Un polvazo

Hola, me llamo Sophie, tengo 19 años y soy de Barcelona

Hola, me llamo Sophie tengo 19 años y soy de Barcelona. Soy una chica de mediana altura 1,68 morenita de piel, ya que vengo de una familia de muchas culturas, tengo los ojos de color gris y una larga melena castaña. Tengo un cuerpo que, seguramente es la envidia de muchas chicas, tengo una delantera bien puesta y ni muy grandes ni muy pequeños me gustan, y mi trasero… simplemente me encanta lucirlo.

Soy una chica bastante normalita, estudiante y tranquila. He tenido pocas parejas, ya que me gusta disfrutar tanto de mi soltería como de mi pareja. Mis parejas siempre han sido de edades parecidas a la mía, como mucho uno o dos años más que yo. Pero desde hace varios años me atraen los hombres mucho más mayores que yo, hombres altos fuertes, robustos, que impongan. Siempre me fijaba en los maridos de mis primas ya mayores o amigas y ese tipo de hombres si me excitaban de verdad.

Esto ocurrió el año pasado, una vez terminado el último año de Bachiller, mis amigas y yo fuimos a celebrarlo por lo alto, así que me vestí para la ocasión, elegí uno de los conjuntos de interior mas sexys que tenía, un vestido sin mangas corto por encima de las rodillas, ceñido ya que era de cuero, de color negro, unos tacones bastante altos, me pinte los labios de color rojo ardiente, y salí decidida a celebrar el fin de una etapa y el principio de otra nueva. Así que fuimos a uno de los locales más prestigiosos de la ciudad, más caros pero no era problema ya que por suerte tenemos unas familias que nos sustentan bastante bien.

Después de un rato bailando las chicas y yo nos dirigimos a la barra a pedirnos algunas copitas. Y entre las tres brindamos, "¡por nosotras!". Mientras alzaba la copa, vi un hombre sentado en frente mía, como en una sala exclusiva, aunque no VIP. Le vi, y un cosquilleo me subió desde las piernas pasando por mi vientre hasta llegar a mi estómago, me puse nerviosa, no sé porque fue, nadie me hizo sentir esa sensación nada más verle y de lejos. Era alto fuerte, se notaba que se cuidaba, de unos 34 años, no podía describirle mejor, ya que no había mucha claridad.

Mi reacción fue mirar a su alrededor "Seguro que estará con alguna tía, no tienes ninguna posibilidad…" me dije. Fueron pasando segundos, minutos, hasta una hora, y para mi sorpresa no apareció ninguna mujer a su alrededor, solo hombres con los que bebía tragos. Llegó el momento en que estaba solo "O es ahora o nunca" me dije, así que me separé de mis amigas lentamente y me iba acercando a él. Intente que entre él y yo no hubiera ninguna persona que impidiera la vista, así que me pare varios metros delante de él y empecé a bailar sensualmente al ritmo de la música intentando excitarlo, él me vio y se sorprendió, pero por su sonrisa picara fue más bien una sorpresa bastante grata. Seguía bailando sin dejar de mirarle a los ojos y notaba como se excitaba, como no paraba de moverse ya que en cualquier posición que se sentara estaba incomodo. Al rato, bueno al notar que ya no podía más se acercó lentamente hacia mí. Él venía con una media sonrisa bastante pícara como diciendo "me provocaste chiquita", mordiéndose los labios, y buahhh eso me ponía más que a mil, me mataba esa mirada hacia mí. Se acercó a mí y delicadamente empezó a bailar sensualmente conmigo, y como no yo me ponía más cachonda. Me cogía de la cintura por detrás y me pegaba a él para rozarnos. El me acariciaba el vientre y me apretaba más y más hacia él. Yo le seguía el juego ya que me encantaba. Podía sentir su aliento, y su respiración agitada por la excitación. De repente me agarró de la mano y sin decirme nada me condujo a un reservado, "Aquí nadie nos molestará", yo cada vez estaba más nerviosa, sentía que mi corazón se me salía del pecho, nunca había tomado yo la iniciativa, nunca me lancé. Llegamos al reservado, era una salita decorada de color azul eléctrico, con un largo sofá que se veía bien cómodo y una mesa en medio, bastante bonita, no tenía mucha luz, pero era más que suficiente. Me rodeó de la cintura por detrás y susurrándome al oído

  • ¿porqué me has provocado de esa manera?, sabes que ahora no respondo de mis actos
  • Quizás me gusta que pierdas el control – le dije de manera pícara
  • Joder pero qué buena estas coño!

