Un plan perverso (2)
Siento que vuelvo a tener el control sobre Lara, aunque no ya sobre su cuerpo, sino sobre su mente. ¿O quién tiene mas poder acaso que aquél que puede escribir la historia?
UN PLAN PERVERSO 2
Esta es la secuela de una historia que comienza aquí:
http://www.todorelatos.com/relato/62839/
PARTE II
2:30 am.
Hace unos minutos pedí un taxi para que venga a recogerme. ¡Mierda, otros doscientos pavos! Aunque bien, ya no puedo decir que no ha valido la pena. Me dispongo a disfrutar de mi última copa de champagne mientras repaso mentalmente, por vigésima vez, cada detalle de aquella noche. ¡Vaya noche! Mi boca aun sabe a caramelo.
Muchos invitados se han marchado ya. Desde mi regreso a la planta baja, nadie ha vuelto a subir o bajar por las escaleras. Me hubiese gustado volver a ver a Lara despierta, pero me acaban de avisar que el coche me aguarda en la entrada. Es hora de partir.
Salgo de la mansión y me acomodo en el asiento trasero del automóvil. Le indico el camino al chofer y me quedo pensativo, en silencio, repasando con lujo de detalle, por enésima vez, lo acontecido en la alcoba de la planta alta. Pero esta vez es difrente, comienzo a intranquilizarme con la idea de haber dejado alguna evidencia que pudiera delatarme. No logro encontrar nada. Pero el temor persiste, crece. Trato de concentrarme para alejar la paranoia, de pensar en otra cosa. Pero justo llega a mi mente un pensamiento tranquilizador: ¡Mi seguro de vida está en el móvil! Mi coartada perfecta. Tomo inmediatamente el celular, chequeo las imágenes... y allí está... Uff! Respiro aliviado... no puedo quitar la vista de la foto. De golpe, el aparato comienza a sonar con estridencia y a vibrar en mi mano. ¡Mierda! Me coge tan de sorpresa que doy un brinco en el asiento y dejo caer el móvil al piso del taxi. Sigue sonando enfermizamente en el silencio de la noche, el chofer voltea y me ve agachado, tanteando el piso, mientras intento dar con el puto aparato.
¿Quieres que detenga el auto?
No, gracias. Aquí está... quién coños lla...
Me corre un frío por la espalda. ¡Dios! Es el celular de mi tío,. La última vez que me ha llamado creo que ha sido para algún cumpleaños, cuando era un niño. Y ahora lo hace a las tres de la madrugada después de haber estado juntos toda la puñetera noche sin intercambiar más de dos palabras. Respondo ciego de pánico.
Diga..
¿Juan..? ¿Eres tu?
Si, tío... ¿qué ha pasado...?
¿Estás muy lejos ya...?
Los piernas comenzaron a temblar por si mismas.
Noo... no, de hecho todavía no salgo del Country... ¿Qué sucede? ¿Ha pasado algo? ¿Algún problema?
No puedo evitar una preocupación exagerada, desmedida pero real.
No, tranquilo... Nada grave, pero necesitaría que regreses, sabes?
¡Me está pidiendo que regrese! Estoy muerto, la paranoia me está carcomiendo la mente. Pero no puedo negarme. Debo ejercer mi propia defensa si fuese necesario.
Bueno, como digas.... Voy para allá.
3:10 am.
Mi tío nos presenta como si no nos hubiésemos visto antes.
Ella es Lara... La novia de Pablo. No se si se conocen...
Yo me quedo mudo. Ella me echa una mirada como si verdaderamente nunca antes nos hubiésemos visto.
Mis tíos, mi primo, Lara y yo permanecemos de pie en el hall de entrada, cerca de la puerta que da a la cocina. El aire está enrarecido, cargado, hay un clima tenso, incómodo. Ella está impecable, como cuando la vi por primera vez. Sólo que en esta oportunidad lleva puesta una campera liviana cerrada hasta el cuello. Tampoco lleva colgando su chupachús, pero es evidente que se ha peinado y maquillado nuevamente. Su pequeña cartera cuelga de su hombro y oculta el lado de la falda donde el lavacopas ha inmortalizado su arte abstracto. Parece como si acabase de llegar a la fiesta.
Nos saludamos con un beso en la mejilla. En el acercamiento puedo advertir que se ha echado una buena dosis de perfume encima... Aunque detrás del perfume todavía persiste ese aroma mezcla de sudores, saliva, flujos y hormonas... Mientras mi mente se marea entre los recuerdos de la planta alta, interviene mi tía.
Lara está con su novio que... bueno... se ha pasado de copas y está totalmente inconciente tumbado en MÍ cama
La bruja no puede ocultar su tono de indignación y fastidio. Lo que provoca la intervención de mi tío, para intentar poner paños fríos.
¡Carmen, basta ya! Le ha sentado mal la bebida, es todo...
¡Tu empleado se duerme la mona en tu propia cama y es todo lo que tienes para decir!: "Le ha sentado mal la bebida".
La última frase fue pronunciada en un tono de burla rayano a lo grotesco.
¡Menudo dato acababa de enterarme! Mi tío había acabado sobre los pechos dormidos de la novia de un amigo de su hijo, pero también sobre la novia de uno de sus empleados. ¡Qué linda familia!
Mi tía retoma la iniciativa:
De manera que éste irresponsable no puede conducir su camioneta... Y Lara, esta jovencita tan atractiva...
La mira con una leve pero muy efectiva cuota de desprecio que hace que Lara baje la vista avergonzada.
...no sabe conducir... ni siquiera tiene registro...
Ahora interviene mi primo:
Pablo, el novio de Lara, vive a diez minutos de tu casa... se me ocurrió si no podrías alcanzarlos conduciendo tú la camioneta y luego allí cogerías un taxi... Les haces un favor y te ahorras unos billetes.
¿Que opción tengo?
Si, claro... No hay problema...
Gracias Juan. Sabía que podíamos contar contigo..
