Un paseo en coche

Al cabo de un rato el conductor me cogió la mano y .....

Estaba siendo una noche genial, había conocido a un hombre maravilloso y dulce, o eso creía yo.

A eso de las dos de la madrugada decidimos irnos el, yo, sus dos amigos y dos chicas mas. Los seis montamos en el coche íbamos apretados pero lo estábamos pasando tan bien que no importó. Al poco rato de arrancar el coche las chicas ya tenían las faldas por la cintura y continuaban bebiendo. La cosa se complicaba por momentos, yo fingía que bebía. No me importaba demasiado besar a aquellos hombres, pero si cuando empezaron a agarrarme las tetas y subir sus manos por mis piernas. Pedí que me dejaran cambiarme al asiento de delante, con el conductor que parecía mas decente y tranquilo. Paro el coche y me cambié de asiento. Al cabo de un rato el conductor me cogió la mano y de repente se la coloco sobre su bragueta ya abierta. Tenia un rabo tremendo. Era enorme. Tuve que hacerle una paja. Paró el coche e intento tirarme fuera.

  • Sigue conduciendo, por favor. Haré lo que quieras después, le dije.

Se limpió con un pañuelo los restos de la paja anterior y reanudó la marcha. Entonces comenzó a decirme todo tipo de guarrerías:

  • Eres la clase de tía que me gusta follar. Hace tiempo que tengo ganas de joderte. Me gusta la forma de tu culo, me gustan tus tetas. No eres virgen ¿a que vienen tantos remilgos? Como si no te hubieran jodido ya muchos. Seguro que tienes un coño que te llega hasta los ojos.

Mientras, en el asiento de atrás los hombres intentaban cambiar de pareja. Eso me asustó de verdad. Intente fingir que quería que el conductor me follara primero.

  • Conduce despacio, le dije, luego podrás hacerme lo que queras.... no quiero tenerlos a todos encima a la vez.
  • Está bien, me dijo. Voy a conducir despacio pero quiero que me la chupes. Después estaré listo para follarte de verdad.

Cogí su polla y comencé a mamársela. Estaba enorme, creí que iba a asfixiarme. Sentí ganas de morderlo.

  • Ya sabes lo que quiero, dijo. Usa la lengua. No es la primera vez que te metes una polla en la boca.

Empezó a moverse arriba y abajo, a meterla y sacarla cogiéndome por la nuca. Entonces se corrió. Aparté la cabeza rápidamente y me echo un chorro en la cara. Creí que no acabaría de correrse nunca, era como un toro.

Mientras las chicas, borrachas y completamente desnudas cantaban canciones verdes. Yo solo pensaba en como escapar cuando el conductor comenzó de nuevo a hablarme.

  • Preciosa, te voy a joder bien jodida. Cuando te meta todo esto en tu chochito vas a gritar, te vas a correr hasta por la boca. ¿ Cuantas veces crees que puedo hacerlo?
  • ¿dos veces.....tres? Respondí.
  • Jajajajajaja supongo que nunca te han echado un polvo de verdad. Puedo alargarla dos o tres centímetros mas cuando barrene tus agujeritos. Cuando acabe contigo no vas a poder ni pensar en follar durante un mes.

De repente paró el coche. Las chicas estaban intentando vestirse pero un tortazo a cada una acabo con ellas en el suelo y con los hombres follándoselas salvajemente.

Esperé a que abriera su puerta y salí corriendo a toda velocidad. Perdí los zapatos y me corte los pies pero me alcanzo y de un tirón me arrancó el vestido. Después le vi alzar la mano y vi las estrellas. Cuando recobré el conocimiento estaba encima de mi cabalgándome como un animal. Me mordía por todo el cuerpo y no paraba de moverse. Se retiró y se quedo tumbado boca arriba.

  • Chúpamela, ordenó.

Cuando llevaba un rato chupando me puso encima de el, girándome y retorciéndome como si estuviera hecha de goma. Yo follaba con todas mis fuerzas, no me quedaba pizca de sentimiento.

Me puso a cuatro patas y entonces me hizo de todo. La sacaba de un sitio y la metía en el otro, me apretaba las tetas, me obligaba a lamerle los cojones y el culo. De repente sentí como se tensaba, estaba corriéndose otra vez.......era caliente y espesa. Me desplomé contra el suelo y sentí como seguía corriéndose sobre mi espalda. Debió golpearme porque no recuerdo nada mas hasta que me desperté sola, desnuda y tiritando de frío. Como pude me hice un vestido con los restos de mi vestido y los de las otras dos chicas ( ¿que habría sido de ellas? ) y comencé a andar por la carretera hasta que conseguí un taxi que me llevara de vuelta a casa. Me metí en la ducha intentando limpiar también mi alma, me sentía sucia y solo tenia ganas de llorar.