Un paso mas allá de la amistad (2)

Luego de la pasión y el desenfreno de la primera vez llega el momento de reflexionar, de asumir y de sentir, yo soy de los que piensa que en ciertas cosas, las segundas veces casi siempre son mejores..

Un paso mas allá de la amistad... ( II )

Luego de la pasión y el desenfreno de la primera vez llega el momento de reflexionar, de asumir y de sentir, yo soy de los que piensa que en ciertas cosas, las segundas veces casi siempre son mejores..

Hola de nuevo, les habla Francesco, para continuar les cuento como siguió mi historia con Julio César, mi mejor amigo, después de aquella intempestiva primera vez en la casa de mi papá, donde nos acostamos por primera vez, como saben, ese domingo la pasé con mi hermano, bueno en realidad mi cuerpo la pasó con mi hermano, mi cuerpo recibió los regalos que me trajo, mi cuerpo lo acompañó a la piscina y mi cuerpo celebró con él, mi familia y sus amigos su regreso, pues mi mente en cada segundo estuvo centrada en Jul, creo que recreé al menos 10 veces todo el día que pasamos juntos, cada movimiento, cada gesto, la llegada al apartamento, la pelea, de allí en adelante todo se acelera en un vorágine de sensaciones que se extendió hasta que leí su carta, esa carta que fue el último contacto que tuve con él en esas 24 horas que me parecieron eternas, cada vez que sonaba mi teléfono una disritmia invadía mi sistema circulatorio, a la vez esperaba y no esperaba que fuera él, si era no sabría que decirle pero al menos lo oiría de nuevo, la calidez de su grave voz me convencería que todos esos recuerdos no fueron un sueño, que mas allá de las consecuencias que pudiera tener, todo eso en realidad había pasado, y que a pesar de eso, él aún seguiría ahí, al otro lado de la línea. Ese lunes casi decidí no ir a clases, hasta que se cerró la puerta del vagón del metro lo dudé, pero de alguna u otra forma debía recuperar el carro pues mi mamá lo necesitaba, ella no estaba molesta, pues quiere mucho a Jul, según ella es como su tercer hijo, así como yo lo soy para su mamá, y que él tuviera el carro, le daba esperanzas de que quizás las cosas se arreglaran, considerando las condiciones por las cuales tenía el carro, yo no estaba tan seguro de eso.

Llegué el lunes temprano a la universidad, desde ese momento hasta que él llegó fue el período mas insoportable de mi vida, me provocaba correr e irme de ahí, lo confundí como con 10 tipos, oía su voz en otras voces, me pasó de de todo, fue un desastre, tanto esperé y planifiqué el encuentro que de repente siento que me tocan el hombro, volteo y ahí estaba, sin darme tiempo de prepararme, a pesar de que nunca nos vimos fijamente a los ojos, lo notaba tranquilo, su tímida sonrisa me lo decía, me saludó de lo más formal con un apretón de manos, me devolvió las llaves, me indicó donde estaba estacionado el carro y me dijo que lo había llevado a lavar para quitarle la arena y eso, hice un ademán para sacarme la cartera y pagarle pero sin decirme una palabra entendí que no iba a aceptar, no sé si es que ahora lo percibía de otra forma, pero lo noté especialmente atractivo, con esa piel roja bronceada que me encanta, una franelilla sin mangas color azul cielo con un boceto cubista de la última cena que él mismo le dibujó, unos pantalones capri color caqui y sus sandalias de cuero, tenía un pasamontañas gris y el bolso tejido de lana de alpaca que le gané a unos hippies argentinos haciendo malabares sólo para regalárselo en su cumpleaños, al despedirse de mi me dio un corto pero expresivo abrazo, el sólo sentir su piel rozar la mía me dio escalofríos, paradójicamente al tenerlo entre mis brazos lo sentí extrañamente más lejos.

