Un naco bien naco

Mi amiga Rosario y sus gustitos.

Naco bien naco

Hace quince días, fui a comer con una amiga mía llamada Rosario, que está al igual que yo, cerca de los 40’s. Ella es divorciada, alta, delgada aunque bastante nalgona y tetona, de carácter divertido y soñadora; y de acuerdo con lo que me había platicado anteriormente, era muy caliente y audaz en eso de buscar pareja; yo, por el contrario, tenía ante ella una imagen de ser una mujer fiel y muy discreta en cuestiones de sexo, pero cuando le platiqué lo que me pasó con Carlos ( " La Bestia " ), la misma Chayo abrió los ojos como nunca la había visto, se quedó petrificada y se preguntaba ¿cómo?, ¿dónde?...

Después de una serie de preguntas solamente sonrió y me dijo:

¡Bienvenida amiga!... –

Nuestra conversación se podía haber convertido en un libro erótico, las posiciones más inverosímiles, las fantasías más cachondas, las aventuras más calientes, etc. No puedo negar que platicar con mi amiga siempre me había gustado, tal vez por eso nos buscamos mucho, ya que ella se desahoga platicándome su última conquista y yo me siento aliviada al darle algún consejo, recuerden que soy Psicóloga.

Salimos del restaurante después de una larga sobremesa y nos subimos en mi camioneta. Durante el trayecto, Chayo me platicó que la mejor experiencia que había tenido en su vida (y eso que ella puede presumir de vasta experiencia), había sido con un naco. Yo no daba crédito a lo que ella me platicaba, lo último que me hubiera pasado por la cabeza era entregarme a un patán, pero ella volvió a retomar el tema, diciendo que los nacos bien nacos te cogen de maravilla y yo no sabía si ella lo platicaba por cotorreo o si lo decía en serio.

Circulábamos por la calle de Presidente Mazarik rumbo a la Colonia Anzures, cuando ella me pidió que me estacionara en la esquina justo frente a un policía. Era un policía vestido con un traje gris, con botas negras amarradas con agujetas hasta el tobillo, era de los que dan seguridad a los comercios de esa zona. Lo catalogué como un joven de 23 años, moreno, no muy alto (tal vez 1:70), de complexión firme y robusta (que tal vez era por el mismo traje de Robocop ). Con el cabello cortado a la usanza militar y una mirada fuerte y penetrante.

En esos momentos no pensé en lo que haría mi amiga, pero ella bajó la ventanilla y le pidió al policía que se acercara y le preguntó por una calle; el agente comenzó a dar indicaciones sobre la ubicación de la misma, ella le dio las gracias, subió la ventanilla y me pidió que me arrancara. Me volteó a ver y me dijo:

¿Qué te pareció el guardia?... -, le dije que me extrañada la pregunta:

¡No es mi tipo!... -, ella sonrió y afirmó:

Ese tipo de machos cogen como locos, siempre están deseosos de un buen culo… -

Estás loca… -, dije riéndome.

Me pidió regresar a donde estaba el agente y así lo hice, di vuelta a la manzana y regresé al mismo lugar en donde se encontraba "la víctima", me volví a detener junto a él y Rosario volvió a bajar la ventanilla, lo llamó y el guardia enseguida acudió. Mi amiga le sonrió y le preguntó su nombre, él dijo que se llamaba Lino y Rosario enseguida y sin ningún tipo de empacho, le dijo:

Oiga Lino, usted me parece un joven simpático y en realidad me gusta y quisiera pedirle el favor de que me ayude a quitarme esta calentura que el día de hoy traigo-

Yo no dije nada, pero le di un pequeño golpe a Rosario en la pierna, mientras que el policía se quedó atónito. Por unos segundos no supo que decir y después de un momento, habló para decir:

¿Cómo cree, señora?, me está cotorreando… -

Ella le dijo que lo que le decía era real e inclusive le dijo en tono más provocativo:

Tengo ganas de mamarte la verga… Te pido que me ayudes, inclusive estoy dispuesta a darte una buena propina, ¿cómo ves?... -, Lino sonrió de nuevo, sopló y dijo:

¡Pero es que estoy de turno!... –

No te preocupes, lo hacemos en el coche… Mi amiga maneja y los vidrios son oscuros, nadie puede ver… Además, ya son las 6:30 de la tarde y está comenzando a anochecer-, dijo Chayo completamente desatada.

