Un nuevo comienzo (Love Hina 3)

Algo muy extraño sucede en la posada Hinata, Keitarou tiene unos sueños muy extraños y las chicas se comportan de una manera muy diferente, el esta muy excitado y no sabe por que. Capitulo 3.

Una pequeña aclaración, la escena de sexo entre Keitarou y Mutsumi es casi la misma que la que puse en mi relato de "Nuevo destino" de Zelda, aun así espero les guste.

UN NUEVO COMIENZO (LOVE HINA)

Capitulo 3. - Algo más que sexo.

Sin prestarle mucha atención al hecho de que su tía se iba el continuo con su camino para entregarle el paquete a la chica de Okinawa, al llegar vio a Mutsumi cerrando la tienda y en su cabeza estaba Tama dormida.

  • Así que aquí estaba Tama, por eso no la había visto desde ayer. – pensó Keitarou al ver la tortuga.

El joven dirigió su mirada a la chica la cual vestía un uniforme de sirvienta muy elegante.

  • Es mi imaginación o ella cada vez esta más hermosa. – pensó Keitarou un poco sonrojado e inmediatamente su mente lo hizo recordar todo lo sucedido entre el y las tres chicas.

Moviendo un poco su cabeza para sacar esas ideas de su cabeza se acerco a la chica.

  • Hola. – dijo Keitarou cuando estaba casi a su lado.

Mutsumi volteo al escuchar esa voz.

  • Ara, ara Kei-Kun, hace tiempo que no te veo. – dijo Mutsumi muy alegre.

  • Es que pasaron muchas cosas. – dijo Keitarou un poco sonrojado.

  • OH, eso quiere decir que. – dijo Mutsumi muy seria.

  • ¿Que quieres decir? – dijo Keitarou algo preocupado.

  • Que, que Naru ya acepto ser tu novia y han estado saliendo. – dijo Mutsumi de forma alegre y aplaudiendo enfrente suyo

El joven casi se cae al escuchar la pobre conclusión de Mutsumi.

  • ¡Pero como va a ser posible si ella esta fuera de visitando a su familia! – dijo Keitarou un poco molesto.

  • Es cierto, me olvide, je je je. – dijo Mutsumi sonriendo.

El pensó en Naru por un momento, sentía un poco de culpa por lo que había hecho, de algún modo la estaba traicionando. Aunque siendo sinceros ellos no eran novios ni parecido y a pesar de todas las cosas por las que pasaron todo seguía igual que siempre en un eterno ciclo de si, no, talvez.

Ella preferiría cortarse la lengua y dársela de comer a los perros antes que admitir abiertamente algún sentimiento hacia el. Si Naru se llegaba a enterar de lo que paso nunca mas le dirigiría la palabra o aun peor, le daría tal golpe que moriría de hambre antes de volver a tocar el suelo. La sola ideal o hizo temblar.

El joven vio el paquete y recordó el motivo de su visita.

  • Te trajeron esto. – dijo Keitarou mostrándole el paquete a la hermosa chica.

Ella tomo el paquete y lo puso sobre la mesa e inmediatamente lo abrió, Tama se despertó y salio del edificio, de la caja Mutsumi saco varias sandias mientras el la miraba y una gota de sudor apareció en su cabeza.

  • Ese gusto por las sandias me parece muy extraño. – pensó Keitarou mirando a la joven que saltaba de alegría.

Keitarou se dio cuenta de que Mutsumi se iba a caer y se lanzo hacia ella para atraparla, al empezar a correr se tropezó y agarro a la chica en el aire y con ella en los brazos callo en el suelo dando algunas vueltas en el, cuando al fin se detuvieron ella se comenzó a despertar y lo vio sobre ella.

El por su parte se quedo frió al darse cuenta de la increíble posición en la que se encontraban, estaba sobe ella, tenia una de sus piernas entre las piernas de ella además que prácticamente la tenia acorralada y por si fuera poco una de sus manos estaba sobre uno de los nada pequeños senos de la chica.

