Un negro para mama (11) y final

Final de la serie, por ahora.

Queridos lectores. Todo lo que tiene un principio tiene un final. Y este es el final de la historia de María y Juan, por ahora. Quizás algún día la retome. A todos aquellos que las han leído, les hayan gustado o no, muchas gracias. Bueno, no a todos. A ese grupito de reprimidos no. O bueno, sí, también a ellos, por permitirme dar gracias de no ser como ellos.

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Majed no acudió al funeral. Claudia sí.

María y Juan estaban muy afectados. Alberto era el padre de Juan, al fin y al cabo. Y era el marido de María. Aunque no había ya pasión entre ellos, y ni siquiera amor, si que había cariño. Alberto no era mal hombre, en el fondo.

Madre e hijo se sentían fatal. Sentían que habían matado a su padre. Pero durante el entierro se acercó a Juan alguien al que no conocía. Resultó ser el jefe de su padre. Le comentó que el día de la muerte Alberto no se encontraba bien y por eso lo mandó a casa. Que quizás debería haberlo mandado al hospital.

Por eso, al día siguiente Juan fue a hablar con el médico de su padre, y éste le confirmó que Alberto llevaba tiempo enfermo del corazón, que estaba a la espera de transplante y que su deseo era que su familia no supiera nada hasta el día de la operación.

Después de todo, no lo 'mataron' del todo. Quizás sólo le dieron el último empujoncito ( jeje, un poco de humor negro).

Juan se lo contó todo a su madre.

-¿Por qué no nos dijo nada?

-No sé. Ya sabes que era muy reservado. No querría preocuparnos hasta que hubiera solución.

-Entonces..entonces no fue por nosotros?

-No, el médico me dijo que podría pasar en cualquier momento. Y ese día el jefe de papá lo encontró mal y por eso lo mandó para casa.

María rompió a llorar. La tensión de los últimos días por fin era liberada. Juan la abrazó y la beso.

Esa noche María le pidió a Juan que durmiera con ella. Abrazados en la cama, de lado, Juan detrás de ella, hablaron largo rato.

-¿Cómo está Claudia?

-Muy bien. Te manda recuerdos.

-¿La quieres mucho?

-Sí. Es una chica maravillosa.

María sintió en su culo como la polla de Juan se ponía dura.

-Vaya, con sólo hablar de ella te pones cachondo.

-Bueno, no sólo con hablar de ella, mami. Es tu culito el que me la está levantando

-¿A sí? ¿El culito de mami te pone cachondo? - respondió Maria restregándolo contra la dura estaca

Juan llevó sus manos hasta sus tetas y las acarició. Él deseaba a su madre. Quería follársela, pero quizás ella no lo deseara en esos momentos. Pero ella también lo deseaba.

-Juan, mi amor...necesito que..que me folles....mi vida..fóllame el culito

Le subió el camisón. No llevaba braguitas. Se sacó la polla. Ella puso el culito más en pompa. Juan no tuvo más que poner la polla contra su ojete y apretar. Poco a poco, la enterró toda.

-Agggggg que rico mi amor. Como me gusta que me des por el culito. Fóllate a mami..ummmm

.-Oh, mamá, cuanto te deseaba.

-Uf, y yo a ti, cariño. ahhhh tu polla...como la siento.

-Si sientes así la mía..la de Majed....

-Ahhhh ¿Sabes algo de él? No ha vuelto

-No. El pobre se sentirá mal. Mañana hablaré con él.

-Si, habla con él...Ummmmmm dame más fuerte...ahhhh

-¿Quieres que Majed te vuelva a follar, verdad?

-Aggggggggggg, si, si. siiiiiiiiiiii, quiero esa polla dentro de mi. Quiero que me rompa el culo otra vez, como te hizo a ti..ahhhhhh ¿Te gustó verdad? ¿Te gustó como te dio por el culo el negrito, verdad?

