Un negro para mamá (5)

Por fin, amables lectores, conocemos al negro.

Disculpas por las faltas de ortografía de mi anterior relato. A pesar de pasarle el corrector del Word, algunas palabras se escaparon. Espero que en éste no haya ese problema.. Quizás necesite una correctora de galeradas que esté buena! jajajaja

Sigamos...

-¿ Y dónde coño encuentro yo un negro? - pensó Juan - No sé, quizás poniendo un anuncio:"Se busca negro con polla grande para follarse a mi madre el día de su cumpleaños".

Desechó la idea. Bueno, quizás después de todo al final le regalaría flores y... una buena comida de coño!, eso sí

Pero he aquí, casualidades de la vida, que pocos días después entró un negro a la cafetería que Juan frecuentaba por las tardes. Era un chico joven, no mal parecido y se le veía atlético. Juan lo estudió. ¿Sería el destino?. Él no creía en el destino...

Al día siguiente, sobre la misma hora el chico volvió a aparecer, y al otro también. Juan pensó que sería un cliente habitual, como él mismo.

Le preguntó a una de las camareras, amiga suya, y le dijo que era un estudiante de intercambio. Que creía que era de Senegal y se llamaba Majed, o algo así. Entonces Juan trazó su plan. Se haría amigo de Majed y le propondría follarse a su madre.

Se sentó al lado de donde se solía sentar Majed, y cuando éste llegó lo saludo.

-Hola, buenas tardes. -Buenas tardes. -¿Majed, verdad? -Sí, ¿ Cómo lo sabes? -Me lo dijo Claudia, la camarera. Yo me llamo Juan.

El chico era simpático y hablador. Se enteró de que estudiaba económicas gracias a una beca. Debía de ser de buena familia, porque parecía bien educado. Los siguientes días se sentaban juntos, hablaban de todo. Se fueron haciendo amigos.

Un día, cuando ya había confianza entre ellos, Juan se fijó que Majed le miraba el culo a Claudia.

-¿ Tiene buen culo, eh? - le dijo Juan -Eh? O sí, precioso. Quien lo pillara. - Bien -pensó Juan. -No perece que sea homosexual. Menos mal. Si no vaya chasco. La cosa está madura. Mañana le entro.

Al día siguiente, en vez de sentarse en la barra, como siempre, Juan le pidió que se sentara con él en una de las mesas. Cuando estuvieron sentados, Juan le enseño una foto de su madre.

-Es una amiga mía - le dijo. -Pues está muy buena, tu amiga. -¿ Te la follarías? -Pues claro, sin dudarlo.

Juan le contó parte de la historia. Que se acostaba con 'su amiga', que era preciosa y muy buena en la cama, y que como regalo de cumpleaños quería ofrecerle un chico de color, pues notaba que eso la excitaba mucho. Y que quería a uno bien dotado.

-¿Cómo tienes tú.. la polla, Majed? -Ummm, jajaja, te puedo decir que el mito de los negros, en mi caso, es cierto. -Tendría que estar seguro. -¿Qué quieres, una foto? -No, verte la polla. Quiero algo 'especial' para mi amiga. - Coño!!! Y qué quieres? Que me la saque aquí? - No, bruto!! jajaja. Podríamos ir al baño. - Así que para follarme a tu guapa amiga primero tengo que enseñarte la polla a ti? -Sí. -No serás un mariquita que sólo busca verle la polla a un negro, no? -jajajaja, No. Te aseguro que no. Esto va en serio. - Bueno. Pues vamos.

Se levantaron y se dirigieron al baño de la cafetería. Era discreto, así que nadie les vio entrar juntos.

-Parecemos dos maricones, jajaja - dijo Majed -jeje, Bueno, venga, sácate la mortadela.

Majed se bajó la cremallera y sacó fuera su negra polla. Estaba morcilla. Aún así era impresionante.

-Vaya pollón que tienes. Ponla dura del todo

Empezó a tocarse y aquello empezó a crecer y crecer..

.Uf, Majed, ¿ Cuánto te mide? Parece un misil negro!! - jeje, 29 cm de carne senegalesa. - Vas a partir a mi madre en dos - se le escapó -¿ Tu madre? ¿No era una amiga? - No, es mi madre. - Vaya vaya, así que te follas a tu madre.