Luego de aquel encuentro si se quiere tan natural, no lo vi más en toda la semana, como en este semestre la carga académica gira en torno a nuestro primer diseño estructural completo, tenemos mucho trabajo pero pocas clases, ambos compartimos el mismo profesor tutor y los mismos preparadores, pero todos los días él solicitaba la consulta después de que yo lo hacía, sólo para que no coincidiéramos, a pesar de todo yo me sentía aliviado de que así fuera, ya era suficiente tenerlo siempre en la cabeza como para también tenerlo en frente, obviamente sabía de él por nuestros amigos, supe que se lo encontraron en un antro una noche, andaba con Maram, su novia, en la tarde mi amigo Adrián me llamó aparte, me dijo que no le creyera mucho, pues Jul estaba un poco tomado cuando se lo dijo, pero que considerando la amistad que yo tenía con él sería bueno que lo supiera, me contó en secreto que Jul estaba tomando en cuenta una propuesta de su padrino que vive en Francia, de irse para allá luego de terminar el semestre, pues a esta altura de la carrera podría conseguir una equivalencia en la Universidad de París con unos contactos que tenía, para terminar la carrera en dos años y ejercer allá como arquitecto residente de la empresa que su padrino dirigía; aún me pregunto como mi cuerpo, mi cara y mi voz pudieron mantenerse incólumes, fingir sorpresa, alegría por él y desearle lo mejor, pues por dentro una explosión antimateria me rompió en pedacitos, recuerdo que sin decir nada caminé muy rápido, me alejé lo más que pude de la facultad, llegué casi hasta el rectorado y allí, debajo de unas escaleras cualquiera sólo me senté y comencé a llorar, a llorar tan amargamente como nunca lo había hecho, literalmente sentí que el corazón se me partía en dos, era como morirme, no sé si podía soportar el perderlo, de una forma mas definitiva de la que ya lo había perdido, no solo el no tenerlo, sino el no verlo más, el seguir entrando a los salones y no ver su familiar silueta y oír sus intervenciones que me embelesan, el construir otra maqueta sin que pacientemente me corrija los mínimos detalles de encuadre de las columnas exteriores, el despertarme y que no sea lo primero que se me viene a la mente, el oír el tono del mensaje y no pensar aunque sea por momentos que es él, para aunque esté borracho decirme que me ama, que me necesita y que algún día, todo va a ser como antes, aunque yo siempre sepa que no va a ser igual, y menos ahora, en ese momento me sentí tan mal por todo lo que hice, por golpearlo, besarlo y poseerlo de esa manera, quizás si aquello se hubiera quedado sólo en una pelea de almohadas, y luego él se quedara en la cama y yo me fuera al sofá, por lo menos me quedaría la estéril y difusa esperanza de ese "algún día" tan esperado que siempre me prometía.

Lloré por mucho tiempo, al final quedé como sedado, fui a un baño a lavarme la cara, tomé agua y volví a la facultad, decidí que ya no me importaba quién carajo tomara la iniciativa, si por enésima vez yo terminaba cediendo y dando mi brazo a torcer, ya la cuestión se trataba de que simplemente no podía dejar que se fuera, por lo menos no sin cargar con la pena de haberme arrancado el alma, en ese momento creo que en verdad supe cuanto amaba a Jul, supe que en verdad no me quedaba espacio ni tiempo para nadie más, por lo menos por ahora, mientras no supiera que iba a pasar, mientras no pudiera dormir en las noches, en una de las cuales elaboré algo que me había dicho mi analista, me dijo que tal vez yo también tenía miedo a esa relación, y por eso siempre esperaba que él diera el primer paso en vez de seguir mis sentimientos y ya, que tal vez me aprovechaba de sus problemas y de sus miedos para excusar y justificar los míos, en su conducta solapaba la mía, justo cuando pensé eso, mas o menos a las 11 de la noche, estuve a punto de llamarlo, sino fuera porque mi amiga Patricia me mandó un mensaje justo en ese momento diciéndome que cumplía años al día siguiente y que iba a hacer una piscinada en su casa, y casualmente también Julio César iba a estar ahí. Ese día como ya era de costumbre tampoco coincidimos en la uni, la fiesta iba a comenzar a las 9 de la noche así que me fui a la casa a buscar dinero y mis cosas, pasé comprando ganya (marihuana, yerba) a casa de un vecino, ya saben para "picar" en la fiesta, y me lancé para casa de Patri, una mansión espectacular en una de las mejores zonas de la ciudad, con una vista increíble, toda una colina privada y una piscina temperada con iluminación programable, me serví un whisky con agua de coco, me puse mi trajebaño y me puse a hablar con unos amigos, en eso estaba cuando llegó Jul con Paula y Alejandro, dos amigos nuestros, comenzó la taquicardia de nuevo, y más aún cuando se perdió un rato y regresó con un trajebaño tipo nadador azul marino, aun con toda la tristeza que me embargaba no pude dejar de notar lo divino de ese cuerpo que me había disfrutado por completo hacía una semana ya, que muchos ahí veían con deseo, pero que había sido y aún seguía siendo solo mío, con esos caprichosos patrones de su bronceado descascarado, esos pechos de dios y sus nalgas de ensueño, creo que ni su privilegiada mano podía haber dibujado algo tan estético, tan bien proporcionado, tan hermoso, esa noche sería la noche, para vencer mi habitual inhibición comencé a apurarle el paso a los whiskys, ellos por sí solos harían su efecto, siguiendo su ejemplo, tal vez estando tomado sería mas fácil.