-Ummmmm, mucho mami. Creí que me iba a sacar la polla por la boca

Recordando las imágenes de la polla de Majed taladrando el culito de su hijo y sintiendo la polla de Juan taladrando el suyo, María estalló en un liberador orgasmo, acompañado por una catarata de leche caliente que Juan le envió dentro de su culito.

-Aggg, mi niño,,si si, llénale el culito a mami...agggg

Durmieron abrazados toda la noche.

Por la mañana Juan se despertó al sentir como le chupaban la polla.

-Aggggg, buenos días, mami - saludó con los ojos cerrados.

-Buenos día, mi amor- respondió la voz de Claudia.

-¡ Claudia !.

-He venido a ver como estabais. Tu madre me lo ha contado todo. Uf, menudo peso que os habéis quitado de encima. - se subió encima de él y se sentó sobre la polla - Agggggg, y yo.

Juan llevó sus manos a sus tetas y las acarició mientras Claudia lo cabalgaba. María, en la puerta, veía a los novios follar, mientras ella se toca el coño con los dedos. Cuando Claudia la vio, le dijo.

-Ummm, María, ven aquí

María se acercó. Las dos mujeres se besaron, con pasión.

-Mami, siéntate en mi cara. Déjame comerte ese rico coño mientras Claudia me folla.

-Ya lo creo que está rico - contestó Claudia. - dale un buen repaso.

María no se hizo de rogar. Se sentó sobre la cara de Juan, y mientras siguió comiéndole la boca a Claudia sintió como la lengua y los labios de Juan le comían el coño, encharcado de jugos.

Mientras las mujeres se besaban, María notaba como de vez en cuando Claudia se corría. Lo notaba porque se ponía tensa y gemía más fuerte en su boca.

-Ummm, Claudia, que suerte tienes. No paras de correrte.

-Agggggg, ummmm, si, si... cuando estoy muy cachonda..me corro..me corro mucho..agggggggggggggg

Juan consiguió con su experta lengua hacer correr también a su madre, que le restregó su orgasmo por la cara, dejándola toda mojada.

Cuando Claudia tuvo un último orgasmo, más fuerte que los anteriores, descabalgó a su amor. La polla, los huevos y hasta las sábanas están mojadas por la gran cantidad de flujo que Claudia había producido.

-María, ayúdame a vaciar esta polla. Seguro que Juan tiene los huevos llenitos de leche.

Las dos mujeres se acomodaron entre las piernas de Juan, que boca arriba miraba como sus dos mujeres empezaban una mamada a dos bocas. ¿Qué placer hay más grande en este mundo, para un hombre, que tener a dos preciosas mujeres comiéndole le polla y deseosas de recibir toda su corrida en sus caritas y sus bocas? Pues Juan, apoyado en sus codos estaba recibiendo ese placer. Su madre se la tragaba toda, hasta el fondo. Luego se la sacaba y le chupaba los huevos mientras Claudia se la mamaba. Su madre le metió dos dedos en el culo mientras se la tragaba otra vez. Claudia miraba como la polla de Juan desaparecía en la boca de su madre. Aquella mujer sabía como chupar una polla.

Juan no pudo aguantar mucho, y les anunció su inminente corrida. Las mujeres juntaron sus bocas, con la polla en medio, y recibieron la copiosa corrida de Juan. Claudia dirigía los chorros. Unos a su cara. Otros a la cara de María. También a sus bocas. Y Juan miraba aquel espectáculo. Cada chorro de semen era un latigazo de placer.

Después de la corrida, Juan, con los ojos entrecerrados de placer contempló a las mujeres lamerse la una a la otra y compartir su semen. Descansaron un rato. María entre los dos

-Voy a darme una duchita y a ver si encuentro a Majed - dijo Juan.

-Cuidado con el culito, mi amor - rió Claudia.

-jajaja, el pobre durante el velatorio no pudo sentarse -añadió, divertida María.

-CABRONAS!!!!

