Un orgasmo anal
Para mí, hoy en día resulta díficil que logré un orgasmo anal. Esto sucedió una noche, en la que yo estaba lejos de imaginar el intenso y nuevo placer que experimentaría.
Un Orgasmo Anal
Para mí, hoy en día me resulta difícil de creer que logré un orgasmo anal. Esto sucedió una noche, en la que yo estaba lejos de imaginar el intenso y nuevo placer que experimentaría.
Todo comenzó en una relación laboral en la cual "Xavier" y yo participábamos muy estrechamente en la elaboración de un proyecto de mercadotecnia publicitaría para el lanzamiento de un nuevo producto en el ramo de perfumería y armamos un buen equipo ya que coincidíamos en el enfoque que pretendíamos lograr para la campaña publicitaria, cosa que hizo que fomentáramos una amistad y entre bromas y charlas yo no perdía oportunidad para deleitarme con su presencia.
Resulta que "Xavier" es un chico extrovertido de carácter muy abierto, varonil, alto, delgado de complexión atlética, con un cuerpo con buen tono muscular, de piel canela con cabello castaño ondulado abundante, siempre lo trae engomado lo cual contrasta, al frente lacio estirado y por la nuca remata con unos rizos que le sientan de maravilla y, a sus 28 años es sumamente asediado por las chicas, siempre tiene una novia en puerta.
Después de varios meses de jornadas intensas de trabajo llegó el día en que viajaríamos a Paris para presentar el proyecto a nuestro cliente.
Al ser temporada alta, no había suficiente disponibilidad de habitaciones por lo que tuvimos que compartir la misma habitación en un hotel frente a la plaza Vendome. Llegamos nos instalamos, nos duchamos y partimos a hacer la presentación, la cual, afortunadamente fue muy bien recibida por el cliente. Una vez, ya relajados al sabernos ampliamente recompensados por nuestro trabajo, acordamos regresarnos al hotel caminando para disfrutar de una tarde verano parisino, en el trayecto nos topamos con una sex shop y "Xavier" frenó la marcha por un momento como indeciso.
"Xavier" me dice: He tío, vamos a entrar a comprar un vídeo.
"Yo" entre risas le respondí: Hostias tío, no pensé que te fuera el rollo del porno.
Y sin más entramos, pero como todos los títulos estaban en francés y ni el ni yo lo hablamos, "Xavier" eligió un DVD que en la portada no dejaba ver claramente su contenido, salvo por una tía que se veía muy buena. Salimos, y por el camino "Xavier" se la pasaba haciendo piropos a las chicas.
Al fin llegamos al hotel y antes de subir a nuestra habitación pasamos al bar para celebrar nuestro triunfo, pedimos una botella de champagne, la descorchamos y bebimos dos copas mientras charlábamos amenamente de su novia en turno, que a últimas fechas la tenía muy abandonada por estar absorto con el trabajo.
Entretanto él hablaba, yo fantaseaba con la una idea fija en la mente que era la de estar entre sus brazos y sentir sus labios y el calor de su cuerpo; claro está, que hasta ése momento solo era una fantasía mía, cuando "Xavier" llamó mi atención al notar que no prestaba interés en su conversación.
"Xavier": Vamos chaval, despierta.
A la vez que me dio una palmada en la espalda.
"Xavier": se ve que estas agotado.
Yo respondí con una sonrisa.
"Xavier": Vamos a descansar que hemos tenido una jornada muy larga.
Subimos a la habitación.
"Xavier": me voy a dar una ducha
Dejó la puerta del baño entreabierta de modo que pude observarlo claramente por el espejo, se empezó a desvestir lentamente con movimientos muy sensuales, como en afán de seducción, dejándome ver primero sus bien formados pectorales sin rastro de vello y posteriormente se quitó el slip. Ya completamente desnudo, se dispuso a afeitarse. Yo, por mi parte no dejaba de verle y sobarme mi paquete que comenzó a ponerse tieso, volviendo a mi mente mi fantasía.
En ese momento, por más que me esforcé fugazmente apenas si alcance a ver su miembro dormido pero que dejaba ver un buen tamaño. Pocos minutos después, salió del baño cubriéndose únicamente con una toalla blanca entrelazada por la cintura que dejaba asomar ligeramente su vello púbico, dibujando el contorno de su entrepierna haciéndome exhalar un suspiro entrecortando mi respiración al ver esa imagen, haciéndome reaccionar al escucharle.
"Xavier": Vale tío, la ducha es toda tuya.
Discretamente, me levante tratando de cubrir mi erección y me dirigí al baño, dejando al igual que él la puerta entreabierta.
