero Nicole no está nada mal. Tu si que apuntas alto. Con razón a mi ni caso me hiciste!

  • No te permito que me faltes el respeto!

  • Respeto? Mírate! Te empaquetaste como papel de regalo!

Quise tirarle una bofetada por su insolencia pero me sujetó fuerte la mano.

  • No te hagas la digna conmigo, no te queda!

  • Me lastimas, bestia!

  • Podria mejorar las cosas entre tu y yo, todo está en que te decidieras, podríamos hacer cositas ricas.

  • Eres un enfermo!

  • Ya basta de tonterias! No ves que estoy enfermo por ti, que te deseo cada vez que te veo, cada vez que pasas cerca de mi! Vamos Terry - me sujetó fuertemente las muñecas mientras hablaba y acercó su asquerosa boca a mi - ya no hay nadie, y al portero lo envié a hacer un encargo, demorará el maldito. Quiero hacerte mia! Ya no puedo mas con lo que llevo dentro de mi. - Forcejeamos.

  • Sueltáme desgraciado! Primero muerta antes que entregarme a ti!

  • Me excitas mas asi, sigue asi amor.

  • Sueltáme! Auxilio!! Por favor, que alguien me ayude!

  • Vamos, grita mas! - cada vez me sujetaba mas fuerte, mientras mas gritaba, mas se excitaba, pero estaba determinada a no ser una presa fácil, apenas me dió un poco de espacio le dí un rodillazo en su parte mas sensible. Se dobló de dolor el miserable, y alguien lo cogió por un hombro propinándole un fuerte golpe con lo hizo rodar por el suelo. Yo estaba sorprendida, el desgraciado se levantó desafiante.

  • Quién eres tu, hijo de...! No sabes que puedo demandarte por entrar sin permiso!

  • Y tu, no sabes que la señorita puede demandarte por intento de violación!

  • Me van a acusar? Ja!, lo negaré todo. Creen que mis jefes le van a creer a un desconocido, y a una columnista de cuarta antes que a su jefe de redacción desde hace 10 años.

  • Y tu crees que le creeran a su jefe de redacción antes que a su hermano desde que este nació?

  • Su hermano...? - Dejó a un lado su altanería para demostrarse tal cual era un cobarde - Señor yo, yo... disculpe.

  • No es a mi a quien tiene que pedir perdón, caballero? - lo dijo con sorna.

  • Terry, lo siento, no se que me pasó... tengo hijos, piensa en ellos.

  • Es una lástima que tu no pienses en ellos, eres un ser abominable y peligroso, la policía se encargará de ti.

  • No, por favor! Te juro que no lo volveré a hacer, nunca mas en mi vida!! Te lo juro...! Tengo hijos! Por favor! - poco faltaba para que se arrodillara.

  • Lárgate, mañana la señorita decidirá sobre ti.

  • Terry!

  • Qué te largues!

  • Si..., perdon - se fue cabisbajo. Era el clásico cobarde, que solo mostraba su fuerza ante una mujer, pero ante otro hombre perdian todo su valor.

Estaba nerviosa y avergonzada, quería denunciarlo para que no lo intentara con otra menos afortunada, pero en el fondo quizás tenía razón, quería impresionar a Nico aunque sabía que ya tenía pareja, no me convertía eso en una mujer fácil? Esa fue la impresión que les causé a este miserable? Que habría pensado N.L.? Estaba angustiada? Me sentía culpable, por lo sucedido. Que ironía!

  • Señorita, está usted bien?

  • Oh, si disculpe... muchas gracias por su ayuda.

  • Yo no hice nada, usted se defendió bien, es usted muy valiente, la admiro. - Vi sus ojos. Oh,Dios! Tambien tenía ese mar azul en ellos!

  • Señorita.

  • Oh, disculpe, aun estoy aturdida, y ni se lo que digo - Me sonrió como lo hacia Nicole, y me extendió su mano.

  • Soy Rodrigo Letelier.

  • Y yo soy Terry Deritter - cómo hubiera querido que fuera N.L.!

  • Ese infeliz no volverá a molestarla, yo me encargaré de eso.

  • Le dirá a sus hermanos?

  • Eso solo usted lo decide, señorita.

  • Por favor, llámeme Terry.

  • Solo si usted hace lo mismo conmigo.

  • Llamarle Terry? - Soltó una agradable carcajada ante mi ocurrencia.

  • No, me referia que me llamara Rodrigo, pero me alegra que se sienta mejor...

Sonreí me agradaba su compañia.

  • Permítame acompañarla hasta su domicilio, asi me sentiré tranquilo de saber que ha llegado con bien.

  • Gracias. - Temblaba aun, no quería regresar sola temía que mi atacante estuviera acechándome en la oscuridad.

Rodrigo Letelier me acompañó hasta mi departamento, en el trayecto no me formuló ninguna pregunta, se mantuvo discreto, lo cual se lo agradecí en silencio. Quería tiempo para controlar mis emociones.

  • Estás bien Nico? - Preguntó alarmada Liz.

  • Si, ahora si, al menos un poco.

  • Qué te sucedió, cariño?

  • No lo se debe haber sido el exceso de trabajo.

  • Te traeré un poco de vino para que te tranquilizes.

  • Gracias.

Precisamente en ese momento en que Terry estaba en peligro, Nico sintió una angustia inexplicable, se hallaba sentada en la cama junto con Liz mirando una película, cuando dio un salto levantándose presurosamente, Liz se asustó ante su reacción, y Nicole no sabía que hacer, que le angustiaba, por qué pensó enseguida en las personas que amaba, en Marcos, en su madre, en su hermano... en Terry?. Quería marcar su celular, pero no lo sabía, maldijo por dentro. Había salido temprano de su oficina y ahora se arrepentía, sabía que aun Liz se sentía inquieta por la discusión que tuvieron y quería tranquilizarla... Poco a poco Nicole se fue calmando pero aun presentía que algo muy malo sucedería.

Terry disfrutaba de un día soleado en la playa, observaba sonriente a las familas gozar de las delicias del mar. Hombres y mujeres nadaban despreocupadamente, los niños corrian tras sus pelotas o chapoteaban en el agua, había quienes se esmeraban por construir el mejor castillo de arena del mundo. Cuando de pronto, Terry escuchó gritos de auxilio, gritos de horror, de desesperación, la escena cambio rapidamente. El cielo se nubló, y las personas salían a toda prisa del mar, las madres buscaban angustiadas a sus hijos y al encontrarlos los abrazaban fuerte, muy fuerte. Otros padres no lograban hallar a sus hijos y gritaban en su desesperacion. Los niños lloraban de terror. Terry horrorizada vió como el mar quieto y apacible se había convertido en un feroz asesino. Olas grandes, olas inmensas, olas de muerte engullían sin piedad a sus víctimas, Terry corrió, todos corrian buscando escapar de una muerte segura, Terry sintió al mar atraparla, como si fuera un brazo, la sujetaba, trató de zafarse pero no podia, luchaba, se agitaba, lloraba, en su desesperación gritó un nombre. ¡Nicole!

Terry despertó sobresaltada, temblaba, sudaba, le costó un poco darse cuenta en dónde se hallaba. Miró a su alrededor, era su habitación, su casa. Vió su cómoda, el reloj marcaba 2:00 am., se dió cuenta que no había apagado la luz de la lámpara.

Se levantó pesadamente, sabía que necesitaría dejar pasar un tiempo antes de superar lo vivido, unas horas antes. Aun sentía el asqueroso aliento de Ernesto cerca de su rostro, su cuerpo aun sentía sus manos y se le erizaba la piel. Decidió bañarse. Se dió cuenta que aun no se había cambiado de ropa, se la quitó lo mas aprisa que pudo, la metió en una bolsa de plástico y la tiró al bote de basura. Enseguida se dirigió a la ducha. El agua al caerle le relajaba.

Sabía que necesitaría buscar a alguien para desahogarse, como psicóloga, estaba consciente que lo peor que puede hacer una víctima es guardarse sus emociones, si, ella habia sido la víctima, no la provocadora, pero a quién acudiria? tendría que ser alguien que supiera escuchar, alguien discreto y compasivo, alguien que le dijera que no fue su culpa, que todo estaría bien, alguien que le infundiera seguridad, alguien... como Nicole.

¡Lo hubiera dado todo! Porque en ese momento estuviera Nicole abrazándola. Se cubrió el rostro con las manos y lloró, mientras el agua le caía por el cabello, y viajaba por todo su cuerpo hasta perderse entre sus piernas, quería olvidar pero sabía que no lo lograría pero lo superaría, no permitiría que el la destruyera, no ahora que había conocido a Nicole. Se sentó en la tina, y se abrazó a si misma, pensó en Nicole, qué estaría haciendo en ese momento? Lloró al recordar su bello rostro. De pronto recordó a Rodrigo, lo había olvidado, y se reprochó a si misma olvidarse de su protector. Había visto alejarse el auto de Rodrigo desde su ventana, en un primer momento quiso invitarlo a pasar, pero se contuvo, el podía malintepretarlo y ya no queróa dar mas mensajes equivocados. Además quería tiempo a solas para controlar sus emociones. En el trayecto a su casa, él se había mantenido discreto y se lo agradecía, en el breve tiempo que lo había tratado demostró ser un hombre gentil y respetuoso, sin embargo había algo en él que no encajaba... su mirar azul era como la de Nicole, pero había momentos, fracciones de segundos que veía en ellos un destello, apenas perceptible que la inquietaba, si no hubiera sido por su ojo entrenado no se habría dado cuenta de ello. "Imaginaciones mias" pensó. "Qué tan distinto puede ser de sus otros hermanos?".

Se levantó, se cubrió con una toalla, buscó entre sus cosas ropa limpia que ponerse, habia olvidado ir a la lavandería, maldijo su descuido. Se acostó, aun tenía unas horas para tratar de descansar, tiró la toalla al piso y se cubrió con la sábana, poco a poco se fue durmiendo en un sueño inquieto. Con la luz de la lámpara encendida.

Liz se hallaba echada sobre el pecho de Nicole, ella había querido hacer el amor con Nicole, pero Nicole se había excusado diciéndole que se hallaba estresada por el exceso de trabajo y que lo dejaran para la siguiente noche, ella le creyó, necesitaba creerle. Nicole fingió dormir, cuando se dio cuenta que Liz se había dormido profundamente, abrió los ojos, agradecía la oscuridad del dormitorio.