Después de reparadora ducha, Juan se fue a despedir de sus amores. Al entrar en la habitación las mujeres estaban enzarzadas en un estupendo 69.

-Adiós chicas.

-Agdifof mij amorb... - repondieron las chicas con la boca llena de coño.

Juan cogió el coche y fue a casa de Majed. Al llegar, tocó el timbre. Su amigo abrió la puerta.

-Juan, amigo. Pasa, pasa. ¿Cómo estás? Joder, siento lo de tu padre.

-Hola Majed. Bueno, estoy bien

-¿ Y tu madre ? Seguro que me odia.

-No tonto. ¿Cómo has pensado eso? No fue culpa tuya. No fue culpa de nadie

Juan le contó lo de la enfermedad de su padre y lo de que ese día estaba mal. Majed suspiró, aliviado.

-Macho, vaya peso que me quitas de encima, tío.

-Mi madre te echa de menos.

  • Y yo a ella. Oye, Juan...¿ Ya te puedes sentar?, jajaja

-Capulllo. Sí, ya me puedo sentar.

-Juan, fue un placer darte por el culo. Tienes el culito más apretado que me he follado. ¿A ti te gustó, no?

-Bueno, para que nos vamos a engañar. Me encantó que me encularas.

Majed se tocaba la polla por encima del pantalón. Luego se la sacó. Juan se quedó mirando aquella polla que crecía y crecía.

-Juan, amigo, desde lo de tu padre que no descargo. Si quieres...

-Del culito, nada. Aún lo tengo escocío.

-Bueno, vale. ¿Y una mamada?

-Una mamada...sí

Majed se sentó en el sofá. Juan se arrodilló entre sus piernas. Con las dos manos agarró el pollón.

-Majed, aún no puedo creer que me metieras todo este por el culo.

-Hasta los huevos tío.

-Pues parece que te han crecido.

-Es que están llenitos de leche.

-Pues te los voy a vaciar.

Acercó su boca a la polla. Sacó la lengua y lamió desde el final de la mano que la agarraba hasta el capullo. Le pasó la lengua por toda la cabezota y luego le dio besitos, mirando a Majed. Majed, suspiraba. Tan cachondo estaba que su polla babeaba en grandes cantidades. Juan lo notó. Apretando desde abajo, subió la mano y consiguió que por el agujerito de la polla saliese cantidad de líquido espeso y transparente. Lo lamió. Luego se metió lo que pudo de la polla en la boca y empezó a mamar. Su cabeza subía y bajaba. Majed, gemía de placer.

-Aggggg, tío, que bien la chupas. Diría que mejor que una mujer.

Juan era tan bueno mamando porque la mamaba como a él le gustaba que se la chuparan. Agarró con una mano los hinchados huevos de Majed. Con la otra mano pajeaba la polla y con su boca, mamaba, lamía y chupaba.

Majed sintió que la leche le empezaba a hervir en los huevos. Estaba a punto de correrse.

-Ummm, Juan, amigo..me voy a correr...Agggggg

Juan empezó a mover la mano más deprisa y a chupar más fuerte. El pollón de su boca tembló y comenzó a lanzar calientes y espesos chorros de leche caliente dentro de su boca. Los tragó con gusto, pero la polla seguía soltando más y más, más rápido de lo que Juan podía tragar, así que por la comisura de sus labios escapaba un reguero de semen que bajaba por la polla hasta su mano.

-Ummmmm, amigo Juan. No recuerdo habar soltado tanta leche en mi vida. Vaya mamada

-Uf, estabas bien cargadito. Está rica. Tu leche - sonrió. - Seguro que mi madre también quiere.

-Juan tengo que hablar contigo. Dentro de poco vuelvo a Senegal. No volveré en unos meses.

-Vaya. Te echaremos de menos. Sobre todo mi madre.

-Y yo a vosotros, de verdad. Joder, si sois casi como mi familia española.

-Volverás, no?

-Sí. Tengo asuntos familiares que arreglar. Me gustaría despedirme... a lo grande.

