Un paseo en coche deportivo (2)

La novia le saca de un apuro, y yo veo otras posibilidades para después.

En el relato anterior...Un paseo en coche deportivo.

Estaba en el autolavado con mi Porsche y alli conocí a una pareja joven. Después de una corta conversación con el chico, entusiasmado con mi coche, acordamos que puede dar una vuelta con la condición que su novia se quede conmigo como prenda.

Mientras él disfruta del paseo con el deportivo hago que la chica me haga una buena mamada a pesar de su resistencia inicial.

El chaval se presenta con desperfectos en el coche que habrá que reparar y alguien tendrá que pagar.

Un paseo en coche deportivo (2)

Son 2.743 € los que reclama la compañía de seguros para dar por cerrado el asunto y de momento no hay posibilidad de acuerdo. El joven comercial que nos atiende no cede en su petición e insiste con firmeza en que sea Niko el que corra con el gasto por la reparación de los desperfectos causados en el coche. Este no da crédito a lo que le piden sabiendo que no puede afrontar semejante deuda.

Le acompaña su exuberante novia, Jessica que aparece en la documentación como testigo pues en el atestado de la guardia de tráfico Niko hizo constar que ella estaba presente cuando yo le cedi mi flamante Porsche para dar un paseo.

Ambos están muy nerviosos y próximos a ceder ante la presión ejercida por el técnico de la compañía de seguros, aceptando la deuda pero muy preocupados al no saber cómo la podrán cancelar. Observo la escena con cierta distancia y siento muchas ganas de hacer algo para contribuir a encontrar una solución al tema.

No deseo que estos jóvenes se vean acosados por un comercial de mierda y deban pagar una abultada factura que condicione sus próximos meses, yo ya pago la cuota del seguro para que solucione este tipo de problemas.

Cojo a Jessica de la mano, para arrastrarla tras de mi hasta el despacho del jefe de delegación con el que tengo relación desde hace años.

“Niko... Jessica y yo vamos a salir un momento a hablar con el jefe de este tarugo. No firmes nada antes de que volvamos, y entretén a este un rato mientras solucionamos este tema”, le digo mientras abandonamos el despacho.

Hace muchos años que tengo tratos con esta compañía de seguros y conozco al delegado muy bien. No somos amigos pero nos conocemos y coincidimos en muchos eventos sociales. Conozco a su familia, su esposa e hijos, y él también conoce a mi familia. Seguro que querrá hacerme el favor.

Tras los saludos de rigor, le explico el problema que estamos tratando de resolver con uno de sus empleados. Me escucha con interés y concluye que no debo preocuparme que él lo va a solucionar.

Mientras que hemos estado hablando, Jessica ha estado a mi lado muy callada y esperando muy nerviosa oír que la deuda de su novio quede cancelada gracias a mi intervención. Igual que el dia que nos conocimos, hoy también ha venido vestida con su estilo explosivo: leggins negros muy ajustados, unas botas de esas tipo militar, un top blanco que deja al aire los hombros y el ombligo. Todo ello para resaltar sus tremendas curvas y despertar “sin querer” la lujuria de tipos como yo.

El delegado, que se llama Martin, y desde que hemos entrado en el despacho no le ha quitado ojo de encima, yendo de las tetas a las piernas, pasando por su desnuda barriguita. Se nota que le gusta la carne fresca de las nenas como Jessica. La verdad es que no lo critico porque hoy la chica ha venido a la agencia con un aspecto rompedor y dan ganas de echarle mano, aunque sea sin permiso.

“no seas roñoso… por cuatro perras vas a quedar mal conmigo. No ves que a la chica se le sale el corazón por la boca”, le digo a Martín al tiempo que tiro del brazo de Jessica para ponerla mas cerca de Martin.

Por sorpresa le pongo la mano apoyada en la parte baja del pecho haciendo ver que le tomo el pulso sobre el corazón. La chica se escandaliza un poco y trata de escabullirse. La tengo bien cogida del brazo y no dejo que se me escape.

Los ojos de Martin parecen querer salirse de las orbitas al ver la teta tan cerca con la posibilidad de echarle mano. Aprieto la teta haciendo que destaque su volumen y se proyecte hacia delante marcando el pezón.

“Mira, toca, toca”…le digo al delegado sabiendo que el pobre hombre se está deseando de meterle mano a la chica. A ella le hago un gesto indicándole que es mejor que se deje magrear un poco y asi conseguir el favor del pobre hombre que empieza a babear ante la posibilidad de meter mano a una pollita joven como Jessica.