Recordó una antigua canción de Camilo Sesto, y la cantó mentalmente "Quisiera retener el sabor de tu amor, y guardar en el alma el frescor. Acostumbrarme a no verte, a ser frío como tu dejando aun lado a la gente. Si te hubiera conocido ayer en vez de hoy, o mejor unos años atrás. Tu mundo sería mi mundo, y no te habría dejado marchar. Algo mas que una aventura yo contigo busque..." Pensó en Terry, sintió a Liz moverse y abrazarla aun mas, se sintió culpable, no era justo para Liz que ella le hicera el amor, pensando en otra persona, no era justo para Marcos privarle de la familia que formaba todo su mundo, y no sería justo para Terry que la convirtiera en su amante. No, no sería tan egoísta para dañar a las personas que mas amaba...."Terry, si no hubieras llegado tarde a mi vida, tu y yo hubieramos llegado a ser una sola persona. Lo se, me lo dice mi corazón herido por este amor imposible que siento por ti. ¡Terry!"

Al dia siguiente Nicole llegó mas temprano de lo usual al periódico, se sorprendió y se alarmó al no ver a Terry, ella acostumbraba entrar los viernes mas temprano. Por el intercomunicador llamó al encargado y le preguntó si la habia visto. Él le informó que hacia 15 minutos que habia llegado, y que ahora se hallaba en la oficina de su hermano.

-Robert madrugando? No lo puedo creer, lo tengo que ver con mis propios ojos.

Se dirigió a la oficina de su hermano. Tomó un poco de aire, y entró.

-¡Buenos dias! - saludó lo mas alegre que pudo. -Cuando me avisaron que habías madrugado no podía creerlo, tenía que venir a comprobarlo personalmente.

-Ya ves, hermanita, soy un hombre de muchas sorpresas, por esa razon las mujeres me ¡Adoooran! - Y le quiñó un ojo a Terry. -No es asi bellos ojos?

Terry sonreía le alegraba mucho ver a Nicole... ¡Por fin!

Nicole se acercó a Terry, en las dos había la misma intensidad en su mirar, como explicar la atracción que sentia una por la otra, eran como dos imanes cuyos polos se atraian irremediablemente.

Aunque Terry sonreía, Nicole notó que no había descansado bien, y había cierta tristeza en sus bellos ojos verdes.

-Cómo estas? - Escondió su preocupación.

Terry quería decirle que se sentia fatal, que necesitaba que la estrechara entre sus brazos, que la consolara. En cambio se limitó a contestar.

-Estoy bien, y tu?

-Mejor que nunca - Mintió, Terry se dio cuenta que Nicole tampoco había tenido un buen descanso, se contuvo de preguntar, no tenía derecho. No pudo evitar sentir celos al pensar en lo que habría hecho en la noche.

No podian desviar la mirada, y en ese mirar azul-verde se dijeron todo lo que no podian decirse en palabras.

De pronto escucharon un silbido, voltearon sorprendidas, Robert les sonreía divertido ante la escena que habia presenciado.

-Por si lo han olvidado todavía no me he retirado. - Ambas se sonrojaron. -Y por qué he de retirarme si esta es mi oficina... ¡Uhm! ¡Qué preciosas se ven rojitas como un tomate!

-¡Callate Robert! - dijeron las dos al unísono.

-¡Hey, tranquilas!... Bueno, ya que nos interrumpiste, siéntate hermanita que quiero tu opinión sobre lo que la ojiverde y yo estamos tratando.

-Tu dirás - Robert se sentó en la orilla de su escritorio, era su lugar preferido. Su hermana se sentó en el sillón de él, y yo me volvi a sentar en el lugar en que estaba. Me gustaba ver a los dos hermanos tomarse el pelo, se apreciaba a simple vista que se querian mucho.

-Como sabes, desde que le hemos dado una página entera para ella solita, hemos recibido buenos comentarios del público lector. Y, ha sido un acierto seguir manteniendo su columna. Yo te lo dije.

-Tu qué...!?... Bueno, y cuál es el asunto que quieres tratar? - Nicole no era de mucha paciencia, y sabía que Robert podía extenderse demasiado en sus explicaciones.

-Yo creo que debemos cambiarle el nombre a su columna, a un nombre que suene mas maduro, mas acorde con los asuntos serios que trata. "Un rayito de esperanza" me parece muy aniñado.

-Qué opinas Terry al respecto?

-Cuando elegí ese nombre para mi columna fue porque considere y considero que las personas con problemas emocionales de algun tipo solo estan dispuestas a abrirse a aquellas personas que les muestren interés y afecto sincero. Me explico, los latinos solemos usar frecuentemente expresiones como "quieres un cafecito?", "en un momentico estoy contigo" porque por naturaleza somos mas afectuosos que los americanos, o europeos. Si para nosotros, expresiones como esas son importantes, ¡Cuánto mas lo son para las personas que por alguna razón se sienten abatidas! El consejero que se muestre frío, por mas profesional que sea, no logrará tanto éxito como aquel que muestre empatia y afecto sincero. "Un rayito de esperanza" les hace sentir que no todo esta perdido, que aun de sus cenizas pueden volver a renacer como el ave Fénix porque hay alguien que creen en ellos, que cree que el amor es el motor de todo lo que existe, y que ellos pueden llenarse de esa fuerza, de esa esperanza y superar sus problemas. Y ser nuevas personas, personas felices. Con un nuevo objetivo en la vida.

-Qué piensas ahora Robert?

-No lo había visto desde ese punto de vista. Tienes razón Terry, y como no me gusta perder y además como ya me cansé de verte de moderador, Nico ya te puedes ir, ya me aburriste - Abrió la puerta y le hizo una venia a su hermana. - Bye, bye ¡Arriverdeci! ¡Adios!

-Recién llego y ya me despides, querido hermanito.

Todos quedamos sorprendidos ante la súbita llegada de Rodrigo, y yo aun mas cuando vi que llegaba con ¡Luis Angel!

-¡Rodrigo!

-Ya puedes levantarte, Robert.

-¡Qué diablos haces aquí? - Bramó Nicole. Yo me sorprendi ante su repentino cambio de humor.

Rodrigo y Nicole se miraron fieramente, como dos animales salvajes que se retan y esperan el momento oportuno para saltar sobre su oponente. De pronto, el rostro de Rodrigo se suavizó, y sonrió.

-Vamos, Nicole, no es la manera de recibir a tu hermano mayor después de tanto tiempo. Asustas a Terry.

-Terry? Se conocen ustedes dos?

-Si, nos conocimos ayer - Yo miré rápidamente a Rodrigo y le supliqué con la mirada que no comentara nada de lo sucedido con Ernesto. El me sonrió para tranquilizarme. Ese cambio de miradas y esa sonrisa molestó mucho mas a Nicole.

-Bien, de que se trata todo ¡Esto!

-Nicole, Nicole, tan impaciente y desconfiada como siempre. Ayer vine, pero ya tarde, pensé erróneamente que aun los encontraria, al menos a ti.

-Pudiste irte inmediantamente.

-Si, pero no habría tenido el placer de conocer a Terry - Me sonrojé. Nicole, mal interpretó mi reaccion.

-Y quién es tu amigo? Otro como...

-Ten cuidado con lo que hablas, y no te olvides de la educación que nos impartieron nuestros padres.

-¡Tu hijo de...! - Robert que había estado silencioso en todo este tiempo interrumpió a su hermana.

-Nicole, cálmate, Terry se esta sintiendo muy incómoda, no es el momento... Terry puedes retirarte - No podía irme, no con Luis Angel alli.

-Terry, por favor.

-Si me dejaran hablar, entenderían por qué Terry aun no quiere irse - Nicole lo miró furiosa "Que tenia que ver este con Terry" pensó.- El señor aquí presente es el novio de Terry.

-Qué? - Nicole me miró, primero con rabia después con tristeza. Yo no sabía que decir, desvié mi mirada hacia Rodrigo.

-Se conocian ustedes? - pregunté desconcertada.

-En realidad... no. Lo vi dar vueltas indeciso afuera del periódico, cuando me acerqué y me identifiqué como uno de los dueños del periódico - miró a su hermana, que ya se había puesto aun mas roja de la furia por su comentario - le pregunté que deseaba, me respondio que era novio de Terry DeRitter, una de las columnistas del periódico, y que queria darle una sorpresa pero se sentía cohibido porque antes no la había visitado en su trabajo, SOLO EN SU CASA. Asi que lo animé, y aquí estamos los dos. - Era evidente que Rodrigo disfrutaba con torturar a su hermana.

-Tu siempre tan oportuno - dijo sécamente Nicole.

-Hola, Terry, siento si llegué en un mal momento.

-No diga eso... su nombre es...? - preguntó gentilmente Robert.

-Terry, has las presentaciones correspondientes - dijo sonriente Rodrigo, ya habia empezado a detestar esa sonrisa que sacaba fuera de si a Nicole.

-Lo siento... Luis Angel, te presento a mis jefes, Nicole y Robert Letelier, a Rodrigo ya lo conociste... Señores Letelier, les presento a Luis Angel... mi novio.

-Es un placer conocerlo, y disculpe que el momento no haya sido tan agradable para usted, pero le aseguro que estos dos mal educados son mejores personas... cuando estan separados.

-Para mi tambien es... un gusto conocerlos. Terry, solo quería invitarte esta noche a cenar, y te traje este ramo de rosas amarillas, hubiera querido traerte rosas rojas que hablaran de mi amor por ti, pero se que ahora amas las rosas amarillas.

-¡Nicole, Terry tiene el mismo gusto que tu por las rosas amarillas! - Alguna vez sintieron el deseo de que la tierra se abriera y se los tragara?. Pues en ese momento eso era lo que mas deseaba cuando terminó de hablar el siempre buen "oportuno" de Robert. Senti mis mejillas encenderse.

-Gracias Luis Angel - El se acercó, me entregó el ramo de rosas y me dió un beso en los labios.

-¡Ah! ¡Qué bello es el amor! - Exclamó Rodrigo, Nicole se habia vuelto a sentar, no volvió a decir palabra alguna. Robert miró por primera vez a su hermano mayor con furia. Luis Angel se sintio incómodo.

-Terry, podríamos hablar a solas un momento? - No queria, sabía que me preguntaria sobre lo que sucedía en ese momento, y la verdad es que yo misma aun no lo entendía, y no quería hablarlo con él.