-¿Cómo?

-Verás. Sólo si tu estás de acuerdo. Han venido a buscarme dos parientes de Senegal, y estaba pensando que quizás a tu madre le gustaría, ya sabes, que nos la follemos los tres a la vez.

-COÑO!! ¿Son también negros?

-Joder, pues claro que son negros. ¿Cómo iban a ser, verdes?

-jajajaja, claro, claro. ¿Están tan bien dotados como tú?

-Bueno, creo que sí. - parafraseando a Luke Skywalker en La Guerra de las Galaxias, dijo - "Las pollas son grandes en mi familia"

Los dos amigos rieron. La idea de ver su madre ensartada por sus tres agujeros por tres negrazos le atraía mucho.

-Vale, tío. Va a ser apoteósico. No sé si decírselo antes o darle una sorpresa.

-Mejor le damos la sorpresa. ¿Te parece bien esta tarde?

-Perfecto.

Se despidieron. Cuando regresó a su casa, María y Claudia estaban desnudas, en la cocina, preparando la comida. Les dio un morreo a cada una. Y les tocó los coñitos. Aún estaban mojados.

-Parece que os lo habéis pasado bien, eh?

-Sip. Juan, ¿Hablaste con Majed?

-SI mami. El pobre estaba muy preocupado. Cuando le conté el asunto se sintió muy aliviado. Esta tarde vendrá a verte.

Los ojos de María se iluminaron. Deseaba volver a estar entre los brazos de Majed. Entre los bazos y clavada en aquel pollón. Cuando vio que Juan se sentaba en una silla, riendo, dijo.

-Vaya, mi niño se puede sentar?

-Pues sí. No me ha dado por el culo, si es eso lo que insinúas.

-No?

-Pues no.

Comieron los tres. Bromeaban, se besaban. Lo pasaron muy bien.

-Mami, Majed se va de viaje. Unos meses.

-Oh...¿Vol..volverá?

-Sí, volverá

-Lo echaré de menos.

-Bueno, espero que la despedida de hoy sea memorable.

María iba a ponerse triste, pero se dijo :"Que coño!! Pero si tengo a mi hijo y a mi nuera", y se alegró. Se dijo que si Majed se iba a despedir hoy, la despedida iba a valer la pena. Si ella supiera...

-¿A que hora vendrá Majed?

-Sobre las cinco.

-Bien, tengo tiempo de darme un buen baño antes. Hasta luego, chicos.

-Así que Majed nos deja.. - le dijo Claudia.

-Por un tiempo. Oye, le hemos preparado una sorpresa a mi madre.

-¿Sí? cuenta, cuenta.

-jeje. Nop. Ya verás. Va a ser...la ostia.

-Cabrito  - dijo  ella, haciendo pucheritos.

A las 5 menos 10 estaban los tres en el salón, esperando a Majed. Juan en medio, con Claudia a un lado y María al otro. Le tocaban el paquete por encima del pantalón.

DING-DONG.

-Ah, ya está aquí. Chicas, esperad aquí. Ya abro yo.

Cuando Juan abrió la puerta se encontró con Majed y dos negrazos más. Había cierto parecido familiar entre ellos. Saludó con la mano y les hizo un gesto para que pasaran sin hacer ruido. Majed le susurró que no hablaban mucho español. Los llevó a la puerta del Salón. Entró el sólo.

-Mamá, aquí te traigo a tu negrito para que te folle bien follada

La sonrisa de María le llegaba de oreja a oreja. Sonrisa que se le borró de la cara cuando un negro alto y guapo, pero que no era Majed, entró por la puerta, sonriente.

-Oh..Este.. este no es Majed.

-Coño, que me equivoqué de negro, mami. Es que todos son iguales. Espera...a sí, este.

El segundo negro entró. También alto y guapo. A María le latía el corazón a mil por hora.

-Est...este.. tampoco es.

-¿Segura? - bromeó Juan.

