Un paso hacia la feminización (fragmento)

Traducción de un fragmento de Girlville, de J. Rubis ofrecido gratuitamente por PF

Girlville (fragmento)


Título original: Girlville

Autora: J. Rubis (c) 2001

Traducido por GGG, marzo de 2004

Cuando Chris se despertó, Carmen se lo estaba follando.

Le tenía debajo sobre lo que parecían acres de colchón y seda, suaves y tersos y dulces, contra su cuerpo dolorido. Después de lo que había pasado, la sola cama la sentía como una especie de paraíso. Las sensaciones que bombardeaban su interior eran una atracción añadida.

El chocho de Carmen era pequeño y prieto, y se estaba trabajando bien su polla... realmente bien. Chris se encontró respirando de forma entrecortada mientras el dormitorio a su alrededor nadaba en claridad. Era una habitación pequeña, no tan pequeña como la de Lena. La brillante luz del sol entraba por la única ventana. Además había un vestidor y una coqueta, pero no había cuadros en las paredes, y ninguna ropa más que la de Carmen tirada por los suelos. Todo el lugar producía una extraña sensación de anonimato, como una habitación de hotel. Supuso que Sarah y Tammy mantendrían este dormitorio para alguna de las chicas que pudiera querer pasar la noche o echar alguna cabezada... o quizás cuando Ruthie estaba en el negocio las chicas se lo montaran aquí con camioneros.

Luego los músculos internos de Carmen cazaron su polla con un fiero apretón, y Chris se encontró desgraciadamente incapacitado para cualquier otra especulación. Se quedó sin aliento e intentó agarrarse al colchón. Había medio esperado encontrarse otra vez atado... ¿era el pequeño hormigueo que sentía en el pecho por encontrarse libre, una oleada de desilusión?

En cualquier caso estaba muy claro que Carmen no necesitaba cuerdas ni grilletes para dominarle. Le estaba cabalgando como una campeona, sujetándose con dos pequeñas manos sobre su pecho, gruñéndole en español. Viéndola al fin desnuda, Chris estaba un poco sorprendido de lo bien que estaba su cuerpo y de lo joven que resultaba. Desde que había empezado su cautiverio, Carmen había sido la dura, la que nunca dejaba escapar una sonrisa. Ahora estaba viendo un aspecto diferente de ella. La saliva brillaba en las comisuras de su amplia boca mientras se movía atrás y adelante. El pelo negro le rebotaba en los hombros. Sus pechos eran pequeños, con pequeños pezones oscuros que en aquel momento sobresalían hacia arriba. Y ¡dios, que bien se sentía su coño!

"No... no comprende (N. del T.: en español en el original)," susurró, mientras Carmen gruñía de forma incomprensible para él.

"Nene," refunfuñó ella. "Tú eres mi niñito." Algo en su tono hizo que se le cortara la respiración a Chris y se tensara hacia arriba, pero no era él el que estaba follando allí; se lo estaban follando a él, y lo encontró más que un poco extraño, más que un poco delicioso. Aún así la urgencia por tomar el control era difícil de evitar. Levantó las manos y le sujetó los brazos. "Déjame ponerme encima," le dijo suavemente. "Te lo voy a hacer realmente bien..."

Ella se lo quitó de encima y le abofeteó en la cara, casi con la misma dureza que había usado la tarde anterior, cuando Dusty le había estado contando historias. Chris se echó atrás inmediatamente; en otro tiempo, un tiempo que ahora parecía haber pasado hacía mucho, habría intentado insistir. Ahora sabía que eso sería un error muy estúpido.

Los dedos de Carmen recorrieron su pecho, bajaron por sus costados, haciéndole cosquillas. Chris chilló y se revolvió, pero la sensación añadió algo a lo de estar siendo follado, una pequeña sugerencia que exigía que se callara y se tumbara y disfrutara de lo que Carmen estaba haciéndole. Sus intentos de resistirse no tendrían mucho éxito.

"Cosquilloso," canturreó Carmen. "Mi niñito cosquilloso..."

Chris pensó que sabía a donde conducía esto. "No soy Lena, ¿vale?" dijo con voz entrecortada. Ella empezaba a dar vueltas al coño alrededor de su polla, como si la estuviera limpiando. "Dije que haría lo que quisieras, y lo haré, pero yo no soy Lena..."

"Cierra el pico, puta, ¡me estoy corriendo!" Cuando lo hizo resultó un poco impresionante. Un largo y tembloroso grito y las uñas clavándose profundamente en su carne. Chris no necesitó otra bofetada para cerrar la boca. Tanto si ahora le estaba identificando con Lena como si no, sabía que era la clase de tratamiento que acostumbraba a utilizar con la chica-chico. Como Dusty le había insinuado, no era precisamente para las labores domésticas para lo que las chicas usaban a Lena.

"Sí, estuvo bien," gruñó Carmen. Rodó por encima de él y se tumbó allí, suspirando un momento, temblando violentamente cada pocos segundos. Prudentemente Chris se quedó tumbado tranquilamente hasta que ella terminó de disfrutar las réplicas del orgasmo. Ni siquiera protestó porque él no se hubiera corrido todavía, y ciertamente sabía que mejor que sugerirle que empezara a tocarle un poco más, era que se acariciara la polla hasta que liberara la carga que llevaba hirviéndole en los huevos desde hacía varios días.

"¿Estás listo para empezar?" le preguntó, levantando una ceja.

Chris pensó que sabía a qué se refería, pero se hizo el tonto, agitando la cabeza y mirándola con expresión interrogante.

"Empezar a ser una chica," suspiró Carmen. "Te lo dije, estamos jugando contigo. Ahora las cosas van a ir en serio, niñito." Le tocó la cara. Sus dedos eran suaves, pero también fríamente evaluadores. "Carmín," dijo decidida. "Mucho carmín. Y sombra para esos ojos, los hará bellos. Y ese pelo tan corto... necesitas una peluca. Raquel tiene pelucas."

Le sonrió mientras le tomaba los carrillos entre los dedos y los apretaba. "Vamos a empezar," dijo.