-Lo siento, tengo mucho trabajo que hacer. En la noche te veo.

-Me alegra que hayas aceptado mi invitacion. - ¡Me habia olvidado de su invitación a cenar!, solo lo dije por decir algo, ya no podia rectificar, tuve que aceptar.

-Si. - acepté sin entusiamo.

-Te llamaré mas tarde para acordar mejor. Señores, me retiro, permiso.

-Siga... y que pasen una velada agradable.

Miré a Rodrigo esta vez con rabia, no me había equivocado con él, sus buenos modales contrastaba con su alma negra. Bueno, quizas exageraba pero en ese momento lo detestaba por haber provocado ese encuentro con mi novio ante Nicole. Sin embargo, sabia que no podía culparlo, culparlo de qué? No era Luis Angel mi novio? Por qué habría de mantenerlo oculto? Por qué habría de molestar a Nicole saber de la existencia de él en mi vida? Si ella ya tenia un hogar formado.

Luis Angel se fue contento, y yo me excusé para retirarme. Vi por última vez a Nicole, ella rehusaba devolverme la mirada. Tal vez era mejor asi. Al salir cerré la puerta. No quería saber mas de ellos. Estaba molesta con Nicole por ignorarme, estaba molesta conmigo por importarme lo que pensara ella. Y estaba molesta con Rodrigo por traer a Luis Angel, y sobretodo estaba molesta porque sabia que no tenía razon para estar tan enojada con todos.

-Y bien a que debemos el honor de tu visita - ironizó Robert.

-Quiero ver al pequeño Marcos.

-¡Eso nunca! - Nicole se paró de súbito impulsada por el coraje que sentía, apoyó los puños cerrados sobre el escritorio.

-¡No puedes impedirlo!

-¡Claro que puedo hacerlo!

-¡Ya pagué el precio por mi error!

-¡Solo 5 años! De qué artimañas te valiste para que redujeran tu condena?

-Si no lo aceptan por las buenas lo peleare ante los juzgados.

-¡Perderás!... ningun juez sensato fallaría a tu favor.

-Lo bueno es que muchos no lo son.

-¡Hijo de...!

-Tranquila, no quiero pelear, solo quiero verlo cada vez que lo desee, y decirle quién soy.

-No te atrevas, o...

-O que? - La retó - No puedes hacerme nada mas, esta vez callé, la próxima lo sabrá nuestra madre, quieres hacerla sufrir? Amargarle los últimos años que le quede de vida?

-¡Miserable!

-Ahórrate tus insultos... ya dije a lo que vine, dentro de una semana quiero ver a Marcos, y mientras tanto reactiven mis tarjetas de crédito o quieren que madre vea a unos de sus hijos mendigando.

Nicole quiso saltar sobre Rodrigo, pero Robert la sujetó.

-No vale la pena... Se te reactivará las tarjetas, pero siempre con restricciones como lo estipuló nuestro padre - acordó Robert.

-Nuestro padre... por tu culpa Nicole no pude despedirme de él. ¡Nunca te lo perdonaré!

Nicole forcejeaba con Robert para que la soltara y golpear al miserable que tenía por hermano.

-¡Cálmate Nicole! ¡Rodrigo, si ya terminaste, lárgate de una vez!

-¡Qué modales hermanitos! ¡Nos veremos pronto!

-¡En el infierno!

-¡Te haré una reservación!

Terry vio a Rodrigo irse, quería entrar para saber como estaba Nicole pero no lo creyó prudente.

Después de 15 minutos la puerta de Robert se abrió, y Nicole salió como un rayo, no la miró en ningun momento. Terry no resistió el impulso de ir tras ella, antes de que el ascensor se cerrara logró pasar. Nicole se resistía a mirarla, y a dirigirle la palabra.

-Podría invitarte a tomar algo, te siento tensa? - le habló tímidamente, temiendo su rechazo.

Nicole, quería gritarle que la dejara en paz, que la dejara sola con su sufrimiento, pero en un momento de lucidez pensó que Terry no merecía su maltrato, después de todo tenía derecho a tener un novio, y enamorarse. Trató de moderar su voz.

-No gracias... No sabía que tuvieras un novio, desde cuándo son novios?

-Desde hace un par de años.

-Piensan casarse? - Se arrepintió de hacer esa pregunta.

-Aun no lo hemos hablado.

-Lo amas?

-Es un buen hombre, y me ama... y, si, si lo quiero - "pero no lo amo" pensó.

Nicole sintió su alma partirse, no quería flaquear, ahora mas que nunca Liz y Marcos la necesitaban.

-Te deseo que seas feliz.

Se miraron, no querian que el ascensor llegara a su destino. Sin darse cuenta de ello, se acercaron poco a poco, y sus labios se unieron en un anhelado beso, fue un beso tierno que se fue haciendo mas intenso, mas profundo. Se abrazaron, desesperadamente se tocaban, se besaban temiendo el momento en que todo terminara, y enfrentarse a sus reales sentimientos.


-Cómo que no sabes nada de Nicole? Hace dos horas que debió de haber regresado.

-La vi irse en el ascensor, por cierto, que Terry salió tras ella.

-Que?... Ella ya ha regresado?

-Aun no, desde la última vez que las vimos en el ascensor, nadie ha vuelto a verlas. Quizas esten haciendo un trabajando de investigación juntas... Ya nos lo informaran. No te preocupes por nada, Robert.

-Si... es muy posible que esten "trabajando" juntas en algun artículo especial. Ernesto, te pido, por favor, que el personal se mantenga discreto, no quiero que haya malas interpretaciones de lo sucedido en mi oficina, mi madre podría llegar a enterarse y angustiarse. - "Y sobretodo Liz" pensó.

-Descuida, Robert, puedes confiar en mi, como confio tu padre. Ahora continuaré con mis labores, y por favor, no olvides recordarle a Nicole que necesitamos reunirnos para acordar algunas cosas.

-Descuida, no debe tardar. - Cuando se encontró solo, dio vía libre a su preocupación - ¡Maldición! ¡En dónde te habrás metido, Nicole! Estará con Terry? ¡Por Dios Nicole no vayas a cometer una torpeza precisamente ahora! ¡Maldita seas!


Nicole estaba en la casa de Terry, para ser mas precisos en su cama. En un momento de locura se habían dejado arrastrar por lo que sentían, presentían que no habría otra oportunidad. Era ahora o nunca.

Terry descansaba en el pecho desnudo de Nicole, y ella le acariciaba el cabello y lo besaba. Terry levantó su vista hacia ella y le dijo las palabras que tantas veces le habia susurrado mientras hacian el amor.

-¡Te amo Nicole!

-¡Y yo a ti Terry! ¡Te amo tanto! Tan profundamente que se me hace difícil creer que se pueda amar con tanta intensidad, pero tengo que creerlo porque lo siento por ti. Un amor inmenso, ¡Un amor sagrado! - Se abrazaron fuertemente.

-¡Nicole, te amo. Ahora se que te amé aun antes de conocerte, amé tu mente, amé tu corazón reflejado en tus cartas, y ahora he amado tu cuerpo. No he conocido, ni conoceré dicha mas grande que haber sido tu mujer!... Aunque sea por unas horas robadas a tu familia. - No pudo contener su llanto y se abrazó aun mas a Nicole.

-Terry...

-No, no digas nada. Se que no podemos hacernos promesas de amor, no tenemos derecho a ello. Y se que esto no debe volver a pasar entre nosotras. ¡Oh, Dios! ¡Cómo podre contener mis ansias por ti cuando te tenga cerca! ¡Cómo podré contener mis celos cuando Liz se acerque a ti y te de un beso. Pero sabes, no me arrepiento de lo que ha pasado, necesitaba deseperadamente decirte cuanto te amo, necesitaba amarte. Aunque al salir de aquí tengamos que luchar por olvidar lo vivido, quiero amarte ahora con toda la fuerza del amor que hay en mi, quiero ser nuevamente tu mujer y que tu seas la mia, solo tu y yo.

Y la besó con desesperación, Nico respondió de igual forma, no hubo parte de su cuerpo que no besara, sintió sus pechos volver a erguirse ante su contacto, los masajeo suavemente, con delicadeza disfrutando cada segundo, el pezón endurecido la excitaba, lo chupó suavemente, se perdió entre esos dos bellos montes. Subió poco a poco hasta el cuello de Terry, lamiendo, besando cada parte de ella, chupó el lóbulo de su oreja, y le susurró palabras de amor, palabras del alma. Terry se excitaba ante cada movimiento de Nicole, agradecía que la amara tan tierna y apasionadamente, le hacia sentir que lo mas importante para Nicole era darle placer a ella, a su vez ella le daria todo el placer posible a su amada. Era una entrega total, y desinteresado, era pensar primero en el placer de la persona amada, y esa clase de amor especial les hacia alcanzar lo sublime. Nicole acariciaba la espalda de Terry, la acarició hasta llegar a sus hermosas nalgas, las apretó contra si, Terry emitía quejidos, ya no podía articular palabras. Nicole sintió su humedad, y masajeó mas fuerte su parte, quería excitarla aun mas, que gozara plenamente de su orgasmo. No dejaban de besarse, sus lenguas se deleitaban en el sabor de la otra.

-Nicole ,por favor, ya no aguanto mas - suplicó Terry.

Nicole la penetró con dos dedos, suavemente masajeando su clítoris que estaba ya endurecido, poco a poco fue haciendo mas intenso sus movimientos hasta que ya no aguantó mas y desató toda su pasión sobre Terry. Ella disfrutaba, gozaba ante cada embestida, su deseo por Nicole era insanciable. Nicole cambio sus dedos por su lengua, quería amarla con todo, saborear a su amada, cuando sintió que Terry estaba por llegar al clímax introdujo sus dedos con mas fuerza. Hasta que Terry explotó en un mar de sensaciones, cuando se calmó, Nicole se acercó a ella y la besó, y le repitió una y mil veces cuanto la amaba, cuanto la necesitaba. Se acariciaron mutuamente, y ahora fue el momento de Terry de amarla con todo su corazón, con toda su alma, con toda su mente, con todas sus fuerzas.


El teléfono de la casa de los Letelier sonó insistentemente. Liz se estaba duchando, y tuvo que salir para que el pequeño Marcos no despertara.

-Aló, quién es? - Contestó algo fastidiada.

-Es usted la señora Liz Letelier.

-Si, lo soy, quién habla?