Ella estaba tirada en el piso boca arriba y su falda se había subido un poco mostrando una parte de sus pantaletas y el contacto de la mano del joven sobre uno de sus senos mezclado con la intensa mirada que este le propinaba la estaba haciendo sentirse nerviosa.

Ambos se miraron directamente a los ojos y poco a poco el se le fue acercando, lentamente la beso y ella no ofreció mucha resistencia a pesar de que ella tenia sus dudas pero simplemente no podía no a el, ella iba a corresponde al beso pero la imagen de Naru apareció en su mente y eso hizo que ella tratara de liberarse pero el comenzó a besarla mucho mas fuerte y ella no pudo resistirse mas.

Keitarou abandono los labios de la joven y fue deslizando los suyos por la mejilla de esta hasta que llego a su cuello.

  • No, no puedo hacer esto, Naru lo ama no puedo traicionarla de esta forma pero yo también lo quiero, deseo demostrarle cuanto lo amo pero no debo. – pensó Mutsumi mientras el empezaba a desabrocharle su blusa.

La blusa estaba pegada al vestido así que el le quito la ropa dejándola solamente en ropa interior, ella trato de detenerlo pero el agarro una de sus manos y con la otra acaricio uno de sus senos.

  • No, detente. – dijo Mutsumi en un leve susurro.

Sin escuchar la petición de la joven el movió el sostén de la chica dejando al descubierto uno de sus enormes senos, de inmediato el comenzó a besar el seno de la chica la cual ya había empezado a soltar varios gemidos, suavemente dirigió una de sus manos a la entrepierna de la chica y la fue acariciando suavemente mientras besaba uno de sus senos y acariciaba el otro.

Siguió bajando besando el cuerpo de la pelinegra saboreando su piel mientras quitaba la prenda inferior, subió sus manos y retiro el sostén dejándola totalmente desnuda (En realidad esta en medias y zapatos pero da igual), beso su ombligo y lentamente llego a su vagina, la fue besando suavemente y poco a poco iba aumentando la velocidad.

Al cabo de unos segundos fue introduciendo su lengua dentro de la intimidad de la chica mientras ella apretaba sus manos y ojos sintiendo la forma en la que el saboreaba su entrepierna, el se separo de la joven y rápidamente se quito toda su ropa, se puso en posición para entrar en ella y la miro a los ojos, Keitarou se quedo perplejo al ver el rostro de Mutsumi, su cara reflejaba temor y no excitación y por si fuera poco varias lagrimas recorrían su rostro.

  • ¿Qué estoy haciendo? – pensó Keitarou al darse cuenta de que estaba a punto de violar a su compañera.

Se fue acostando sobre la chica mientras ella esperaba el momento con terror pero este nunca llego, noto el contacto de unos dedos sobre su rostro que limpiaban suavemente sus lagrimas, al abrir los ojos vio a Keitarou y noto como su mirada había cambiado, ya no era una mirada llena de lujuria y deseo sino una de ternura y cariño.

  • Discúlpame. – dijo Keitarou abrazando a la chica.

Ella estaba totalmente paralizada por la repentina acción del chico.

  • No se que fue lo que me paso, por favor discúlpame. – dijo Keitarou abrazándola con un poco mas de fuerza.

Ella aun no decía nada y solo trataba de mirar al joven pero este tenia su rostro hundido en el hombro de la chica.

El trato de levantarse pero ella coloco una de sus manos sobre su cuello impidiendo que se alejara.

  • No te preocupes, yo quería que pasara, quizás no así pero de verdad deseo estar contigo Kei-Kun. – dijo Mutsumi algo nerviosa y muy sonrojada.

  • Lo dices en serio. – dijo Keitarou muy sorprendido.

  • Si, desde que éramos niños siempre quise estar contigo. – dijo Mutsumi muy apenada.

  • ¿Por qué?, tu que eres tan hermosa, por que querrías estar con alguien como yo. – dijo Keitarou algo triste.