Y de repente apareció el camarero que nos sirvió dos copitas de champán. Yo me giré hacia él, y sin apartar una mano de mi cintura haciendo que esté pegada a él, y con la otra mano brindó conmigo:

  • Porque esta noche no termine.

Le mire y bebí un pequeño sorbo de la copa. Dejó su copa y la mía sobre la mesa, me cogió de la cara con las dos manos y me besó, primero suavemente seco mordiéndome el labio lentamente, haciéndose derogar, empezó a meter su lengua, buscando ansiada mente la mía, y nos sumergimos en un beso húmedo y excitante. Dejó mi boca y empezó a besarme el cuello mordiéndome y eso hacia que emitiera pequeños gemidos de placer. Yo estaba inmersa en el placer y la excitación, cerrando los ojos y sintiendo cada beso suyo cada mordisco, su lengua caliente. Mientras tanto me iba bajando la cremallera trasera de mi vestido, lo hacía suave y lento. Se separo unos centímetros de mí para contemplar como se me iba bajando el vestido, iba poniendo caras de asombro y excitación al ver mis pechos, pero con el sujetador todavía puesto, el vestido se me calló completamente y dejó al descubierto todo mi cuerpo tan solo tapado por un sujetador de encaje y su pequeño tanga a juego, bastante sexys la verdad. Después de inhalar aire y expirarlo brutalmente, volvió a besarme de nuevo. Ahora fui yo quien llevaba el control, aparté mi boca de la suya, le mire a los ojos, le sonreí como una niña traviesa y empecé a desabrocharle la camisa, mientras veía ese cuerpo que me dejó loca desde el primer momento, apenas tenía bello y estaba bien cuidado. Mientras le quitaba la camisa empecé a besarle el pecho apasionadamente, pasaba la lengua, lo besaba lo mordía, sentí su corazón latir fuertemente, y su respiración iba acelerando más y más. Fui bajando mis manos y le desabroché el cinturón, bajé más las manos para acariciarle su pene, estaba duro y erecto, que me pedía a gritos que lo sacara de ahí. Así que volví hacia el pantalón y se lo desabroché, y a medida que se lo bajaba yo me iba agachando con el, hasta quitarle el pantalón por completo. Luego mirándole de abajo a sus ojos fui subiendo lentamente rozándole con mis pechos. Me besó de nuevo, pero esta vez con más intensidad y mas furia, como si quisiera meterse dentro de mí. Se separó, me cogió de la manó y se sentó en aquel sofá, invitándome a sentarme encima de él, así que separé mis piernas y me senté encima. Yo no paraba de correrme de la excitación, sentía que no podía aguantar más, estaba demasiado excitada, y el… pues se le sentía más excitado. Yo movía mi cadera mientras él me quitaba el sujetador, empezó a besarlos a tocarlos, a chuparlos sin parar, me mordía los pezones me los succionaba, y yo no cabía de tanto placer, no paraba de emitir gemidos, intentaba no llevarme por la pasión y gritar fuerte, me avergonzaba que otras personas me escucharan. Dirigí mis manos de nuevo hacia su paquete, lo acaricie un par de veces y le bajé el slip, y saltó su pene bien grueso y buena medida apuntando hacia mi.

  • Por tu cara veo que te gusta… ¿Porqué no juegas un ratito con ella?

Me dijo mientras me dirigía hacia el suelo para ponerme de rodillas. Me quedé unos segundos mirándola, gruesa con las venas hinchadas, caliente y a punto de explotar. Así que empecé a lamer la punta poco a poco y lentamente me la metía entera en la boca.

  • Joder!!! Ahhhhh - mientras emitía gemidos sin parar.
  • Que bien lo haces coño!

Yo seguía con su polla en la boca arriba y abajo, lentamente luego rápido y así durante unos minutos.

Hasta que alcanzó un orgasmo que le hizo gritar mas fuerte de lo que lo había hecho.

Me subió de la manó me quedé parada enfrente suya, me quitó el tanga y los zapatos, y me sento encima suyo. Estaba ya bien mojada.

  • Métetela, rápido.