La sujeto para que no salga corriendo ante el avance de la mano de Martin hasta posarla sobre la teta, ly es digo a ambos:

“Mira Martin, la chica está muy nerviosa y deseando que todo este follón con el coche pase lo antes posible. Yo se que tu eres un tipo comprensivo y que te haces cargo de la situación. Podemos encontrar un punto de acuerdo…solucionas el problema con la prima de riesgo del coche y ella te lo agradecerá de una forma… muy especial”

“No me lo pidas más… ya lo podeis dar por solucionado”, dice Martin relamiéndose mientras le soba la teta que ha sacado fuera de la blusa.

“No , no… por favor, que tengo a mi novio aquí al lado mismo”, dice Jessica mientras hace que se resiste con poca convicción. Ve clara una posible solución al problema del dinero si se deja toquetear por el vejete.

“Martin, sácatela … aquí mi amiga Jessica te va a hacer una buena mamada para formalizar el acuerdo”, le digo al colega que todavía no da crédito a lo que está pasando en su despacho.

Jessica pone cara de extrañeza, pues creía que con dejarse tocar las tetas habría suficiente. Tampoco Martin se esperaba conseguir tan alta compensación. Todo ha sido fruto de la improvisación, tengo ganas de ver hasta donde es capaz de llegar Jessica para saldar la deuda, y asi sabré hasta donde puedo llegar yo.

Muy diligente, se saca su pequeña picha bien tiesa, se apoya en el borde de la mesa y espera impaciente que la chica tome sitio delante de él para hacerle la mamada.

“Vamos Jessica, cumple con tu parte…dale una chupadita rápida a este señor… y el tema quedará cerrado. Te ha tocado ser la putilla, aunque te vas a ganar una buena recompensa”, le digo para animarla a que se arrodille y se la chupe.

A regañadientes, Jessica le coge la polla con dos dedos, como si le diera asco cogerla y la sacude varias veces a ver si se pone a tono. Tira del pellejo hacia atrás para que salga el capullo, todavía pequeño y sin firmeza. Acerca la cabeza con desgana, abre la boca y se mete la punta dentro.

Nuestra amiga sabe muy bien como chupar una polla y pocos instantes después, la polla del delegado ya luce erecta y llena de saliva. No hace falta que le diga nada, ella sola coge bien el ritmo, haciendo que su boca engulla totalmente la polla de Martin.

Este no se lo puede creer. Hacía muchísimo tiempo que no le hacían una mamada tan rica, y ahora esta alucinado al ver como la cabeza de Jessica sube y baja sin descanso. Repite el movimiento hasta que consigue que se corra escupiendo una bocanada de leche que se pierde por su garganta abajo.

La cara de satisfacción de Martin lo dice todo. Recoge la picha que se ha encogido rápidamente tras su eyaculación, se cierra la bragueta y hace gestos para que le sigamos hasta el despacho donde todavía el agente comercial está presionando a Niko.

Jessica me mira con cara de pillina y golosa. Al final no parece que le haya disgustado tanto como parecía en un principio. Es probable que esté pensando que una segunda toma de leche de un maduro como yo podría darle mucho gustito. Va a resultar que la modosita Jessica es una buena comepollas y por tanto me ha tocado la lotería. Mejor no lo decimos nada al novio.

“Vamos, vamos, querida tu parte ya está cumplimentada… ahora el señor Martin va a cumplir con su compromiso y nos podremos ir tranquilamente todos a casa”.”Lo has hecho genial”, le digo al tiempo que le doy un cachete con toda la intención en la nalga.

Martin cumple con lo pactado y da instrucciones al comercial para que cancele la deuda. A los pocos minutos, Niko, Jessica y yo ya estamos fuera de la delegación felicitándonos por lo bien que ha terminado el tema.

Evidentemente al él no le hemos dicho como lo hemos conseguido. Debe creer que yo he sido el artífice de la solución y no puede ni imaginar que lo ha consigo su novia gracias ana buena mamada.

“Si no tenéis nada mejor que hacer, podemos ir a comer algo todos juntos… Os invito yo, y si quieres puedes conducir el Porsche”, les digo sabiendo que a esta hora todo el mundo acepta la invitación para ir a comer y que conducir el coche de nuevo es una tentación a la que Niko no se podrá resistir.