  • No lo se. – dijo Mutsumi tomando el rostro del chico y atrayéndolo al suyo.

  • Tú para mi vales mucho mas de lo que imaginas. – dijo Mutsumi uniendo tímidamente sus labios con los de el.

Al poco tiempo se separan y el la mira algo triste.

  • Pero si yo soy muy torpe, siempre caigo sobre ustedes o termino viéndolas desnudas, mira lo que casi termino haciéndote. – dijo Keitarou muy triste y casi llorando.

  • Porque siempre fuiste una persona muy buena, porque siempre me has hecho feliz. – dijo Mutsumi con mucha ternura.

Ella cerro los ojos y junto su frente con la de el.

  • Todos cometemos errores, pero tú te preocupaste por mí y nada malo paso. – dijo Mutsumi sonriéndole.

  • Mutsumi, yo, no soy tan bueno, antes de venir para acá, ayer yo. – dijo Keitarou muy nervioso.

El se separo un poco de la chica.

  • Yo ataque así a Shinobu, a Kaolla, e incluso a Motoko, con ellas no fui capaz de detenerme, no quiero ni pensar que opinan de mí ahora. – dijo Keitarou quien ya no podía mantener la mirada en ella

  • ¿Y como paso? – dijo Mutsumi a lo que el se sorprendió ya que en su voz no había reproche sino curiosidad.

  • Todo empezó ayer a al mañana con Kaolla y. – dijo Keitarou el cual comenzó a contarle todo lo ocurrido.

No podía creer lo que estaba confesando y jamás había sentido tanta vergüenza de su persona mientras que Mutsumi escuchaba sin interrumpirlo.

  • Probablemente me odien por lo que les hice, no merezco ser su casero, no merezco conocerlas ni tampoco tus palabras. – dijo Keitarou reprimiendo las ganas de llorar.

El quiere levantarse y salir corriendo de ahí pero ella vuelve a detenerlo.

  • Yo no creo que te odien. – dijo Mutsumi mirando a los ojos al chico.

  • Pero si yo las forcé a, hacer cosas que jamás querían. – dijo Keitarou muy avergonzado.

  • Acaso alguna de ellas te dicho eso. – dijo Mutsumi muy tranquila.

  • Pero deben estar demasiado avergonzadas como para decírmelo. – dijo Keitarou desviando la mirada.

  • Si ellas no hubieran querido no habría pasado algo como lo que ocurrió con Motoko, los cuatro hicieron eso porque en el fondo así lo querían, nadie fue obligado a nada. Estoy segura que ellas piensan lo mismo que yo. – dijo Mutsumi tomando al chico por el mentón y obligándolo a mirarla.

Keitarou no podía creer lo que Mutsumi le estaba diciendo, en vez de enojarse e insultarlo o golpearlo estaba ahí escuchando pacientemente como si estuviera confesándolo de sus pecados.

  • Pero, a pesar de que le dije a Naru que la amo me atreví a hacerlo con las chicas, yo realmente soy un pervertido como ellas dicen. – dijo Keitarou muy avergonzado.

  • Keitarou, todo tenemos nuestras dudas, y si tengo que ser sincera, a pesar de todos mis esfuerzos jamás conseguí que ella te diera alguna respuesta definitiva a la confesión que le hiciste sobre tu amor hacia ella. – dijo Mutsumi tranquilamente

El solo podía mirarla con asombro por la ternura con la que ella le hablaba a pesar de todo lo ocurrido.

  • Se que es duro para ti pero realmente nunca tuvieron un noviazgo y la verdad yo ya no puedo hacer mas por unirlos, por eso. – dijo Mutsumi entrecerrando sus ojos.

Ella acerca sus labios a los de el y los besa con ternura.

  • Pero yo también me acosté con ellas, como es que todavía quieres estar conmigo. – dijo Keitarou muy sorprendido.

  • Porque te amo, además. – dijo Mutsumi sonrojándose un poco.