-S.sí.

-'Cagon-la-leche'. A ver si voy a tener que traerme a todo el Senegal para encontrar el tuyo. A ver, que pase el siguiente.

Y entró Majed. Casi se parte de risa al ver la cara que tenían las dos mujeres.

-Hola María. Como te habrá contado Juan, me voy por un tiempo. Quería dejar huella en mi despedida, y te he traído a mis dos primos.

María estaba sin habla. El que si hablaba era su coño, que se encharcaba por momentos. Claudia miraba a Juan. Joder con su novio.

-Ven y te los presento.

María casi no podía caminar. Estaba muy nerviosa. Pero se acercó a aquellos tres hombres.

-Este es Samja, y este es Sumte. No hablan muy bien el español.

-Ho..hola..

Los dos primos le dieron dos besos cada uno, en las mejillas. Se las sintió calientes. Entonces Majed le metió la mano entre las piernas y las llevó a su coño. Lo encontró mojado.

-Ummm, parece que te gustan mis primos, no?

-Sí.

Juan se sentó junto a Claudia, en el sofá. Iban a gozar del espectáculo. Vieron como Majed apretaba a María contra él y la morreaba, sobándole el culo. Le dijo algo al oído, que no oyeron, pero vieron como María se arrodillaba entre los tres negros.

-Sácanos las pollas, María.

Su madre estaba como hipnotizada. Le bajó la bragueta a Majed y le sacó el conocido pollón. Luego bajó la de Samja, y sacó otra inmensa polla negra. Por último, la de Sumte. Gracias a dios ninguna era tan grande como la de Majed, pero sus 27 cm de polla negra se gastaban. María cogió una en cada mano y empezó a pajearlas. Majed le metió la suya en la boca. Por los muslos de María caían regueritos de flujo.

Claudia le sacó a Juan la polla y empezó a hacerle una paja sin dejar de mirar como María mamaba y pajeaba aquellos tremendos pollones. Juan, por su parte, también mirando a su madre, le metió mano al coño de Claudia. Era un manantial.

María alternaba su boca de polla en polla. Samja dijo algo en su idioma.

-Dice que eres una mujer muy guapa y que la chupas muy bien.

María sonrió, halagada. Cómo le gustaban aquellas pollas negras. Se empleó a fondo en la mamada. Quería que se vaciaran sobre ella. Quería que la llenaran de leche caliente, sentirse bañada.

-Agggg, que cachonda estoy. Majed, correos sobre mí. Dadme toda vuestra leche..Ummm

Los tres negros rodearon a María, que arrodillada y con la cara levantada esperaba la catarata. Cogieron sus pollas - cada uno la suya - y empezaron a pajearse apuntando a la cara de María. Ella, mirando aquellos pollones y tocándose el coño se corría..Se corría una y otra vez, como Claudia.

-Claudia, mi amor, van a bañar a mi madre.. que pasada.

-Agggggg que morbooooooooooo-- gritó Claudia, presa del orgasmo.

El primero en correrse fue Samja. Giró la cara de María y su polla empezó a soltar toda su carga. Era espesa y de fuertes chorros, que fueron cayendo sobre la cara de María, que seguían teniendo orgasmos. En su boca abierta entraba la leche del primer negro. Los otros dos, al ver a aquella preciosa mujer blanca siendo bañada por su primo, se corrieron a la vez. La cantidad de semen que depositaron sobre la carita de María era increíble. Goteaba sobre sus tetas, sobre su barriga, sobre sus muslos. Tragaba toda la que caía en su boca. El sabor del semen de los tres hombres, mezclado, era delicioso.

Juan y Claudia también se corrieron. La experta mano de Claudia vació la polla de su novio, dejando su pecho lleno de esperma.

