Un nuevo órgano sexual
Un joven concierta una cita con otro hombre que tiene en común la curiosidad por una primera experiencia gay.
Hola, me llamo Carlos y voy a contarles lo que me ocurrió en una oportunidad por estar intentando cumplir una fantasía, ocurre que desde hace mucho tiempo he fantaseado con tener un encuentro con un hombre para saber qué se siente que un tipo le haga una mamada a uno, y eventualmente si me animaba tocar su miembro y si me resolvía también darle una lengüeteada a su güevo. Sucede que en mi incesante búsqueda por Internet terminé conociendo a , un tipo muy jovial que me confesó que él tenía una fantasía similar, así seguimos chateando e intercambiando correos hasta que quedamos de encontrarnos íbamos a tener un contacto con el animo de conocernos personalmente, de ver si había química e ir madurando lo que sería nuestro encuentro sexual. El caso es que me invito a su residencia en Puerto La Cruz, yo iba algo nervioso aunque me tranquilizaba el hecho de saber que para esta ocasión sólo habría un encuentro amistoso y de acercamiento.
Cuando llegué él estaba esperándome nos saludamos cordialmente y me invitó a entrar, conocí su bella casa, nos servimos un trago, hablamos de cuanta cosa se nos ocurrió y nos fuimos a su estudio donde tiene su computador. Allí buscó varias fotos de familiares amigos, etc, nos servimos otro trago y fue cuando me dijo que su joven esposa estaba al tanto de su fantasía, y que ella le había confesado que también sentía fantasía de ver dos hombres teniendo sexo. Yo inmediatamente me sorprendí, él me dijo que me tranquilizara, que ella no estaba y llegaría al anochecer, le pedí de inmediato que nos despidiéramos antes que ella llegara, que por nada del mundo yo quería dejarme ver con ella, (algo me decía que me podría asociar a sus fantasías y no quería que una mujer supiera lo que mi cuerpo muy secretamente deseaba), él me dijo que estaba bien, que me tranquilizara que teníamos algo de tiempo.
Él colocó un video en el computador y me puse a mirarlo mientras iba tomando lentamente mi vaso de whisky, el video se comenzó a poner interesante y me embelesé mirando cómo un tipo le hacía una mamada de feria a otro con porte de fisioculturista, dueño de una hermosota verga creo que tendría algunos 19 centímetros y un grosor interesante que hacía que el tipo la prácticamente peleara para arroparla con sus labios, lamía mucho su tronco lateralmente, mientras sus manos acariciaban sus bolas, ya que me imagino le dolerán los maxilares si la dejaba mucho tiempo dentro de su boca abierta al máximo. Él tomó mi vaso y salió a servirme otro trago yo seguía muy emocionado con el video, él notó mi erección a través del pantalón y fue cuando me dijo no te cortes si quieres puedes masturbarte, es mi practica habitual cuando miro esos emotivos videos, acotó, dándome mas confianza y alejándose a buscar el trago, la verdad es que el video era de primera y mi verga estaba que reventaba, me enternecía mucho cómo él pasaba la mano por la cabeza de él acariciando su pelo y guiando muy suavemente la mamada que recibía. Me resistía a sacar mi pene del pantalon y sólo me limitaba a sobarlo por encima de la tela, excitándome cada vez más, Luis vino con el trago y me dijo: no tienes por qué estar con ese sufrimiento, estamos entre adultos y sé que quieres pajearte, hazlo con confianza, quítate el pantalón y ponte esta bata, yo voy donde mi vecino, que me pidió una herramienta prestada, ya vengo, no me dejó responderle me tiró la bata y se fue, la verdad es que lo que me sugirió era lo que deseaba, así que sin pensarlo dos veces me quedé en pelotas y me puse la bata, mi verga parecía un palo y comencé a pajearme suavemente, estaba muy excitado sentía la leche hervir en mis bolas, me daba pena regar mi leche en ese estudio ajeno y hacia esfuerzos por no acabar de lo más emocionado estaba el tono del video subió, cuando una pareja se sumó a los dos tipos, era impresionante la nitidez con la que se miraba a estos tipos teniendo sexo, yo me encontraba absorto en mi paja y mi video, cuando sentí que una mano agarraba la mía ayudándome en el sube y baja de la masturbación, mientras por detrás una voz me dijo permíteme ayudarte, era Luis, que había entrado muy calladito al recinto me imagino que descalzo, ya que no lo sentí para nada, suavemente me acercó su boca a me dijo al oído, relájate que vas a acabar divino, yo traté de balbucear