Lara no dice una palabra. Está visiblemente incómoda por toda la situación. No es de las chicas que les gusta pedir favores...
¿Seguro no es molestia, Juancito?-
Pregunta la bruja con su voz chillona.
Para nada, Tía Carmen. De verdad...
Acto seguido, veo a Jony que sale de la cocina con una taza de café en la mano y se la entrega a Lara.
Para usted, señorita..
Gracias.
No... Gracias a usted...
Y se marcha de vuelta a la cocina.
Nadie repara en los exagerados modales de Jony, de hecho nadie repara en Jony.
En ese momento, mi primo y mi tío, cruzan una mirada y suben escaleras arriba.
3:30 am
Entre los dos logran tumbar a Pablo en el asiento trasero de la camioneta. Éste no parece mostrar ninguna señal de recuperación.
Nunca lo había visto así...-
Comenta mi primo mientras cierra la puerta del coche con cuidado de no golpear a su amigo. Lara prefiere no hacer comentarios y se acomoda en la butaca del acompañante.
3:45 am.
Hace cinco minutos que hemos salido a la carretera y Lara sigue con la vista clavada al frente, sin pronunciar palabra. A veces se remueve incómoda sobre la butaca. Cuando ingresó al coche y se sentó a mi lado no pudo disimular una fugaz mueca de malestar al apoyar su trasero sobre el tapizado.
Trato de concentrarme en la conducción del vehículo pero estoy comenzando a sentirme incómodo también. Sólo se escucha el monocorde y apagado sonido de los neumáticos sobre el asfalto y la respiración profunda y lejana de la morsa aletargada que viaja detrás.
Enciendo la radio a bajo volumen para tratar de aligerar un poco el ambiente. En ese momento reparo en las rodillas desnudas de Lara y en sus piernas levemente bronceadas. Están literalmente al alcance de mi mano, a centímetros de ella. ¡Basta! Tengo que pensar en otra cosa. Tengo que olvidarme de mi silenciosa acompañante. Pero de golpe un pensamiento me asalta la mente y ya no pude pensar en nada mas: ¡Ella no lleva puestas sus bragas!
Al despertar, se había mirado frente al espejo, había sido conciente de su estado aunque sin saber de qué forma había llegado a él. Sí. Lara había notado su pelo desarreglado, y se había peinado; el estado bochornoso de su camisa, y lo había ocultado bajo la chaqueta; ¡hasta la mancha de la falda que afanosamente se había esmerado en disimular con su cartera..! Entonces era imposible que Lara no advirtiera el estado escandaloso en el que se encontraban sus bragas al momento de despertar... pero.. ¿qué habría hecho con ellas? ¿Lavarlas? Imposible: No habría podido secarlas.
Un frío me recorre la espalda. La miro de reojos evitando ser descubierto. Subiendo por sus rodillas vienen sus muslos, después de sus muslos, su falda, y bajo su falda... Miro al frente, la ruta está desierta. Quiero quitarme esa tonta y perturbadora idea de la cabeza. Pero mi mente vuelve allí y ensaya una posible escena de Lara al despertar:
Casi puedo verla en el baño de la habitación de mis tíos quitándose su prenda íntima con cara de sorpresa y repugnancia, higienizando su rajita y su cola en el bidet y... ¿qué habrá hecho con sus braguitas de algodón? ¿Las habrá desechado? ¿Las habrá guardado en su cartera? Difícil saber... pero lo que es casi seguro es que no las lleva puestas. Y ese dato es el que me está empezando a incomodar nuevamente la entrepierna. Entonces decido romper el silencio:
¿Te sientes mejor?
Si.
Responde cortante, sin apartar la vista de la carretera. Lara no parece tener mucho ánimo de plática.
Parecías a punto de desmayarte cuando te encontré en el toilette.
Este comentario logra captar algo de su atención. Veo por el rabillo del ojo que se ha vuelto para mirarme. Hasta que finalmente habla:
Mmmm... claro... ahora recuerdo algo: Tu... tu me encontraste en el baño de la planta baja y me ayudaste a... a subir, no? Fuiste tu?
Me muerdo la lengua. Es evidente que Lara no recuerda nada, pero no quiero ser yo quien le dé una mano con ello. Necesito saber cuánto es capaz de traer a su memoria y cuánto podría manipular sus recuerdos a mi favor. Entonces deslizo sutilmente mi primera mentira:
Si. Temí que te rompieras la cabeza contra el suelo y le pedí a mi tío que me diera una mano con las escaleras..
Lara me escucha atentamente. Yo continúo:
Él recomendó que te recostásemos en su cama hasta que te sintieses mejor, y eso hicimos...
¿Y en qué momento llegó Pablo?
Esta pregunta me da la clave. Es la respuesta que necesito. Lara tiene un blanco total en su memoria, un vacío que va desde nuestro encuentro "casual" en el toilette, hasta que despierta en la cama de mis tíos junto a su novio. Un hiato. Una fisura en el tiempo sin duración ni contenido. Una hoja en blanco donde escribir mi propio relato. La sola idea de modelar un segmento de su historia me excita. Siento un cosquilleo en mi entepierna, siento que algo despierta allí. Siento que vuelvo a tener el control sobre Lara, aunque de otra forma. No ya sobre su cuerpo, sino sobre su mente. ¿O quién tiene mas poder acaso que aquél que puede escribir la historia ? O mejor aún: que aquél que hace de su versión de la historia, la oficial... aunque más no sea por ser la única.
3:55 am.
Bueno... mi tío llamó a Pablo cuando la cosa se puso... como decirlo... difícil..
¿Difícil? ¿De qué hablas?
Lara comienza a intranquilizarse pero trata de mantener el control sobre sí. Intenta disimular una ansiedad creciente producto de la sospecha de que algo grave había sucedido, algo de lo que ella era responsable y no recordaba en lo absoluto.
¿Qué quiere decir "difícil"?