Aquello hizo que la polla de Majed se pusiera más dura, si cabe

-Has pasado la prueba, Majed!! Y con nota! jajajaja. ¿Te quieres follar a mi madre? -Pues claro que quiero. Pero tenemos un problema. -¿Qué problema? - Este problema - dijo Majed cogiéndose la inmensa polla- No puedo simplemente guardarla en el pantalón así como está. - Bueno, me voy y .. hazte una paja. - Házmela tú. -¿Qué? Ya te dije que no soy marica. -Ni yo. Pero estoy así por tu culpa. -Joder, Majed -Venga hombre. Seguro que alguna vez has pensado en como sería.

Eso era cierto. Aunque Juan era heterosexual, del todo, a veces había pensado en como sería tocar otra polla. Majed se dio cuenta de las dudas de Juan, así que cogió una de las manos de éste y la puso sobre su pollón.

-Hazle una paja al negro que se va a follar a tu madre.

Juan no quitó la mano. Sentía aquel negro mástil, caliente. La agarró. Casi no podía abarcarla toda. Y empezó a pajear aquel monstruo.

-Vaya polla que tienes Majed. A mi madre le va a encantar. -Ummmm, vaya lo haces muy bien. Parece que los hombres sabemos como hacer buenas pajas! jajajaja, claro, tenemos años de prácticas.

Los dos rieron. Juan seguí subiendo y bajando la mano por aquélla inmensa polla, sólo por la parte de arriba. Hubiera necesitado tres manos para poder cogerla toda. Y sintió que se excitaba. Su propia polla se puso dura entre sus pantalones. Le gustaban las mujeres. No tenía fantasías con hombres, pero hacerle una paja a Majed lo había excitado mucho. Majed se dio cuenta.

-También estas cachondo, parece. Sácatela y haz una paja a dos manos. -No, no. Así está bien. -Ummmm, como quieras. Uf, lo haces muy bien. Vas a hacerme soltar lastre.

Se acercaron al lavamanos, apuntando la polla dentro. Juan empezó a mover la mano rápido hasta que consiguió que Majed se corriera. Y la corrida hacía honor al tamaño de la polla. Fue una corrida interminable, abundante, espesa...Juan se imaginó a su madre recibiendo aquella supercorrida en la cara, y sintió deseos de sacarse la polla y añadir su corrida a la de Majed. Pero no lo hizo. En vez de eso salió del baño, dejando a su amigo allí. Y se marchó a casa.

Estaba muy confundido. No era marica, maldita sea, tenía que reconocer que le había gustado hacerle la paja a Majed. Seguía excitado.

Cuando llegó a casa buscó a su madre. Su padre ya estaba en casa, así que no se la podría follar a gusto. Pero necesitaba desahogarse. Entró en la casa y saludó a su padre, que estaba en el salón viendo la tele. A esas horas su madre estaría en la cocina preparando la cena, así que se dirigió hacia allí.

Se acercó a ella, por la espalda y se apretó contra ella. Le restregó la polla dura por culo, mientras sus manos cogían sus tetas y le besaba el cuello.

-Hola mami. -Hola mi amor. Ummm, parece que mi niño está caliente. -Mucho mami, necesito follarte. -¿Estás loco? Tu padre está en el salón. Luego, cuando se vaya a dormir. -Ummm, mami, no puedo aguantar. Venga, echemos uno rapidito. Si papá se levanta oiremos la puerta del salón. -Uf, no sé, Juan. Si nos pilla nos mata.

Juan se arrodilló, le subió el vestido, le bajó la bragas y enterró su cara entre las nalgas de su madre. Ella gimió y sacó el culete hacia atrás, para facilitarle la labor. Sintió como la lengua de él empezó a lamerle el ojete. Lo chupaba, lo lubricaba. María gemía, pero estaba pendiente del salón, atenta a cualquier ruido. Juan abrió el culo con las manos y empezó a meter la punta de la lengua en el culo de su madre. Sabía que eso a ella le encantaba.