El chico se asomó a la camioneta, como buscando a alguien más y yo le dije:

No te preocupes, estamos solamente nosotras dos-

¿Y cuánto me daría?-; dijo más interesado.

Era evidente que el plan le latía y la cuestión económica era parte importante en su decisión. Rosario sonrió y contestó con otra pregunta:

¿Cuánto tiempo tienes sin hacerlo?... –

Lino contestó que como tres semanas; entonces mi amiga le guiñó un ojo y le dijo:

Parece que será mucha lechita la que me voy a cenar-, él se rió y volteó a mirar a ambas esquinas, como buscando a alguien y dijo: - Espérame un minuto mamita y ahora vengo-

En ese momento increpé fuertemente a mi amiga:

¡Pero, ¿qué es lo que pretendes?, ese tipo nos va a violar a las dos!... Además, mi coche no es hotel, cabrona-, Chayo solo sonrió y replicó:

Mariana, solo quiero que oigas y veas lo que es un naco bien naco, para que se te antoje a ti también… Estoy segura que este tipo se carga un buen rabo… -

Lino cruzó la calle y dijo algo al otro vigilante que estaba en la acera opuesta y enseguida regresó con nosotras. Yo solamente pensé «Seguramente Lino le habrá dicho a su pareja de turno "voy a que una pinche vieja loca me mame la verga y ahora regreso"», me moría de la pena de solo pensarlo. No puedo negar que lo de la "La Bestia" había sido una infidelidad, pero en ese plan todo lo había yo calculado, en cambio en este caso, nada estaba planeado.

Lino regresó a la camioneta y mi amiga le abrió la puertezuela trasera de la misma, él subió y cerró. Ella de inmediato se pasó entre los asientos para sentarse junto al macho y me dio la orden:

Ahora sí, maneja por donde no haya mucho tráfico y te estacionas en un lugar oscuro-

Conduje por Polanco y como ya había obscurecido, llegué hasta una callecita por el Parque Polanco en donde me estacioné y apagué las luces de la camioneta. La camioneta estaba también oscura y la alumbraba solamente una tenue luz que provenía de una de las lámparas de la calle, yo solamente oía la conversación que ambos amantes sostenían… Chayo le preguntó al muchacho si estaba casado, sobre sus experiencias y fantasías y él contestaba en tono seco. De repente pude ver como los dos se fundían en un beso profundo y cuando se separaron, mi amiga le dijo a él:

Besas muy bien "mi poli", pero prefiero tener tu verga en mi boca que tu lengua-, él soltó una leve risita y dijo:

Eres una pinche perra, si tanto la quieres, toma tu mamila, cabrona-

Rosario le bajó los pantalones y tomó entre sus manos la verga de éste. Se la apretaba mientras se la metía poco a poco a la boca. Lino dio un suspiro de placer cuando la lengua de mi amiga tocó su instrumento y dijo:

Ahora si mamita, llégale a tu vicio-

Yo nada mas veía siluetas de lo que estaba pasando. Rosario se acomodó sobre el largo asiento posterior de mi auto y se dedicó en cuerpo y alma a mamar verga, mientras Lino recostado con la cabeza en la cabecera del asiento, se deleitaba con las caricias bucales de mi amiga. Después de un par de minutos, ella se levantó poco a poco y Lino le dijo:

¿Qué pasó, nena, a poco ya te cansaste?... –

Ella me pidió que prendiera un momento la luz interna de la camioneta y así lo hice. Me quedé impactada cuando ella me enseñó la verga morena del policía, tenía la cabeza roja y no completamente descubierta, ya que como Lino no tenía hecha la circuncisión, el cuerito le tapaba una parte del glande. Era un falo gordo y venudo no muy largo; con unos huevos muy peludos que colgaban como racimos de uvas.

¡Qué bonita verga tienes, sabe a chocolate!-, le dijo mi amiga al muchacho.