  • ¿Si? – dijo Keitarou un poco confundido.

  • Si ellas pudieron acostarse contigo entonces yo también tengo derecho. – dijo Mutsumi con una sonrisa nerviosa y con sus mejillas totalmente rojas.

Ambos se rieron un poco y el coloco una de sus manos sobre una de las mejillas de ella y la acaricio.

  • No quiero hacerte daño. – dijo Keitarou un poco preocupado.

  • Nunca lo harás. – dijo Mutsumi acercándose cada vez más hacía el joven.

Ella se detuvo a escasos centímetros de él desafiándolo.

Sus labios se rozaban con cada sutil movimiento que realizaban pero aún así ninguno de los dos se atrevió a dar el siguiente paso, se mantuvieron en la misma posición durante un minuto que a ambos les pareció una verdadera eternidad.

  • Tus ojos son hermosos. – dijo Keitarou suavemente tratando de salir del hechizo en el que caía cada vez que sus miradas se encontraban.

Mutsumi sonrió con algo de timidez ante el comentario del joven y en ese mismo instante el acorto la casi nula distancia que existía entre ellos besándola al fin. Los labios de ambos se movían en perfecta armonía como si cada uno supiera lo que estaba pensando el otro, y fue así como lo que había comenzado como un tierno beso lentamente se fue pasando a ser uno verdaderamente apasionado. Keitarou sostenía el rostro de la joven con ambas manos, mientras que ella mantenía sus dos brazos enredados en su cuello.

Se separaron para tomar aire y sin abrir los ojos ambos volvieron a besarse de una manera aun mas apasionada, al separase jadeantes, el no perdió el tiempo y siguió su recorrido por el cuello de la chica, besando e incluso lamiendo su ardiente piel, sintiendo con satisfacción como ella suspiraba con cada una de sus caricias, incitándolo a seguir adelante.

Sin pensarlo dos veces Keitarou volvió a fundirse en un ferviente beso, acercando su cuerpo al de ella, sintiendo el exquisito placer que provocaba el roce de sus cuerpos. La joven comenzó a recorrer la espalda desnuda del chico acariciándola suavemente.

  • Eres, hermosa. – dijo Keitarou admirando embobado la perfecta curvatura de sus pechos anhelando poder probarlos mientras agarraba de los brazos de la chica y colocándolos aun lado de su cabeza.

  • No digas eso. – dijo Mutsumi avergonzada al ver como el mordía su labio inferior sin dejar de observarla.

Ella desvió su mirada sonriendo sutilmente, sus manos se encontraban a cada uno de los costados de su cabeza y permanecerían ahí hasta que el chico decidiera liberarla de su agarre, en esto estaba pensando cuando sintió como los labios de él rozaban sus desnudos pechos.

Ella cerró con fuerzas sus puños al mismo tiempo que inclinaba su cabeza hacia atrás, gimiendo con más fuerza. Keitarou besaba y acariciaba sus senos con una maestría asombrosa, de vez en cuando también los mordía un poco cosa que hacia Mutsumi suspirara con mas fuerza.

El chico se detuvo jadeante y separándose solo un poco observó el rostro de la joven, con cuidado acaricio su mejilla mientras le sonreía dulcemente. Mutsumi lo imito y llevo la mano que ahora tenía libre hasta el rostro del joven.

Cuando sus miradas volvieron a cruzarse, ambos supieron que el momento había llegado, ninguno de los dos podía ocultar ya este anhelante deseo.

El bajo besando todo el cuerpo de la chica hasta llegar a su entrepierna, el joven la beso apasionadamente mientras la joven daba varios gemidos, ella acariciaba la cabeza del chico.

Ella lo obligo a levantarse y se arrodillo frente a el, miro lentamente el pene del chico y lo toco un poco nerviosa.

  • Avísame si te hago daño. – dijo Mutsumi muy nerviosa.

  • Si. – dijo Keitarou mirándola.

