Un paseo nocturno por SANDY´S
Un viejo amigo me hace gozar de una mini orgia
Salgo a pasear después de cenar por una zona donde se amontonan los típicos pubs ingleses. Se mezclan los de tipo familiar con los escandalosos de gente más joven, comparten las famosas “happy hours”, donde el precio es la mitad para las bebidas alcohólicas.
Sandy´s es el nombre de uno de ellos, no muy concurrido, en apariencia algo más tranquilo que el resto.
Para refrescarme, me tomaré una cerveza con lima bien fría. El dueño resulta ser un antiguo compañero de estudios. Al reconocerme me agasaja como si yo fuese su amigo más querido. Rafael, que así se llama, se alegra tanto de tenerme que se sienta conmigo y charlamos muy amigablemente durante largo rato.
Me pregunta por todos y cada uno de los compañeros comunes que dejó en el instituto cuando decidió ponerse a trabajar.
Yo ando un tanto distraído, desde hace rato que mi mirada se pierde observando el aparente desmadre entre los clientes del pub. Sobre todo mirando unas cuantas nenas que hay por aquí, van vestidas como si fuesen a la guerra, a la guerra de sexos, quiero decir, por lo que me resultan tremendamente sexy
Imagino que hoy “mataran” a más de un incauto que caiga en sus redes como yo. Vestir provocativamente es poco para describir su actitud e indumentaria.
—"No te fijes en esas, todavía lo que más les gusta es provocar... de follar con ellas. Nada de nada", me advierte haciendo gala de saber de que está hablando.
—"Si quieres pasarlo bien, ten paciencia ... ya verás después... ahora dice, ¿qué fué de aquella chica morenita?... Montse... se llamaba…la que hizo el trabajo de Naturales con nosotros".
Recordando viejos tiempos logro distraerme y la imagen de las chicas jugueteando con sus cuerpos despampanantes pasa a un segundo plano. Le hago caso y espero ver que pasa esta noche, de momento vamos a la disco en un coche deportivo muy llamativo y color rojo.
Ya cerca de la entrada de la discoteca, se acercan dos parejas muy jóvenes. Vienen jugando entre ellos, muy contentos y divertidos. Prácticamente las chicas colgadas de los chicos bromeando incesantemente y llevándolos por donde ellas quieren.
Todos saludan efusivamente a mi amigo Rafael. Ellos haciendo chocar la palma con la de él. Ellas dándole aparatosos abrazos. Bromean y se ríen todos juntos.
Rafael, dirigiéndose a ellos, les dice :
—"Id al RedBull y le pedís las invitaciones a Raquel, mientras... le doy unos apretoncitos a las chicas... dice con ironía", a lo que todos le contestan con risas.
Los chavales se van hacia el pub cercano y las chicas se quedan con Rafael. Permanecen de pie muy pegadas a él, y parece como si les hiciese cosquillas, se retuercen una y otra vez, rien y dan pequeños gritos sin parar.
Por sus caras parece que se dicen al oído las cosas más divertidas y yo no puedo intuir lo que en realidad está sucediendo. Una tras otra se acercan y se separan de Rafael, dando gritillos o silbando con fuerza. Esto continua hasta unos instantes después de que los chavales vuelvan radiantes enseñando las invitaciones para entrar en la discoteca y además con bebidas gratis.
Es entonces cuando Rafael se separa de ellas y veo como saca sendas manos de debajo de las faldillas Se lleva los dedos hacia la nariz y dice en voz alta:
- "Uhmmmm que coñitos tan ricos hay por aquí sueltos... están para comérselos...".
Los chicos no parece que lleguen a entenderlo, pero ellas se retuercen de risa, y se van. Rafael me acerca los dedos para que aprecie el aroma de cada uno de los coitos, y me dice:
- "no te preocupes hombre... ya encontraremos algo para ti... ya verás cómo te lo pasas de película".
