Un polvo remember con mi ex
Acepto la proposición de mi ex para disfrutar como hacía antes
Hacía tiempo que Ángel y yo habíamos cortado. Yo de hecho había tenido un novio posterior con el que había estado casi un año, pero eso es otra historia. Tampoco se puede decir que Ángel y yo hubiésemos tenido una relación real. Fueron 4 meses muy intensos, en los que él lo daba todo y yo realmente me dejaba querer. Pero no funcionábamos bien como pareja, sobre todo porque yo no daba, ni quería dar lo suficiente. Lo que pasa es que tenia un rabo literalmente descomunal que utilizaba como no nunca he visto.
Un sábado cualquiera de repente recibí un mensaje suyo de Facebook preguntándome cómo estaba. No sabía nada de él desde que habíamos cortado hacía por lo menos 2 años y medio. Nos seguíamos en las redes sociales pero desde la distancia. La única interacción era para felicitarnos los cumpleaños. Cuando recibí su mensaje me sorprendió bastante y en cierto modo me alegró; le guardaba cariño.
En el mensaje, además de las preguntas de rigor sobre como estábamos, donde y a qué nos dedicábamos, tenía una pregunta normal y lógica entre personas maduras: y ahora tienes novio? Yo no estaba en serio con nadie, pero era cierto que quedaba con un chico. Su respuesta fue directa: “si, pero seguro que él no te folla como te follaba yo”. Diría que la sangre se me quedó helada, pero no; realmente toda se me fue directamente a la polla. Tras vacilar un poco decidí entrar al juego:
- No, no me folla como lo hacías tu, pero es que tampoco tiene tu polla. Aunque no me puedo quejar.
- Pues cuando quieras te follo yo y así disfrutas bien.
- Quien te dice que no ahora no disfruto?
- Si no tiene mi polla, no disfrutarás igual.
- Si, pero no todo es la polla...
- Si quieres probamos para que veas que aunque no todo sea la polla, te hago gemir como hace años que no lo haces.
- …
- No dices nada?
- Bueno, a ver, no sé.
- Si quieres voy a tu casa y te lo explico.
- Vale. Aquí te espero, pero vas a tener que emplearte a fondo.
Tenía la polla dura como una piedra y estaba cachondísimo, así que no me iba a hacer más de rogar. Ángel tardó en llegar 45 minutos que se me hicieron eternos y en los que me costó la vida no hacerme una paja. Sonó el timbre del portal y le dije que le esperaba en mi cuarto. Dejé la puerta de la casa entornada y me fui desnudando camino a mi cuarto. Me puse en mitad de la cama totalmente desnudo y a cuatro patas esperando a que llegase. Pude escuchar sus pasos acercarse por el pasillo y le vi cuando abrió la puerta. Se le marcaba la polla totalmente dura debajo del vaquero. Se dibujaba su glande perfectamente y tenía un pequeño circulo húmedo en la punta. Su cara era de satisfacción absoluta. Se quitó la camiseta que traía, los zapatos y los calcetines, mientras me miraba con lujuria. Sus ojos de gato siempre me había puesto cachondísimo porque le daban un aire de salido muy sexy. Se acercó a los pies de la cama:
- Ven. Comeme la polla
Yo me acerqué a cuatro patas y le chupe la polla por encima del pantalón mientras se lo desabrochaba. Le metí la mano en los calzoncillos y se la saqué. Ahí la volvía a tener toda para mí. Apuntándome a la boca; invitándome a comérmela. No tardé un segundo en meterme su capullo en la boca y saborear su líquido preseminal. Nunca me cupo en la boca, pero poco a poco le fui chupando la polla mientras le pajeaba. En un momento me tiró del pelo hacía atrás sacándomela de la boca, se agachó y me escupió en la boca.
- Hoy te he dicho que ibas a gemir y voy a cumplir con lo prometido.
Y me metió la polla hasta la garganta provocándome una arcada. Sentí su bello en mi naríz y sus huevos en mi barbilla mientras mi apretaba la cabeza contra él sujetándome por el cogote. Tardó unos segundos en dejarme libre y, mientras yo le seguía comiendo la cabeza de la polla, él alargó su mano hasta mi culo buscando mi agujero.
- He echado de menos este agujero.