Bueno... estabas muy borracha y cuando te tendimos en la cama comenzaste a hablar... a decir cosas...
Lara se frota el rostro con sus manos visiblemente nerviosa. Sabe que algo extraño ha sucedido allí en la alcoba, algo relacionado al exceso de alcohol y, muy probablemente, relacionado con el estado deplorable de su ropa interior y con un leve escozor que siente al sentarse. Pero no tiene la más mínima noción de porqué las cosas están como están, y eso le provoca una sensación de vértigo desesperante. De todas formas parece dispuesta a querer desentrañar su historia:
Por favor, necesito que me cuentes qué pasó... Lo que sepas... No recuerdo nada... No se qué coños secedió allí... Perdí el conocimiento...-
El ruego de Lara ratifica mi erección. Lara quiere una historia. Una historia que está dispuesta a creer, que necesita creer. Necesita ubicar algo allí, donde no hay nada. Y yo estoy dispuesto a darle su historia:
¿Realmente no recuerdas nada?
Digo con tono incrédulo.
No. Creo que me desmayé... no sé... no entiendo qué pasó...
¿Estás segura que quieres saber?
No me asustes, joder!... ¿Qué pasó? ¿qué dije? Quiero saber todo.
Ok... Como quieras: Estabas pasada de champaña y... cuando te tendimos...
Hablo concentrado mientras miro la carretera. Ella está tal como yo quiero: pendiente de cada una de mis palabras.
Empezaste a decirle a mi tío... algunas cosas... palabras subidas de tono...
¿!Quéeeee!?
Se lleva las manos a la cara para ocultar su rubor. Me quedo callado y la miro...
¡No puede ser, al Sr. Oscar! Pablo me mata... Es imposible...¿Qué cosas dije? ¿Qué clase de cosas?
Bueno... Te mostrabas realmente como... como desenfrenada... agresiva y provocadora...
¡BASTA! ¡Me estás mintiendo!
Por un momento pienso que va a entrar en un ataque de nervios. Pero respira profundo, se aclara la garganta y continua:
No lo puedo creer... No puedo creer lo que me estás diciendo... Oscar Liberman es el jefe de Pablo... sabes lo que eso significa... que Pablo se va a enterar, me va a matar... No pude haber hecho eso... no puede ser verdad...
Entonces sus ojos se inflaman y comienza a lagrimear.
Lo sé... Por eso mi tío me solicitó máxima discreción...
La palabra le retumbó en la cabeza y la repitió sin pensar...
Discreción...
Si... Discreción por lo que me toco presenciar... Discreción para preservarte a ti y a tu novio... y supongo que también para preservar a mi propia familia.
Los dos nos quedamos en silencio. Lara retorna a su mutismo autista con la mirada perdida en el frente. Ella se debate entre saber más o dejarlo como está. Yo disimulo mi ansiedad por continuar, pero aguardo con cautela. Seguramente el cerebro de Lara comienza a tejer relaciones absurdas entre mis dichos, sus bragas, sus escozores y sus manchas.
4:10am.
Estamos a pocos kilómetros de la ciudad. La carretera está desierta en plena madrugada. Es una noche de verano, estrellada y sin luna. Hace ya varios minutos que estamos en silencio. La música suave de la cabina de la 4x4 oficia de contrapunto a la tensión que se vive dentro de ella. La única iluminación es la irradiada por el tenue brillo azulado del tablero.
La presencia de Pablo sólo se advierte de cuando en cuando, por su respiración profunda. Su cuerpo se encuentra recostado en la butaca trasera, pero su mente todavía está a millas de distancia.
Las piernas de Lara siguen allí, siempre al alcance de mi mano. Puedo advertir que la falda se ha levantado unos centímetros por encima de sus muslos, pero todavía es imposible confirmar mi teoría sobre sus bragas (o la ausencia de ellas).
Por mi parte, decido esperar. Sé que no es mi turno. De repente, casi puedo sentir en mi piel el roce de su mirada, pero no reacciono. Sigo en mi actitud pasiva. Luego la veo voltear y estirar su cuerpo hacia la parte trasera del automóvil, probablemente para corroborar el estado en el que permanece su novio. La tela de jean trepa súbitamente por sus muslos a gran velocidad, pero una mano presurosa y experimentada presiona sobre su entrepierna para seguir manteniendo oculto el misterio. Luego se acomoda nuevamente en su butaca y finalmente rompe el silencio con renovada tranquilidad:
Bueno... aparentemente, no entiendo cómo, sabes todo lo que paso conmigo esta noche... así que estoy dispuesta a escuchar...
A pesar de la calma hay un tono muy presente de rencor irónico en su voz...
*Bien... puedo contarte lo que sé... aunque no creo que sea todo...
Lo que sea que sepas, quiero saberlo. Lo hecho está hecho, pero no quiero salir mal parada de esta mierda, de manera que necesito saber...*
Ha mordido el anzuelo. Ahora sólo tengo una oportunidad de narrar coherentemente los acontecimientos sin caer en contradicciones o sin sentidos.
Me parece justo. Te tendimos sobre la cama y, cuando ya estábamos prestos para volver a la fiesta y para avisarle a tu novio, te escuchamos balbucear por lo bajo. Entonces mi tío se acercó... No podía entender tus murmullos... Se arrimó a tu lado y se sentó al costado de la cama. Yo aguardaba de pie al lado de la puerta pero pude escuchar lo que dijiste a continuación..:
Hice una pausa y volteé como para corroborar que Pablo seguía en otra galaxia. Lara interpretó mi reacción y me tranquilizó:
Está fuera de combate... continúa.
Dijiste..: "¿quieres que te coma la polla, viejo...?" "¿quieres que te la ponga bien tieza... para que me las des por el culo...?" o algo así... y a continuación dijiste: "¿Piensas que soy idiota? ¿Crees que no vi como me lo deseaban tu y tus depravados amigos..?Me han puesto muy cachonda, sabes?." Y luego te echaste a reír en la cara del viej... de mi tío.