-Un amigo... En este momento su pareja se haya disfrutando a una columnista suya, ¡Y vayan que la estan pasando muy rico!

-¡Cómo se atreve!

-¡Llame al periódico y averigue!

-Quien es usted? ¡Alo! ¡Alo!... ¡Colgo!... Nicole... no tu... por favor.

Ernesto colgó el teléfono, prendió un cigarrillo y salió sonriente de la cabina, si que disfrutaría el momento en que Liz reclamara su falta de vergüenza a Terry, y su descaro de romper una familia. Eso aniquilaría emocionalmente a la bella rubia, y se alejaría de la vida de Nicole... "por el bien de tu familia" casi le escuchaba hablar con lágrimas en los ojos a la altiva Nicole Letelier. A ésta se le rompería el corazón. "Lo tiene bien merecido por rechazarme. Ninguna mujer lo hizo antes, y después de ti nadie mas lo hará sin recibir su castigo".

No sabía a ciencia cierta si seguían juntas, o lo que estarían haciendo, pero no era difícil suponerlo teniendo en cuenta la fuerte atracción que sentían y que era tan evidente. Bastaba que Liz se enterara que ambas habían desaparecido hacia varias horas dejando abandonado su trabajo para que ardiera Troya.

Subió por las escaleras, no quería llegar rápido a la oficia de Robert, el hombre estaria hecho un manojo de nervios, sin embargo necesitaba saber si se habían comunicado con él.

Tocó la puerta y espero que Robert le permitiera pasar.

-Hay noticias de las dos?

-No - Robert no dejaba de timboretear en su escritorio.

-Cálmate, tu sabes lo temperamental que puede ser Nicole, quizás, y es lo mas probable, que Terry le este escuchando pacientemente descargar todo el rencor que guarda hacia Rodrigo... Confiemos en que ella sabrá ayudarla.

-Puede ser.

-Tranquilo, Robert. Verás que pronto las veremos entrar felices, y nos diremos lo tonto que fuimos por preocuparnos por ellas - Se acercó a él sonriente y puso su mano en el hombro del joven-. Vamos te invito a tomar un trago, y luego nos concentraremos en el trabajo, porque ¡Hombre alguien tiene que encargarse del funcionamiento del periódico!

-Tienes razon, vamos te acepto el trago... Y gracias Ernesto por ser un buen amigo.

-Ya les dije, fui amigo de su padre, y ahora soy de ustedes.¡Vamos, muchacho, y a cambiar esa cara!


Terry se hallaba encima de Nicole, le sonreía mientras acariciaba su mejilla. Azul-verde volvían a amarse. Se echó en el hombro de su amada, y suspiró.

-Al estar asi tan junto a ti siento... siento que este es mi lugar, el lugar donde pertenezco... solo que Liz llegó antes que yo a tu vida, y usurpó mi lugar - Y dejó caer unas lágrimas.

-En mi corazón solo podrás estar tu - La acaricio tiernamente.

-Nicole, que te motivó a escribirme por primera vez?

-Ya te lo expliqué, recuerdas? Justo llegó Liz.

-Si, vi tu expresión de "tierra trágame" - Nicole rio.

-Pero siento que no nos dijiste todo.

-Tienes razón, no podía decirte delante de Liz, y aun era temprano para decirte que desde que te vi solo estabas en mis pensamientos.

-Desde que me viste? En el periódico...

-No... en el parque.

-En el parque?

-Mi departamento de soltera aun lo conservo, y estoy allí cada vez que quiero estar sola. Está a unas cuadras de tu casa.

-¡Qué!... quieres decir que somos vecinas?

-¡Amo las casualidades!

-Qué dia fue? Yo acostumbro pasear por el parque cada vez que necesito meditar.

-Fue el dia en que te acercaste muy interesada a escuchar a un predicador. Por tus expresiones pude observar que te afectaba lo que el decía, luego te vi alejarte pensativa.

-Por eso pudiste darte cuenta que sentía un vacío en mi vida, pero cómo supiste que había empezado a dudar sobre lo que había logrado hasta ese momento valía realmente la pena?

-Lo supe por mi padre. El me conversaba mucho de ti, te admiraba, aunque le parecía que en ocasiones te sentías sola, y no conforme con todo lo que estabas logrando... Yo te conocía por tu foto que sale junto a tu columna, cuando te vi me pareciste la mujer mas bella del mundo, y en persona mucho mas. En una reunión, en la cual brillaste por tu ausencia, mi padre nos presentó a Robert y a mi como los futuros directivos del periódico.

-¡Oh, no! ¡Perdí la oportunidad de conocerte aquel día! ¡Cómo iba yo a saber que uno de los hijos de mi jefe se convertiría en la persona mas importante de mi vida!

-No, no podías saberlo, al menos que fueras un oráculo... Antes de entrar al periódico a trabajar había adoptado la costumbre de leerle tu columna a mi padre diariamente ¡Le encantaba el que yo le leyese! Su enfermedad, y tus artículos nos acercaron, y Terry, no te imaginas las veces que pase cerca de ti, en el periódico, con la esperanza de que me prestaras algo de atención. Pero estabas tan concentrada en ayudar a la gente que ni cuenta te dabas de que yo existía. Asi que me animé a escribirte, meses después de la muerte de mi padre.

-Estuve en el entierro de tu padre, había mucha gente, apenas si logre dar mis condolencias a tu madre. Nicole, tu me ayudaste a conocerme mejor, a saber lo que quería.

-Nadie comprende mejor a una persona que alguien que ha pasado por circunstancias similares.

-Qué quieres decir?

-Yo te hable de la soledad oculta de aquellos que en apariencia gozan de la vida pero que en su interior sienten un vacío, porque yo me sentía asi.

-Te sentías sola, cariño?

-Yo crecí en una familia de clase alta, tenía todo lo que yo pudiera desear. Mis padres eran buenos, solo que mi padre trabajaba mucho, y mi madre, aunque nos amaba, tenía diversas actividades que la mantenía alejada de nosotros, solo los domingos podíamos disfrutar de ellos, cuando ibamos a la iglesia, por cierto que en una de esas reuniones Rodrigo y yo nos impresionamos por la historia de Cain y Abel, en aquel tiempo nuestras mentes jóvenes no llegaban a comprender como podía alguien albergar tal odio por su hermano hasta llegar a asesinarlo. Nos estremecíamos con esa historia, Robert, por ser, mas pequeño solía quedarse dormido, aparte de ese día especial de familia, prácticamente crecimos bajo la supervisión de tutores, y tambien estaban las clases de música, de artes marciales, y todo lo que se les ocurría a mis padres para mantenernos ocupados, en acciones positivas.

-Pero se sentían solos, porque no sentían calor de hogar, les faltaba la compañía de sus padres, solo un día con ustedes no era suficente. Por eso es que yo siempre he creído, y asi aconsejo a los que son padres, que no hay mejor regalo para sus hijos que ellos mismos.

-Si, tienes mucha razón, asi que cuando llegamos a ser adolescentes nos hicimos rebeldes. Excepto Robert, él siempre fue tranquilo, y su carácter alegre y obediente hacia que las niñeras se pelearan por cuidarlo, pero Rodrigo y yo eramos diferentes. Empezamos a llevar una vida de relajo, fiestas, tragos, mujeres, líos, en varias ocasiones la policía nos detuvo. Mi padre se enfadó, y nos mandó al extranjero a estudiar y a hacernos personas de bien.

-Y qué sucedió?

-Con el tiempo conoci a Liz y llegamos a emparejar.

-Cómo la conociste?

-Es una historia larga, y nada agradable...

-Tengo tiempo.

Y mientras Nicole le relataba a Terry su historia con Liz. Robert regresaba con Ernesto al periódico, se sentia tranquilo, le había hecho bien desahogarse con él, con Ernesto sentía que podía conversar abiertamente sin temer que su confianza fuera traicionada. Era un buen tipo, pero esa calma se esfumó cuando al abrirse las puertas del ascensor vio a Liz conversando con la columnista de chismes de la farándula, era buena en lo que hacía, porque amaba enterarse de la vida ajena y contárselo a todo el mundo, asi fuera enterar a sus compañeros de la vida de sus colegas. Vio cuando Lily le entregó un papel a Liz... Al acercarse Robert, Lily le sonrió nerviosamente y se despidió de ellos.

Qué podia haberle dicho ella a su cuñada? Decidió que era mejor aparentar serenidad, aunque por dentro, hubiera querido ir tras Lily y apretarle el cuello hasta que le confesara cuánto sabía del asunto, y cuánto le había contado a Liz. Se contuvo, Ernesto también se despidió de ellos. Al darles la espalda sonrió maquiavélicamente.

-Hola, Robert.

-Hola, Liz - Robert la estudió por un momento, estaba calmada, normal, si Lily le hubiera contado y agregado su versión en ese preciso instante Liz le hubiera atacado a preguntas, se tranquilizó.

-Nos vamos a quedar toda la tarde aquí, o podemos pasar a tu oficina?

-¡Oh, disculpa! Me fui a tomar unos tragos, y la verdad es que ya no se donde tengo la cabeza.- Liz sonrió.

-Tu bebiendo? ¡Oh, Dios! Dónde esta ese jovencito sensato que yo conoci, y que paraba dándole sermones a su hermana mayor?

Liz estaba de buen humor, podía respirar tranquilo. Falsa alarma.

-Mientras espero a Nicole, quisiera hacer una llamada desde tu oficina, puedo?

-Por supuesto - El ya había recuperado su buen humor.

Liz cogió el teléfono y empezó a marcar un número.

-"A quién estara llamando? Seguramente a Nicole. Nicole será mejor que le contestes, o seré yo quien termine contigo" pensó para sus adentros.

Terry aun se hallaba en la cama, y meditaba sobre todo lo que Nicole le habia contado de ella y Liz, y por qué empezó a escribirle, y por qué dejó de hacerlo. Todas sus preguntas fueron contestadas pacientemente por su amor. "Su amor", era suyo, sin embargo, tenía que dejarlo ir, le dolía pensar que al día siguiente amanecería en los brazos de Liz, sería Liz y no ella quien compartiría los momentos mas importantes de Nicole, y su intimidad, sentía unos celos terribles al pensarlo. Durante el tiempo que había transcurrido desde que supo quien era N.L. sus sentimientos se habían hecho cada vez mas fuertes. Y aun mas desde la primera vez qe la vio supo que no podría amar a nadie mas que no fuera ella.