- Pues hoy es todo tuyo.
- Así me gusta, que sepas de quien eres hoy.
- Fóllame por favor.
- No. Te lo vas a tener que ganar. Chúpame los huevos también.
Dicho y hecho. Me metí sus dos huevazos en la boca, los lamí y me los restregué por la cara mientras él me golpeaba con la polla en la mejilla. De repente noté como su dedo índice se abría camino en mi agujero y pegué un ligero gemido instintivamente.
- Tranquilo, que es solo un dedo. Vas a ver cuando te la meta hasta los huevos.
- Joder, fóllame ya.
- Tu sigue chupando que te voy a meter la follada de tu vida.
Mientras, me metía el segundo y el tercer dedo que hicieron que dejase de chupar por un momento y simplemente apoyase mi cara contra su polla. Mis piernas comenzaron a temblar y a abrirse a la vez que mi culo se dilataba.
- Date la vuelta
Me giré y puse mi culo para que me la pudiera meter estando de pié. Se acercó y puso su glande en mi culo. Comenzó a hacer un poco de presión sin llegar a meterlo del todo, pero haciendo que mi ojete se dilatara poco a poco. Jugo a una especie de mete y saca que me estaba volviendo loco.
- Joder, métemela.
- Pídemelo por favor, puta.
- Por favor, métemela.
- Vas a ser mi puta?
- Si.
- Quieres que te la meta todos los putos días.
- Si joder, pero fóllame ya.
Era lo que Ángel buscaba. Saberse en el control de la situación y que me moría por su polla, y lo peor es que era totalmente verdad. Poco a poco fue ensartándome. Su polla me iba desgarrando por dentro a pesar de haberme dilatado ya con 3 de sus dedos pero intentaba no gemir.
- Te gusta?
- Si – dije yo aguantando la respiración
- Quieres más?
- Siiii joder – no pude más y gemí un poco tal y como él buscaba-.
En ese momento me clavó con fuerza su rabo pero no me dolió. Ya había dilatado lo suficiente y lo único que me provocó fue un placer inmenso sentir toda su polla como una barra de hierro dentro de mí a la vez que golpeaba su huevos contra los mios. Mi grito de placer lo debieron escuchar hasta los vecinos. Y comenzó un bombeo desde la punta hasta la base, dejándome sentir todo el largo y ancho de su polla.
- Venga zorra, ábreme ese culo hambriento que tienes.
- Si joder, dame polla.
- Tranquilo que hoy te voy reventar el culito de zorra que tienes. - Me cogió del pelo y me comenzó a follar con una fuerza que me hacía ver las estrellas-.
Comenzó a sacar toda su polla de una vez y a clavármela sin piedad. Disfrutaba de ver mi culo totalmente abierto y pidiendo más cada vez que me la sacaba. De vez en cuando la sacaba y me metía un dedo.
- Ves lo abierto que lo tienes? Te meto un dedo y ni te enteras.
- Si, joder. Méteme más.
- Más dedos?
- No, no sé. Méteme lo que sea. - Mi boca ya no hablaba por mí; hablaba por mi culo deseoso de que lo reventaran.
Acto seguido me metió un dedo a la vez que su polla, dilatándome un poco más el agujero. Yo estaba gimiendo como una verdadera puta. Me agarró del cuello obligándome a levantar mi cuerpo y pegarlo al suyo y me escupió de nuevo en la boca.
- Te quieres correr?
- Si, joder...
Me soltó, volviendo a quedarme a 4 patas y comenzó a meterme una follada mientras me cogía del pelo con la mano izquierda y me azotaba con la derecha que me hizo disfrutar como nunca. Cada vez lo hacía con más fuerza y llegó un momento de placer tal que me corrí sin tocarme.
- Me corro Ángel. Jodeeerrrr
- Pues toma zorra!
Noté como su polla se hinchaba, su cabeza se infló y con un espasmo comenzó a regar mi interior. Dio 4 o 5 embestidas más con fuerza para terminar de correrse y acabó tumbado encima mío.
- Que? Te he follado como hacía años que no te follaban?
- Si... lo reconozco... - dije yo con el culo chorreando su lefa y aun con la respiración entrecortada.
- Pues si quieres luego te follo de nuevo.
Pero esa, os la cuento en el próximo relato.