Así que yo le obedecí y…..MADRE MÍAA, sentir ese gigante dentro de mí, como me la metía lentamente, él me agarraba de la cintura ayudándome.

  • Joder, joder, ahhh, va hasta al fondo niña.

Gritando de placer, ya no me importaba nadie que estuviera escuchando, solo quería gritar mientras empezaba un mete-saca lento y luego más rápido. Él me tocaba las tetas sin parar, mientras repetía.

  • Ahh, me encantan!!(refiriéndose a mis pechos)
  • Sabes que son tuyas, haz lo que te de la gana con ellas.

Yo me puse las manos en la cabeza mientras galopaba sin parar.

Joderr que sensación de placer mas infinito, no sabria describirlo… cerraba los ojos y me dejaba llevar por las sensaciones, hasta que nos llegó el orgasmo, ese maravilloso orgasmo que pedíamos hace más de una hora, bañados en sudor, gritamos los dos casi a la vez emitiendo un gemido potente y fuerte. Sin sacarla de mi me abrazó y me mordía el hombro, mientras yo sentía su respiración acelerada, la cual intentaba recuperar. Después de descansar un ratito me elevó y me tumbó en el sofá adoptando la postura del misionero, me besaba de nuevo en la boca, en las mejillas, en el cuello, me lamia me chupaba me mordía, y asi bajaba hacia mis pechos donde se paró para comérselos, bajaba por mi vientre jugando con mi ombligo, me separó aun más las piernas y me empezó a besar alrededor de mi vagina. La besaba, la chupaba, metía su lengua, succionaba mi flujo.

  • No pares! – le dije con voz bastante alta.

Él siguió, cogió de las nalgas para llevarme más hacia él, con la intención de querer meterse más adentro. Hasta que llegó el siguiente orgasmo. Él volvió a sonreír, como solo él sabía hacerlo, de esa manera tan pícara. Se levantó se posicionó de nuevo encima de mí, pero esta vez para penetrarme, la primera vez lo hizo suave, hasta que iba acelerando su velocidad hasta hacerlo fuerte y rápido.

  • SIGUE ASÍ NO PARES…JODER, JODER… NO PARES POR FAVOR(le dije mirándole fijamente a los ojos)
  • Hahaha… cómo voy a parar si te encanta, mi niña!

Metía y sacaba, metía y sacaba… hasta que me avisó de que se iba a venir… así que la sacó y chupándosela terminé con el trabajo. Pero cuando se corrió me aparté, ya que por esa noche no quería mancharme, y menos delante de mis amigas. Aunque ya se intuían que estaba haciendo.

Después de sentarnos descansar y recuperar el aire, él me beso suavemente, y mirándome a los ojos a escasos milímetros de mi boca me decía:

  • Ha sido el mejor polvo de mi vida. Preciosa.
  • Tú no te has quedado atrás

Se levantó y volvió a vestirse, así que hice lo mismo

  • Por cierto, que edad tienes, hermosa?
  • Ahora la edad importa??...
  • No, pero la curiosidad mató al gato..
  • Hahaha, tengo 18 años.

Se quedó paralizado, a medio vestir, y con cara de asombro me dijo

  • En serio??? no te creo… no se, se te ve más madura, con mucha más experiencia, que una niña de 18 años. Ah, seguro habras tenido muchas parejas… será eso.
  • No. No es eso. No he tenido muchos novios, es más habré tenido menos que tu en 1 semana, hahaha.
  • Pues me asombras cada vez mas chiquita.
  • Bueno, y tu? Que edad tienes?
  • Yo? Bastante más mayor que tu, mm… 35 años
  • Me encantan los hombres mayores que yo.

Terminé de vestirme así que fui al servicio para peinarme y lavarme la cara, para que nadie notase nada. Él apareció detrás de mi, me cogió de la cintura

  • No quiero que se quede en una noche… me encantas quiero seguir esto contigo, sé que una relación es difícil, por tu edad y la mía, así que seremos amantes mi niña, si tu quieres claro está.
  • Me encantaría

Me giré hacia él, le besé y salí hacia mis amigas. Durante el tiempo que estuve ahí no me quitaba ojo, sentado y con esa sonrisa que me volvía loca. Y que decir si se acercaba algún chico para conversar,, hahaha.

GRACIAS POR SU ATENCIÓN!