Nos sentamos en una especie de reservado que da directamente a la pista de baile pero que queda algo apartado del ir y venir de la discoteca.
En la pista destacan dos chicas de esas que llaman la atención tanto por el cuerpazo como por como bailan. Una con el pelo largo, liso, rubio intenso. Piel ligeramente bronceada y con las curvas mas provocativas que cabe imaginar.
La otra, mucho más morena, con piernas, caderas y culo de ensueño, que se mueve como una diosa. Hay muchas más chicas en la pista, pero como esas dos ninguna. Mi amigo Rafael se da cuenta de mi exagerado interés y tras darme unos golpecitos en la barbilla, se levanta y hace unas señas hacia la pista.
Unos instantes después la rubia y la morena están a nuestro lado sin poder dejar de moverse al ritmo de la música.
Nos volvemos a sentar. Esta vez, la rubia entre Rafael y yo. La morena se queda bailando cerca de donde estamos. Tras bromear un momento con Rafael, siento como la rubia pone su mano sobre mi pierna y luego sobre el bulto de mi polla aparentemente casi por descuido.
Pero no es así ya que con presteza me baja la cremallera y busca mi polla que ha crecido hasta no poder mas. Miro hacia Rafael, y lo encuentro bien entretenido pues también el está sufriendo la incursión de la bella rubia.
Mientras la morena se mueve muy sensualmente, haciendo parecer que sus propias manos son las de un amante imaginario que la lleva por todos y cada uno de los recovecos del camino hacia el máximo placer.
Amparada por la semioscuridad de la discoteca, la rubia se arrodilla delante de nosotros y nos saca nuestras vergas. El la obliga a ponerse de rodillas y empieza a hacerle una mamada.
—"No te preocupes que para ti también habrá", me dice al verme tan ansioso.
La rubia atiende las indicaciones de él y me la empieza a chupar a mí también hasta que consigue hacerme retorcer en el sillón.
Llega una de las camareras del pub de mi amigo Rafael. Vestida de calle es realmente atractiva, una belleza ligeramente exótica y con un toque de mujer fatal
No vamos a casa de Rafael los cinco, las dos chicas de la disco, la nueva brujita, Rafael y yo.
Mi amigo y yo nos sentamos en unas cómodas hamacas situadas en el amplio comedor, frente a un gran ventanal que da de frente hacia el mar. Una fresca brisa nos refresca después de tanto ajetreo y calentamiento en la disco.
Las rubias estupendas se colocan delante y nos deleitan con sus atrevidas posturas. Se desnudan tratando de volver a levantar al máximo nuestro interés. Ambas se quedan con unas diminutas braguitas como única vestimenta, y disfrutan revolcándose en el suelo, entrelazando sus cuerpos y representado una especie de escena de gatas que juegan.
Las espectacularidad de sus cuerpos casi perfectos, unida a lo atrevido de sus poses e insinuaciones, hace que pronto nuestras pollas vuelvan a estar a tope.
Mi amigo se afloja el cinturón y se baja los pantalones lo suficiente para que no le opriman. Me indica que haga lo mismo, y antes de que yo termine de bajármelos, ya tenemos cada cual una de las rubios que se afana por desprendernos de toda la ropa.
Parece como si estuviesen deseando de hacernos una mamada. Las dos se ponen de rodillas frente a nosotros, se soban las tetas provocadoramente y se relamen los labios como preparándolos para un convite.
Antes de lanzarse sobre nuestras pollas, las acarician por encima del calzoncillo como si fuesen objetos de veneración. Luego las rescatan de debajo de la tela y con sumo cuidado les dan el primer beso y el primer meneo.
Rafael me mira como pidiéndome la opinión sobre la hermosa escena. Yo le agradezco profundamente el que me haya invitado a su casa y me deje participar de estos placeres divinos.
Completamente desnudos nos recostamos sobre las hamacas a pierna suelta y dejamos que sus bocas engullan una y otra vez nuestras pollas.
