Un polvo borrachos
La historia de un polvo una noche borrachos y de lo que hicimos.
Todo surgió de manera absolutamente casual. Mi pareja y yo habíamos ido a cenar fuera y habíamos vuelto a casa borrachos. Lo primero que hicimos cuando nos metimos en el ascensor fue empezar a meternos mano.
En cuando abrimos la puerta de casa, yo ya tenía la camisa desabotonada y ella tenía una falda de tubo por encima de las rodillas. Fuimos directos a la habitación y nos tiramos encima de la cama. Como pude, le quité las medias de rejilla que llevaba. Ella me empezó a chupar la polla y a mi me encantaba cogerle el culo con las dos manos y tirarle del tanga hacia arriba y hacia abajo mientras se le metía entre el coño y el culo.
Seguimos así sin parar hasta que empezamos a follar borrachos, ella aún con el sujetador puesto se puso encima de mi, y tocándose el clítoris metió la polla hasta el fondo y empezó a subir y a bajar frenéticamente. Se corre muy rápido y le gusta que le coja bien duro agarrándole el culo mientras ella se mueve como una loca, el rozamiento, los jugos, las humedades.
Después se puso en cuclillas otra vez para poder hacer más fuerza y llevábamos así un rato, cuando me dijo que parásemos que se meaba. Yo le dije que no. Siempre me había dado, no me preguntéis porqué, mucho morbo sentir como se meaba encima de mi. Entonces le dije que siguiese, que no parase L estaba borracha y me insistía en que no quería mearse encima pero sin embargo me seguía diciendo que no podía aguantarse más. Le dije que era como si tuviese un orgasmo tan fuerte que todos sus flujos se deslizasen entre sus piernas y entonces me dijo que iba a dejar salir un poco mientras follábamos. Se incó más sobre mi polla, no olvideis 23 centímentros, y de rodillas empujó hacia delante.
Yo noté un calor que tocaba mi polla y me excitó mucho y le dije que siguiese mientras le apretaba los pezones y los retorcía. A ella le empezó a gustar y me decía que era una pasada porque se tocaba el coño y el pubis y tenía los pelos húmedos y el flujo sobre mi pubis, y me dijo que se iba a mear encima de mi y poco a poco se fue moviendo hasta recuperar el ritmo que tenía al principio de la follada y bien pegados para evitar que saliese todo de golpe y yo miraba su monte de venus y veía como iba saliendo poco a poco líquido y flujo que mojaba sus muslos depilados. Seguimos así hasta que se corrió y acabó la meada, todo al mismo tiempo y noté como su excitación descansaba. Yo ya no podía más y le dije que me quería correr y le fui acariciando muy despacio el clítoris.
Ella no tiene ningún problema de practicar sexo anal, así que después de un rato se la sacó y otra vez de cuclillas apuntó mi polla que estaba enorme y a punto de estallar en el comienzo de su agujero y como le gusta a hacer a ella, me miró a los ojos fijamente mientras iba dejándose caer sobre la polla y se iba introduciendo a cada momento más y más hasta que de nuevo pude sentir sus flujos calientes en mi pubis. Le seguí acariciando el clítoris ahora con dos dedos y de manera más intensa y me dijo que me corriese. Con la otra mano la cogí por la cintura para apretarla bien fuerte y poco después me corrí dentro de su culo.
Fue una pasada, y estoy deseando volver a hacerlo, pero creo que sin beber no creo que la convenza, ya os contaré cuando también lo hice con una amante que tenía.
Besos a todas y espero que os guste.