Ya en la ducha, continué fantaseando imaginando que el agua que corría por mi cuerpo eran sus manos acariciando mi cuerpo. Y por la prisa de meterme al baño olvide mi ropa interior, así que al igual que el, salí cubriéndome con una toalla.
Joder, la primera visión que tuve fue verle sentado en un sillón llevando nada más la toalla, sirviéndose una copa de champagne e invitándome una copa, enseguida se levantó hacia el televisor para poner el vídeo que horas antes había comprado y al levantarse se le cayó la toalla dejándome ver por un instante su miembro, continuando él su camino para tomar el mando de la televisión y regresándose a levantar la toalla para cubrirse nuevamente y acomodarse una vez más en el sillón.
"Xavier": Veamos que tal follan estas tías francesas.
Yo por un instante pensé que de seguir la situación como iba, me sería imposible contener mis impulsos reprimidos hasta ese momento porque mi polla cada vez se ponía más y más dura, así que, sujetando con las dos manos la toalla intente cubrir mi erección,
me senté en un sillón junto a él y tomé mi copa para beberla hasta el fondo pensando que eso me relajaría un poco.
A los pocos segundos dio inicio el vídeo ¡Ohh! Cruzamos nuestras miradas de asombro al ver que era un vídeo de acción bisexual con dos tíos y una tía.
"Xavier": Pero como se lo montan éstos tíos.
"Xavier" no daba crédito de lo que estaba viendo, diciéndome: Vale, siempre he tenido el morbo de ver un vídeo de éstos.
Se acomodo nuevamente en el sillón un tanto despreocupado, tomando su copa y continuamos viendo la acción que se desarrollaba en silencio. Era una escena donde uno de los tíos le comía el coño a la tía y el otro tío, le comía el culo a su compañero.
"Xavier" solo atinó a balbucear: Joder, éstos tíos están bien locos. Soltando una carcajada un tanto maliciosa.
Minutos después, sin darse cuenta "Xavier" estaba sobándose su polla. Discretamente pude observar como "Xavier" se aflojaba la toalla mientras se masturbaba. Ante ésta escena sentí un deseo incontrolable por ser yo el que lo masturbara.
Seguimos bebiendo champagne y su efecto fue el de sentirme desinhibido.
"Xavier" notó que yo tenía fija mi mirada en su entrepierna y sin decir nada se quitó completamente la toalla mostrando su herramienta hermosa como de uno 22 cms. en plena erección. Yo, inconscientemente pase lascivamente mi lengua por entre mis labios lanzando un suspiro.
"Xavier" dijo: vale macho, mira la calentura que nos hemos puesto dirigiendo su mirada hacia mi entrepierna. Replicando, ¿que se sentirá tirarse a un tío?
Yo no pude contenerme más, levantándome nerviosamente pero a la vez con seguridad y dejando caer mi toalla me aproxime a él.
"Xavier" exclamó: ¡Joder tío, solo lo dije en sentido figurado! Que yo solo me tiro a las tías.
No le deje decir más, me arrodille frente a él y tomé suavemente con una mano su polla y con la otra sus huevos, fue una acción increíble de mi parte que él aceptó, enseguida noté su expresión de agrado, mientras decía: ¡Ha! ¡Ha!
Inicié, todavía con cierto temor subiendo y bajando suavemente mi mano por toda su herramienta, que para entonces emanaba abundante líquido facilitando mi tarea, poco a poco la fui envolviendo con mi mano y fui aumentando el ritmo a medida que él empezó a acariciar mi espalda. Luego él llevó sus manos hasta mis pezones pellizcándolos con las yemas de sus dedos arrancándome unos dulces gemidos de placer.
Después, acerque mi nariz para aspirar el olor que emanaba de sus genitales, era un olor a macho en celo el cual se impregnaba en mi interior. Comencé a besar y a lamer suavemente sus testículos y él respondía entrelazando sus dedos entre mi cabellera. Saque mi lengua y suavemente comencé a recorrer su miembro a medida que sentía el sabor de su polla, él me pedía con desesperación que me la metiera en la boca, tomándome con sus manos de la cabeza empujándola hacia su polla. Yo abrí mis labios y me la fui introduciendo lentamente deseando que ese momento fuera interminable, él se dejo hacer al ritmo que yo le marcaba, de reojo levantaba la mirada para ver la expresión de satisfacción en su rostro, ambos estábamos embebidos por el placer que estábamos recibiendo.
