Un placer vendido

Un auto gris

Lo conocía hace varios años por internet, jamás nos juntamos en persona, pero hablábamos un montón, él me contaba sus intimidades y yo las mías, era un buen tipo, un poco vulgar para hablar pero alegre, siempre me hacia reír. Él nunca fue de mi tipo, un hombre de 1,70, tez blanca, ojos y pelo negro, no tenía barba ni bigote, siempre mantenía una contextura normal, no era delgado, pero tampoco  gordo,  no se ejercitaba, solo jugaba computador, en pocas palabras, era un tipo normal.

A pesar de que pasaba un buen rato con él por medio del chat,  yo jamás le preste atención, a pesar de sus insinuaciones, nunca me imaginé nada con él, ya que,  me mantenía en pareja o tenia diversos hombres para complacerme… pero esta vez fue distinto, ni yo misma lo puedo entender, si fue el dinero,  lástima o simplemente un acto de bondad.

Raúl año tras año me contaba de sus decepciones amorosas, como las mujeres jugaban con sus sentimientos y su dinero,  y como el  amor no le fluía y se quedaba solo, queriendo o amando. Yo siempre lo leía y más que nada le daba ánimos, su última relación duro 1 año, en donde él mantuvo a una mujer con su hijo, les ayudo a buscar un hogar y los alimentaba, a pesar  de que no vivieran juntos, les facilito la vida,  ella en recompensa le daba besos y dejaba que él la tocara por todo el cuerpo, pero jamás lo dejo concretar el acto sexual, ni jamás  lo tocó, lo que provoco que finalmente Raúl se aburriera de ser manipulado y no obtener nada.

En este contexto fue que me busco, desesperado me contó que ninguna mujer lo había tocado en un largo tiempo y necesitaba sentir una mano en su entrepierna, yo le aconseje que se acercará a  prostitutas, pero producto de la pandemia mundial en la que nos encontramos no se sentía seguro con ellas, fue allí cuando me lo ofreció

¿Tú podrías masturbarme?<

yo te pagaré< > solo necesito que una mujer me toque el pene y mueva su mano<

cómo es solo mover la mano supongo que con $ 10.000 estaría bien<

Mi primera reacción fue reírme

estás loco tengo pareja, vivo con él y soy feliz<

Pero  estas palabras no le bastaron él seguía insistiendo…

todos mis amigos me molestan, mantuve una relación un año sin obtener ni siquiera una masturbación<

Después de leer estas palabras algo recorrió mi ser, ¿pena? ¿Curiosidad? ¿Morbosidad por obtener dinero por un acto sexual? Finalmente le pedí tiempo para analizar la situación.

Con el pasar de los días, esta idea sexual no salía de mi cabeza y  me parecía entretenida la situación, ver a un hombre que no fuera mi pajera,  verlo  por primera vez, masturbarlo y ganar dinero pensé que sería una experiencia nueva y prohibida,  una tarde espere que mi novio no estuviera en casa  y llame a Raúl, él en menos de 15 minutos me paso a buscar y me llevo a un lugar desolado.

Ese día me preparé, me vestí  con unos jeans azules muy ajustados y una polera escotada  que dejaba ver mis grandes y redondos pechos, llevaba mi pelo castaño largo suelo  y mis labios rojos.  Cuando me subí a su auto me miro con una gran sonrisa, me comento lo linda que estaba y que bueno que había aceptado, también habló de lo emocionado  que se encontraba y que  lo haríamos lo más rápido posible.

Aquel sujeto  iba casual llevaba  una polera azul  y unos jeans,  en su cara no tenía nada que encontrará llamativo ni agradable, si lo viera en la calle o en una fiesta nunca lo hubiera mirado o bailado con él, pero ahí estaba en su auto, apunto de tocarlo…al menos era simpático.

Camino  hacia nuestro lugar prohibido le pedí que  antes de seguir y disfrutar necesitaba que borre  delante de mí todas nuestras conversaciones por red social, para que no me pueda extorsionar  en un futuro, él simplemente acepto y lo hizo encantado.