Hago una pausa para tantear cómo es recibido mi primer embate. En un segundo el silencio de la cabina se torna desesperante. Lara escuchó toda mi teatralización sin decir una palabra, pero ahora ha vuelto a clavar la vista al frente. No es momento de esperar, ya he mostrado mi juego y debo seguir hasta el final:
Mi tío me miró turbado... desorientado. Luego se volvió hacia ti y te sugirió que descanses... te dijo en tono paternal que te encontrabas ebria. Pero cuando se disponía a levantarse, pusiste tu mano en su entrepierna y comenzaste a acariciarlo. Entonces mi tío se alteró, se levantó de golpe y corrió hacia la puerta... Ahí comenzaste a ponerte realmente agresiva, pesada... le dijiste que si se iba, si osaba salir del cuarto, bajarías gritando diciéndole a todo el mundo que él había intentado violarte... Mi tío se puso muy nervioso, tomó su pastilla para la presión y me preguntó qué debía hacer, al tiempo que tú le pedías que vuelva a sentarse a tu lado amenazándolo con arruinarle la vida... Él me decía que te conocía, que tu no eras así... que eras una buena chica... Entonces yo le sugerí que te siguiera la corriente para ver si te relajabas... y se te iba el mal rollo...
Por un momento me sumergí tanto en el relato, me concentré tanto en ser coherente, que casi pierdo el termostato de mi interlocutora:
¿Quieres que continúe?
Quiero que termines con tu historia
Pues, te recuerdo que esta no es precisamente "mi" historia...
Ya... Quiero que acabes de una vez.
¿Dentro o fuera?... Perdón. Una broma de mal gusto.
Es lógico que niegue la historia, que le resulte inverosímil. Es natural que no crea una sola palabra de lo que estoy diciendo... Pero también es cierto que, admás de sus bragas sucias y el escozor al caminar y al sentarse, es lo único que tiene... Y esa es mi ventaja.
Bien... Entonces él decidió seguirte la corriente y se sentó en la cama, a tu lado. Tu le rogabas... Mejor dicho, le ordenabas que tomara la copa de champagne que había sobre la mesilla de noche. Él lo hizo. Entonces tomaste su mano, la que aferraba la copa, y volcaste el contenido sobre tu blusa... sobre tus... pechos. Entre risas le dijiste: "Estoy que ardo... necesito que apagues este fuego, abuelo..." o algo así. Luego le quitaste la copa y arrastraste su mano hasta tus pechos. Comenzaste a masajearte con la mano de mi tío... lo obligaste a que pase su mano por debajo de la blusa... Con tu mano libre, le bajaste la cremallera y...
¡YA BASTA! ¡ Estás delirando! ¡Te estás burlando de mi, hijo de puta!
Me pega con su puño muy fuerte en mi brazo derecho mientras no para de insultarme. Comienza a lanzarme bofetadas al rostro, una tras otra, con vehemencia, que yo intento esquivar como puedo sin perder el control del vehículo.
¡Si eres una zorra no es mi culpa!
¡Son puras mentiras, cabrón, hijo de puta. Tu no estabas allí, no estabas alli!
¡Obligaste a mi tío a que te ponga su verga entre las tetas...! ¡Puta, calienta pollas!
¡Cállate! ¡Cabrón, hijo de puta! ¡Son todas mentiras!
Lara está histérica. He logrado desequilibrarla con mi relato. Tengo que detener el vehículo al costado de la carretera para evitar un accidente. Ella ha cesado con su torbellino de golpes y se ha largado a llorar. Aparco a la vera del camino y le aclaro que no voy a continuar si no logra controlarse. Entre sollozos insistió.
Eres un sádico hijo de puta... ¿porqué me haces esto?
Por primera vez se muestra débil, doblegada. Lara ha perdido mucho de esa actitud pedante con la que parece manejarse impunemente por la vida. Esa debilidad me hace fuerte. Parece una adolescente contrariada, perdida, dispuesta a aferrarse al primer consuelo. La situación comienza a excitarme. Entonces se que es el momento de jugar mi carta, de sacar mi as de la manga. La historia es poco creíble, es cierto, pero sólo hay una historia. Recupero mi tono paciente, afable y compasivo, y juego mi última baraja:
Si te tranquilizas, puedo mostrarte algo para que puedas disipar tus dudas...
Cojo mi celular y busco las fotos que he tomado desde mi escondite en el vestidor.
Lara sigue sollozando. Su pecho sube y baja con ritmo y profundidad. Ella está muy alterada y no entiende qué me dispongo a hacer.
¡No me importa una mierda!... Vámonos ya... Llévame a casa, por favor...
Haces bien en pedir "por favor"... Ya partimos, pero primero quiero que prestes atención a esto...
Dejo caer el móvil sobre su falda.
Lara lo toma. Primero parece mirar a través de la pantalla sin ver nada, pero luego su pecho se detiene, se corta su respiración. La tenue luz azulada del teléfono le ilumina el rostro hinchado y hermoso. Sus pecas brillan en la oscuridad. Sus labios son desmedidamente sensuales. Ya no llora. No hace nada.
En la pantalla se ve claramente a mi tío, medio de espaldas, medio de costado, sin pantalones, sentado a horcajadas sobre el vientre de Lara. Ella yace sobre la cama con sus pechos firmes y desnudos apuntando hacia el cielo raso, y la rígida comadreja del viejo acechando en el canal meridiano con su lustrosa cabeza morada y caliente, casi rozándole el mentón.
Lara ha quedado tildada con la imagen. Sus ojos envían una información al cerebro que este se empeña en rechazar. Es el momento preciso para inclinar la balanza a mi favor. Entonces dejo de lado el tono compasivo y le hablo con rudeza:
¿Qué dices ahora? Eh?¿Quién es la zorra de esta historia? ¿Quién es la puta de la foto?? eh? Dime.. ¿Quién se ha limpiado la corrida con sus propias bragas? Dime ¿Quién? O todavía piensas que me lo estoy inventando... ¿Siempre haces eso o sólo cuando vas de mis tíos? ¿Qué coño has hecho con tus bragas sucias, dime? Porque no creo que aun las lleves puestas, o si?..