Finalmente, logre llevarme a la boca toda su herramienta, sentía como me traspasaba la campanilla sin causarme arcadas, comencé a succionarle con fuerza cambiando frecuentemente el ritmo, sentía el roce de su vello púbico en mis labios y clavaba con fuerza mi lengua en su mata.
Para entonces ambos, estábamos al borde de la locura, me retiré (muy a pesar mío) su polla de la boca y comencé el camino ascendente de mi lengua y mis labios por su ombligo, pasando por su abdomen hasta alcanzar uno de sus pezones, pasando mi lengua por su cuello y su barbilla, rozando levemente sus labios que inmediatamente se abrieron para recibir los míos, nos fundimos en un beso lleno de pasión y desesperación, mientras sus manos grandes y fuertes se hacían de mis glúteos para magrearlos con toda su fuerza, buscando desesperadamente mi ano.
Repentinamente, me separó de él girándome bruscamente y abriéndome con las dos manos los glúteos para dejar ver mi esfínter, sin más como antes habíamos visto en el vídeo, él comenzó a taladrarme el ano con la fuerza de su lengua, mordisqueaba el contorno de mi ano, arrancándome incesantes suspiros a medida que me relajaba. Alcancé a escucharle murmurar, Mm. . Esto sabe a gloria.
Entre tanto él introducía con dificultad primero un dedo, para después dar paso a un segundo y un tercer dedo.
"Xavier" dijo: pero tío que apretado lo tienes.
Yo en ese momento prácticamente comenzaba a aullar de placer, gimiendo como un poseso, así, así ha ¡sí, sí, cómetelo todo oh, oh .., le pedía que me follara, pero él hacía caso omiso a mi suplica, seguía embebido en el placer que me estaba provocando.
Pasaron varios minutos hasta que logró dilatar completamente mi ano, me tomó nuevamente con sus dos manos y me giró quedando frente a él. Yo me subí en el sillón con las piernas abiertas y me acomodé en posición de cuclillas dejando que su miembro rozara mi raja mientras nos comíamos a besos, yo pasé mis brazos entre su cuello levantándome un poco para que él acomodara su verga en la entrada de mi ano y así lentamente fui bajando mi trasero para que él se abriese paso.
Comencé a sentir un inmenso dolor que él lo notó y hábilmente supo manejar la situación, detuvo su embestida por un momento y entre besos y caricias hizo que me relajara por completo transformando mi dolor en placer. Él sujetándome por la cintura inició con un lento sube y baja, a medida que vio en mi rostro la expresión del placer que me estaba proporcionando, fue aumentando la velocidad de sus embestidas. Yo ahogaba mis gemidos en sus labios, él se enderezó y yo entrelacé mis piernas por su cintura y mis brazos por su cuello.
El tomó con sus dos manos mis glúteos abriéndolos y sin sacar su verga de mi culo se impulsó para ponerse en píe soportando todo el peso de mi cuerpo con sus manos y así empezó a embestirme con demencia cada vez más y más fuerte.
"Xavier" dijo: Me vuelve loco este culo tuyo cabrón, cómete toda mi polla.
Mientras yo le pedía más y más diciéndole: ¡Sí!, dame toda tu verga, párteme el culo en dos, así seguimos por varios minutos; para ese momento, yo sentía un ardor en el culo a medida que él imprimía más y más velocidad, me poseía como una bestia, mostrándome su virilidad.
Hasta que de repente experimenté una sensación nunca antes vívida que no se como describirla.
Fueron unos instantes en los que comencé a sentir contracciones involuntarias tanto de mi esfínter anal como de mi próstata, recorriendo un escalofrío en todo mi ser, erizándome la piel y generando mayor presión en su pene, llevándonos a un frenesí incontrolable. Yo gemía desesperadamente mientras él lanzaba gritos de placer diciendo:
¡ Hooo, Dios esto es lo máximo!
Acelerando aún más sus embestidas, mezclando nuestros sudores y provocándome unas breves convulsiones que casi me hacen perder el sentido, llegando ambos al éxtasis.
Él comenzó a gritar como loco me corro, me corro .. ¡Ah, ah, toma toda mi leche, soltando varios trallazos dentro de mí que yo recibí como ráfagas de fuego, al mismo tiempo que lo abracé con todas mis fuerzas nos besábamos y nos mordíamos los labios.
Yo también llegué al clímax, soltando toda mi espesa leche entre su pecho y mi abdomen, dejándonos caer ya sin fuerzas en el sillón. Tras unos instantes de relajación, respiramos profundamente y toda esa lujuria y pasión se convirtió en ternura y mutuo agradecimiento.
Volvimos a besarnos entremezclando nuestras lenguas y abrazados nos quedamos dormidos en el sillón.