algo y antes que dijera algo me dijo no te preocupes te ayudo a acabar y nos despedimos hasta la próxima. Es lo menos que puedo hacer para agradecer tu visita. Eso me animó ya que no quería ser sorprendido por su esposa, cerré los ojos y me dediqué a sentir la divina caricia de su mano en mi verga y de su boca en mi oreja, estaba en el paraíso, ni la más habilidosa de las mujeres había logrado nunca llevarme a ese estado de emoción, quería que durara mucho y le decía que tarde un poquito más entonces sentía cómo él corría la mano hacia la base de mi verga y le daba un apretón prolongado con lo que hacía que el orgasmo inminente se alejara. Con su otra mano soltó el lazo de la bata y comenzó a acariciar mi pecho mientras fue bajando muy lentamente por mi cuello hasta apoderarse de mis tetillas, ahora sí que me tenía para él. Cerré fuertemente los ojos y apretaba mis dientes, buscando las maneras de prolongar tanto goce, cuando sentí que su viaje continuo rumbo a mi verga, salté literalmente del mueble cuando su boca rodeó mi glande era impresionante ahora abrí mis ojos y se encontraba arrodillado dándome la mas ricas de las mamadas, comenzó a acariciar mis bolitas y sus dedos casi llegaban a mi culo y regresaban yo no estaba en condiciones de decir ni hacer nada cuando sentí que mi leche venía y en colocaba la yema de su dedo mayor en mi culo haciendo círculos leves y notando cómo mis esfínteres temblaban con su caricia él fue muy respetuoso y no intentó introducir su dedo se dedicó a tragar la leche fruto de su esfuerzo estaba temblando divinamente cuando me susurraron nuevamente al oído qué rica acabada volteé inmediatamente y me plantaron un beso en los labios, luego me separó y besó mis mejillas diciéndome soy Erica su esposa, eres espectacular, lo vi todo y estoy encantada, qué rico ver a un macho acabando así, gracias por complacer a mi esposo, de veras te lo agradeceré eternamente, no es fácil conseguir hombres dispuestos a esto, gracias por haber venido, y ahora disfruta viéndonos hacerlo a nosotros, si te animas estás invitado será una verdadero placer hacerlo los tres me había quedado mudo,... no sabía qué decir era su esposa, Luis aún no soltaba su presa y fue a solicitud de ella que fue incorporándose a mi lado para permitirme ver la verga más hermosa que haya visto yo en mi vida, era perfecta, de unos veinte a veintidós centímetros de un grosor exquisito (la mano alrededor no cerraba), un enorme glande Rosado, que se unía al resto de la verga algo más gruesa, dejando un enorme canal, le daba el aspecto de un champiñón de tallo gigante, (Creo que recordé los cuentos de Blancanieves). No sé por qué sentí en ese momento ganas de agarrarlo, sentí que mi esfínter anal daba espasmos como la boca de un pececito cuando sale del agua, ella se apresuró a tomar el gran trofeo y comenzar a darle una estupenda mamarla, se fueron alejando de mí, él retrocedió y se sentó en un diván que estaba allí, me imagino que todo estaba predispuesto y preparado, ella no era una belleza, pero tampoco fea, lo que si es que su cuerpo era muy exuberante y muy bien definido, tenía muy bellas y paradas tetas no sé si operadas pero lucían muy firmes y con pezones respingones, él no dejaba de acariciárselas, pero nada me llamaba más la atención que la hermosa verga de Luis, que era tragada y lamida por Erica, su esposa, ella notó la cara de bobo que tendría mirando la verga y me hizo señas para que me acercara, soltó la verga y me beso, luego me dijo ¿por qué no me ayudas?, es muy rica y como ves alcanza para los dos, estaba muy emocionado y miraba fijamente cómo ella abría su boca a tope para introducir la enorme glande, , me preguntaba si no sentía el rico olor de macho que impregnaba el ambiente, no te niegues, es divina, ¿quieres sentirla para ti solito en tu boca? sé que te va a gustar, date ese gustazo, Mámalo, mámalo, es tuyo, tómalo para ti, deja que su enorme glande acaricie el interior de tu boca, tu paladar, tu garganta, anda tómalo, decía esto mientras su mano me llevaba a agarrar el tremendo garrote que me tenía abobado y con el culo haciendo pucheros, la tomé, sentí un enorme calor y sus carnes tensas por su erección, así como el resbalar de su piel sobre ese enorme güevo. Y sin dudar mas baje mi cabeza para iniciar la primera mamada de güevo de mi vida. Nos pusimos a mamar juntos el vergón de él, lentamente me la fue dejando para mí sólo aquella enorme presa.
