Un primer encuentro (2)

Suena la puerta, al abrir no esperaba encontra a esa persona...

UN PRIMER ENCUENTRO

(Una visita inesperada)

2ª parte

Continuará….

El camino desde el baño al dormitorio fue un placer, no paramos de besarnos y tocarnos. Al llegar a la cama nos tumbamos desnudos, continuando con las caricias hasta quedarnos dormidos.

Al cabo de una hora, aproximadamente, me desperté con sensación de frío, abrí los ojos, seguía desnuda en la cama, con dolor es los brazos, al intentar moverlos noté como no podía, ya que los tenía atados a la cabecera de la cama. Tenía las dos muñecas atadas juntas con un pañuelo, de tal forma que sólo podía limitar mis movimientos a ponerme boca arriba o boca abajo.

Al verme en esa situación rápidamente giré mi cabeza, intentado buscarlo, pero no se encontraba en la habitación. En ese momento sentí cierto miedo, así q grite:

-"Hola, ¿estás ahí?". Guardé silencio, intentando escuchar algo, cualquier cosa, pero no hubo ninguna señal. Intenté soltarme las manos, me giré y me coloque boca abajo, ya que así conseguía ver mis muñecas. De repente noté una nalgada, "plash..", reaccioné con un movimiento brusco, lo cual fue peor, ya que el pañuelo se me hundió más en las muñecas.

-"¡Niño, ¿estás tonto?, suéltame!

-"¡No, no,... esas no son formas de hablarle a tu amo!, quiero que estés calladita y que me obedezcas en todo, sino te tendré que castigar"

  • "¿Me lo estás diciendo en serio?"

  • "Ya sabes que sí"

  • "Pero…" No me dio tiempo a acabar la frase, cuando noté que su mano me tapó la boca.

  • "He dicho calladita, parece que no lo entiendes". Mientras su mano derecha seguía tapando mi boca, pude ver como se agachaba y cogía algo del suelo con la izquierda. Vi algo blanco, y como lo acercaba a mi cara y lo pegaba a mi nariz para que lo oliera.

Al olerlo me di cuenta, rápidamente, de que eran mis bragas, olían fuertes y aún las notaba húmedas del calentón anterior. Las refregó por mi cara, y a continuación las llevó hasta mis nalgas y las pasó entre ellas, llegando hasta mi coño y secándomelo. Tras ello las llevó hasta su polla y comenzó a tocarse con ellas. Yo no podía hacer otra cosa que mirarlo, lo cual cada vez me estaba excitando más. De repente paró, se acercó a mi oído y me dijo:

-"Cariño, sintiéndolo mucho, quiero asegurarme de que no puedas hablar". Así que quitó su mano de mi boca y llevó hasta ella las bragas, metiéndomelas dentro, noté el sabor agridulce de mis jugos.

Yo seguía boca abajo, tumbada, atada y con las bragas en mi boca, él se movía a mí alrededor, yo iba girando mi cabeza para poder ver que iba a hacer. Un gesto rápido y una nueva nalgada, "plash", mis dientes mordieron las bragas.

Se sentó a mi izquierda, y con su mano empezó a acariciarme la espalda, lo oía respirar, un ritmo acelerado, producto de la excitación. Su mano iba cada vez bajando más, hasta llegar a mi culo, una vez allí me apretó con fuerza una de las nalgas, y noté como se agachaba y me las besaba. Primero la derecha, suavemente, notando casi sólo un roce con sus labios, después la izquierda, noté como posaba sus labios y como los abría, dejando salir su lengua y rozando la nalga, para a continuación notar como sus dientes apretaban mi carne, convirtiéndose la suave caricia en un fuerte mordisco, que al terminar pude ver que me había dejado marca.

Se incorporó y caminó hasta los pies de la cama, yo no podía verlo, sólo intuir como me miraba y se tocaba mientras yo seguía ahí tumbada.

-"Levanta esas nalgas que quiero verlas". Con un movimiento lento levanté un poco mis nalgas, curvando la espalda y doblando algo las rodillas.

-"Esclava así no, ponlo bien en pompa". Con las manos atadas mi movilidad era limitada, a pesar de ello me puse casi a cuatro patas, con el cuerpo inclinado hacia delante y los brazos estirados. Noté como se arrodilló en la cama, justo detrás de mí y como sus labios volvían a besar mis nalgas y morderlas, era una mezcla de dolor y placer. Sus manos me masajeaban los glúteos y me los abrían, notaba como la piel me tiraba de la fuerza que ejercía. Su lengua rozaba mi culo y se acercaba a mi ano, humedeciéndolo, me lo iba abriendo poco a poco, con su boca, notaba como la lengua me penetraba y me saboreaba. Noté como uno de sus dedos acompañaba a su lengua, entrando dentro de mí y moviéndose en mi interior.

Tenía ganas de gritar, pero las bragas en mi boca me lo impedían, notaba como cada vez estaba más dilatada, y como pasaba de penetrarme con un dedo a penetrarme con dos, y finalmente con tres.