Aunque Jul no me trató mal ni me ignoró, tampoco me dedicó tiempo, se la paso jugando en la piscina con otros panas, en uno de esos juegos de persecución acuática, venía nadando de espaldas y me llevó por medio golpeándome en la cabeza, el impacto fue importante y ambos nos hundimos, al salir algo aturdidos nos vimos juntos, tan cerca, él aún sosteniéndome seductoramente de la cintura supuestamente sin saber muy bien quien era, mojados, con nuestras pieles rozándose bajo el agua, allí no pudimos evitar vernos a los ojos, un segundo fue suficiente para ver lo brillante que son, lo expresivos, la falta de cariño, lo agobiados que están por las barreras y los miedos, y sobre todo, lo mucho que me extrañaba y que me amaba, luego de ese instante se me acercó un poco más, lo suficiente como para sentir su cálido aliento en mi cara, sonrió de esa pícara manera que me mata y jocosamente me dijo "Francho, la próxima vez anda mas pendiente por donde nado", yo también sonreí algo consternado por su repentino arranque de seducción de la más franca y sin pensarlo dos veces respondí "Si cada vez que me lleves por el medio voy a tener la oportunidad de verte así a los ojos, entonces mejor ando mas descuidado", él sonrió de nuevo, se hundió bajo el agua, volvió hacia donde estaba y siguió jugando con sus amigos, ahora si mi corazón era un amasijo inconexo de emociones varias, el terror que me invadía hasta ese momento ahora se mezclaba con una extraña tranquilidad y algo de suspicacia por su extraña actitud, la fiesta siguió, ya tipo las 2 de la madrugada muchos estaban borrachos, otros fachados, otros en las típicas faenas amatorias propias de esas horas, yo por mi parte estaba en un pequeño parquecito relativamente alejado del sitio de la fiesta, estaba en uno de esos improvisados columpios compuestos por un caucho o llanta colgado de una rama de árbol, fumándome un porro, cuando detrás de mi oigo "Me das un jalón, es que ya se me acabó", no tardé en reconocer la voz, extendí el porro, él lo tomó y le dio un jalón, no me lo devolvió, siempre me hacía lo mismo, por unos minutos permanecimos callados hasta que yo decidí romper el silencio, "Julio César... chamo... no podría soportarlo sabes, simplemente no podría, tu eres mi todo carajito, mi prioridad, lo primero y lo último que se me viene a la mente cada vez que hago algo, de una u otra manera te metiste hasta la médula de mi vida y ya no te puedo ni te quiero sacar, así como no te puedo perder, independientemente de la forma en que pasaron las cosas la otra vez, como tu dijiste era algo que ambos necesitábamos y te pido perdón si de alguna manera te lastimé o hice algo que no querías o que no te gustó, pero ya eso no puede cambiar y yo no puedo seguir sin ti, si tu quieres, yo...", me interrumpió poniéndose detrás de mi, se pegó a mi espalda y puso sus manos en mis hombros, casi al oído me dijo en un tono de voz tan sexy que jamás voy a olvidar "Sabes Fran, hablas mucho" cerrando la frase con el beso mas delicado pero mas intenso que cualquier lóbulo de oreja podría haber sentido, temblé como un papel, luego sentí sus dedos en mis labios invitándome a darle el último jalón al porro, "Esta vez te deje el último jalón, esta vez tu tienes la última palabra".