Traté de hacer lo mismo que él me hizo y al parecer le gustaba porque su güevo se ponía más duro y más caliente. Erica comenzó a acariciar mi verga con su mano me hacía una rica paja, se colocó detrás de mí, separó mis piernas y acto seguido se metió boca arriba debajo de mí e introdujo en su boca la punta de mi verga sin dejar de pajearme mientras mamaba el glande, mi güevo ya estaba erecto a reventar, ella dejó de pajearme para acariciar mis bolas con la palma de su mano, es divino mamar mientras lo maman a uno, pensé. Erica comenzó a hacer llegar la punta de sus dedos al perineo y luego hasta mi culo, en ese momento pensé con razón lo enseñó Erica, era divino, me acarició el ano con movimientos circulares de la yema de su dedo, Pensé que no pasaría de allí como pasó con él pero me equivoqué Erica presionaba lentamente su dedo hacia adentro y podía sentir cómo mis esfínteres abrían y cerraban como si trataran de devolver la caricia, comencé a sentir un dolorcito sabroso en el interior de mi culo y levanté mi cabeza soltando la enhiesta verga de é, fue cuando ella dijo ya estás listo, y se fue incorporando mientras ella continuaba con su caricia, no sé de dónde carajos sacó una crema con la que sentía mas fácilmente resbalar su dedo en mi esfínter anal, yo continué con mi mamada, me dolían los vértices de los maxilares, era una odisea mantener el grueso güevo en la boca, por eso lo retiraba le acariciaba la puntita con la lengua y metía el enorme hongo sólo cuando sentía su mano presionando suavemente mi cabeza a su tronco, mi culo ya estaba recibiendo el dedo de Erica por completo ella había embadurnado toda mi área anal, sentía como un frescor mentolado en mi culo y mis terminaciones nerviosas de mi culo no dejaban de vibrar, contraerse distenderse, era la gloria.
Se escuchó la voz de Erica decir ya esta listo... me tomó por mi barbilla y levantó mi cara desenchufándome de su güevo, sonó un chup cuando abandonó mis labios que lo apresaban y me dijo, Carlos quiero tu culo, me puse muy nervioso y no sabía qué decirle, mis piernas temblaron mi culo hacía pucheros mi verga era mamada deliciosamente por Erica, estaba en una vorágine, no dije nada, él comenzó a incorporarse lentamente llevándose consigo la verga que me tenía loco, tomó mis manos y las apoyó en el diván también reposé mi cabeza entre mis sobre el diván, Erica dejó de mamar y subió hasta tener su cara frente a la mía, y comenzó a decirme cosas y darme consuelo, algo como pronto conocerás el límite del sexo sabrás lo rico que es ser poseído por un buen macho, tendrás una verga de hombre en tus entrañas, sentirás cómo quema divinamente la leche de un macho tus tejidos vírgenes, ella seguía diciendo cosas y acariciando mi cara cuando sentí las manos de él en mis nalgas, el miedo se apoderó de mí, ella lo notó, mi güevo se encogió y sólo era un pedacito de carne retraído, estaba muy nervioso e impaciente, los esfínteres se alborotaron más sentía como temblaban el dolorcito interno de mi culo se acentuó y se hacía más sabrosito, cuando sentí lo más rico de la velada hasta ese momento, el contacto de la enorme cabeza del güevo contra mis temblorosos esfínteres, desde su posición ella tenía dominio total de escena, ella miró a mis ojos y me dijo acaricia su glande con tu culo, aprieta y afloja, aprieta y afloja, escuché a él decir así, así, así esta muy bien, comencé a sentir riquísimo, sentía cómo presionaba y se retiraba, luego otra vez un poco más fuerte y otra vez, entonces sentí mi primer dolor fuerte cuando él dio un avance y no retrocedió, dejando calzada la enorme cabeza contra el diminuto orificio, forzándolo que hizo que mi virgen culito ya no pudiese cerrar completo, pues la punta de su hongo no lo dejó, me