Las dos rubias están como embobadas y de vez en cuando se detienen en su incesante chupeteo y se ríen embobadas. Quizás no se terminan de creer lo que están haciendo. Tampoco se imaginan lo que va a venir después.
La camarera del pub se acerca hacia los culos en pompa de las dos rubias portando un pene de silicona de color verde transparente como si fuese de cristal. Sin embargo, en flexible y ligeramente blando. Lo trae untado de una crema de le da un aspecto brillante.
Se arrodilla junto a una de las chicas, que ajena a su presencia sigue chupando la polla de Rafael. Talía, pronto empieza a jugar con el instrumento entre las piernas de la chica y esta se abre para recibir en su jugosa vagina la penetración del falo artificial.
Es largo pero no muy grueso, y pronto Talía lo mete y saca con destreza como si manejase una zambomba. La rubia debe interrumpir repetidamente sus chupadas para poder dejar ir profundos gemidos cada vez con más frecuencia.
Las sensaciones que el pene artificial le proporciona son tan placenteras que cae al suelo y queda boca arriba esperando ser maltratada por el diestro manejo de Talía.
La chica que me la chupa a mi, de vez en cuando se vuelve para ver como disfruta su compañera, y creo que la mira con envidia.
Talía se da cuenta y rápidamente viene con el pene de plástico chorreando los jugos de la primera chica a clavarlo en su coño. Tras un amplio suspiro, culea fuerte hacia atrás para recibir el aparato bien adentro.
La que esta tumbada en el suelo, se impacienta y se mete tres dedos en la vagina. Esto la prepara para recibir la visita de un nuevo pene artificial de dimensiones mucho mayores, que Talía ha sacado de algún sitio.
La chica gime descontrolada al tratar de albergar un aparato tan grande, pero en ningún momento lo rechaza.
La otra sigue jugando con el más pequeño entre sus piernas, culea y se relame de placer al sentirlo dentro, hasta que Talía lo saca y lo coloca sobre el ano.
La escena es espectacular, una de las chicas con un pedazo de polla enorme entre las piernas y la otra con otra menor pero larga clavada en su culo.
Las dos jadean como perras en celo, y Talía las domina a conciencia moviendo los instrumentos de plástico que remueve con maestría.
Rafael y yo contemplamos la escena muy excitados, dejamos que ellas sigan su juego confiando en la pericia de Talía para arrancar de sus cuerpos múltiples orgasmos y para complacer nuestros deseos de mirar sus cuerpos rotos de placer.
En un momento determinado, cuando la chica con el pene mayor rompe a gritar de placer por las manipulaciones de Talía, esta me indica que vaya y se la clave.
La meto en el chocho que parece una cueva húmeda y caliente. Los flujos salen a raudales, y las pareces de su vagina se contraen lentamente hasta adaptarse a mi polla.
Mi placer es indescriptible, suave, caliente, mojado… y el de la chica lo debe ser todavía mas pues siento sus contracciones y sus orgasmos de forma casi continua.
Justo antes de correrme, Talía me indica que el culito de la otra rubia esta libre para mi. Ha sacado su pene artificial, y me ofrece su culito abierto para que lo tome a placer.
Así lo hago, y siento como el esfínter se cierra sobre mi polla aprensándola en un ardiente abrazo. Ya no puedo aguantar mas…. Y me corro abundantemente mientras bombeo de forma casi salvaje contra sus nalgas.
Mientras la leche sale a borbotones incontrolables, miro a mi alrededor y veo que la tal Talía, esta subida sobre Rafael en una postura casi acrobática rematando su excelente trabajo.
Pasa largo rato hasta que recobramos el aliento. Las dos rubias desaparecen sin hacer ruido hacia el baño. Talía se frota como una gatita cariñosa con Rafael, y este algo condescendiente me dice:
— “Esto no es nada… me estoy tirando una tía que me tiene loco… mañana te la voy a presentar y nos la follamos los dos juntos… ya verás que pasada de tía….”
Deverano.