Un nuevo yo que no conocia... (2)
Un nuevo juguete se me ocurrió y seguí descubriendo cosas... lo que me gusta y lo que no, y lo que se debe y lo que no hacer tambien.
Mi despertar bisexual fue poco traumático, una ex me mostro que podía gozar de diferentes formas, y yo por mi parte me encargue de ahondar en ese aspecto nuevo.
Comencé jugando con mis dedos y algunos objetos ante la imposibilidad de comprar aparatos sofisticados por mi edad, por eso decidí algo simple, inventarlos por mí mismo.
Por supuesto que no andaba día y noche buscando formas de hacer juguetes sino que mi libido homosexual, como ya dije va y viene, cuando esta me vuelve un tanto adicto y ahí si... todo lo que veo con forma de pene pasa al inventario para hacer juguetes.
Ya conté sobre la lapicera que me regalo mi tío, que tenía un pequeño motor que distorsionaba el trazo que se convirtió en mi primer y más preciado objeto además de casi perfecto: forma de pene y vibratorio, por ese entonces tenía 18 años. Lamentablemente dejo de vibrar y cada vez que mis impulsos y deseos homosexuales volvían sentía que este objeto ya no era lo mismo, mi cola me pedía mas y mas objetos, más largos y
Más anchos... obviamente.
Una tarde robe de la gaveta de herramientas de mi papa un destornillador rojo con mango bastante grande y por cierto era bastante lago, alrededor de 30 cm, casi un año y medio usando mi lapicera y ahora necesitaba un cambio. Compre una caja de preservativos que veía con un gel, esa misma noche estaba dispuesto a estrenarlo. Al caer la tarde me fui a bañar y comencé a prepararme para mi gran noche, me masturbe con mis dedos
hasta llegar al orgasmo... acabar con algo dentro de mi colita me hacía sentir extraño, durante mucho tiempo y hasta el día de hoy, cada vez menos, me siento mal por hacerlo... pero el placer puede más. Salí de la ducha, me seque y al salir del baño mi mama estaba sirviendo la comida, cenamos, mire la televisión un rato y me fui a dormir. Subí a mi habitación y sabía que tenía algo que hacer, ante este nuevo objeto mi corazón latía más fuerte, mi respiración agitada me hacia notar que estaba nervioso por lo que estaba por hacer, iba a meterme algo mucho más grande que la lapicera pero estaba seguro que no iba a dolerme, mis dos dedos juntos eran casi del mismo grosor... Pero no tuve algo en cuenta dos dedos planos no son lo mismo que algo cilíndrico y de 5 cm de ancho.
Me recosté sobre mi cama, tome mi nuevo juguete y le puse el preservativo, lo acariciaba sin saber lo que sentiría con él y le puse el gel lubricante, con lo que tenía en mis dedos me volví a dilatar antes de introducir mi nuevo juguete, levante mis piernas y puse la punta del mango sobre la entrada de mi cola, al tener punta logre trabarlo contra el colchon de modo que mis manos estaban libres y casi seria como que alguien me violace. comence a empujar mi cuerpo hacia abajo y a meter lentamente el mango del destornillador colorado, con mi mano comenzaba a masturbarme y en mi cola sentia las consecuencias que no sabia del ancho de este artefacto... lentamente sentia cada vez mas dolor pero era tan placentero que nada me importaba y seguía introduciéndolo cada vez más adentro, cuando casi entro la cabeza del mango sentía que me estaban desgarrando y en un momento que perdí la noción de lo que hacía, seguramente por la calentura que esto me generaba me masturbaba cada vez mas rápido y cuanto más me masturbaba mas quería meterme de mi juguete, frotaba mi pija cada vez mas rápido y de pronto deje de metérmelo y solo entraban milímetros de él, solo me masturbaba mas y mas rápido hasta que al sentir el orgasmo llegar baje mi cuerpo bruscamente y entro todo el mango del destornillador en mi culo y un enorme chorro de leche paso mi cuello, tres más salieron de mi pija y quedaron sobre mi pecho y sentía como varios chorros mas salían ya sin fuerza...
Después de eso, todo fue silencio, quede extasiado, inconsciente con la mente en blanco creía que estaba dormido pero estaba despierto, me había metido el mango de casi 5 centímetros de ancho en mi cola... me quede así por lo menos 10 minutos, sin poder moverme con el cuerpo paralizado por el terrible orgasmo que tuve, después de esto volví en mi y pasando mi mano por el costado de mi cuerpo llegue hasta la punta del juguete nuevo y comencé a quitarlo, los primeros centímetros estuvieron bien pero al llegar a la cabeza más ancha sentí otra vez algo nuevo, una sensación que hasta el día de hoy no puedo describir y quien jugó con un objeto con una cabeza más ancha que la base entiende lo que digo, esa sensación de estar sacando algo gigante de tu cola, algo que te está destrozando de dolor pero a la vez es puro placer... es indescriptible...
Lo quite y cuando lo vi un hilo de sangre estaba sobre este nuevo intruso, me asuste y deje de hacerlo por un tiempo, ya que mi curiosidad pudo más y lo volví a hacer.
Ya con mas dilatación entraba mas fácil y una vez adentro me lo metía y sacaba como si me estuvieran cogiendo, me inclinaba sobre la cama y con i mano lo metía tan profundo como podía, sentía que chocaba contra algo y ahí lo quitaba y volvía a meterlo. Estas prácticas de autoconocimiento descubrieron que hay algo... mas allá y un día de estos que mi destornillador rojo me violaba desenfrenadamente, inclinado en mi cama de acosté con el metido entro y se abrió mas espacio del que aparentemente había, me quede quieto sobre la cama y con mi mano intente meterlo más adentro, ya tenía por lo menos 15 centímetros adentro y entraron como 5 mas, cabe destacar que no era algo flexible, era rígido y era difícil de meter más dentro de cola, desde la punta lo moví y pude meterlo más hasta llegar a casi 20 centímetros y creí que no podría mas... me puse boca abajo y moviéndolo y acomodándolo se metió casi solo lo que restaba, no lo podía creer tenía 30 centímetros de algo rígido en mi cuerpo, sabía que era peligroso y que no debía moverme ya que me lastimaría, de hecho ya no sentía nada solo era por probar hacerlo, 30 centímetros adentro de mis entrañas y desde lo poco que podía tomarlo lo metía y sacaba lo poco que podía. Sin embargo quería saber donde llegaba y pase mi mano por debajo de mi cuerpo y toque mi panza... mi nuevo juguete llegaba hasta por encima de mi ombligo, podía tocar su cabeza.
Me lo quite y después de esto supe dos cosas, que esto no me dio placer, no me dio nada entonces supe que ya no lo haría, y segundo supe que las cosas anchas serian mi debilidad, devolví luego esta herramienta a donde pertenece y seguí buscando ideas.
Encontré algo interesante un envase de desodorante más fino que los comunes, no cabezón pero si terminado en punta y que en su base se hacía más ancho... ¿Que descubrí con él? Tendrán que esperar...