puse más nervioso, espera, espera , ya va, ya va, espera decía desesperado, no , no, no va a entrar es muy grandote, pero no se dejó convencer y fue cuando Erica rodeó mi cintura y me tapó mi boca con la de ella en un beso salvaje, él agarró firmemente mis ancas y a como si estuvieran coordinados, como si una señal que le hiciera Erica, Luis dio un avance para introducir su hongo, el cual se abrochó a mi esfínter, destrozando mi virgo anal, sentí que todo me daba vuelta era horrible, me faltaba aire, traté inútilmente de pararme y mis piernas no daban, mi cuerpo no respondía, sólo gruesas lagrimas y un grito desesperado era lo que brotaba de él, sácalo, por favor sácalo, te lo pido es insoportable, después lo intentamos, deja que se me pase, te lo doy después, le ofrecía tratando de convencerlo de desistir de enterrar esa enorme verga en mi culito estrecho y virgen, no entiendo cómo mis carnes anales se aferraban a su glande, cómo si no quisieran que él entrara más, pero que tampoco lo dejaría escapar, lo abrazaban fuertemente, como quien se agarra de una rama para evitar la caída por un precipicio. Él como todo un caballero no siguió empujando pero tampoco se retiró. Me decía relájate, ya se te va a pasar, sentía cómo mi culito ardía, cómo se abrochaba más y más al hongo de su verga dejando su glande dentro de mí y todo el tallo del güevo esperando pacientemente su turno para entrar, era la locura qué dolor más arrecho, lo que más me desesperaba es que mientras mis piernas no respondían mi paredes anales sí, pero aferrándose al gladiador que lo conquistaba, mis lágrimas corrían a chorro y lloraba como un bebe herido, sudaba frío en mi frente, Erica comenzó su terapia de relajamiento me secaba mis lagrimas me decía te duele papito, pronto se te va a pasar y vas a seguir sintiendo rico, me acariciaba la cara y me dijo paciencia, paciencia ya se va a comenzar a pasar, como por arte de magia, sus palabras comenzaron a surtir efecto dejé de llorar a solo hipaba, y decía repetidamente duele, duele, duele, pero cada vez con voz más débil señal que el dolor dejaba de ser tan intenso. Fue cuando ella dijo tengo que ayudarlo espérame, nuevamente se corrió hacia mis piernas, comenzó a acariciar mi pene, que no era pene en ese momento sino un pedacito de carne arrugada, lo fue acariciando y haciendo lo reaccionar, acariciaba mis costados pero no se movía, esperando a que se me pasara, Erica comenzó a acariciar mis bolitas que se habían petrificado y tomando más crema fue embadurnando el tronco que esperaba su turno. Escuché cuando Erica me decía Carlos puja como si quisieras expulsarlo de tu culito, y le decía a Luis comienza lentamente a moverte en vaivén, muy suave, muy suave, así lo fuimos haciendo, yo hacía todo el esfuerzo y pujaba y comenzó a moverse en vaivén, me estaba entrando una sensación sabrosa, sentía cómo hacía para entrar y cómo se retiraba, Erica como toda una directora seguía lubricando el palo y mamando mi verga que ya daba indicios de recuperación me estaba gustando pero dolía, lo que sí es que era más soportable, Erica le dijo Luis avanza dos y retrocede uno, comenzó a avanzar el ariete, y yo a sentir que me abrían en canal, él se retiró un poco y sentí una divina sensación de alivio, me gustó cómo resbaló ese poquito él se tranquilizó haciendo movimientos muy corticos de entrada y salida con lo que ese espacio de mi culito se acostumbró y comencé a disfrutar comencé a sentir ganas de que mi culo se tragara aquel trozo, pero igual dolía, cuando Erica notó que ahora era yo el que me movía en cortico atrás y adelante, me dijo ya papito es el momento de apropiado, y fue cuando Luis impulso sus caderas hacia delante, clavando su estaca hasta la raíz, hasta la