Cuando aquel diluvio terminó, María, con los ojos cerrados por el semen, lamía los capullos de aquellas pollas. Juan le pidió a Claudia que limpiara a su madre. Se refería a que buscase una toallita y limpiase los ojos de su madre para que pudiera abrirlos, pero Claudia no lo entendió ( o si?) y corriendo se arrodilló junto a María y se la comía a besos. Recogía semen de la cara y lo llevaba a la boca de María, que lo trababa. También ella le lamía la cara y bebía parte del semen. En poco tiempo, la cara de María estaba más decente.

Uno de los negros acercó su polla, todavía bien dura, a la boca de Claudia. Ésta miró a Juan, que con la polla en la mano se pajeaba otra vez. Como no dijo nada, abrió la boca y el negro le metió media polla. Estaba rica. Luego chupó también las otras dos. Sintió que unos dedos se le metían en su culito. Era María.

-¿Están ricas, eh?

-Ummmm, si.

Chupando aquellas tres pollas mientras María le follaba el culito, se corrió una vez más.

-María - dijo Majed - Ahora vas a saber lo que es realmente estar llena de polla. Te vamos a follar los tres a la vez, por la boca, por el coño y por el culo. ¿Qué polla quieres en el culo?

-La tuya Majed, por supuesto.

-Jejeje, lo sabía. Ven aquí, preciosa

Les dijo algo a sus primos. Pusieron una cara de salidos impresionante. Sumte se tumbó en el suelo, boca arriba. Majed guió a Maria para que se empalar por el coño. María se sentó y aquella dura barra negra se enterró toda dentro de ella. Dio un gemido desgarrador.

Majed se arrodilló detrás y abrió el culo de María con los dedos. Apuntó su cabezota y la empezó a empujar. Entraba despacito, pero sin pausa. María fue a gritar, pero la tercera polla se le enterró en la boca y no pudo. Y entonces, al unísono, los tres negros empezaron a follarse a María.

El placer que ella sentía no podía describirse con palabras. Su coño, su culo y su boca estaban repletos. Cuando Majed se la sacaba, Sumte se la clavaba, y cuando la polla de éste salía, Majed se la enterraba. Y mientras tanto, Samja se la metía hasta la garganta. Gracias a la posición, a 4 patas y la cabeza hacia adelante, la polla del negro entraba hasta el fondo, hasta que su nariz chocaba contra su pubis. María..María se corría.

Mientras la follada se producía delante de ellos, los dos novios no dejaban de mirar. Claudia se subió sobre Juan, de espaldas a é para poder seguir viendo el espectáculo y se clavó la polla en el culo. Juan llevó su mano al coño de ella y la masturbaba mientras ella subía y bajaba por su polla.

-Aggggggggg Juan, esto es lo más caliente que he visto en mi vida. Mira a tu madre...No para de correrse.

-¿Te gustaría probar?

-¿Qué?

-Las tres pollas negras. ¿Te gustaría que te follaran a la vez como a mami?

-Aggg, ohhh, me corrooooo ..ahhhhhhhh, uf...sí..sí me gustaría...Pero no hoy. Hoy son para tu madre...Yo con tu polla tengo...agggggggggggg bastanteeeeee..

Samja se corrió. Con la polla alojada en la garganta de María empezó a soltar otra vez leche, que bajaba por el esófago de la mujer hasta su estómago, provocando un nuevo orgasmo en María. Seguidamente, y casi al mismo tiempo, Majed y Sumte le llenaron el culo y el coño de semen. El orgasmo de María fue demasiado fuerte. Cayó sin sentido entre los tres primos.

Cuando despertó estaba en el sofá. A su lado estaba Majed, que la besaba suavemente.

-Hola preciosa.

-Ummm, hola Majed.. Creí que me iba a morir de placer.

-Te ha gustado?

-Ha sido lo más grande que me ha pasado en la vida. Gracias - le dijo abrazándolo.

-Mañana me voy

-Lo sé. Pero volverás no?

-Sí. Pero si quieres...

-¿Qué?

-Podrías venir a verme. Te gustará mi país. Además...además tengo muchos primos.

FIN