El telefono sonó, leyó en el identificador el nombre del periódico, sin vacilar contestó.

-Aló?

-Aló, soy Liz necesito hablar con Nicole, pásame con ella.

-Cómo? - Ante la llamada sorpresiva de Liz, Terry no atinó que decir ni que hacer. Nicole se estaba duchando.

Robert se quedó de una pieza, palideció.

-Aló, Terry?

-Liz, yo... quiero decir...

Ahora fue Liz quien guardó silencio estaba atenta a cualquier sonido que escuchara cuando de pronto escuchó la voz de Nicole, distante e inconfundible...

-¡Cariño, el agua esta... - Nicole se cayó sorprendida de que Terry tapara el auricular con una mano. Y le hiciera señas de que se callara. Sintió cuando Liz colgó de un golpe.

-Qué es lo que sucede?

-Era... Liz - dijo apenas sin voz. Nicole no dijo nada.

Liz había confirmado que las suposiciones de Lily era correctas, sabía que con un buen dinero, cualquiera se arriesgaría a perder hasta su trabajo.

Robert que no podía estar mucho tiempo sin hablar por primera vez se quedó en silencio largo rato. La habría sentido con Terry? - se preguntó.

Era mejor esperar la reaccion de Liz. Ella lo miró con coraje, y con dolor a la vez. A él se le rompía el alma, y se sentía miserable por no haberse puesto fuerte con su hermana cuando se dió cuenta de la atracción que sentía por Terry. Lo había tomado como un juego, pero el amor no es un juego, es algo muy serio porque involucra sentimientos.

-Desde cuándo me engañan? - Liz se contenía por no llorar, no lloraría de nuevo ante un Letelier.- ¡Respóndeme ¡

-Liz, Nicole no te ha engañado.

-Robert, por favor, no entres en el juego sucio de tu hermana. Tu no eres como ellos.

-Rodrigo, estuvo aquí a primeras horas de la mañana, discutieron, y Nicole salió muy alterada, tal parece que Terry la acompañó para que no hiciera una locura.

-¡Oh, si claro! ¡Una locura entre dos se disfruta mas!- dijo con sarcasmo.

-Habla con Nicole, no te adelantes a los hechos.

-¡Crees que soy una estúpida! ¡Nicole, la llamó "cariño"! ¡¡Hace horas que desaparecieron!! ¡Y estan en la casa de ella! ¡Por favor, Robert, ya basta de defenderla. No soy imbecil! ¡Tal parece que ustedes creen que cualquier excusa es buena para engañar a su pareja! ¡Aunque Rodrigo haya reaparecido eso no le permitía a Nicole encamarse con una de sus columnistas! O sea que si vuelve a tener otro problema serio de nuevo buscará con quien acostarse, ¡No sean estúpidos! - Liz estaba fuera de si. Robert estaba asustado, no sabía que hacer, nunca había estado en una situación como esa, y se juro que el día que se casara nunca le sería infiel a su esposa.

-Liz, tranquilízate.

-¡Váyanse al diablo, tu y toda tu maldita familia! - Liz, antes de abrir la puerta, respiro hondo, no daría un espectáculo a los trabajadores, ¡Que mas de lo que ya habían dado!

-¡Liz, espera! - Ernesto entró apenas salió ella.

-¡Espera! - Retuvo a Robert que quería salir detrás de ella - ¡Será mejor que yo vaya tras ella, contigo solo se alteraría mas! ¡Espérame aquí. Y pon control en este periódico-. Ernesto fue tras Liz.

Robert, se dirigió a sus trabajadores con una mirada que ellos jamas habían visto en ese azul de tierno mirar, era una mirada desafiante, agresiva, amenazadora como solía aparecer en los ojos azules de Nicole cuando algun suceso la contrariaba, fue suficiente esa mirada para que todos comprendieran que si todo lo que habian escuchado y visto en ese día salía del periódico tendrían serios, pero muy serios problemas con la poderosa familia Letelier.

-Qué haremos Nicole? - Preguntó angustiada Terry.

-Tranquila iré a hablar con Liz, y le pediré terminar lo mas civilizadamente lo nuestro.

-¡Tu no puedes hacer eso!

-Crees que no se ha dado cuenta de lo que ha pasado entre nosotras? ¡No conoces a Liz!

-Es con ella con quien debes quedarte - lo dijo con un dolor que oprimía su corazón.

-Terry, yo te amo, quiero a Liz, y amo a Marcos, pero yo te necesito a ti...

-Tu y yo sabíamos cuando nos amamos que no podíamos hacernos promesas de amor, que no nos quedaríamos la una con la otra. Te amé, sin condiciones, sabes desde que te vi ese vacío que sentía en mi vida se llenó, contigo me sentí completa y aun mas ahora que nos hemos amado. Ahora se que eras tu a quien mi corazón esperaba pero la vida nos jugo una mala pasada. Hay dos personas que te aman, dos personas para los cuales tu eres lo mas importante, y ahora esos seres te necesitan mas que nunca, sabes bien que no seríamos felices si basáramos nuestra felicidad en el sufrimiento de Liz y Marcos a las cuales jurastes amar. Tu y yo no somos de esa clase.

-Terry.

-Vete.

-No.

-No lo hagas mas difícil, búscala, pídele perdón, prométele que esto nunca a volver a suceder, regresa con tu familia.

-Y tu qué harás?

-Una amiga abrió una clínica en el interior y me propuso trabajar con ella, dudaba en aceptar su oferta porque no quería alejarme de ti, ahora las cosas han cambiado... me iré de viaje.

Las lágrimas amargas corrían por las mejillas de la pareja al tener que aceptar la separación.

-No quiero que te vayas lejos de mi.

-Si me quedara Liz te haría la vida imposible con sus celos, además no podría seguir trabajando en un lugar donde todos me señalarían como "la otra". No puedo aceptar ese puesto.

-Terry, nunca te rebajaría a ese lugar.

-Nicole... bésame antes de irte - estaba al borde del llanto.

Nicole la besó tiernamente, beso cada parte de su rostro y de su cuerpo, aspiró profundamente la fragancia de su aroma, quería grabar en su mente y en su corazón, su olor, cada centímetro de ella para recordarla en sus momentos mas angustiosos y revivir la inmensa felicidad que había sentido aquel día de agosto.


El cielo se nubló, y la lluvia empezó a caer como las lágrimas en los ojos azules de Nicole, se dirigió hacia la carretera aun no quería regresar a casa, "a casa" que extrañas le parecieron ahora esas palabras. Manejó por horas sin rumbo fijo, un auto tocó la bocina cuando casi chocaron, Nicole no se dio cuenta que este le había indicado con la luz de señales que giraría hacia la derecha y se colocaría delante de ella, Nicole siguió su rumbo sin prestarle atención al iracundo chofer.

Cansada de conducir se detuvo en un campo, había dejado de llover, bajó y caminó sin dirección, agotada se sentó en el pasto, levantó la vista al cielo y gritó el nombre de ¡Terry! empezó a llorar amargamente...


El teléfono de Terry volvió a sonar, era Luis Angel, ella deseo no contestarle pero después pensó que le ayudaría a distraerle del profundo dolor que estaba consumiendola.

Acordaron en que el la buscaría a las 8:00 para ir a cenar. Tenía unas horas para arreglarse y disimular sus ojos llorosos. "Nicole, siempre te querré, pero tengo que seguir con mi vida", sintió una sensación extraña como si alguna vez se lo hubiera dicho en un tiempo muy distante.


Mientras la pareja sufría por su amor prohibido, Liz había llegado con furia a su casa, agradecía que antes de salir la abuela de Marcos lo había invitado al parque de diversiones y a dormir esa noche con ella.

-¡Maldita,Nicole! ¡No te burlarás de mi! ¡Te lo juro!

Tocaron a la puerta y se sorprendió ver a Ernesto apoyado en el umbral sonriéndole.

-Hola, Liz, por la manera en que manejaste pensé que tendrías un accidente.

-¡Déjame en paz!... ¡Pasa de una vez y cierra esa maldita puerta!

-Tranquila, mujer, bien dicen que la esposa es la última en enterarse.

-Por qué no me advertiste antes?... Fuiste tu quien me llamó, no es cierto?

-Debo reconocer que temi que me reconocieras la voz.

-Por qué todo ese juego?

-Fue la idea de Rodrigo para que fueras lo mas natural posible. Por cierto que en cualquier momento debe estar llegando.

-¡Par de...!

-¡Hey! Cuida tu lengua, recuerda que tu eres la buena de este cuento.

Sonó de nuevo el timbre.

-Debe ser Rodrigo, voy a abrirle la puerta.

Rodrigo entró, y él y Liz se miraron.

-¡Cuánto tiempo sin vernos, querida!... No me das un abrazo?

Y una Liz muy sonriente y feliz se acercó a abrazarlo y a besarlo.

-¡Cuánto tiempo, querido!

-No hubiera sido tanto si no me hubieras metido en ese lío.

-Y qué querías que hiciera en ese momento en que me di cuenta que Nicole había llegado? Tenía que fingir que me habías violado, o ella nos hubiera descubierto.

-¡Ah! Mi hermanita se cree tan inteligente, pagaría por ver que cara pondría al saber que de su bolsillo salió para mi defensa.

-Ni se te ocurra... en este momento la tengo en mis manos, la conozco y se que hará lo que yo quiera con tal de que la perdone y no me lleve al pequeño Marcos.

-¡Mi hijo! ¡Tengo ganas de verlo, y decirle quién soy!

-Aun no, además no soy una mala madre, necesitamos preparar al niño, quiere mucho a Nicole, mientras lo preparamos podremos terminar nuestro plan.

-Mi padre... sentí mucho no poder estar para su entierro, el abogado no pudo conseguir mi libertad antes, eso no se lo perdonaré nunca a Nicole.

-Cálmate... entre ir a la cárcel, y matarte ella misma, creo que fue mejor que te guardaran por un tiempo. Ahora estas libre de nuevo.

-Y con unas ganas de recuperar el tiempo perdido. - Y besó apasionadamente a Liz. Ernesto interrumpió.

-Creo que deben controlarse por el momento, si Nicole nos descubre todo estará perdido.

-Nicole no regresará por lo pronto, la conozco, debe estar por ahí ahogando sus penas, o corriendo como una loca en su Mercedes Benz - dijo fríamente, Liz tal parecía que no le importaba nada la mujer con lo que compartió tantos años de vida marital, y amó a su hijo como si fuera suyo.

