Un negro para mamá (4)

Se acerca le desenlace de la historia....

Muchas gracias a todos a los que les han gustado los anteriores relatos y me animan a seguir. También muchas gracias a los que no les han gustado pero realizan críticas constructivas. A los de siempre, que sólo insultan.... ignorancia perruna, jeje


Aquella noche, en la cama, María no podía dormir. Su marido roncaba a su lado, pero ella sólo pensaba en Juan, su hijo, su amante, su amor. Lo quería con locura, como su hijo, pero se dio cuenta de que se estaba empezando a enamorar de él como mujer.

No era sólo por el inmenso placer que le daba cuando la follaba, sino porque sentía que cuando lo hacía era para los dos. Lo hacía con respeto, con amor.. y lo hacía muy bien. Nunca pensó que el sexo pudiera ser tan maravilloso. Apenas hacía dos días que su vida sexual se limitaba a dejarse montar por su marido cuando él tenía ganas, hasta que le llenaba el coño, y ahora, con su hijo había aprendido a chuparle la polla, a tragarse toda su leche. Había recibido, como lo llamó?, Ah, sí, su primer facial. Le había comido el coño. Le había hecho una cubana. La había masturbado y le había follado el culito con los dedos. Y todo le había gustado. Sólo de recordarlo se sentía húmeda.

Llevó su mano a su coño y lo acarició. Sus dedos se mojaron...los pasó por la rajita. Sintió placer, pero no gimió. Eran demasiados años junto a su marido. Con él al lado inconscientemente se reprimía. Luego acercó los dedos mojados a su nariz y se olió. Juan le decía que olía muy bien. Eso era tan.. tan sexy.

Se levantó sin hacer ruido, se quitó las bragas y se fue al cuarto de Juan. Entró despacito, para no despertarlo..aún.

Él dormía placidamente. Su cara relajada, su respiración profunda. Amaba tanto a su niño. Se quedó un rato, mirándolo en la oscuridad, y volvió a tocarse el coño. Se mastubaba mirando a su hijo dormir..Pero no era suficiente. Quería volver a sentir su dura polla dentro de ella.

Se acercó a la cama, se sentó y empezó a acariciar la cara de él. Luego le besó los labios. Juan empezó a reaccionar y despertó, para sentir como su madre lo acariciaba y lo besaba.

-Hola mi amor - le susurró ella.

-Ummm, hola mami- le susurró él.

Sus bocas se besaron, más apasionadamente. Sus lenguas se entrelazaban..María llevó lentamente su mano hasta la polla de él. No llevaba calzoncillos así que sintió su carne caliente. Al agarrarla con la mano se terminó de poner dura. !Como le gustaba aquella polla!

Sin decir ninguna palabra, María se subió sobre Juan y se sentó sobre la polla, que desapareció completamente dentro de su coño. Ahora si que gimió.

Apenas se veían, en la semi oscuridad de la habitación, pero se sentía. María sentía la dura polla de él clavada hasta lo más profundo de su coño. Juan sentía el calor, la humedad de ella.

No se dijeron nada. Sólo se sentían. María empezó lentamente a subir y bajar por el duro mástil de él, rotando las caderas para que la polla acariciara bien las paredes de su coño. Juan alargó sus manos y las llevó a sus tetas, acariciándolas. Pellizcó suavemente sus pezones, duros como piedras.

Su madre estaba muy mojada. Oía el chapoteo que su polla hacía al entrar y salir de su coño, cada vez más rápido. Sentía como sus jugos bajaban por su polla y mojaban sus huevos.

Allí, en silencio, sólo se oían apagados gemidos de los dos, María cabalgaba a su hijo, follándose con su magnífica polla. Y casi al unísono el orgasmo les llegó. Primero a ella, haciéndola estremecer sobre su hilo, haciendo que sus músculos se tensaran, haciendo que su coño, lleno de espasmos, hiciera correr a Juan, que empezó a llenar a su madre de semen ardiendo. El repentino calor de la leche de su querido hijo hizo que ella volviera a correrse, aunque quizás sólo fue un gran orgasmo prolongado.