Lara sigue absorta en la foto, que es lo suficientemente explícita como para albergar dudas.
No puede ser...
Se le escapa en un susurro de abatimiento.
Entonces le quito el celular de la mano, lo guardo en mi chaqueta y pongo en marcha el motor. Lara se mantiene inmutable en la misma posición, con la mano en el aire sosteniendo nada. La foto la ha dejado knock out, y así continuó el resto del viaje.
4:30am.
Cuando nos detuvimos en la puerta de la casa de Pablo, éste aun seguía sumergido en el limbo de las píldoras de mi tía. Durante el final del viaje Lara sólo habló para indicarme el camino. Pero cuando aparcamos en la puerta del edificio, sin mirarme me preguntó:
*¿Él lo sabe
¿Quién? ¿Tu novio? Supongo que no, si tú no se lo has dicho.
¿En qué momento llegó al cuarto, entonces? ¿Quién le avisó que yo estaba allí?*
En su voz ha vuelto ese tono sutilmente arrogante y suficiente. Está recuperándose y comenzando a asimilar la historia. La historia que yo he inventado para ella y que enterraría para siempre la verdad. La historia que aun no posee final y que solo lo tendrá si Lara lo solicita.
Ya te lo he dicho: Lo llamaste finalmente tú a su celular.
Inventé. Mientras apago el motor y suspiro insinuando cansancio...
Lara empieza a preguntarse seriamente qué consecuencias podría llegar a tener todo aquello para ella. Está saliendo del shok producto de la explosión y comienza a preocuparse por su onda expansiva.
Quiero que termines de contarme todo.
Mirá... son casi las 5 de la madrugada... Quiero acostarme ya... No hay mucho más que...
No me importa tu cansancio. Cuéntame lo que sepas y luego vete.
Podrías ser mas amble... podrías pedir "por favor" al menos...
No voy a suplicarte, cabrón... Habla de una vez y lárgate...
¿Estás dispuesta a escuchar?
Si.
Cómo quieras...: Le ordenaste al viejo que metiera su polla entre tus tetas. Él se negó rotundamente y comenzaste a gritar. Tuvo que taparte la boca y acceder finalmente a tu pedido, no le dejaste opción.
Cerdo, hijo de puta...
Dijo entre dientes
*Lo cierto es que mi tío estaba muy alterado, pero no pudo resistirse a tus encantos, de manera que tardó unos pocos segundos en correrse sobre ti... Tú te burlabas y te reías... Él estaba muy apenado y me repetía que todo se le había ido de las manos... Yo trataba de tranquilizarlo. Mientras tanto tu te habías quitado las bragas y las usabas de lienzo para limpiarte el esperma regado en tu cuello y en tus pechos. Mientras lo hacías le decías a mi tío que sólo querías una cosa más de él y luego se podría marchar...
Puedes ahorrarte los detalles, sólo quiero enterarme cómo...
¡Pues cállate si quieres enterarte!*
Lara se quedó en silencio, y entonces continué con mi falso relato.
Le pediste que te facilitara el teléfono. Él lo hizo. Luego te volteaste boca abajo sobre la cama y colocaste una almohada bajo tus caderas. Le ordenaste a mi tío que metiera su mano bajo tu falda. Él estaba muy angustiado y sólo quería que todo terminase. Lo miraste a los ojos y le dijiste que no vaya a entusiasmarse, que ni estando loca le permitirías meterte su polla arrugada por el culo. Entonces tomaste su mano, la condujiste bajo tu falda, la colocaste entre tus glúteos desnudos y la apretaste con fuerza; "Méteme un dedo por detrás, viejo cabrón", dijiste. Él se negó. Entonces tomaste su dedo mayor y, maniobrando a ciegas, hiciste el trabajo por él. "ahhhh.... si quitas el dedo antes de que cuelgue, gritaré aun mas fuerte".
La visión nítida de lo que yo mismo me estaba inventando, llevaba mi erección al límite.
*...luego marcaste un número y así como estabas, con el dedo de mi tío dentro, hablaste con tu novio entre jadeos. Le dijiste que estabas ebria y muy cachonda, que te habías recostada en la cama de los "viejos de mierda" y que tenías ganas de sentir su polla caliente por dentro, entonces le pediste que subiera. Luego cortaste y finalmente mi tío y yo pudimos irnos. En la escalera nos cruzamos con Pablo. El resto de la historia sólo tú la conoces.
¿Eso es todo?
Si... A no ser que quieras contarme lo que ha sucedido luego... ¿No creo que te escueza tanto el culo sólo por un dedo, no?
¡Vete a la mierda!
Como quieras, pero creo que necesitas que te de una mano con tu sodomita.*
Le digo, señalando el bulto adormecido que viajaba en la parte de atrás de la cabina.
Dime una cosa, gilipollas, grandísimo hijo de puta...
Se dirige hacia mí con una furia casi incontenible
Veo que hemos entrado en confianza...
¿Qué coños hacías tu ahí parado todo el tiempo? ¿Te la meneabas?
Quise retirarme más de una vez, pero mi tío quería que estuviese allí... Él quería que yo fuese testigo de que él no te estaba forzando a nada... que eras tú la qué...
Viejo pervertido... Si casi me follaba con la mirada el muy cerdo...
Mmm... Entiendo... Entonces ha sido una venganza... una especie de lección para hacer sufrir al viejo...
Pues no se... No se porqué mierda me he metido en este rollo... No se qué mierda tenía esa champaña que me ha puesto así... no se... y precisamente con el Señor Liberman, ¡el jefe de Pablo...!
Que también es el padre de Diego Liberman, vuestro amigo...
Gracias por recordármelo... ¿Alguien más lo sabe?
¿Qué? ¿Te preocupas por tu reputación?