Dirijo a Niko para que conduzca hasta un pequeño restaurante que hay frente al mar muy cerca de donde tengo un apartamento. Durante el trayecto lo veo tan concentrado que aprovecho para tocarle la teta a Jessica desde el asiento trasero.

Después de lo que hemos vivido juntos esta pequeña licencia que me tomo no parece importarle demasiado.

En esta época del año el pequeño restaurante esta casi vacío, y podemos elegir una mesa redonda situada en una esquina de la terracita frente al mar. Mesa para tres, con anticuado mantel de cuadros, menaje sencillo, pero ante nosotros el camarero nos presenta una espectacular paella de mariscos.

Yo me encargo de repartir el vino blanco bien fresco durante toda la comida, asegurándome que la copa de Niko siempre este llena. Nos tomamos un par de botellas entre los tres y eso pronto empieza a hacer efecto en la cabeza de mis jóvenes invitados.

Tras la tensión vivida durante la mañana, esta buena comida en un ambiente tan relajado y unas cuantas copas hacen que se nos suelte la lengua y conversemos muy amigablemente.

Tienen la manía de hacer fotos continuamente, tanto a la comida, como al entorno y sobre todo a ellos mismos. Se hacen selfies tirándose besos, o haciendo poses de lo mas sugerente. Sin ningún disimulo se hacen caricias sin tener en cuenta que están conmigo.

Quizás creen que no me doy cuenta o que no me importa, pero soy un maduro con experiencia y no tan inocente como creen.

Niko de vez en cuando alarga la mano para ponerla en la entrepierna de ella y ella le corresponde abriéndose de piernas. Los dejo que se vayan cociendo en su propio jugo, haciendo ver que no me doy cuenta, con lo que ellos se van animando cada vez más.

Niko se levanta de la mesa y con paso vacilante se encamina hacia el baño. Es la oportunidad propicia para coger la mano de Jessica, atraerla hacia mi bragueta y obligarla a que me la menee amparados por el mantel.

Trata de resistirse, yo pongo el dedo índice frente a los labios en el gesto de mandar silencio. De forma cansina pero consistente, me sube y baja el pellejo haciendo que mi erección vaya en aumento. Así pasan los minutos hasta que Niko regresa aparentemente con nuevas energias.

Obligo a Jessica que continúe con la manipulación por debajo de la mesa mientras ellos siguen a lo suyo, con más fotos y más besitos.

Cuando los veo que ya están “en su punto” les hago comentarios sobre lo calientes y cariñosos que los veo, para decir a continuación:

“chicos os entiendo muy bien...si yo tuviese vuestra edad no dejaría pasar ninguna oportunidad y hoy creo que merece una celebración especial”

“jejeje...son cosas de la edad...tu eres vejete y tienes un Porsche, nosotros somos jóvenes y tenemos mucha marcha”, dice Niko acercando a Jessica al cogerla por el hombro.

“Ya lo se...pero igual que yo te he dejado conducir mi coche... a mi me gustaría ver cómo te lo haces con este pibon que tienes por novia”, “que os parece?... tengo un apartamento justo aquí al lado… podríamos ir un rato”

“si queréis yo solo miro....”, “sin tocar... “, os apetece?¿no queréis conmigo de espectador? Eso tiene mucho morbo y lo podemos pasar bien los tres.”

Jessica y Niko se miran con una mezcla de entre sorpresa y curiosidad. Ambos deben pensar que eso que les propongo será divertido y además los dos ya van suficientemente calientes como para tener muchas ganas de echar un buen polvo.

Niko le pregunta con la mirada a su novia si está de acuerdo, esta asiente contenta pues esta deseando estar con su novio y le atrae la idea de exhibirse delante de mi. Me da unos cuantos meneos a escondidas de su novio como certificando que tiene muchas ganas de jugar, dice que de acuerdo, le da un nuevo beso.

Ya en el apartamento le indico donde está el baño y el dormitorio principal. Me hago el desentendido y les doy tiempo para que empiecen solos, a su ritmo. Cuando aparezco en la habitación con una copa de licor en la mano, los encuentro en plena acción. Él está boca arriba y ella amorrada a su entrepierna haciéndole una buena mamada.

Me siento en una butaca y me pongo a disfrutar del espectáculo que estos jovencitos me ofrecen. Desde una posición de privilegio me propongo observarlos. ¡Vamos a ver que saben hacer!

Deverano.