-Has sido un buen amigo, Ernesto, fue muy bueno el dato que me diste de la atracción que ambas sentían.

-Como ya dije fui amigo de tu padre, y ahora lo soy tuyo, no de los tontos de tus hermanos. Fue muy evidente la atracción que Nicole sintió por Terry cuando la conoció, y la de Terry cuando empezó a tratar a tu hermana.

-Ese par me la pagarán.- amenazó Liz.

-Ahora que Nicole esta tan vulnerable tienes que conseguir que te nombre a ti, o al menos, al pequeño Marcos como sus herederos, mi padre solo me dejó una pequeña participacion. A Robert será fácil manipularlo, me presentaré ante él como el hermano arrepentido que lucha por recuperar a su hijo, el siempre ha sido muy confiado... y me quiere.

-Solo podré manejar parte de la herencia y propiedades de los Letelier cuando ella muera.

-Tranquila, querida, con eso y con la parte que estoy segura que mi madre me heredará tendré el 51% de las acciones, contando con tu parte, por supuesto, mi padre te quiso mucho, no hay duda, y con respecto a Nicole... Estoy seguro que a Ernesto se le ocurrirá una "buena idea".

-Solo espero que a Terry nunca se le ocurra denunciarme.

-¡No seas tonto! Pareces ser un inexperto en cuentión de mujeres, ya te hubiera denunciado si lo hubiera querido hacer, además no querrá que el periódico de su amorcito se vea envuelto en un escándalo sexual, ya bastante tiene con todos los comentarios que se estarán haciendo en su centro de trabajo. Y lo que es mas las mujeres suelen sentirse avergonzadas hasta responsables cuando ocurre un asalto sexual, asi que no te preocupes por eso... y anda pensando en como deshacerte de Nicole, serás muy bien recompensado y después que hayas terminado podrás irte a donde te de la gana y disfrutar de tu cuantioso dinero.

Los tres rieron a carcajadas, si, que disfrutarían la caída de la influyente Nicole Letelier.


-Terry has estado silenciosa desde que pasé por ti.

-Lo siento, es solo que tengo un poco de dolor de cabeza.

-Si me lo hubieras dicho, nos hubieramos quedado en tu casa.

-No, necesitaba distraerme.

-Desde hace un tiempo atrás has estado sintiendo esos dolores de cabeza, deberías ir al médico, yo te puedo acompañar.

-No te preocupes, debe ser el exceso de trabajo, con un calmante se me pasará.

-Hace tiempo que casi ya no nos vemos, ni me llamas como antes, ni hacemos el amor.

-Luis Angel... no es el momento.

-Y cuándo será momento, si ya no nos vemos ¡Vives en ese maldito periódico!

-No te permito que me hables de ese modo... la gente nos esta observando.

El mozo se acercó a dejar la cena que habian pedido. Terry apenas si comía algo.

-Crees que soy tonto?

-Pues ahora me lo estas pareciendo.

Luis Angel se contuvo de contestarle, la miró primero con rabia, después ella pudo ver que su mirada se enternecía, y le hacian ver todo el amor que el sentía por ella, lo que la perturbó, si hubiera seguido por esa línea ella hubiera roto con él sin arrepentimiento alguno.

-Lo siento. - la tomó tiernamente de las manos- Terry, te amo, ahora que siento que te estoy perdiendo me doy cuenta cuánto te amo.

-Luis Angel, no me estas perdiendo.- Quería convencerse de ello.

-Terry, te casarías conmigo?

-Qué?

-Quizas no sea el momento mas adecuado para proponértelo, pero siento que si no te lo pido ahora nunca tendré la oportunidad de hacerlo. Te casarías conmigo? Podríamos formar una familia y tener los hijos que siempre has querido.

-Por qué ese cambio? No eras tu quién rehuía a las responsabilidades de un matrimonio?

-Eso era antes. Ahora he comprendido que tu eres lo mas importante de mi vida, y que sin ti nada de lo que logre tendrá significado para mi.

Terry se quedó callada antes de conocer a Nicole hubiera aceptado feliz la propuesta de Luis Angel, quería tener un hogar e hijos, pero ya no con él.

-Si acepto.

-¡Oh, Terry, me haces tan feliz! Tenía tanto miedo de que no aceptaras.

La abrazó emocionado, Terry sintió mucho no poderle corresponder de igual forma.

Su dolor de cabeza aumentó y le pidió que la regresara a su departamento

-¡Todo lo que tu quieras, querida! ¡Ya tendremos tiempo de planear nuestra boda! ¡Mis padres estarán tan contentos de que por fin siente cabeza!


En su departamento Terry acariciaba la almohada donde habia descansado Nicole, aun sentía su perfume y sus caricias, por qué había aceptado la propuesta matrimonial de Luis Angel? Porque sabía que si no ponía una barrera entre sus sentimientos, flaquearía e iría a buscar a su amor. Era mejor asi, cada una tendría su familia y todos serían felices. Nuevamente lloró, su sufrimiento era muy hondo.


Nicole llegó a su casa, se cambió de ropa, y subió a la habitación a enfrentarse con Liz.

Ella ya dormía, se despertó al sentirla, no le dió la cara, solo sollozó, a Nicole le dolía tanto haber causado todo ese sufrimiento.

-Liz, lo siento, perdóname.

-Una vez te dije que no te obligaría a permanecer conmigo si ya no me amabas, solo dame unos días para arreglar mis cosas e irme con el pequeño Marcos.

-¡No!

-¡Por favor, Nicole, no lo hagas mas difícil de lo que ya es!

-Ella se irá al interior del país, no nos volveremos a ver.

-Y la confianza, Nicole? El respeto que se merecía nuestra unión? Crees que con un simple perdóname olvidaré tu traición? Crees que podré volver a confiar en ti?

-Se que no merezco tu perdón, y que yo soy la única culpable de tanto dolor, me esforzaré por reparar el daño que les he causado.

-Nicole, véte a la otra habitación, necesito estar sola.

-Mi madre te llamó por teléfono?

-Si, llegaron bien... y ahora vete...

Nicole, se fue a la habitación de los huéspedes, también quería estar sola, después de haber amado a Terry no quería estar acostada al lado de otra mujer.


Al dia siguiente cuando Nicole llegó al periódico retrasada lo que era inusual en ella, no vió a Terry en su escritorio. Disimuló su preocupación cuando entró a la oficina de Robert.

-¡Vaya por fin apareces!

-Robert, no quiero hablar ahora.

-Pues tenemos que hacerlo, porque tu tambien tienes obligaciones serias en tu centro de trabajo - Robert estaba realmente molesto, era la primera vez que el le hablaba de ese modo.

Sintieron unos suaves golpes en la puerta era Terry. Se miraron dolorosamente hubieran querido abrazarse pero ya no lo harían mas.

-Necesito pedirte una disculpa por lo de ayer, Robert, se que mi ausencia de ayer merece una sansación, y hasta el despido y acepto lo que decidas.

-Terry, has sido una excelente trabajadora, pero comprenderas que debo mantener la disciplina del trabajo.

-Lo entiendo.

-Quédate una semana mas, por favor, necesitamos conseguir quien te reemplace.

-Comprendo, y les agradezco el tiempo en que estuve trabajando en este lugar, aprendí mucho de su padre y de ustedes. Permiso.

Terry miró por última vez a Nicole con amor y tristeza, ese mirar le partió el alma a Nicole. Terry abrió la puerta y salió de la oficina de Robert, y sintió dolorosamente que salía para siempre de la vida de Nicole.

-Robert es injusto que la despidas por mi culpa.

-Debieron pensarlo antes. Yo tambien la aprecio mucho, sin embargo, si lo dejo pasar, los otros empleados pensarán que pueden hacer lo que les plazca y el periódico se iría a pique.

-Necesito viajar, no soportaré esta semana tenerla tan cerca.

-Es mejor, yo me encargaré de todo.

Nicole abrió la puerta, y dirigió una última mirada a Terry de despedida, la recordaría asi sentada en su escritorio contestando uno de sus numerosos emails. Terry sintió la puerta del ascensor cerrarse, y una lágrima corrió por su mejilla.


Trancurrieron dos largos años, Terry no se casó con Luis Angel, en un momento de lucides se dió cuenta que lo haría desdichado pues no podría fingirle un amor que no sentía, y el no se merecía eso. El sufrió por un tiempo, y en uno de sus viajes conoció a una bella mujer que pudo corresponder a sus sentimientos, se casaron enamorados, y ella se alegró de no haberle truncado su felicidad.

Se había subscrito al periódico de Nicole, de vez en cuando salía la fotografía de la familia Letelier en un evento social, y Terry la veía a ella junto a su familia, el pequeño Marcos había crecido varios centímetros, sería alto como los Letelier. Robert, estaba de novio con una chica de sociedad. Aunque Nicole ya no tenía la sonrisa de antes a Liz se le notaba que disfrutaba de su posición.

Liz, ella trabajaba en un club nocturno cuando la conoció Nicole, desde muy joven salió de su casa empujada por padres alcoholicos. Tuvo que vender su cuerpo para poder comer, "era una buena chica, solo que nació en la familia equivocada" le había dicho Nicole. Cuando fue forzada por Rodrigo, Nicole le juró que cuidaría de ella y del bebé que esperaba.

Tenía un departamento pequeño en la primera planta del edificio donde vivía, en el jardin que colindaba con su piso le permitieron cultivar rosas amarillas, el día que conversó con Nicole, cuando se amaron, ella le explicó el significado de cada color de las rosas, le gustaba la de color amarillo porque reverenciaba a la vida, hubo un tiempo en que se sintió muerta en vida, sin dirección, sin propósito se sintió perdida. El nacimiento de Marcos, la muerte de su padre, y la necesidad de Liz de ser protegida le hicieron comprender que nunca llegaría a alcanzar la felicidad mientras pensara solo en si misma, hasta entonces su regla había sido "primero yo, luego yo, y siempre yo". El interés sincero y altruista hacia otras personas le dio un nuevo significado a su vida.

Terry, aspiró la fragancia de las rosas. Nunca lograría olvidarla, pero un día tendría las fuerzas suficientes para rehacer su vida con otra persona sin sentir que traicionaba el amor de Nicole. Y si un dia tuviera una hija le pondría el nombre de su gran amor y el de ella: Nicole Terry.