¡Vete a la mierda, grandísimo pajero!
Lara me fulmina con una mirada de odio. No le importa cómo se las arreglará con Pablo, pero ya no quiere verme un segundo más. Amaga a salirse de la camioneta, pero se detiene de repente. Su expresión cambia, como si hubiese recordado algo vital. Yo, que creo entender, tonteo un rato:
Te entiendo, muñeca... En tu situación también estaría alterado. Ya... Bajemos de una vez a este gilipollas dormilón.
Ahora soy yo quien amaga a salirse pero ella me toma por el brazo para impedírmelo.
Espera...
¿Qué quieres?
Tu móvil... Préstame tu móvil
¿Porqué no usas el tuyo?
No quiero hablar. Quiero... quiero ver la foto.
Ya la has visto. Terminemos ya.
¡No seas cabrón! ¡Dame ese puto teléfono!
Me gruñe.
Epaaaa... una chica tan bonita como tu debería cuidar sus modales.
Lara inspira profundo para tranquilizarse un poco. Sus pechos se hinchan generosamente dentro de su chaqueta cerrada. Luego se desinfla sobre la butaca y vuelve a la carga.
Terminemos con esto de una puñetera vez, tío. Ya tienes buen material para machacártela por un tiempo... déjame borrar esa foto y ya...
Te sugiero que no seas tan grosera conmigo. Sobre todo si pretendes obtener algo de mí. Algo que sólo yo puedo satisfacerte...
Mi tono, excesivamente tranquilo y displicente, la está exasperando.
¿Para qué coños has tomado esas fotografías? ¿Qué clase de pervertido eres, dime? ¿De los que les gusta mirar?
Lara empieza a subir el volumen de voz nuevamente.
¡Cállate y vete ya, malagradecida! ¡Arréglate tu con éste gilipollas!
Ella intenta controlarse para no perder nuevamente los estribos. Me odia, pero sabe que está en problemas. Vuelve a acomodarse el pelo con sus dos manos y a inspirar profundo. Exhala. El movimiento de sus pechos me la está poniendo cada vez mas gruesa.
Uffff... Porqué me haces esto..? Estoy agotada... No crees que ya he tenido suficiente?
La muy zorra empieza a jugar a la víctima. Hace gimoteos. Intenta sacar ventaja, pero no voy a permitírselo. Guardo silencio y entonces continúa:
Déjame eliminar la foto de tu móvil y ya... Cada uno a su casa, vale?.
¿Qué te preocupa más de esa foto? ¿Perder a tu novio? ¿O quedar como una puta frente a toda la alta sociedad?
Acabo de herir su amor propio, la he expuesto demasiado. Ella no puede contener mas el impulso de ira y me pega en el rostro con la mano abierta. PLAF! Siento que el costado de la cara comienza a arder. La bofetada de Lara fue como un rayo. Hago una pausa para tratar de no perder el control de la situación. No debo violentarme. Sólo la racionalidad me llevará a buen puerto.
¿Quieres saber porqué he tomado la foto?
No me interesa saber qué clase de enfermo mental eres... sólo quiero irme tranquila sabiendo que... que...
No encuentra palabras para terminar la frase.
*Sabiendo que no hay pruebas de que eres una puta.
Ok, como tu quieras. Pero pásame el condenado teléfono.*
Tomo aire y decido cortar por lo sano.
No puedo permitir que borres la foto. No la he tomado precisamente para machacármela, como tu dices.
Tomo el celular. Lara sigue el teléfono con la mirada como si fuese un tesoro.
¿De verdad quieres esto? ¿Sabes cuanto dinero pagaría mi tío para hacer lo mismo que quieres hacer tú?. ¿Sabes cuanto dinero pagaría el muy cabrón para que esta foto no le arruine su puta vida? ¿Te imaginas cuanto?
La expresión de Lara va mutando de la cólera al pánico al descubrir mis propósito ocultos, absolutamente falsos por cierto.
¡Eres una mierda! ¿Cómo puedes...? ¿A tu propia familia...?
¡Odio a esos hijo de puta, los odio. Mi tío, mi tía, mi primo... son pura escoria!
No me costó mucho fingir esta frase, de hecho sonó con la credibilidad inconfundible de la cruda realidad. Fue tan contundente como para hacerle abandonar a Lara cualquier tipo de esperanza de obtener algo de mí.
No puede contenerse y se me abalanza para arrebatarme el teléfono. Forcejeamos. Me tira algunos puñetazos, pero finalmente logro asirla por las muñecas e inmovilizarla. Le pido que se calme. En el descuido se le ha subido levemente la falda, en medio de la riña trato de confirmar si lleva puesta su ropa interior, pero no lo consigo. Lara vuelve a su butaca mientras no para de insultarme hasta que se larga a lloriquear.
Mira... no es contigo. Hace tiempo que quiero hacerle una buena jugada a mis tíos y he encontrado la oportunidad perfecta. No pienso desaprovecharla.
¡Es que vas a arruinarme, cabrón..! ¿o no lo entiendes? Vas a aruinarme...
Lo entiendo y, por cierto, me tiene sin cuidado... Pero si realmente quieres esa foto primero necesito que me despejes dos grandes dudas...
Lara me mira con algo de esperanza pero con cierta reserva. El delineador se le ha corrido levemente por las lágrimas. La veo mas bella y mas sensual que nunca. Es la combinación perfecta entre la puta más inocente y la colegiala más guarra.
¿Qué coños quieres saber?
Primero, si aún llevas puestas tus bragas...
¿Qué clase de juego es este?
Uno en el que yo pongo las reglas y tu obedeces si quieres llevarte el premio.
Ok... No. No las llevo puestas. ¿Qué mas quieres saber?
Responde nuevamente con tono desafiante.
¡ Jajajaja!. ¿Me crees idiota?. Tienes que demostrarmelo. Déjame ver bajo tu falda.
¡Qué te has pensado, maldito ca...!
