Un mundo desconocido

Apesar de las tragedias en que somos victimas, hay esperanza de encontrar el amor donde menos pensamos.

Un mundo desconocido

Hola a todos, primero que todo quiero agradecerles que tomen su valioso tiempo para leer mi relato, hago énfasis en que no soy escritora, sólo es mi imaginación y quise plasmarla para compartirla con ustedes, espero les guste.

Con cariño mi primer relato.

PDT:

Este relato es largo, poco a poco se irán describiendo escenas de pasión, es romántica y tierna, un poco de violencia, lamentablemente es el diario vivir.

13 min

PRINCIPIO

-          Ignacio suéltame por favor – decía la chica con suma persistencia y un hilo de frustración

-         Isabela porque eres así, sólo quiero que me des un poco de cariño

-         Ya lo hemos hablado, yo no te quiero, pensé q estaba claro – le respondía a gritos, mientras Ignacio la sujetaba de los brazos

-         Lo siento, ya no puedo con este amor en mi pecho, te amo demasiado y hoy serás mía – decía con una mirada perdida mientras se bajaba el cierre de su jean

Isabela empezó a llorar, no podía creer que iba a ser ultrajada por su amigo, sabia de los sentimientos de él, pero ella le había dejado muy claro que solo podía brindarle una amistad, pensó en miles de cosas, cuando lo conoció, se veía agradable, a pesar de su legado familiar con un  padre poderoso, deshonesto y avaro, él no era un chico malo, congeniaron inmediatamente además de tener  unos hobbys similares, solo fueron 5 meses después que Ignacio le declaro su amor, ella con el afán de no perder su amistad, le dejo muy en claro la situación y las reglas para poder siguiéndose frecuentando, el chico acepto, pero al parecer todo se había salido de control.

-         Ignacio te lo suplico, suéltame por favor, no me hagas daño

-         No lo hare, te voy a consentir, te hare el amor como nadie jamás te lo ha hecho

-         Soy virgen, soy virgen…. Suéltame!!!!!!

-         Que!!!! =

Ignacio nunca se lo imagino, pues Isabela era tan hermosa, y había tenido novios antes.

Lo que Ignacio no sabía era que Isabela a pesar de haber tenido novios antes, nunca se había entregado a ellos, terminaba la relación antes que las cosas se complicaran, ella sabía en su interior que no se había enamorado de ningún hombre, que en su corazón solo sentía una ligera palpitación y éxtasis por sus compañeras de clase o cualquier otra mujer hermosa que le pasara por su lado.

-         No lo puedo creer, te guardaste para mi, soy tan feliz – manifestaba con una alegría hilarante y unos ojos negros brillantes de pasión.

Ya sin camisa y encima de Isabela besándola, ella se resistía totalmente, girando su rostro para todos lados, le había abierto la blusa y arrancado el brasier, observaba con lujuria sus hermosos pechos, le acariciaba el negro cabello ondulado, le lamia su piel por doquier, tomaba con extrema fuerza su quijada para que lo besara, realmente era una escena lamentable.

Isabela al percatarse en la crítica situación en que se encontraba, rápidamente comprendió que Ignacio no estaba en sus cabales, esa mirada perdida, las ridiculeces que hablaba, su violencia  y el deseo extremo de hacerle suya, pensó en un plan para evadir la escena próxima a cumplirse.

-         Tienes razón, me he guardado para ti, solo quería que me insistieras un poco, yo también te amo y quiero que esta noche me hagas el amor. – decía la chica con un tono suave y secándose las lagrimas que hacía poco segundos estaba derramando

-         En serio!! me lo juras?

-         Te lo juro, te amo, ven bésame

-         Pero si me habías dicho que solo me querías como tu amigo, me quieres engañar!!!

-         Solo quería saber tu reacción, no me preguntes mas y bésame, hazme tuya, te deseo!!!

Ignacio sucumbió ante los encantos de seducción, la beso y ella le correspondió, ganando puntos a su favor para librarse de él, le decía cosas tiernas, quería que se tranquilizara, que confiara en ella, así podría escapar, logro que dejara de sujetarla, volteándose ella encima de él, con picardía y sensualidad le acariciaba los pezones, hasta se los lamia, debía hacer su papel perfecto si quería que él lo creyera, Ignacio ya excitado le imploraba a su amada que no parara, el cerraba los ojos disfrutando cada segundo del placer que le brindaba aquella mujer.

-         ¿Quieres que baile para ti?