Permaneció con ese juego durante un buen rato, hasta que noté que se levantaba de la cama y cogía algo. De repente sobre mi ano calló algo frío y a continuación su mano empezó a frotarme, metiendo nuevamente sus dedos por mi culo, ahora más lubricado que antes, seguidamente empezó a penetrarme con algo, parecía un dilatador anal, de esos que se van ensanchando. Poco a poco mi ano iba cediendo el paso al consolador, abriéndose cada vez más, hasta que finalmente entró por completo y se quedó ahí alojado. Mientras, él lo miraba, y me acariciaba las nalgas, abriéndolas y cerrándolas, queriendo jugar conmigo.

Se levantó de la cama y llegó hasta la cabecera, se agachó y me acarició el pelo, me dio un beso en la mejilla y me dijo:

-"Cariño yo ya he comido un ratito, ahora te toca a ti, ¿entendido?". Hice un gesto afirmativo con la cabeza, así que sacó las bragas de mi boca, noté alivio, al fin podía respirar cómodamente, aunque fue por poco tiempo, ya que el siguiente gesto fue acercar su polla a mi boca y meterla dentro.

-"Cómetela bien, como tú sabes". Con grandes dificultades empecé a mover mi cabeza.

Con grandes esfuerzos se la iba chupando, el hecho de tener las manos atadas me dificultaba el trabajo, así que me obligó a girarme y ponerme boca arriba. Yo lo obedecí aunque me costaba apoyar mis nalgas, ya que al hacerlo el dilatador se me clavaba en las paredes causándome cierto dolor. Sin embargo podía comérsela mucho mejor, así que se lo hice lo mejor que pude, mientras veía como se iba excitando aún más, estirando su cuello, y sus manos acariciaban mi cabeza y empezaban a sujetarla con cierta fuerza, hasta parar los movimientos de mi cabeza. Al suceder eso empezó a moverse él, notaba como su polla iba penetrando mi boca, entrando casi por completo, notando como los testículos me golpeaban la cara, costándome cada vez más respirar.

Paro en seco sus movimientos, pero dejó alojada su polla dentro de mi boca, comenzó a moverse, intentando cambiar su postura, pasó una pierna por encima de mi cabeza y se colocó encima mía, como si fuéramos a hacer un 69. Desde esa posición podía permanecer con su polla en mi boca, pero además me dejaba ver sus huevos y su culo, notaba el olor a sudor de su cuerpo, estaba realmente excitada, aunque en ningún momento me acarició ni hizo nada por complacerme a mí.

Yo me seguía esforzando por comerle la polla como nunca, hasta que la sacó y se incorporó un poco, dejando su culo y sus huevos sobre mi cara, sus manos se dirigieron hacia sus nalgas y las abrieron, agachándose en ese momento y diciéndome:

-"Ahora cómeme un ratito el culo, ¡¡pero bien hecho eh!!"

Tenía la boca dolorida de tanto comerle la polla, a pesar de todo empecé a chuparle su culo como una loca, realmente me gustaba hacerlo, notaba su sabor, y como se excitaba cada vez más al rozarlo con mi lengua. Estaba algo áspero, supuse que por el pelo, así que se lo escupí, para mojárselo y volví a meter mi cabeza en medio, en ese momento hubiera deseado tener las manos libres para poder meterle mis dedos, pero como no podía me conformé con mi lengua, la cual cada vez entraba con mayor facilidad, auque he de reconocer que él me ayudaba, tirando de sus nalgas hacia los lados y acercando alguna que otra vez sus dedos y penetrándose el mismo mientras yo lo miraba, aunque antes dejaba el dedo cerca de mi boca para que se lo humedeciera bien, me encantaba ese sabor.

Permanecimos así durante un buen rato, hasta que se quitó de encima de mi cara y volvió a colocarse a los pies de las camas, levantó mis piernas y las colocó sobre sus hombros, y comenzó a jugar con el dilatador anal que aún permanecía alojado en mi culo. Al moverlo por primera vez creía que iba a ver las estrellas del dolor, sin embargo según lo iba moviendo ese dolor comenzaba a transformarse en placer. Notaba como lo metía y lo sacaba de mi culo, deseando poder tocarme el coño, estaba casi desesperada sin embargo no me quedó más remedio que aguantarme, ya que por mucho que quería él no hacía ni un sólo intento de tocármelo, sin embargo se dio cuenta, ya que me dijo:

-"Cariño, ahora toca jugar con tu culito y tu boca, sólo eso, así que te aguantas"

A continuación retiró el dilatador de mi culo, y dirigió su polla a el, metiéndola del tirón, sin ningún tipo de miramientos, yo solté un grito, y él empezó a bombear con mayor fuerza, notando sus embestidas cada vez más en mi interior hasta acabar corriéndose dentro.

Al terminar dejo caer su cuerpo sobre el mío, y mientras me besaba me fue desatando las manos, noté cierto dolor al bajar los brazos, a pesar de ello hice un esfuerzo y le correspondí con caricias, finalmente le dije:

-"No veas con el jueguecito, ¿no?"

-"Bueno, esta noche te tocará a ti".

Me dio un beso y se tumbó al lado, me apoyé sobre su pecho y comencé a pensar en que sería lo que le haría yo