¡Silencio! ¡Basta de histeria! ¡Si quieres tu foto gánatela, sino ya puedes marcharte con ese gilipollas a cuestas!
Lara piensa unos instantes. Luego pone sus manos al costado de sus muslos y se levanta la falda unos centímetros
¡Mas arriba, preciosa! Aquí hay poca luz y no puedo estar seguro.
Lara levanta las caderas y sube su mini hasta la cintura. Puedo distinguir en su entrepierna el contorno de los pliegues de su conejito a la perfección. No puedo evitarlo y apoyo mi mano sobre su muslo izquierdo. A Lara se le eriza la piel y respira profundo.
Ni se te ocurra tocarme...
Me advierte en voz baja.
Tranquila. Solo quiero estar seguro.
Dejo resbalar dos de mis dedos hacia el interior de sus muslos. Ante mi avance Lara cierra violentamente sus piernas empujando involuntariamente mis dedos hacia su vulva. El efímero roce de mi piel contra sus mullidos labios lampiños despierta una corriente eléctrica que sube por mi brazo, pasa por mi estómago y explota en mi polla provocando un incendio. Me quita la mano con violencia.
Sonrío satisfecho. Con tanta emoción he olvidado que mi teoría es efectivamente correcta. Solo me resta saber dónde ha ido a parar su afectada ropa interior.
¡Dime ya mismo que más quieres saber y vete ya, perverso, enfermo, hijo de puta!
Es el turno de mi segunda pregunta: el paradero actual de sus bragas. Pero antes de poder hablar, mi polla se adelanta a mi cerebro y toma la palabra.
¡Quiero saber cómo la mamas, zorra engreída!
Lara se lleva las manos al rostro y se echa a llorar silenciosamente, acongojada, como una niña que a sido reprendida por su mal comportamiento y ahora se arrepiente...
4:50am.
Está quebrada. Por primera vez pienso en la posibilidad de tenderle el celular para que haga desaparecer la foto que tanto la perturba y dar por finalizada la historia. Al fin y al cabo, Lara ya me ha dado bastante de sí esta noche. La dejo llorar mientras disfruto mirando el espectáculo de sus pechos subiendo y bajando al ritmo de su angustia. Tomo de la guantera un pañuelo de papel y se lo tiendo como símbolo de paz. Lara lo coge humillada. Por primera vez siento pena por ella. A los pocos segundos intenta sobreponerse, respira profundo y se seca el rostro con el clinex. Vuelve a llenar su pecho de aire y lo exhala lentamente como queriendo retomar la compostura. Me dispongo a coger el móvil para complacerla y terminar la escena, pero detengo mi mano al recibir su mirada. Su expresión es serena pero abrumadoramente derrotada. Ni rastros de su encarnada soberbia y pedantería. Una nueva belleza vulnerable se dibuja en su rostro. Sus ojos verdes apenas hinchados por el llanto, su delineador sutilmente desdibujado por las lágrimas, sus pecas mas definidas por el rubor de sus mejillas y sus anchos y delgados labios enrojecidos... volvían a provocarme un cosquilleo entre las piernas.
Con la mano aferrada al celular le sostengo la mirada tratando de adivinar sus pensamientos. Me doy cuenta que me está mirando pero sin ver, tiene la vista perdida.
¿Estás bien? Pareces un fantasma...
Le pregunto
Terminemos con esto de una vez.
Entonces me doy cuanta de algo más. Lara quiere terminar definitivamente el asunto a cualquier precio, incluso si ese precio incluye comerle la polla a un perfecto desconocido dentro de la camioneta de su novio, mientras este duerme en el asiento trasero.
¿Y bien? ¿Aceptas el reto, entonces?
Lara guarda silencio, como si no me hubiese escuchado.
Bien... supongo que el que calla otorga...
Acto seguido, me bajo la cremallera, me desabrocho el pantalón y me lo bajo hasta las rodillas junto con mi ropa interior. Como si abriera una caja de sorpresas, mi verga salta tiesa apuntando hacia el techo del vehículo.
Sin darme tiempo a más, Lara se sumerge de cabeza en mi entrepierna y me come la polla hasta la mitad. No duda un segundo. Está totalmente convencida de lo que hace. Me aferra por la base del tronco con su mano derecha y comienza a masturbarme con medio rabo dentro de su boca.
Lara no está abatida, simplemente ha cambiado su estrategia. Abandona la resistencia y la pena para seguirme la corriente y terminar lo antes posible con esta gilipollada de la foto. Finalmente muestra su verdadera cara de "siempre obtengo lo que quiero". Pues ahí tienes, pero vas a tener que ganártelo.
Yo estoy en el cielo. Miro por el rabillo del ojo hacia la parte trasera: Pablo sigue aletargado mientras su novia trabaja afanosamente para hacerme correr. La muy perra aumenta la velocidad de su muñeca para sacarme de combate rápidamente. Advierto su estrategia y la detengo.
Tienes que esmerarte más, cariño, si quieres sacar algo bueno de mi... además de leche.
oehmmmm ghume gamm.... sssume
¿Qué?
Está tan apresurada que no quiere ni sacarse la polla de la boca para hablar.
Al aferrarle la muñeca para detener su frenético sube y baja, empieza a mover su lengua eléctricamente sobre mi capullo. Un escalofrío me recorre de la espina hasta la coronilla.
Eres mucho mas puta de lo que pensaba.... ¡Aaaah... Por dios..! Qué rico la comes... Tu boca es una caldera...
¡Oeeeouuuuuaaaa eeooooteeee e i oaaaa!
No logro entender qué coños está diciendo. La tomo de los cabellos de la nuca levantando su cabeza, arrancándola de mi verga. Ella me mira con odio y confusión, todavía con la boca abierta, babeando...
No te entiendo, hermosa. No te entiendo si hablas con mi rabo dentro.
Antes de contestar ella se limpia con el dorso de la mano dos hilos de una amalgama viscosa, mezcla de saliva y líquidos preseminales, que todavía conectan mi glande con sus labios hinchados.