-Ohhh, Juan, como me pones, cabrito. Tu padre en el salón y tu aquí comiéndole el culo a tu madre. Ummmm, y seguro que luego me lo vas a follar, verdad? Le vas a dar a mami por el culo mientras tu padre ve la tele. -Sí, preciosa. Te voy a dar por el culo. Y si papá aparece por la cocina le diré que mire como se folla un culo como debe ser. Que aprenda.

María se llevó una mano al encharcado coño y empezó a masturbarse mientras su hijo seguía comiéndole el culo. El muy jodío la había puesto como una moto. Siempre la ponía como una moto.

-Aggg, Juan, mi vida. Venga, mi amor, fóllame el culito. Méteme la polla.

Juan se levantó, apuntó y se la metió hasta el fondo. El culito de su madre ya estaba hecho a su polla. Ya no había dolor. Sólo placer. Agarró sus caderas y empezó una gran follada.

-AGgggggggggggg, si,si, así. Cómo me gusta que me des por el culo. Cómo me gusta sentir tu polla entrando y saliendo de mi. Así, asiiiiii -¿ Te gusta mami? ¿Te gusta como tu hijo te da por el culo casi en las narices de papá? -Malo, malo maloooo.. claro que me gusta.

Siguieron follando unos minutos más. Juan a veces agarraba sus tetas. Otras le daba besitos en los lóbulos de las orejas. También le daba suaves nalgadas con las manos. A elle le gustaban... Sintió que el momento se acercaba.

  • Mami... ummm, tu niño se va a correr. -Si mi vida. Dale a mami toda tu leche calentita. -Agggg, ¿Dónde la quieres mami? ummmm, ¿Dónde quieres que tu niño se corra? ¿ En tu culito? ¿En tu boca? ¿En la carita? -Mi amor, en donde tu quieras..pero dámela ya....que me ..agggg corroooo -Pues toma leche en tu culo, aggg, toma, toma, toma.

Cada 'toma' era un chorro de semen que se perdía dentro del culo de su madre. Cada 'toma' iba acompañado de un espasmo de placer de María, que hacía que su esfínter se cerrara alrededor de la polla que la follaba.

El orgasmo de María fue fuerte, largo. Cuando la polla dejó de soltar su lava ardiente ella seguía con los músculos tensándose, los ojos cerrados, la respiración cortada.

Luego sus cuerpos se relajaron. Juan sacó la polla del culo, despacito, le volvió a subir la bragas. Le dio la vuelta. Se abrazaron. Se besaron.

-Mi vida, cuanto te quiero. Nunca me canso de ti. -Ni yo de ti, mami. Eres todo lo que un hombre puede desear....

Le besó tiernamente el cuello....le preguntó.

-Mami, ¿Qué quieres para tu cumpleaños? -Tengo todo lo que necesito. Te tengo a ti. -¿No hay nada que desees? Lo que sea. -Ummm, no, hijo. No necesito nada. -Bueno, entonces te daré una sorpresa. - Vale, sorpréndeme. Y ahora déjame terminar de preparar la cena.

aquella noche, como otras muchas, cuando el marido empezó a roncar María fue al cuarto de si hijo. Lo encontró despierto.

-Hola mi amor. ¿De dónde venías esta tarde tan cachondo? ¿No estarías con una pelandrusca, no? -No, mami. Venía de la cafetería, como siempre. De hablar con los amigos. -Umm, ya veo. ¿ Y hablar con los amigos te pone cachondo? -No tonta. Cachondo me pones tú. ven aquí.

María, riendo, cayó sobre la cama de su hijo. Se abrazaron. Se besaron. Se acariciaron. Juan no podía decirle que estaba tan cachondo porque le había echo una paja a un negro en el baño de la cafetería. Y que le había gustado. Quizás, más adelante, se lo pudiera contar. No quería tener secretos para ella.

Entonces María se puso seria. Apoyada en su pecho, sin mirarlo, comenzó a hablarle:

-Mira Juan. Soy inmensamente feliz a tu lado. Te amo con locura. Pero soy tu madre. Te doblo la edad. -Mami eso no... -Déjame hablar - lo interrumpió - Tienes casi 20 años, y algún día encontrarás a una mujer con la que compartir el resto de tu vida. Con la que formar una familia. Tiene que ser así. Yo lo entiendo, y cuando eso pase, me apartaré y dejaré que continúes tu vida. Sólo deseo tu felicidad. - Mami.. María. Ahora no hay más mujer para mi que tú. Te quiero. Te amo. No sé que nos deparará el futuro. No sé si encontraré o no a otra mujer. Pero aunque eso llegara a pasar tú siempre serás mi madre. Ninguna mujer te sustituirá jamás. Y esa mujer tendrá que permitir la relación que tengo contigo.