Cuando los espasmos cesaron, María cayó hacia adelante, quedando sobre su hijo. Su polla aún palpitante dentro de ella. Tiernamente se besaron.

-Te quiero, Juan.

-Te quiero, María.

-Hasta mañana.

Se levantó y volvió a su cuarto. Enseguida se durmió.

A la mañana siguiente María se levantó muy contenta. Preparó el desayuno de su marido y esperó a que se fuera a trabajar. Luego se fue a dar una ducha. Cuando empezaba a enjabonarse entró Juan.

-Buenos días, preciosa.

-Hola mi amor!!! ¿ Has dormido bien?

-Como un bendito. ¿Y tú?

-Nunca había dormido tan bien

Juan se quitó la camiseta y se metió en la bañera. Su preciosa madre a medio enjabonar le sonrió.

-Déjame a mí - le dijo él cogiendo la esponja.

Empezó entonces a enjabonarla. Le pasaba la esponja por la piel. Por sus tetas, por su barriguita. Elle sonreía, divertida. La polla de él se puso enseguida en pie de guerra.

-¿Es que la tienes siempre dura?

  • Cuando estoy contigo, sí. Me excitas tanto.

-Y tú a mí, ladrón.

Alargó su mano jabonosa y agarró la dura polla. Empezó a pajearla. Él soltó la esponja y la acariciaba directamente con la mano. El jabón hacía que estuviera resbaladiza. Juan la atrajo hacia sí. Sus cuerpos se juntaron y se besaron. Ella no dejaba de pajear la polla. Juan llevó sus manos a las nalgas de ella. Las acarició. Esparció el jabón. Pasó un dedo par la raja...y acarició su ojete.

-Como me gusta tu culo, mami. - le dijo mientras le metía medio dedo. Entró fácilmente gracias al jabón.

  • Ummmm ¿Me lo quieres follar, verdad? ¿ Quieres meterle tu polla a mami en el culito y follármelo bien follado, no?

  • Oh sí, Oh sí. Así serás toda mía.

  • ¿LO harás con cuidado?

-Claro, mami. Si te duele lo dejamos.

-Vale mi amor. Fóllame el culo.

Se dio la vuelta y le ofreció su lindo culo. Deseaba darle todo lo que deseara a su amor. Quería hacerlo gozar tanto como él le hacía gozar a ella, aunque eso significara un poco de dolor.

-Tienes un culo precioso, María. Déjame prepararlo un poco.

Cogió jabón y empezó a acariciar el agujerito marrón. Primero con un dedo. Luego con dos...Entraban fácilmente...luego, con más dificultad, con un tercero.

-¿ Te duele?

-Un poco. Pero no pares. También me gusta

Juan estuvo un rato follándola con los dedos...El dolor pasó y dejó paso sólo al placer.

-Ummmm, que rico, mi vida. Me gusta que me folles el culito con los dedos...Ahora..ummm, méteme la polla. Dame por el culo.

Sacó los dedos del culo de su madre y apoyó la punta de la polla contra su esfínter. Empujó...Entró la punta. Ella dio un respingo.

-Ummm, despacito, mi niño.

-Avísame si te duele.

Empezó a empujar.. La polla entró un poco más. Se paró. Ella no decía nada, sólo respiraba profundamente... Otro empujón...otro pedazo de polla más dentro de su culo. Ya tenía media polla dentro.

-Oh, mami...que culito más apretadito tienes. Siento como me aprieta la polla.

-Uf, como te siento, Juan. ¿Ya la has metido toda?

-No, sólo la mitad. ¿Sigo?

No hizo falta respuesta. María empujó su culo contra él y se clavó la polla hasta el fondo.

-AGgggggggggg, parece que se me va a salir por la boca. Como siento tu polla dentro de mí. Ummmm, me duele un poco, pero me gusta..Uff, mi niño lindo tiene toda su polla dentro de mi culo. Mi amor me está dando por el culo. Fóllame, mi vida. Fóllale el culito a mami.

Juan la agarró por las caderas y empezó a meter y sacar la polla de su culito. Miraba como entraba y salía. Miraba como su esfínter se cerraba sobre su dura polla. La sacaba hasta la mitad y la volvía a clavar hasta el fondo.