Ella empieza a lamer de un lado el otro el miembro del chico, luego lo introduce en su boca con sumo cuidado y lo lame, hace esto por unos segundos y luego se le ocurre algo. Se levanta un poco y con sus senos empieza a acariciarlo.

  • ¿Qué haces? – dijo Keitarou muy sorprendido.

  • A los chicos les gusta esto ¿verdad? – dijo Mutsumi algo nerviosa y apenada.

  • ¿Qué? – dijo Keitarou un poco confundido.

  • Los pechos, esto les gusta. – dijo Mutsumi muy avergonzada por la intensa mirada del chico.

  • Si. – dijo Keitarou sin poder creer lo que veía.

Esto es muy vergonzoso así que deja de mirarme así. – dijo Mutsumi muy apenada.

  • Lo, lo siento. – dijo Keitarou pero en ese momento ella empezó a lamer la punta del miembro del chico sin dejar de acariciarlo con sus senos.

Ella se detuvo y se acostó nuevamente en el suelo con las piernas abiertas y extendiendo sus brazos invitándolo a ser uno con ella, con cuidado se acomodo sobre la joven y sin decir ni una palabra entro lentamente en ella. Mutsumi cerró con fuerza los ojos al sentirlo dentro de ella. Keitarou comenzó con movimientos sutiles y pausados, no quería dañarla, pero sabía que lo estaba haciendo.

  • ¿Por qué te detienes? – dijo Mutsumi al sentir que el se había detenido.

  • Te estoy haciendo daño. – dijo Keitarou muy afligido y ni siquiera se atrevía a mirarla.

  • Keitarou. – dijo Mutsumi posando ambas manos sobre el rostro del chico obligándolo a que enfrentara su mirada.

  • Yo estaré bien, no te detengas. – dijo Mutsumi aferrándose al cuerpo del chico.

Keitarou correspondió al abrazo de la joven, antes de decidirse a continuar, habían llegado demasiado lejos y ahora, debían terminar lo que habían comenzado, con sumo cuidado comenzó nuevamente a mover sus caderas a un ritmo lento y pausado, pero había una barrera que le molestaba y le impedía continuar. Cerrando los ojos y con un brusco movimiento logro al fin atravesarla, sintiendo como algo húmedo rozaba su hombro al mismo tiempo que la joven se aferraba con mucha más fuerza a su cuerpo.

Mientras esto pasaba Haruka que había olvidado unos papeles se devolvía a la cafetería.

  • Como se me pudo olvidar el recibo. – dijo Haruka muy molesta.

Ella llego a la cafetería y entro sin hacer ruido, al ver a Keitarou y a Mutsumi se escondió para que no la vieran.

  • ¿Estás bien? – dijo Keitarou angustiado por las lágrimas que la joven había derramado.

  • Lo siento, yo no quise. – dijo Keitarou muy preocupado.

  • No te preocupes. – dijo Mutsumi abrazándolo nuevamente y acariciando sus cabellos.

Con algo de temor el chico nuevamente comenzó con los movimientos lentos y pausados, sintiendo como una extraña sensación comenzaba a recorrer su cuerpo, algo que nuca antes había sentido y de pronto sentía el impetuoso deseo de acelerar el ritmo.

A medida que el poco a poco aumentaba la velocidad y la fuerza de las embestidas, sentía como una desconocida y nueva sensación despertaba sus sentidos, era muy diferente a lo que había sentido con las demás, deseaba poder sentir aún más cerca a la joven.

  • Keitarou. – dijo Mutsumi suspirando su nombre.

El chico parecía complacido al oír los profundos gemidos de la joven y a la vez aliviado de saber que ella había dejado de sentir dolor.

  • Mutsu. – dijo Keitarou respondiendo a su llamado entre gemidos.

No podía sopórtalo más, ahora más que nunca la necesitaba, deseaba aumentar las increíbles sensaciones que recorrían su cuerpo cada vez que entraba en ella, por lo que comenzó a moverse aún más rápido y con más fuerza.