¡Mámala, hija de la verga, mámala que voy a hacer que te duela la mandíbula!-

Ella bajó de nuevo al miembro del agente y comenzó a lamerle solamente la punta, Lino cerró los ojos y sopló de placer y yo apagué de nuevo la luz de la camioneta, mientras oía los ruidos que hacía Rosario al meterse el instrumento del guardia a la boca y también los gemidos que hacía este, mientras se regodeaba con las mamadotas que le daba mi amiga. Lino tomaba la cabeza de Chayo con ambas manos y la apretaba contra su verga y decía:

¡Trágatela toda, puta, toda, perra!... –

Ella mamaba como una loca furiosa y dentro de las sombras que podía ver, admiraba como Rosario se metía esa verga hasta la campanilla e inclusive, como hacía ella ruidos como su fuera a volver el estómago; luego se la sacaba y le daba besitos mientras jugaba y la apretaba entre sus manos. El policía estaba excitado, y se retorcía sobre el asiento, signo inequívoco que mi "cuatacha" le estaba haciendo muy buena chamba… El muchacho clavaba su mano izquierda sobre el redondo culo de mi amiga, agasajándose con sus nalgotas y jalándole la tanga que se le incrustaba deliciosamente en sus partes íntimas.

Mami, ¿por qué no me dejas darme una buena agasajada con tus nalguitas?-, le pidió Lino a la disparatada hembra cuya labor lingual llegué a envidiar.

Ella le dijo que no, que sus nalguitas se las prestaría en otra ocasión, pero él insistió mientras le apretaba los redondos pechos de mi amiga.

¿Me dejas tragarme tu lechita?-, dijo ella para disuadirlo de poseerla.

Eres una perra caliente-

Por respuesta, mi amiga se metió de nuevo la tranca del joven a la boca y comenzó a darle una furiosa mamada. La verga del policía entraba y salía vertiginosamente de su boca y sin ayudarse con las manos, ella lo masturbaba con sus puros labios y su lengua. Yo estaba hurgando en mi chochito porque mis jugos escurrían entre mis piernas empapando mis pantaletas.

Mi amiga continuó con su deliciosa tarea, haciendo bambolear el vehículo que suavemente se mecía con los movimientos de Lino que se agitaba por momentos y daba la impresión de que de un momento a otro, le llenaría la boca a la golosa hembra que no se daba a vasto lengüeteando el erecto mástil que vibraba con vida propia. El agente soltó un chillido y tomó la cabeza de mi amiga entre sus manos al tiempo que dijo:

Trágatela toda, hija de la verga-, y el policía eyaculó sus tres semanas de ayuno en la boca de mi amiga, quien se tragó toda su leche e inclusive, siguió mamándosela hasta dejar la verga completamente limpia.

Después de exprimirle hasta sacarle la última gota, ella se quedó contemplando el yerto falo mientras Lino aún gemía de placer y decía con voz entrecortada por el momento en que se encontraba:

¡Trágatela, trágatela toda, perra!... –

Cuando Rosario terminó, me pidió que prendiera de nuevo la luz y pude apreciar cómo macho tenía el instrumento gordo y moreno ya en estado de semiflacidez y cómo la otrora apantallante cabezota roja, se asomaba tímidamente a la luz de la camioneta. Mi amiga abrió la boca y nos enseñó como en su lengua aún retenía algunos residuos de semen y como se los tragaba. Lino en tono jocoso le dijo:

Espero que no te empaches, cabrona-, ella siguió lamiendo aquella verga, mientras él jugaba con los pechos de mi amiga.

Chayo me pidió que arrancara y regresamos al mismo lugar en donde habíamos recogido al guardia. Durante el trayecto, ella dejó que Lino introdujera uno de sus dedos en su vagina húmeda. Cuando llegamos a la esquina, él sacó la mano de los calzones de mi amiga, se acomodó su traje de " Robocop " y pidió su propina. Ella sacó de su bolso un billete de doscientos pesos y se los dio al guardia, quien le dio las gracias y nos dijo:

Ya saben par de perras, que cuando quieran su biberón aquí lo tienen-

Eran las ocho de la noche, la camioneta estaba llena de vapor, abrimos las ventanillas para poder despejar el fuerte aroma. Rosario estaba muy contenta y no dejaba de platicarme sobre lo rico que se sentía la ñonga del policía y me decía:

Chiquita, me encantan los nacos bien nacos-; continuamos conversando mientras me dirigía a la Colonia Anzures a dejar en su casa a mi caliente amiga.

Seguramente se preguntarán ¿que pasó conmigo?, ¿se le antojó probar un naco bien naco?, ¿qué pasó con Rosario?... Todo eso será materia de otro plan que en breve llevaré a cabo y que también en breve, les contaré. Cualquier comentario favor de dirigirse a quien escribe, por medio de mi correo electrónico.

Saludos y gracias.

Mariana Campo

dramcamposav@hotmail.com