-¿Te gusta que te folle el culo?¿Te gusta que tu hijo te dé por el culo?

-Aggggggggg, Ummmmmmmmm, si, si...fóllame..ahhh, dame por el culo. Párteme en dos con tu polla...Más, más, más rápido.

Sólo placer era lo que sentía. El dolor había desaparecido y sólo sentía aquella enorme polla taladrarla.

-AGGG, mami, mami, te quiero. Y eres toda mía. Todo tu cuerpo es mío..no.. no puedo más. Me voy a correr.

-Sí, siiiiiiii, lléname el culito mi hombre. Lléname de leche caliente. QUe placer..yo también me voy a correr por el culo...AGGGGGGGGGG

Y casi al unísono estallaron. Gritando Juan empezó a llenar el culo de su madre de su semen ardiente. Parecía que aquel precioso culo lo absorbiera, que tragara su leche como si fuera una aspiradora. Y María se corrió sintiendo su culo llenarse de líquido ardiente.

-Juan, me haces tan feliz. Me haces gozar tanto.

-Y tú a mí, mamá. Eres maravillosa.¿Te ha gustado?

-Ummm, uf, nunca pensé que se pudiera sentir tanto placer por el culo. Oh Juan, me haces descubrir tantas cosas..Te..te amo.

  • Y yo a ti.

Se fundieron en un tierno y apasionado abrazo, besándose.

...

Y así pasó el tiempo. Fallaban siempre que podían. No había nada prohibido entre ellos. Sólo había amor y placer. Por las mañanas, cuando su marido se iba, María acudía al cuarto de Juan y lo despertaba. Muchas mañanas, cuando éste aún dormía María le empezaba a chupar la polla. A Juan le encantaba despertarse para ver a su preciosa madre amándole la polla. Se quedaba allí, tumbado, mientras su madre lo miraba con la polla entrando y saliendo de su boca. Cuando Juan se corría ella lo tragaba todo y siempre le decía:

-Ummm que rica leche. Gracias por el desayuno, mi amor.

Otras veces le ponía el coño en la cara y le decía que se lo comiera. Y Juan lo hacía encantado. Solían terminar en un 69, tragándose el uno los jugos del otro. El resto de las veces follaban como locos. Por el coño y por el culo. A ella le encantaba. No había día que no se ponía tierna delante de él, meneando el culito y diciéndole:

-¿Le das por el culito a mami?

Y empezaron a introducir juegos entre ellos. A introducir morbo en la relación. Una vez le folló el culo mientras ella miraba por la ventana. Incluso saludó a un par de vecinas mientras Juan le llenaba el culo de leche. Si ellas supieran....

Otra vez, le hizo una mamada mientras el conducía. Terminó con el estómago bien lleno de lechita.

Un día, por ejemplo, Juan llegó a casa y su madre estaba en el salón, hablando con una amiga por teléfono.

-Hola cariño. Es Juan mi hijo, que acaba de llegar - le dijo a la amiga .

-Hola mami. - Se acercó y la besó en la boca, ruidosamente.

  • Si, es muy cariñoso. Siempre me besa cuando llega, como cuando era niño - comentaba María con la amiga.

Por su puesto, lo que no le dijo es que luego le abrió la blusa y empezó a acariciarle las tetas. Ella tapó el auricular y le dijo que se estuviera quieto. Que ya sería suya cuando acabara con su amiga. El le dijo que no. Que siguiera hablando con la amiga.

-Eres un pícaro - le susurró, mientras continuaba la conversación con la amiga.

Juan amasaba las precisas tetas de su madre, notando endurecerse los pezones. Entonces se sacó la polla, dura como una roca, y la empezó a pasar por la cara de ella. Por su frente.. por sus mejillas, incluso por sus labios cuando ella no hablaba. María lo miraba mientras sentía como su coño se encharcaba. Aquel hombre tenía cada ocurrencia. La volvía loca. Él se acercó a la oreja libre y le susurró al oído:

-Me voy a correr en tu cara mientras hablas con tu amiga.

