Un negro para mamá

De como un hijo busca un negro para que se folle a su madre ( la del hijo, no la del negro, jaja)

Hola. Mi nombre es Juan, tengo 20 años y vivo en Madrid. Desde que tengo 18 años me follo a mi madre. Les contaré como empezó.

Era sábado por la mañana. Mi padre estaba de viaje. Como siempre, me levanté con la polla dura. Milagros de la juventud! jajaja. Como tenía tiempo, empecé a cascarmela. Estaba tumbado sobre la cama, sobre las sábanas, pensando en las tetas de alguna actriz buenorra.

Mi madre nunca entra en mi habitación sin llamar. Como madre me imagino que sabe que los jovenes necesitamos 'intimidad'. Pero ese día, no sé si porque tenía prisa o qué, lo hizo. Abrió la puerta de golpe y entró

  • Juan, tienes algo para lava.....Uy!! uf, perdona... - dijo, mirando como mi mano agarraba mi polla.

  • Coño mami, a ver si llamas -- Rojo como un tomate me tapé con la sábana, pero la polla se notaba claramente.

  • Lo siento, cariño, pero quería poner la lavadora antes de ir al super.

  • Joder, que verguenza.

  • No te preocupes, que es normal

  • Sí, muy normal, pero que te pille tu madre con la polla en la mano no es tan normal.

  • jajaja, tonto, pero si te vi desnudo de pequeño muchas veces.

-No es lo mismo, coño. Vete, por favor.

-Vale, vale, ya me voy, para que mi niño siga 'jugando'.

-Mamá!!!

-jajajaja.

Casi había cerrado la puerta cuando volvió a entrar.

-Oye, Juan....me dejarías mirar?

-Mirar que?

  • Como te masturbas. Nunca he visto a nadie hacerlo.

-Pero mamaaaaaaa! Que dices?

  • Vengo, bobo, que nadie se va a enterar. Sólo mirar.

  • Uf, mamá. No sé

Mi madre es una mujer preciosa. Tenía en aquel momento 38 años. Pero, joder, era mi madre. Nunca había tenido pensamientos con ella. Y ahora me estaba pidiendo que me hiciera una paja delante de ella. La idea, la verdad, me gustaba. La polla se puso aún mas dura.

  • Bueno, vale. ¿Estás segura?

  • Si

Me quité la sábana de encima y agarré la polla con una mano. Mi madre la miraba. Empecé a mover la mano, lentamente, mirándola.

-La tienes más grande que tu padre.

-¿ Te gusta mi polla, mami?

  • Si, tienes una bonita polla, Juan. Me gusta ver como te masturbas.

  • Como me hago una paja.

  • Si, como te haces una paja.

Al principio estaba cortado, pero ahora estaba envalentonado. Notaba que mi madre esta excitándose. Sus pezones se marcaban en la camisa y su respiración era profunda. No dejaba de mirar mi polla.

  • Mami, estoy a punto de correrme. ¿Quieres ver como me corro?

-Ummm, si, si, Juan, córrete.

Y vaya si me corrí. Estaba tan caliente por la situación que mi polla escupió más leche que nunca, sobre mi pecho.

-Ufff, Juan, cuanto semen. ¿ Siempre echas tanto?

-Cuando estoy muy caliente si. Y ahora estaba muy caliente.

  • Gracias, Juan. Ha sido muy... bonito.

Y se fue, dejandome en la cama con el pecho lleno de leche. Durante ese día no pasó nada más. Nos comportabamos como si nada hubiera pasado.

A la mañana siguiente, aún dormía y ella entro en el cuarto. Se acercó a la cama y me despertó.

-Venga, dormilón, que ya es hora de levantarse.

-Ohh, mamá! déjame dormir más, que es domingo.

  • Arriba, gandúl.... Oye... te vas a hacer una paja?

Me desperté de repente.

-¿ Por qué? ¿ Quieres mirar?

-Si, ayer me gustó mucho.

  • Y a mi. ¿Te pusiste cachonda?

Ahora fue ella la que se puso roja.

-Sí

  • ¿ Te hiciste una paja luego?

  • Sí.

Mi madre estaba resultando una calentorra como yo.

  • Vale, me haré otra paja para ti.

  • Gracias mi niño. - Y se sentó, en mi cama, a mi lado.

Otra vez delante de mi madre me quité la sábada y le enseñé la polla. Empecé un lenta paja...

  • Oye, mamá, tu me estás viendo a mi la polla y yo a ti nada. ¿Me enseñas las tetas?

  • No sé... bueno, tienes razón.

Se quitó la blusa y el sostén. Ante mi aparecioron su lindos pechos.

-Tienes unas tetas muy bonitas.

-¿ De verdad?

  • Si...son preciosas.. uf, me gustaría...

  • ¿ Qué Juan?

-Me gustaría.... correrme en ellas.

  • Eso no

-¿ Por qué?

  • Es.. demasiado. Soy tu madre.

  • Eres mi madre, y ayer pediste que me hiciera una paja delante de ti. Y tú luego te hiciste una, seguro que pensando en mi.

  • Si, pero.... Joder, tienes razón. Vale, puedes correrte en mi tetas. Pero sin tocarme.

  • Ok, mami.... Túmbate tú en la cama - le dije levantándome yo

Me puese a su lado, arrodillado en la cama. Mirando sus preciosas tetas. Ella mirando mi polla, como me pajeaba. Sus pezones se notaban duros.

-¿ Estás cachonda, mami?

-Uf, mucho, Juan.

  • Hazta tú también una paja.

Iba a decir algo, pero no dijo nada. Simplemente metio una mano dentro del pantalón de su pijama y empezó a tocarse el coño, mientras yo seguía pajeándome sobre sus tetas...

-Ummm, eres un cabrito. Me tienes aquí tumbada, con las tetas al aire y tocándome el coño.

  • Y además me voy a correr en tus tetas.

  • Agg,, te vas a correr en la tetas de mami? Eres malo...ufff me voy a correr...

Yo también estaba a punto, así que aceleré y nos corrimos a la vez. MI corrida fue espectacular. Le dejé las dos tetas llenitas de leche.

  • Juan, mira como me has dejado las tetas..

  • Están preciosas.. Tú estás preciosa. Y la próxima vez, cuando me corra en tu cara, más guapa vas a estar.

CONTINUARÁ