Le dio la vuelta al columpio dejándome frente a él, sólo acercó sus labios a mi cara, primero me besó en la mejilla, luego en el mentón, acariciando mi cara con la punta de su nariz y finalmente rozó nuestros labios, que ávidamente se reencontraron pero ahora de una forma tranquila, delicada, suave pero con la misma pasión e ímpetu de la primera vez, acepto que Jul besa como los ángeles, dejando leves espacios vacíos para luego llenarlos de pleno con su húmeda y dulce lengua, nos besamos un rato, yo sentí que mas que un beso era una especie de conversación, de esas conversaciones sin palabras, que son necesarias cuando las palabras no bastan, allí me dijo que no me preocupara más por lo que pasó, que él lo pensó y supo que nuestro amor permanecería con sexo o sin sexo, que era mi mejor amigo y yo el suyo, y que ya no necesitaba alejarse mas de mi, ya no tenía nada de que protegerse, ya las barreras se habían caído para jamás levantarse de nuevo, me pidió que por favor estuviera con él, compartiendo sus silencios y sus ideas, que no lo dejara, y que él no me dejaría a mi, que aunque por un momento pensó en huir a Francia, ahora sabía que no debía hacerlo, pues en última instancia no podía huir más de sí mismo; luego del extendido y expresivo beso regresamos a la fiesta, muchos estaban dormidos, otros hablaban en las esquinas, sin que Jul me dijera nada entendí el plan, le di las llaves de mi carro a Mauricio que andaba a pie con su novia, le dije que se llevara mi carro a su casa y que yo lo buscaba mañana, nos fuimos en el carro de Jul a su casa, estábamos solos, sin decir una palabra nos fuimos a su cuarto, apenas al entrar nos enredamos en el beso que dejamos inconcluso, ahora mas apasionado, mas agresivo pero igual de tierno, yo iba mas rápido, aquella situación me tenía al palo, pero él con sus movimientos me indicaba que me relajara, que me permitiera sentir cada momento, cada caricia, que extendiera el placer, comprendí y me concentré en las sensaciones de cada lugar de mi cuerpo, de forma natural fui bajando para besar sus pezones, sus abdominales, su ombligo, hasta estar con mi cabeza entre sus piernas allí le besé y mordí el paquete por encima del bermuda, la cual luego le quité, quedando solo el ajustado trajebaño azul reteniendo su brutal erección, lo retiré de inmediato para finiquitar el sufrimiento de esa verga de mis sueños, algo mas larga que la mía, pero menos gruesa, de un tono mas oscuro y con una circuncisión perfecta, completamente depilada, aunque nunca antes lo había hecho la llevé a mi boca y comencé a recrear lo que tantas mujeres habían hecho conmigo en esa misma posición, Jul estaba delirante de placer, se aferraba a las sábanas, cerraba los ojos y gemía, en un momento enredó sus dedos en mi cabello y comenzó a dirigir mis movimientos, momentos después me pidió que me detuviera, pues ahora vendría lo mejor y no quería acabar, aunque estoy seguro que con ese nivel de encabritamiento, no se le hubiera bajado la erección aunque eyaculara, volvió a besarme y me susurró al  oído "Vamos cabrón, ahora te toca a ti probarme, ya vas a saber lo que es bueno compadre, quédate tranquilo y relájate, que vas a sentirme en tus entrañas, te voy a acabar adentro para hacerte tan mío como yo lo soy de ti", un complaciente miedo me embargó, pero deseaba aquello como a nada.