Amanecía después de dos años Nicole había regresado a su país. En el interin Rodrigo había convencido a su madre y a su hermano de su cambio, para que Robert le creyera le aseguró que no pelearía sus derechos de padre. Confiaba en que su madre haría modificaciones en el testamento, sin embargo, estaba consciente que a su hermana sería difícil de engañar. Aun asi, las cosas estaban obrando a su favor. Al año de irse, Nicole le había pedido a Liz que se reuniera con ella, y llevara al pequeño Marcos, no le costó mucho trabajo que Liz le perdonara, e hizo su testamento a favor del pequeño.

No obstante, Rodrigo había olvidado una antigua sabiduría bíblica "porque nada hay encubierto que no haya de llegar a descubrirse, ni secreto que no haya de llegar a saberse". En los meses siguientes del retorno de su hermana sabría lo cierto de estas palabras.

-Ernesto, lo tienes todo preparado?

-Si, el plan es simple y efectivo, aun dejaremos pasar unos meses para no levantar sospechas, cuando llegue el momento Liz, fingirá que Terry fue a buscarla descaradamente, Liz le hará una escena de celos terribles, agobiada por la supuesta reaparición de Terry, y sobretodo buscándola, y la escena de celos de Liz querrá salir de su casa e ir a buscar a Terry, estará con las defensas bajas entonces simularemos un asalto donde lamentablemente Nicole morirá.

-Tu crees que aun siga pensando en ella?

-Pareces que no conocieras a tu hermanita. Nicole es de las personas mas apasionadas que he conocido. Te aseguro que irá a buscarla, pero cuando eso suceda sera lo último que hará.

-Cuando eso suceda, hazlo pero no me digas el dia ni la hora en que lo vas a hacer.

-Por qué, acaso has empezado a tener remordimiento de conciencia? No lo tuviste cuando le pediste a Liz que enamorara a Nicole, y se hicera pasar por una pobre víctima de la vida.

-Eso era otra cosa, pero ya basta de hablar. A partir de ahora ya no nos comunicaremos hasta que todo se haya realizado.

-De acuerdo.

Rodrigo colgó el teléfono, era un caso de Cain y Abel, al menos no sería él quien derramaría la sangre de su hermana.


Terry llegó a la capital, una amiga suya la había invitado para su matrimonio, se quedaría solo el tiempo suficiente. Se divirtió en la despedida de soltera y en el matrimonio conoció a un buen hombre que físicamente era parecido a Nicole, y se sintió atraída por él, quizás era el tiempo de rehacer su vida.

El último día de su estancia, no pudo resistir mas pasar cerca de la casa de Nicole, aunque sabía que no debía propiciar un encuentro entre ellas, pues, la despedida sería aun mas dolorosa, estar cerca de la casa de la mujer que mas había amado le traía un pequeño consuelo. Estacionó su auto detrás de la mansión de los Letelier, se acercó cuidadosamente y se cubrió con un gran árbol de roble. Pudo ver el jardin de los Letelier y las rosas de todos los colores que cultivaba la madre de ellos, de allí Nicole sacaba la rosa amarilla para enviársela cada viernes junto con su carta, la depositaba una hora antes de que ella saliera.

La imaginó cortando la rosa amarilla y pensando en ella, suspiró. De pronto vio que la puerta de la casa se habría y de ella salía Liz y Rodrigo muy sonrientes y abrazados. Se besaron en los labios hasta que un taxi se detuvo y subió Rodrigo, antes de tomar el taxi le dijo "Todo esta preparado, muy pronto estaremos juntos." Liz le sonrió, y entró a la casa.

Terry no podía dar crédito a lo que había presenciado "Liz engañando a Nicole, y con su propio hermano, con el hombre a quien supuestamente odia con toda su alma?", volvió a escuchar las palabras de Rodrigo "Todo esta preparado muy pronto estaremos juntos." A qué se estaba refiriendo? Estaría en peligro Nicole? Su corazón se inquietó. Tenía que advertirle, pero necesitaba pruebas o Nicole pensaría que era por despecho que acusaba a Liz.

Llamó a la clínica y pidió permiso para quedarse mas tiempo, su jefe y amiga, conocia su historia y aceptó darle el tiempo necesario para descubrir la verdad pues podía peligrar una vida.

Terry se resolvió montar guardia todos los días, llegó a darse cuenta que cada miércoles y cada viernes Rodrigo entraba a la casa cuando Nicole partía, en una ocasión casi se encuentra con Nicole, cuando dobló para el parque que estaba cerca de la casa de los Letelier, Nicole en aquella ocasión había salido por la puerta de atrás. Se asustó, Nicole no se fijó en ella, y el corazón de Terry empezo a latir a cien por hora tan solo al verla por un momento, ahora la distraída era Nicole.

Con las fotografías que había tomado, y sabiendo el horario de ellos para engañar a Nicole, se decidió armarse de valor y buscarla, pero en dónde, estaría trabajando de nuevo en el periódico? Por un amigo en comun sabía que había viajado al extranjero poco después de que se separaron, algo le decía que había regresado por eso sintió mucha inquietud el día en que regresó para el matrimonio. Llamó a su celular con la esperanza de que no hubiese cambiado su número.

-Aló - escuchó esa voz que tanto habia amado y extrañado. - Aló, diga.

-Aló, Nicole - Nicole se quedó callada, no podía ser la voz de Terry, después de tanto tiempo.

-Nicole?... Soy yo Terry.

-Terry por qué te comunicas conmigo creí que todo ya estaba dicho entre tu y yo.

-Lo se, y créeme que si no fuera urgente no te hubiese llamado para perturbar tu paz. Pero es necesario que nos veamos, es muy urgente.

-Qué sucede?

-No puedo decírtelo por teléfono, por favor, ven a mi casa.

-Terry, yo no creo que sea buena idea.

-Por favor, confía en mi, necesito hablar contigo. Ahora.

-Esta bien, en 15 minutos estoy allá.

-Te espero.

Terry, como era posible que con solo escuchar su voz las heridas que creía cicatrizadas volvieran a sangrar. Qué le sucedería estaría en problemas? Auque no pudiera ser suya nunca permitiría que algo malo le sucediera. Se apresuró a encontrarse con ella.

Cuando Terry abrió la puerta, Azul-Verde volvieron a encontrarse, ambas habían pensando en cómo sería ese reencuentro después de dos largos años hubieran querido abrazarse y besarse, amarse hasta el cansancio pero Nicole no quería empezar de nuevo el doloroso proceso de la separación, y Terry no quería que Nicole pensara que si descubría a Liz era por vengarse de ella.

-Hola.

-Hola... pasa.

-Qué es lo que sucede?

Terry la miró, por un momento dudó, temía la reacción de ella. Sabía muy bien cuan impulsiva podía ser.

-Antes quiero pedirte que por Marcos te controles. Piensa que él te necesitará siempre.

-Qué quieres decir? Habla de una vez.

Terry la miró aun indecisa, arriesgaría todo por saber que ella estaría bien. Le entregó un sobre que descansaba en su mesita.

Nicole cogió el sobre y lo abrió, que contendría el sobre que ponía tan nerviosa a Terry, se quedó pasmada al ver en las fotos los besos apasionados de Liz y Rodrigo.

-Qué es esto?

-Nicole... Liz te esta engañando con Rodrigo desde hace cuando no lo se. Pero las fotos son mas que elocuentes.

-Cómo supiste esto?

-Fue por pura casualidad, llegué aquí para el matrimonio de una amiga, un día antes de viajar pasé cerca de tu casa, y los vi, empecé a hacer guardia para cerciorarme que no me había equivocado, y supe que cada miércoles y cada viernes él la vista después que tu te has ido de la casa.

-Hoy es miércoles esos dos estan en mi casa en este momento?

-Si.

Terry vio como el rostro de Nicole empezaba a cambiar de color de pura indignación y rabia que sentía.

-Nicole, no vayas a hacer una locura. Piensa en Marcos.

Nicole, no le dijo nada, se dirigió a la puerta, y cuando notó que Terry la siguía, le gritó.

-¡Tu quédate aquí! ¡Que yo sabré que hacer con mi mujer y su amante!

A Terry le dolieron esas palabras "su mujer", ella era "su mujer" no pudo estar con otra persona después de ella, y por lo visto ella si pudo estar con Liz de nuevo, era de esperarse, se reprendió a si misma, ella era la madre de su hijo, y su pareja.


Nicole llegó a toda velocidad a su casa, poco faltó para que tuviera un accidente. Abrió despacio la puerta e ingresó cuidadosamente sin hacer el menor ruido hasta que llegó a su habitación, a la habitación que había compartido con Liz en un tiempo en que fueron felices cuando creyeron que se amaban. Escuchó los jadeos de los amantes, abrió de una patada la puerta. Y Liz y Rodrigo la vieron sorprendidos. ¡No podían creer que Nicole los habia descubierto!

-¡Nicole!

Nicole se acercó llena de rabia y dolor sintió el impulso de matarlos, cuando trabajaba en el periódico había publicado tantas veces la historias de amantes que habian sido descubiertos por los esposos, o las esposas, y como estos eran acribillados por los adoloridos cónyuges.

-¡Nicole, no es lo que tu crees! ¡Él me amenazó con quitarme a nuestro hijo si no aceptaba sus requerimientos!

Alguien puede confiar en la persona que comete el delito con él? Una vez alguien dijo "si robas, roba solo, si matas, mata solo porque tu cómplice puede delatarte algun dia."

Eso sucedió en caso de estos dos personajes.

-¡Ya basta Liz! ¡De nuevo no me salgas con eso! ¡Nicole, ya despierta de tu ensueño! ¡Yo conocí a Liz antes que tu, y propicie que se conocieran! ¡Ella fue mia mucho antes que fuera tuya! ¡Y esa noche en que nos encontraste la estabamos pasando de lo mejor hasta que nos interrumpiste!... ¡Como ves hermanita, no eres tan astuta como te creiste!

Nicole no aguantó mas y le tiró un puñetazo a su hermano.

-¡No lo golpees Nicole! - Liz se puso delante de Rodrigo.

Llena de ira Nicole le dijo.