Eran las 6 de la tarde, estaba anocheciendo, estaciono su auto gris al costado de un  peladero,  me miró atento y me paso el dinero, reclino el asiento del conductor y quedo recostado,  abrió las piernas, espero y comento  >soy todo tuyo<

Raúl tenía una mirada expectante necesitaba sentir a una mujer tocándolo, estaba nerviosa, para algunos tocar el pene de otro hombre es infidelidad, pero ¿para mí? Solo era tocar un pedazo de carne,  un favor a un triste hombre y nada más.

Estaba  nerviosa y por un momento dude de mí, si era capaz de hacerlo y él sin pensarlo tomo mi  mano y la llevo hacia su pene, mi respuesta  fue automática, desabroche su cinturón y me encontré con un miembro gordo, pequeño y peludo, poco atractivo,  lo cubrí con mi mano  y  comencé a manosearlo, subía y bajaba lentamente mi mano rosando la cabeza de su pene, el gemía muy fuerte, dándome instrucciones

más fuerte<,> más lento<, >tócame las pelotas<, >uff asi, eso eso<  >así me gusta>

Yo mientras  tanto, estaba concentrada  en su miembro, lo miraba de cerca y escuchaba  sus gemidos estos poco a poco me  provocaban, el aprovecho mi posición y  metió  su mano por  mi pantalón, sujeto mi trasero y logro meter un dedo en mí, la sensación fue  placentera, se me escapo un pequeño gemido,  eso lo alentó mucho más.

El pedía más, yo me sentía poderosa tenia un hombre a mi merced, gimiendo, pidiendo mi  cuerpo suplicándome, lo que provoco una gran excitación,  me volvía loca, ya que, mi pareja apenas respira en nuestros encuentros sexuales, con sus palabras mi cuerpo se estaba acalorando y me dieron unas ganas locas de lamer ese pene, y meterlo en mi boca,  eso lo  fascino pues, agarro mi cabeza y metió su pene dentro de mi boca lo que más pudo,  me caía todo, pude sentir su glande chocando en mi garganta,  sus movimientos eras bruscos quería metérmela toda en la boca, yo lo masturbaba y lo lamia a la vez, mientras que con la otra mano acariciaba sus bolas,   él  hombre estaba bastante agitado y excitado y solo  gritaba

Comételo  todo perra, lo quieres?

Yo excitada por sus palabras solo le respondía >si, dámelo por favor< Dámelo, dámelo<

Cada una de sus palabras me provocaban y me excitaban un poco más

sigue putita que pronto viene tu premio<

Escucharlo me provocada  de sobremanera ya que, hace años nadie me trataba así,  quería seguir escuchándolo , quería que me tratará como una  perra y  por eso me esforcé  en darle más placer, él no paraba de gemir, sus ruidos provocaron en mi unas ganas enormes de ser tomada y dominada, pero este no era el hombre ni el lugar, después de  20 minutos en donde lo lamí, masturbe y el jugo con mi  trasero,  metiendo y sacando su dedo, finalmente eyaculo en mi boca, lo recibí directo en mi garganta y aproveche de comerme todo su rico semen,  Raúl  me miró sonriente  me  paso un pedazo de papel y me contó lo contento que estaba, que yo lo había hecho feliz y quería contar con mis servicios para siempre.

Solo sonreí, después de un rato de conversación trivial me fue a dejar cerca de mi casa, cuando llegue mi novio no estaba por lo  aproveche de ducharme, subir a mi habitación y  masturbarme, saque mi vibrador negro de un 20 cm, y sin más me lo metí, mientras que con la otra mano piñizcaba mis pezones, recordaba las palabras  aquel tipo y más me excitaba, metía y sacaba mi vibrador con fuerza, podía sentir que estaba todo dentro de mí,  movía mi cuerpo al rito del aparato hasta acabar en un orgasmo agotador.

Al terminar, me vestí y espere a mi novio,  lo atendí muy bien con mucho amor y cariño él me respondió dándome muy duro toda la noche.