Terminamos de quitarnos la poca ropa que aún nos quedaba, no muy apresuradamente, nos acomodamos quedando Jul sobre mi, nuestros penes se rozaban, nos besamos de nuevo, me sentía tan cubierto por su cuerpo desnudo, su caliente piel ya empezaba a sudar, su olor a piscina y a hombre era tan excitante, ahora él tenía el control, el llevaba la iniciativa, era lo justo, ahora le correspondía, así estuvimos, me susurraba al oído que me relajara para que no me doliera, que él sabía como hacerlo para no lastimarme, en ese momento recordé la forma en la que se lo hice, tan brusca y desconsiderada, me sentí un poco culpable por la forma en que me trataba, sentía que me merecía mi cuota de dolor, él repitió el camino descendente que yo había realizado hace segundos, chupó un poco mi pene, me sentí en el cielo, lo besó y luego siguió con su labor, comenzando a darme el primer beso negro de mi vida, sentía tantas cosas nuevas y extrañas en mi cuerpo, un placer jamás pensado, penetraba mi vírgen esfínter con su húmeda lengua que ahora se mostraba mas rígida, así estuvo estimulándome mientras yo me masturbaba suavemente, con cuidado para no acabar precipitadamente como acostumbro, luego de un buen rato de masaje lingual me introdujo un dedo, no me dolió para nada y luego dos más, con eso ya necesitaba desesperadamente sentirlo dentro de mi, lo cual le hice saber, sonrió y me dijo que se lo pidiera más, y por favor si no quería que me dejara con las ganas, le seguí el jueguito y con tono suplicativo le pedí "Por favor Julito, vamos, dámelo, lo necesito... por favor", se rió mucho y me dijo "Bueno, ya que insistes... mira como te gusta la vaina ¿no?, je je, dígame como me lo vas a pedir después que lo pruebes, mosca y te haces adicto", a su parecer ya estaba lo suficientemente dilatado, sólo me recordó que no cerrara pues así me iba a doler, me separo las piernas, las cuales llevó a la altura de mis hombros, yo me las sujeté para mantenerlas así, se lamió los dedos y lubricó su glande, ese gesto me pareció tan sexy que me volvió loco, me puse como un toro, enseguida posicionó su cabecita en mi estrecho pero anhelante portal y comenzó a empujar, si bien no sentía dolor intenso la sensación de presión era desagradable y cada vez la molestia se incrementaba, mi cara debía expresarlo pues él me preguntaba si quería que se detuviera, pero yo le decía que no, cuando el dolor se hizo más intenso ya lo tenía a la mitad, apreté los dientes y sus caderas, él hizo el último embate y entró por completo, "Que rico se lo traga tu culito italiano Fran, se siente de pinga ahí dentro" me dijo, luego de dejar que mi recto se acostumbrara comenzó a moverse, ya yo sólo sentía placer, se colocó en la posición de misionero y comenzó a darme mas fuerte, con nuestros ojos sin perderse los unos de los otros, entre gemidos y bufidos del placer mas abyecto mas carnal pero a la vez mas espiritual, era una fusión completa, lo hicimos por mas de una hora, en varias posiciones, sentados, de pie, en el piso, al final yo acabé en su abdomen y él se corrió dentro de mi, sentí sus calientes y potentes chorros llegarme a lo más profundo, en ese momento él estaba arrodillado sobre la cama y penetrándome pegado de la pared, sólo nos abrazamos y nos besamos, cuando se bajó su erección me lo sacó y nos acostamos, yo con los brazos cruzados tras la cabeza y él sobre mi pecho, abrazandome tiernamente, como un niño que abraza su oso de peluche en una noche de truenos, así nuestros cuerpos fueron bajando el nivel de tensión, de conciencia, de vigilia, así tan cerca como nunca antes, nos quedamos dormidos.

Al abrir los ojos estaba en su cama, por la forma en que el sol entraba por la ventana debían ser las 8 de la mañana, ambos desnudos, cubiertos por su sábana, él estaba de espaldas a mi en su característica posición fetal, creo que nunca había detallado tanto una espalda, hice inventario de cada vello, cada forma, cada músculo, cada tono de luz y de sombra, él no tardó en despertarse, se volteó y me vio, esta vez si a los ojos, sin decir nada por un buen rato, luego como si fuera la primera vez que me viera, como si me estuviera explorando, pasó su dedo pulgar por mis labios, los palpó un poco y puso su mano en mi cuello, a guisa de almohada mientras acariciaba mi mentón, allí sonrió de nuevo, de esa forma que me mata, yo le correspondí, hablamos un buen rato, ahí desnudos, ya sin penas, sin remordimientos y sin tabúes, hablamos de todo sobre nosotros, convinimos en cuanto nos amábamos, pero era mutuo el sentimiento con respecto a que mas allá del sexo y de todo eso, nos unía una pasión de hermanos, de compañeros de la vida, de guías del camino, de los mejores amigos, de la cual el sexo es sólo una manifestación más, una manifestación de fusión que necesitamos vivir para aprender muchas cosas y que de hecho vivimos esa noche, pero ninguno de los dos esperaba que fuéramos pareja o algo así, sólo estar en la vida del otro todo lo que pudiéramos, compartir, vivir, jugar y callar, como siempre lo hicimos, pero con un silencio que ya no sugiere tensión sino comprensión y trascendencia, compañía, ambos seguiríamos con nuestras vidas, con nuestras novias y nuestros amigos pero nuestra relación se había transformado para nunca más volver a ser igual. Ese día nos bañamos, vestimos y nos fuimos a la universidad, allí una vez mas pacientemente corrigió los mínimos detalles de encuadre de las columnas exteriores de mi diseño y desde entonces somos los mejores amigos del mundo, ¿en cuanto al sexo?, hasta ahora no lo hemos hecho de nuevo, ya han pasado 8 meses, pero algunas veces, en una pelea de almohadas, en una piscina o en una playa con el atardecer de fondo, nos quedamos en silencio y sé que en ese momento ambos lo recordamos, y quizás él se preguntará si algún día lo repetiremos, yo si me lo pregunto, y casi podría asegurar que sí... hasta entonces espero ese momento.