Mutsumi por su parte se aferraba del cuello de el a causa del placer que el joven le proporcionaba, pero no pudo evitar curvar su espalda, sin darse cuenta que dejaba sus pechos a merced de los ansiosos labios de él. Keitarou no desaprovecho la oportunidad y sin pensarlo dos veces, volvió a apoderarse de los exquisitos y excitantes pechos de ella, que ahora lo estaban volviendo loco.

Mutsumi movió lentamente a Keitarou y ella quedo sobre el, la joven tomo el miembro del chico y lo dirigió hacia su entrepierna, la chica de Okinawa se dejo caer suavemente sobre el y comenzó a moverse lentamente probando y luego aumento la velocidad, ambos jóvenes estaban muy excitados y disfrutaban al máximo, el joven estaba hipnotizado por los senos de Mutsumi que subían y bajaban por los movimientos de ella y no pudo evitar llevar sus manos a ellos y acariciarlos.

Keitarou se levanto un poco y abrazo a Mutsumi, ahora ella estaba sentada sobre sus piernas y seguía moviéndose pero estaba atrapada entre los brazos del joven.

El joven libera a la joven de su abrazo y esta se dirige hacia la mesa apoyando sus manos sobre ella mientras Keitarou la agarra por la cintura, Mutsumi siente como el introduce su miembro lentamente en su apretado culito, la joven no para de soltar gemidos al sentir al joven moviéndose dentro de ella, ella baja la cabeza y gime con mas fuerza.

El coloca sus manos sobre los pechos de ella y la jala hacia el, Keitarou comienza a besarle el cuello a la chica que mantiene los ojos cerrados disfrutando de cada caricia, el joven coloca sus manos en las piernas de ella sin dejar en ningún momento de moverse, ella coloca sus manos sobre las de el y entrelazan sus dedos, continuaron así por varios minutos hasta que el se hecho hacia atrás, Mutsumi quedo sentada sobre el joven y ahora le estaba dando la espalda, Keitarou tomo a la joven por la cintura y introdujo su miembro en su vagina, luego comenzó a moverla hacia arriba y abajo, ella se inclino hacia atrás y apoyo sus manos en el suelo y comenzó a moverse con mucha mas fuerza.

Mutsumi hecho hacia atrás su cabeza y sus cabellos le caían en el rostro al joven, de un rápido movimiento ella se inclino hacia delante y apoyando sus manos sobre las piernas del joven continuo moviéndose, la chica continuo así por varios minutos, ambos estaban que no cabían del placer, Mutsumi se dejo caer sobre Keitarou y el la acostó en el piso y nuevamente se introdujo en ella, la joven lo rodeo con sus brazos y piernas mientras el aumentaba la velocidad y fuerza de cada envestida.

Ambos estaban disfrutando al máximo cada segundo de está unión, se habían entregado por completo a la pasión y ninguno de los dos deseaba que este momento culminara, varios minutos después y con un último e intenso gemido ella sintió como algo calido recorría su interior, ambos permanecieron en el silencio producto del éxtasis, que momentáneamente suspendió todos sus sentidos.

Completamente agotado y aún jadeante, se recostó sobre el pecho de la joven, ella lo recibió gustosa, acariciando con suavidad y ternura sus húmedos cabellos, tratando de normalizar su agitada respiración.

Haruka que había visto todo salio sin hacer el mas mínimo ruido, Keitarou y Mutsumi arreglaron la cafetería y después de despedirse el regreso a la posada.

Al llegar fue directo a su habitación y se sentó en el suelo.

  • Dentro de una semana Kitsune y Narusegawa van a regresar. – dijo Keitarou suspirando y pensando en lo que iba a pasar cuando su amada regresara.

En ese momento Haruka estaba fumando un cigarrillo y bastante pensativa.

  • Las cosas se están poniendo interesantes. – dijo Haruka sonriendo y luego volviendo a fumarse el cigarrillo.