Un puño inunda a mia sara...
Un puño inunda la vagina de Mia Sara y la inunda de tremendos orgasmos...
UN PUÑO INUNDA A MIA SARA...
Un puño inunda la vagina de Mia Sara y la inunda de tremendos orgasmos...
Mia Sara me sigue contando su vida sexual.
Este relato como saben por uno de los últimos que publiqué ha provocado en mí una excitación sin igual que he tenido que aliviarme esta mañana por segunda vez con mi comprensiva Marga.
Ella se reía cuanto le contaba los pormenores y me ha dicho envidiosa que hemos de probar eso del puño.
Con ella aun no la había probado..., la verdad es que lo había hecho con varias de mis amantes maduras y generalmente madres varias veces y sobrantes de carne como Gloria..., que relaté en su día.
Así me cuenta Mia Sara aquella experiencia morbosa:
Hola de nuevo José Miguel, mi amante amantísimo manchego... (Me encanta como me mima literariamente esta mujer..., de nombre tan especial)
Te sigo contando de mi sexualidad como me pides en tus apasionantes correos que me inundan de excitación... (Eres única en el uso de tu lenguaje, que me embriaga cada vez más lujuriosa y encantadora Mia Sara)
Me sigue/ Nos sigue contando...
Mi promiscuidad, que ha sido mucha y reconfortante durante prácticamente toda mi vida hasta hace muy pocos años..., aunque desde entonces no dejo de masturbarme a diario..., a la espera que surja un nuevo amante o el destino nos una aquí en Panamá o allí en España...
Ojala, Dios lo quiera... (Así sea/será)
Como te digo José Miguel..., mi amantísimo manchego..., mi promiscuidad fue una combinación de enamoramientos, así como de un dejarme llevar de manera natural por las hormonas.
Cuando mis feromonas se alertaban y se alienaban en conjunción con un hombre..., eso terminaba en sexo de cantidad y calidad exacerbada...
Hombre que me tratara bien, me gustara, me llevase a pasear..., si era hábil para ganarme sexualmente..., lo conseguía sin ningún género de dudas...
Yo abría mi coño y cualquier otra oquedad para él...
En múltiples sitios, formas y posturas..., en el carro mientras manejaban mamando polla o cogiendo, follando, zingando, cuqueando..., mil sinónimos..., en habitaciones de su casa, cocina, baño, espacios o terrenos al aire libre, mi casa, en el piso, sobre una moto, en fiestas de cumpleaños, dentro del río delante de viejas envidiosas, día de las madres en casas ajenas, en el capó del carro..., miles de espacios para el cálido y sensual sexo gratificante y saludable.
Besos muy mojados, de lengua escrutadora, caricias ardientes, sobre la ropa, metiendo mano por debajo del vestido, abriendo cierres, dejándome tocar el culo, clítoris...
Hasta un puño me metieron...
Leí el relato de tu Gordi bella, lo recordé y aquí te lo cuento..., mi deseado amante manchego... (Es reciproco...)
Con mucha crema abriéndome poco a poco...
Era un panameño de provincias..., algo menor que yo, unos diez años...
Lo cuento con detalle...
José Alberto que así se llamaba..., me conoció en el colegio donde mis hijos estudiaban primaria.
Él trabajaba en gestiones agroindustriales relacionadas con la apicultura.
Corría el año 1998.
Sin duda nos gustamos ambos el uno al otro.
El tiempo pasaría antes de practicar sexo...
Nos volvimos a ver años después en un viaje donde coincidimos por puro placer de vacaciones a la playa más alejada que tenemos en nuestro pais..., en un paraje exótico y paradisiaco.
El destino acertó a sentarnos uno al lado del otro, detrás del conductor del autobús, 10 horas de viaje nocturno conversando mucho, el autobús con aire acondicionado muy frio, nos hizo cubrimos con chaquetas y mantas de viaje.
Debajo hacía calor..., mucho calor...
Nos estuvimos besando durante toda la noche.
Tocó mis enormes senos llamativos y paseo sus manos por mi sexo cubierto de ropa hasta hacerme tener varios orgasmos.
Yo inevitablemente también tanteé su miembro osado endurecido y baboso durante horas, terminándole de hacer una paja interior que llenó mi mano de sabroso semen que lamí a escondidas de todos.
El destino de aquel viaje no nos permitió hacer nada, pues yo iba a visitar a familiares y el a su mama, aunque eso nos permitió quedar en el futuro al regresar a la capital.
Días después de regresar me comenzó a visitar mientras mis hijos estaban fuera.
El sexo llegó con ganas...
Estuvimos en varios hoteles, nunca en su casa, debido a los familiares que convivían que nunca la abandonaban.
Paseábamos en su carro (coche) muy a menudo e inevitablemente hacíamos mucho sexo prácticamente a diario por cualquier parte que nos apeteciera.
Al ser más joven que yo, me tomo como instructora sexual.
Era José Alberto muy tocón, y muy curioso.
Quería practicar de todo y en todo lugar.
Hacíamos ricos sesenta y nueves que terminaban inúndanos de fluidos recíprocamente.
Escudriñaba mi vagina provisto de linterna.
Metía sus dedos en mi culito.
Un día me hablo de sexo con el puño en vagina.
Quería descubrir aquella forma sexual, llevaba pensando en ello semanas.
Yo tenía una buena provisión de crema para manos y trato de convencerme.
Su labia me convenció.
Le deje hacer.
Se aplicó crema en toda la mano hasta más arriba de la muñeca.
Despacio empezó a introducir dedos en orden..., primero uno, luego dos, luego tres, luego cuatro y de improviso la mano entera.
Yo no dejaba de gemir de placer.
Estaba absolutamente excitada y teniendo orgasmos a cual más agradecido.
El giraba su mano a placer.
Cuando la vagina se adaptó a su mano, la sacaba y metía follándome duro con ella.
Jamás he disfrutado tanto en mi vagina como aquel día.
Mientras me satisfacía, me besaba.
Al recordarlo me viene a la imaginación tu enorme miembro José Miguel, ese que describes con todo detalle en tus relatos y deseo zampármelo en mi boca, en mi vagina y en mi cuevita... También estoy deseando hacer un sesenta y nueve anal contigo, lamiéndonos los dos nuestros anos respectivos...
He tenido que tocarme y alcanzar un orgasmo gracias a ti mi divino manchego... (Gracias mi dulce geisha..., que engrandeces todo lo que piensas y haces...)
Termino con el relato...
José Alberto y yo mantuvimos una buena temporada de sexo, llegando incluso a enamorarse de mi...
Momento en que terminé aquella relación que satisfacía mucho mi cuerpo pero no llenaba mi alma...
Antes de él hubo decenas y decenas de los que te referiré poco a poco...
Después de él, también algunas decenas aun cuando menos...
Hasta pronto mi rey... (Hasta esta noche mi reina...)
Entiendo de tu placer Mia Sara, de tus necesidades y de tus deseos... Son recíprocos.
Hasta pronto amigos.
Comuníquense por correo con este depravado...
PEPOTECR