Que ni se te ocurra correrte en mi boca, cabrón.
¿Y donde coño quieres que me corra?
No es mi problema
No me vengas con esas... ya tengo bastante con mi novia.
Le tomo la cabeza con mis dos manos y comienzo a follarle la boca con rudeza. Lara resiste las primeras embestidas y luego levanta las manos como señal de ahogo. La suelto y ella se incorpora de golpe para tomar aire.
Vas a tragarte toda la crema que tengo para ti, quieras o no.
Ni lo sueñes, hijo de puta.
¿Cuánto tiempo más crees que dormirá este idiota, dime? ¿Quieres ver como se despierta de golpe y ve el tapizado de su hermosa camioneta chorreando leche?
Tomo a Lara de la nuca y la llevo de regreso a mi entrepierna. Ella accede con bronca y resignación. Cierro los ojos y me entrego al placer de los últimos minutos de la felación.
Siento el calor de los labios y la lengua rozando mi verga. Es como un terciopelo. Es una sensación completamente distinta a la que había vivido hace algunos minutos en el cuarto de mi tío. Su saliva se desliza por mi tronco y me empapa los huevos... siento el frío del aire allí. Lara se acomoda de rodillas sobre su asiento sin sacarse mi verga de la boca. Con una mano se aferra al volante y con la otra al respaldo de mi butaca, mientras sube y baja con la boca sobre mi polla moviendo todo el tronco, desde la cintura. Siento sus tetas rebotar libremente sobre mi muslo. ¡Una delicia! No resisto más y le atrapo una por sobre la camisa. Lara no dice nada, sólo aumenta el ritmo. Sólo quiere llegar al final. Sube y baja, sube y baja. Se detiene un segundo y me lame con su lengua eléctrica. Y sigue...
slup... slup... mmmghh... slurb.... slup... slup
En cada bajada mi verga entra un poco mas. Contengo mis jadeos. No quiero que sepa que estoy por correrme. Va a ser sorpresa. Calculo que va a ser en dos bajadas mas.
Slup... slup...
Ya viene. Justo en el momento del subibaja en que mi capullo roza las profundidades de su garganta, la cojo de los lados de la cabeza con ambas manos para inmovilizarla. Lara intenta separarse de mí con todas sus fuerzas pero no lo logra.
Ahhh... quédate quieta, zorra. Ya viene...
Cuando Lara comienza a sentir el líquido caliente brotando dentro de su boca deja de moverse. Cierra los ojos con fuerza y se queda paralizada.
Ahhh... Ahhhhhhhhh... Siiiiii... aaaaaahhhhhhh.
Yo tengo el mejor orgasmo de toda mi vida. El mas intenso. El mas abundante. Entonces la tomo del cabello y la separo de mí. La pongo frente a mis ojos. Está hermosa, fatigada, sudada, preciosa. Puedo oler mi semen en su boca.
Lo has hecho muy bien.
Le digo casi como una declaración de amor, mientras le acaricio el cabello.
Ella no me contesta. Tiene los labios apretados. Me odia, pero sabe que todo terminó al fin.
Le tiendo mi celular. Ella se acomoda en su asiento, busca la foto y la elimina. La hace desaparecer. Me tira el móvil con violencia sobre las piernas. Este rebota y cae al suelo. Intenta abrir la puerta para descender. Pero está trabada. Insiste pero no lo consigue. Me mira con odio. Quiere insultarme con todas sus ganas, pero no lo hace... no puede hacerlo.
Muéstramelo.
.........
Quiero verlo.
Lara separa los labios con cuidado de no mancharse. Su boca está repleta de esperma. Saturada. Allí está toda mi corrida. No ha dejado derramar nada, para no despertar sospechas. Pero la muy zorra ha preferido eliminar la foto antes de bajarse y escupir.
Lara... mi amor... ¿donde estamos?... creo que me desmayé.
La voz provenía del asiento trasero. Lara abrió los ojos desorbitados de terror y se llevó las manos al rostro tapándose la boca. Su garganta hizo un sonoro.
nnnnnnnggggggggghhhhh....
A lo que le siguió un acceso de tos que fue sofocado rápidamente. Yo no paraba de mirarla y de sufrir una nueva erección.
Mi amor, ¿te encuentras bien?
Aaanghhhh... ejemm... si.. si...
Mucho gusto, yo soy Juan el primo de Diego. Creo que han bebido demasiado esta noche. Los dos.
Digo amistosamente, mirando a Lara.
Los tres bajamos de la camioneta. Pablo se muestra muy agradecido conmigo. Lara me despide con dos besos en las mejillas, me agradece y me dedica una sonrisa espléndida. Aunque por dentro debe estar estallando de ira. Ambos se vuelven y caminan hacia la puerta del edificio. No pude evitar escuchar los primeros segundos de su conversación...
¿Porqué caminas con dificultad, amor?
Es que me duelen las piernas de tanto baile...
5:10 am.
Me monto en un taxi. Le indico al chofer mi destino y me desplomo contra el respaldo.
Estoy exhausto. Después de varios meses intentando infructuosamente que Melina me conceda la llave de su puerta secreta o que acceda a beber de mi fuente, finalmente vengo a satisfacer mis deseos en una sola noche, con una verdadera femme fatal , ¡y nada menos que en el aniversario de mi tía! Creo que comienzo a barajar la posibilidad de escribir algo con lo que ha sucedido hoy, pero no me decido si narrar la historia real o la que e inventado para Lara. De lo que sí estoy seguro es de que el final cerrará con una incógnita, la pregunta sin respuesta sobre el paradero de las bragas sucias de Lara. Aunque con un poco de paciencia y con ayuda de las fotos que me he enviado al mail desde el móvil mientras yacía escondido dentro del vestidor de mis tíos, quizá logre que Lara finalmente despeje mis dudas... y quizás también consiga algo más. Voy a pensar en ello.