Un rato de placer
Estamos tranquilos, leyendo cada uno en un sofá, tu vienes...
Tu lengua por el lóbulo de mi oreja me enciende. El pendiente se mueve al ritmo de tu lengua. El oído mojado por tu saliva dispara mi deseo. Lo sabes. Sabes que me gusta y me excita. Sabes que me has encendido. Y sabes lo que vendrá después.
Sabes que he cerrado el libro que leía para cerrar los ojos y concentrarme en las sensaciones que me provocas. Cierro los ojos para deleitarme con tus juegos. Deseo más. Me relajo para dejarte hacer, y echo la cabeza hacia atrás. Tu pasas de jugar con mi oreja a besarme en el cuello. Yo ronroneo de gusto.
Avanzas más en tu ataque, mientras me besas tu mano se pierde en mis senos. Has encontrado la entrada por el escote de mi camisón y has pasado la mano por debajo del sujetador. Las caricias de tu mano tienen un resultado evidente en mis pezones. Si antes estaba sólo ardiendo, ahora soy un volcán en erupción. Tu lo notas.
Lo siguiente .... Me llevas al éxtasis con tu mano alzando los bajos del camisón, ahuecas las bragas y abres los labios. La lava interna me desborda. Las piernas se separan. El cuerpo se tensa. La voz se entrecorta en jadeos. Orgasmo. Tu lo provocas.
Pero quieres mas, quieres provocarme otro. Lo se. Por eso te arrodillas entre mis piernas, ayudado por mi, que levanto el culo, me quitas las bragas. Me conviertes en un volcán ardiente. Haces que abra las piernas. Aplicas tu sabia lengua al arte de lamerme los labios, penetrarme y pararte en mi botón. La erupción es incontenible. Otro orgasmo.
Y más. Estamos disparados. Ya sé lo que quieres ahora. Por eso me tumbo en el sofá. Por eso dejo la puerta abierta para que entre tu miembro. Y tu entras en mí. Y a mi calor unes el tuyo. Y sales y vuelves a entrar. Y consigues tu premio. Te corres. Y yo también.
Yacemos uno a lado de otro, recuperándonos. ¿Se te enfría la pasión? A mi no. Sigamos.
Ana del Alba