Los labios de ella, sin emitir sonido alguno, dibujaron la palabra "CABRITO". Pero su sonrisa delataba que le encantaban las ocurrencias de su hijo.

Y así, de pie junto a ella, Juan empezó a hacerse una paja. Estaba tan caliente por la situación que su polla babeaba. La pasaba por la cara de su madre y la iba mojando de líquido preseminal.

-¿Eres mía verdad? - le susurraba.

Ella respondía que sí con la cabeza, mirando la polla que sabía que le iba a dejar la carita perdida de leche.

-Sí, tienes razón, Tere. Marisa es una boba - seguía la conversación de María con Tere. Juan no conocía a esa Tere.

Cuando sintió que se iba a correr, levantó un poco la cara de su madre, apuntó y ..BLAM!!! El primer chorro fue desde la mejilla derecha, sobre la nariz, hasta la frente. Ella cerró los ojos y recibió con placer la corrida de su amado hijo en la cara. Sintió como se la iba dejando perdidita de leche. Hasta la mano que sostenía el teléfono recibió parte de la corrida. Sus labios también recibieron su ración, y al hablar por el teléfono la leche entró en su boca. Se relamió.

Juan miró su obra. Su madre estaba preciosa así, con una abundante corrida en la cara.

-Me voy a merendar, mami- le dijo en alto.

-Vale cariño.

Y la dejó allí, hablando con su amiga y la cara llena de leche que goteaba lentamente sobre sus tetas y cuello.

Días después, estaban descansando tras una estupenda follada, que había terminado con el culito de ella rebosando leche. María estaba acostada al lado de Juan, abrazada a él.

-Oye, mi amor. ¿Por qué no me enseñas el porno de internet?

-¿ Es que ya no te basta conmigo? - bromeó él, porque estaría encantado de ver porno con su madre.

-Claro que me basta contigo, tonto. Pero nunca he visto porno y tengo curiosidad.

-Vale, vamos.

Desnudos como estaban fueron al ordenador de Juan. Se sentaron mientras Juan encendía el ordenador.

-¿Qué quieres ver?

-Uf, no sé. ¿Qué hay?

  • De todo, mami. Puedes encontrar todo lo que quieras. Desde lo más suave a lo más raro.

-¿Cómo de raro?

  • Pues escatología, por ejemplo. Gente meándose y cagándose unos a otros.

-No no, quita, quita. Nada de eso. Joer, como está el mundo. Busca algo más normalito. Enséñame algo que tus suelas mirar.

-Ok.

Tecleó en su navegador y buscó una de sus páginas favoritas de videos de mamadas. Ante su madre aparecieron las fotos. Veía grandes pollas. Veía chicas chupando, mamando. Veía chicas con la cara llena de semen. Había pollas de todos los colores.

  • Vaya, cuanta polla!! ajajaja. Uf, mira esa. Es enorme. Y esa, como le cabe en la boca a la chica?

  • Pues las hay que se meten cipotones inmensos hasta la garganta. ¿ Cuál quieres ver?

-¿ Cómo?

  • Que cual quieres ver. Son videos. Al pinchar en la foto empieza el video.

-Oh! jajaja, hay tantos que no sé. Pon ese.

Señaló una foto en la que una rubia preciosa estaba arrodillada con una inmensa polla negra en la boca. El vídeo no tenía preliminares. Empezaba directamente con la mamada. Aquella polla mediría sus buenos 28 cm, y entraba y salía de la boca de la chica. María miraba fijamente la escena.

-¿Qué, te gusta?

  • Bueno, pues si. Vaya polla que se gasta el negro.

-Mira, ahora viene la corrida.

El negro sacó la polla de la boca de la chica y se corrió en su cara.

-Tú tienes más leche, mi amor - le dijo ella.

-Mira este.

Juan buscó un video que conocía que era una recopilación de faciales de Peter North, famoso por sus abundantes eyaculaciones.

-Es una recopilación. Son varios videos en uno.

Tras la primera corrida, su madre exclamó:

-Joder, éste te gana. Vaya manera de soltar leche. Uy, y mira a esa chica. La ha dejado perdidita.

Corrida tras corrida María miraba la pantalla, absorta. Cuando se dio cuenta Juan le estaba tocando el coño.