-Tenía la pequeña esperanza de que fuera una calumnia mas de Rodrigo, pero veo que es cierto. No me crean tan estúpida, sospeché que algo sucedía cuando me perdonaste tan fácilmente y sutilmente me convenciste que hiciera mi heredero a Marcos, cuando estabas con Rodrigo y creías que yo no los observabas no mostrabas el odio y el rechazo que fingias cuando yo estaba presente. No eres tan buena actriz como crees, y descuida que no los mataré aunque eso se merecen. ¡Lárguense de mi casa! ¡Cuándo regrese no quiero volver a verte nunca mas en mi vida!

-Y Marcos? ¡Me lo llevaré, es mi hijo!

-¡No te atrevas!

-¡Es mi hijo, y él es su padre!

-¡No tienten a su suerte!

Nicole salió como un rayo, Terry había estado observando todo desde la rendija de la puerta, estaba dispuesta a actuar si Nicole quería cometer una locura. La siguió hasta la calle.

-¡Yo conducire!

-Qué haces aquí? Te dije que no vinieras.

-¡Aunque me eches de tu lado no me iré! ¡Casi te matas al venir!

-¡Qué te importa!

-¡Me importa y mucho!

Nicole la miró confundida, sería cierto? Aun ella era muy importante para Terry, necesitaban hablar. Aceptó que condujera.

Rodrigo lleno de furia y resentimiento hacia su hermana llamó a Ernesto.

-Aló... Rodrigo creí que no nos comunicaríamos hasta...

-¡Cállate la maldita boca y escucha! Nicole me descubrió en plena sesión de amor con Liz.

-¡Qué, cómo es posible!

-¡Eso no importa ahora! ¡Detenla antes que haga una enmienda en el testamento!

-Dónde diablos esta?

-Por la ventana la vi alejarse con Terry.

-¡Terry! Que hace ella en el cuento?

-No se, y ni me importa averiguarlo... Has lo que tengas que hacer.

-Dalo por hecho.

-Ya es hora - preguntó temerosa Liz.

-Si.

-Iré abajo a preparme un trago, quieres que te prepare uno.

-Si.

Liz se puso su bata, y bajó presurosa, había aceptado que las cosas fueran tan lejos ahora ya nada podía detenerse.

Rodrigo se puso su bata, y se acercó a la ventana, podía ver el gran roble... el viejo roble, de pronto vio a tres niños correr alrededor del gran árbol. El mayor de aproximamente 10 años se había subido ágilmente al roble, el mas pequeño de 6 rogaba a su hermana de 8 años que lo ayudara a subir. El pequeño era regordete, y su hermana delgaducha por lo que le era dificil ayudarlo a subir, el mayor bajó del árbol y ayudó a su hermana a cumplir el deseo del pequeño entre los dos y en medio de risas y bromas lo estaban levantando con gran esfuerzo, ¡Vaya que era de buen diente el muchachito!, el pequeño, sin previo aviso resbaló y cayó sobre sus hermanos, los tres rodaron por el suelo riéndose. Escuchó la voz de una mujer que los llamaba ¡Rodrigo, Nico, y Robert vayan a cambiarse que hoy tenemos que ir a la iglesia!, los tres corrieron hacia su madre y la abrazaron muy fuerte, su madre riéndose les decía dulcemente "¡Mis pequeños tesoros me van a botar!"... Eso habia sido hacia mucho tiempo atrás, cuando los tres eran aun inocentes y creían que toda la gente era amiga suya. Al hacerse adultos cada uno había tomado un rumbo muy diferente al otro, especialmente él. Ahora había dado fríamente la órden de asesinar a su hermana.


Nicole y Terry volvian a estar en la casa donde se habían amado, los recuerdos le llegaron tan claros y fuertes, no sabían qué hacer ni qué decir, cada una miraba a la otra tímidamente.

-Terry...

-Nicole... siento que nuestro reencuentro haya sido de este modo, siento haberte causado tanto dolor.

-No ha sido culpa tuya.

-Qué harás ahora?

-Me separaré de Liz, no es la mujer que yo creía.

-Y el pequeño Marcos.

-No se como retenerlo, y eso me angustia mucho.

Terry se acercó, y le tomó una mano, le habló dulcemente para calmarla.

-Tranquila, buscaremos una manera de que esos malandrines no se lo lleven.

-"Buscaremos"... te quedarás conmigo?

-Siempre - Se sonrieron.

Conversaron por algunas horas poco a poco volvieron a sentirse tan a gusto como antes una cerca de la otra. De pronto con una velocidad asombrosa la puerta de la casa fue derribada e ingresaron cuatro sujetos armados.

-¡Quietas, no intentan nada o ahí mismito se mueren!

Nicole protegió con su cuerpo a Terry.

-Qué es lo que quieren? - preguntó muy nerviosa Terry - llévense todo de valor que encuentren.

-Buscamos lo que es mas valioso para ti, muñequita, a ésta.

-¡No, no le hagan daño!

-¡Si quieres le podemos perdonar la vida, a cambio puedes darnos algo, podríamos hacer cositas ricas y salvarías a tu amorcito.

-Cositas ricas?... Eres tu misresable? - Y en su indignación Terry le arrancó el pañuelo que cubría su rostro a Ernesto sin pensar en las consecuencias.

-Veo que te acordates, preciosa. Ya le constate a tu amorcito que llegamos a pasar un rato muy agradable hace unos años atrás.

-Qué dices maldito?

-¡Ah, veo que no se lo contastes! ¡Qué falta de confianza corazón!

-¡No lo escuches Nicole, fue el dia en que conocí a Rodrigo, este desgraciado quiso violarme cuando tu hermano me ayudo.

-¡Miserable!

-¡Ah, Ah! Te aconsejo que no te muevas ni un centímetro si no quieres morirte de una vez. Y corrección, querida, todo fue un plan de Rodrigo, quería ganarse tu confianza, aunque después, te sacó de sus planes.

-¡Malditos miserables!

-Ernesto, por qué haces todo esto?

-Por dinero, por mucho dinero que tendré cuando te elimine bellos ojos azules, y por órden de tu querido hermano Rodrigo y su amante.

-¡Miserables! - Nicole quizo avalanzarse sobre él, pero los otros sujetos le apuntaron en la cabeza.

-Qué decides, preciosa, hacemos el amor, o le lleno de plomo la cabeza de tu amante.

-¡Tu no sabes que es amar, no llames hacer el amor, a tu acto abominable.! ¡Nunca seré tuya! ¡Prefiero morir al lado de Nicole! ¡Por qué si la matas tendrás que matarme a mi!

-Si este es tu deseo, asi será muñeca.

Justo en el momento en que Ernesto disparaba a Nicole, se escuchó el grito de Rodrigo.

-¡¡¡Noooooo!!!

Y fue alcanzado por las balas de Ernesto, todos quedaron desconcertados, no sabían lo que sucedía, agentes policiales ingresaron y apresaron a los delicuentes.

-¡Rodrigo! - Nicole se agachó y levantó el rostro de su hermano - Por qué Rodrigo, por qué todo esto?

-Fui malo desde que naci...

-No digas eso - Nicole estaba al borde del llanto. Rodrigo apenas podía hablar, sentía como la vida se le escapaba.

-Si hi-hice mucho... mucho daño, po.. podrás decirle a mi hijo que... que fui... tramposo, cobarde, vil... pero... pero... nunca asesino... nunca sería como... Cain... tenías razón Nicole... cuando me dijiste que... tenía un-un límite... he sido muchas cosas... pero nunca llegaría a ser un... un ase-asesino. Di... dile a mi hijo que su "tío"... no, no fue tan... tan mala... per-persona.

-Le diré a "tu hijo" que su padre dio su vida por salvar la mia, se sentirá orgulloso de ti.

-Gra-gracias, Nicole- Y murió en los brazos de su hermana.

Llegó Liz corriendo y se abrazó al cuerpo de Rodrigo, lloraba amargamente. Nicole, tambien lloraba. En la conmoción del momento Ernesto se zafó de su captor y huyó. Nicole fue tras él.

-¡No escaparás maldito, pagarás por la muerte de mi hermano!

Ernesto corría velozmente no le importaba cruzar las calles transitadas, mas de una vez casi fue atropellado, y provocó accidentes, Nicole iba tras él resuelta a hacerle pagar todo el daño hecho a sus seres amados. Ernesto entró en un edificio en construcción, y subió hasta la azotea, la policía los había seguido, cogió un bate de béisbol que vió tirado y amenazó a Nicole.

-¡Ven maldita! ¡Veremos de que palo estas hecha!

Tiró un golpe rápido y fuerte a Nicole, la cual lo esquivó con gran velocidad, y tiró un certero puñetazo en el rostro del hombre que lo hizo trastabillar, recuperándose rapidamente volvió a atacarla una y otra vez, Nicole era rápida, con otro golpe bien dirigido a su quijada lo hizo caer, en el suelo el hombre le pedía clemencia, cuando ella se acercó cogio un puñado de arena y se lo tiró a los ojos, y empezó a pegarle con el bate.

-¡¡Nooo!! - El grito era de Terry que cogió un palo y empezo a golpearlo con gran destreza. Ernesto llegó a golpearla con el bate, tumbándola, cuando le iba a romper la cabeza sintió fuerte un golpe en su espalda cuando se volteó Nicole lo volvió a golpear con un palo que manejaba hábilmente, en el calor de la pelea se acercaron peligrosamente a la orilla de la azotea, Ernesto había logrado hacer caer a Nicole y cuando se disponía a golpearla una vez mas, se escucharon disparos, Ernesto cayó pesadamente. La policia había intervenido.

Terry, malherida corrió hacia Nicole, y se abrazaron.


Liz le pidió perdón a Nicole y a Terry, por consideración al pequeño Marcos, no la involucraron en el intento de homicidio hacia Nicole, se iría de la casa, pero visitaría cada vez que quisiera a su hijo.

Después de un par de meses, la entera familia de los Letelier visitaron el mausoleo familiar donde se hallaban enterrados el señor Marcos Letelier, y su hijo Rodrigo.

Nicole y Terry no sabían si existía vida mas alla de la muerte, quizás fuera cierto, quizás existiera un cielo, o un nirvana, o un Campo Elisius, o como quiera llamárselo, si asi fuera estaban seguras que Rodrigo había alcanzado el perdón, y ahora padre e hijo estarían recuperando el tiempo perdido.

Y ellas tambien lo harían, siempre hay una esperanza. No todo esta escrito, no todo esta perdido para el que sabe escuchar, y mirar alrededor, quizás al terminar una noche tan oscura vean en un nuevo amanecer un rayito de esperanza.


FIN