base de aquel mástil, grité muy duro. Noooo... Paraaaa..., pero ya no había nada por hacer, el enorme gladiador conquistó su terreno y lo anunció golpeando mis nalgas con sus testículos, qué ardor más grande, qué sensación de llenura plena sentía en mi trasero, Erica mamaba mi güevo y acariciaba las bolitas de él, yo les decía ya Luis, sácalo por favor, él me dijo Carlos si no te lubrico y refresco internamente con mi leche, el dolor será atroz cuando te lo saque, culea suavecito, hazme acabar que esta cerquita, tú solamente tú puedes calmar tu dolor, quierete y ayudame a bañar tus entrañas para aliviar tu dolor... yo comencé de inmediato la tarea de sacarle la leche a ese palo, necesitaba su bálsamo refrescante y salvador, le dije a Erica, ayúdame a ordeñarlo, mámale las bolitas, acaríciale el culito, haz algo para que acabe rápido, no aguanto este dolor, y esta angustia, y así fue como haciendo un gran esfuerzo comencé a culear, primero muy en cortico, me animó que nuevamente sentí alivio, como la primera vez, pero ya no había más que meter, todo estaba alojado en mi estrechez, ya después más fuerte, más fuerte, hasta que me encontraba culeando divinamente, volví a sentir aquel dolorcito interior, él me cogía como todo un macho a su hembra y hasta que dijo ahora mi amor acá esta tu premio y tu salvación, fue cuando sentí que entró todo soltó un chorro caliente, se retiró casi todo sólo dejó la cabeza adentro para comenzar a llenar mi culito con su elixir desde la entrada, sentía otro divino chorro de nectar de macho y él entraba otro tanto y avanzaba, otro y lo introdujo todo nuevamente para soltar el chorro final, ahora sí que comencé a sentir rico, era calientito, y suavizó mi canal anal, llenándome de ricas sensaciones en este momento, a todas estas Erica se afanó más en su mamada y sin darme cuenta acabamos juntos pues ella se pajeaba ardientemente, la excitaba mucho ver cómo se cogen a un macho, lo más grande es que con cada chorro de leche que lanzaba, un apretón al güevo alojado en mis entrañas le daba, era involuntario, como todo un experto aprovechó mis espasmos para ir retirándose lentamente hasta que sentí cómo su hongo enorme abandonaba el estrecho refugio, me sentía divinamente bien, una sensación de vacío en mi trasero y unos temblores fortísimos en mi verga. Me dijo que culito más apretado y rico tienes. Gracias por haberme dado la oportunidad de desvirgarlo, eres el mejor de todos los que Erica y yo hemos desvirgado con este método, Carlos de casualidad te gusta el fútbol, pues tienes muy buen número eres nuestro desculado número 10, ahora aprenderás los placeres del sexo en trío, Erica es la artífice de todo y debemos complacerla, luego habló Erica tendrás todo lo que quieras de nuestros el sexo, mi trasero mis tetas, haremos doble penetraciones anal-vaginal, vaginal simultanea, TODO... menos coger a Luis, él es mi macho desvirgador y quiero que te lleves la sensación de que todo un machote, te enseñó a sentirte hembrita, él sólo será desculado cuando aparezca su sustituto quien se encargara de hacerlo y convertirlo en lo que tienes tú la suerte de ser ahora, él sabe que su virgo anal tiene los días contados, mientras tanto él es el macho de este trío, donde yo soy la hembra y tú el privilegiado de tener dos órganos sexuales para darnos y recibir placer, ya verás cuando hagamos el show lésbico tú y yo, o creas que cuando el dolor propio del desvirgamiento cese, tu culito no sentirá hambre de una verga de Macho, bien tiesa y gruesa que calme sus espasmos, porque ya estas preparado para dar placer sexual a hembras y machos con la misma intensidad, pues ahora tienes un nuevo órgano sexual ...
Continuará
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