-Parece que te gustan los videos. Estas empapada.

  • Como una moto me estoy poniendo. ¿Son todo mamadas y corridas en la cara?

-En esta página si. Pero hay de todo, como te dije. ¿Qué quieres ver ahora?

  • Busca algo de sexo anal.

-Vale preciosa.

Juan tenía en sus favoritos muchas páginas almacenadas, por temas. No le costó nada buscar una manejando el ratón con la mano derecha. La izquierda la dejó en el coño de su madre.

-Uy!! mira esa. La chica tiene dos pollas dentro. Una en el coño y otra en el culo. Ponla, ponla.

-Se llama DP, doble penetración.

En el vídeo una chica era salvajemente follada por dos hombretones con buenas trancas. Se veía primeros planos de las pollas entrando y saliendo del coño y del culo de la chica.

-Ummm, seguro que la chica se lo pasa estupendamente. Vaya pollazos que le están metiendo.

Mientras veían el video, Juan la masturbaba.

-Mami, tu coño está anegado. ¿ Te gusta ver como se follan a la vez a la chica? ¿Cómo se la meten por el coño y por el culo?

-Ummm, si, si me encanta. Agggg, que rico.

-Quizás algún día...

-Ahhh, ¿Qué?

-Quizás tengas tus dos pollas para ti. O más?.

-Más?

  • Sí, mira.

Buscó videos de orgías, en donde una chica era follada por 5 o 6 hombres.

-Jooooder.. cuanta polla para ella solita. Que egoísta, jajaja. Mira, mira- decía ella excitada. Tiene una en el culo, otra en el coño, una en la boca y dos en las manos. Y otros tres tíos esperando.

  • Al final se corren todos en su cara. Eso se llama bukkake.

-¿ Bu -qué?

-Bukkake, jajaja, es japonés.

María seguía atenta al video, pero Juan no miraba. Miraba a su madre. Era tan guapa, tan sexy, y le daba tanto placer. Nunca le decía que no a nada. Nunca le decía que estaba cansada. Siempre estaba allí para él. Y él para ella.

Cambió de mano y siguió tocándole el coño con la derecha, que era más cómodo. Le besaba el cuello. Se lo lamía, mientras ella contemplaba como los hombres hacían corro alrededor de la chica arrodillada.

  • Mira Juan, se van a correr en su cara.

-Lo sé - pero no miró.

Siguió masturbándola. Estaba ya muy mojada. Empezaba a gemir.

-Ummm, Juan, mi amor, que rico como me tocas...Ummm, uf , la chica, está llena de leche. No puede abrir los ojos... Ahhhhhhhhhhh me..corroooo

Y mirando como el último hombre se corría sobre la chica, María se corrió, sentada en la silla junto a su hijo mientras éste la masturbaba y la besaba.

A partir de ese día se convirtió en habitual el mirar videos, ya fueran por internet o en la tele grande del salón, alquilados en el video-club. A veces María le mamaba la polla mientras miraban la película. Otras veces ella se sentaba sobre él, de espaldas y mirando a la tele, y se clavaba su polla en el culo. Entonces, mientas veían las escenas él le tocaba el coño. María sólo se movía hacia los lados, y apretaba el culito. Eso bastaba para mantener la polla bien dura. Casi siempre cuando ella se corría gracias a la paja de él, los espasmos de su culo bastaban para ordeñar la polla de Juan. Cuando no era así, ella se arrodillaba delante de él, entre sus piernas, y le hacía una mamada o una cubana.

Juan se empezó a dar cuenta de que a ella le excitaba especialmente los videos en los que aparecían negros con buenas pollas. Los miraba atentamente y comentaba los tamaños de las pollas, que si deberían de dar mucho gusto, etc.. A él no le molestaba. Al contrario. Le gustaba lo cachonda que se ponía ella y como le pedía luego que se la follara, generalmente por el culo.

Se acercaba el 40 cumpleaños de ella.. Y a Juan le empezó a rondar una idea por la cabeza...¿ Y si conseguía un negro con una polla enorme para follarse entre los dos a su madre?

CONTINUARA