Con lágrimas en los ojos, María besó tiernamente a su hijo.

  • Cuánto te quiero mi amor. Tengo tanto miedo de que me dejes.
  • Eso no va a suceder jamás.
  • Hazme el amor, Juan. Hazme el amor.

Lo hicieron tiernamente. Juan se subió sobre su madre y la penetró. Con movimientos lentos pero profundos entraba y salía de ella. Se besaban. Ella pasaba sus manos por la espalda de él, acariciándolo. Él acariciaba sus tetas, besaba su cuello.

María se corrió. Fue un orgasmo suave, pero muy placentero, sintiendo el peso de su hijo sobre ella. Sintiendo su dura polla entrar y salir de ella. A Juan aún le quedaba un poco

-Aggggg, ummmm - gimió ella. -Oh mami, te has corrido- le dijo Juan sin dejar de moverse. -Ummm, si mi amor.. pero no pares...sigue amándome. ummm, que placer. -Te quiero. -Ohhh y yo a ti, mi niño. -Eres mi mujer. -Y tú mi hombre.

Y así, despacito, siguieron amándose..hasta que ella volvió a correrse y esta vez Juan no pudo más e inundó a su madre con su caliente semen. Quedaron abrazados. Él con la cabeza a su lado. Ella acariciando su pelo. Y se durmieron.

Al rato ella despertó. Tenía que volver a su cama, no fuera que su marido se despertara. Antes de irse dio un tierno beso a su hijo en los labios. Lo quería tanto. Era tan cariñoso, tan sexy.. Y la hacía gozar tanto...

Al día siguiente Juan estaba esperando a Majed en la cafetería. Éste, al verlo allí, se sentó a su lado y le dijo:

-Vaya, Hola Juan. Creí que no vendrías. -¿ Por qué no iba a venir? -Es que como ayer saliste corriendo. -Perdona. Estaba confundido. Nunca pensé que haría ..que haría lo que hice. -Bueno, somos adultos y eso no tiene porqué significar nada. -Es verdad. -Lo hiciste muy bien. -Oh, gracias, jajaja - Crees que le gustaré a tu madre? - Seguro. - ¿Cómo empezó todo?. Con tu madre, quiero decir.

Juan le contó su historia. Le contó como poco a poco él y su madre fueron haciéndose amantes. Le contó lo que a ella le gustaba. Le contó como se excitaba viendo videos con negros y que fue por eso por lo que se hizo su amigo.

-¿Cuánto falta pare el cumpleaños de tu madre? -Una semana. -Joder. Y no me la puedo follar ahora? - jajaja, no tío. Serás su sorpresa de cumpleaños.

Entonces Majed miró a Juan a los ojos y le dijo:

-Tengo la polla dura otra vez. - Pues esta vez no te la voy a menear. Vete tú al baño, si quieres. -Me gustó mucho tu paja. - Gracias. Pero no. - A ti también te gustó. Te pusiste cachondo. - Bueno, sí. Pero no más. -¿ Tienes miedo de volverte marica? Si estás seguro de ti no tiene por que pasar eso. Sólo es..sexo.

Juan dudaba. Joder, su polla también se estaba poniendo dura.

-Si quieres te hago yo a ti también una paja. - No. - Ummm, eres duro de pelar!!! jajajaja - rieron los dos por el doble sentido de la frase. - ¿ Y una mamada? ¿Quieres que te haga una mamada? -Majed!! A ver si va a resultar que al final eres marica. -De eso nada. Sólo soy un hombre que en estos momentos está más caliente que un mono, al que le gustó mucho el pajote que le hiciste ayer y que quiere otro. Si eso me cuesta una mamada...pues estoy dispuesto. A no ser que... -A no ser que qué? -A no ser que en vez de la paja prefieras chuparme tú a mi también la polla

CONTINUARÁ