Se dibujo un gesto de asombro en el rostro de Ignacio, además de esa mirada perturbada que tenia, accediendo a la sexy invitación de Isabela.

Así ella logro ponerse en pie,  se alejo un metro de él y empezó a danzar sensualmente, dándole la espalda a aquel malvado, termino de quitarse la blusa, sólo le quedaba el jean blanco ya casi café por el polvo al que había sido sometida en el suelo mugroso de aquel establo.

-         Eso mi amor, así!!! así!!! Muévete, eres hermosa… vamos quítate todo!!!

-         Te gusta lo que ves? Soy toda para ti, pero quiero que te quites el jean, luego me lo quito yo para  que hagamos el amor ya mismo.

Ella solo pensaba en el momento en que él se enredara quitándose sus botas y el jean para tomar ventaja y salir corriendo, así fue, sólo que Ignacio se dio cuenta de las intenciones y la siguió alcanzándola de un pie y cayendo ambos al empolvado suelo, él le gritaba un sinfín de insultos jalándola hacia él, ella gritaba desesperada por ayuda, suplicaba que la dejara ir, el se negaba y le aseguraba que esa noche iba a ser suya, Isabela se revolcaba en el piso, pateaba y manoteaba buscando la forma de escapar, alcanzo a divisar una varilla a la cual intentaba desesperadamente de alcanzar, cómo pudo la tomo y se giro con tanta fuerza golpeándolo en la cabeza, de inmediato sintió como flaqueaba Ignacio, había tanta adrenalina en el combate que a pesar de haber recibido ese fuerte golpe insistía en quitarle la varilla y tomar control de la situación, cayendo unas gotas de sangre y un poco entorpecido sujeto a Isabela del cuello,  ésta con los nervios de punta y sin más remedio lo golpeo nuevamente, esta vez Ignacio cayo desmayado, cómo pudo se lo quito de encima,  parándose rápidamente y observando aterrada lo que había hecho, se lleno de angustia, se reincorporo, recogió su blusa, se abrocho el único botón que le quedaba y salió corriendo de allí, ni siquiera tuvo la precaución de recoger sus pertenencias.

Llego a su casa con gran alboroto, su madre viéndola en tal desfachatez temió lo peor, sus pensamientos eran totalmente acertados, su hija iba a ser víctima de una violación, su madre sabia las consecuencias negativas que iban a tener, por eso rápidamente le preparo la maleta, tomo todos sus documentos y los guardo en un sobre, Isabela no entendía que pasaba, porque su madre estaba así, ella no era culpable, Ignacio era el que debía ir a la cárcel, con llanto y total desespero le contaba a su madre todo lo sucedido, su madre la tomo en sus brazos.

-         Mi niña yo te creo, eres mi ángel, se que nunca le harías daño a nadie, pero si era necesario, tenias que defenderte, yo te amo, nunca lo olvides. - Le decía con lagrimas en sus ojos

-         Mama entonces no entiendo que haces, tenemos que ir a la policía a denunciarlo

-         Hija sabes muy bien que en este pueblo no hay ley para don Fernando Montero, el tiene poder y su maldad es conocedora de todos los habitantes del pueblo, no creo que vaya a estar muy feliz que hayas golpeado a su único hijo, por eso mi niña debes marcharte a la ciudad, busca a tu madrina, ella te quiere mucho y allí vas a estar a salvo mientras las emociones se calman, luego podrás regresar.

Su madre tenía una inmensa tristeza, sabía que pasarían muchos días incluso meses, para que aquel malvado hombre se olvidara, pero debía darle fuerzas  a su hija, mintiéndole para que huyera inmediatamente, ella seguía negando su destino, se culpaba de su belleza tan extraordinaria y las consecuencias en los hombres, lloraba sin cesar.

Y no era para menos, ella era simplemente un ángel, ojos negros, su piel de tez morena clara, un cabello negro largo, abundante y ondulado en las puntas, estatura media, sus senos bien parados y de un tamaño apetecible, su pequeña cintura dejaba ver unas caderas bien puestas, su rostro era angelical, una mirada profunda y los labios mas carnosos y rojos de todos. Había ganado varias veces los concursos de belleza de su colegio, una diosa en la tierra.

-         No te culpes por favor, no tienes ninguna responsabilidad en lo sucedido, siempre has llamado la atención en todos los barones de aquí pero eso no es motivo para que te maltraten, hija te lo ruego por amor a Dios, ve y vístete, yo terminare de preparar todo.

En ese momento llego a casa su padre, que al ver esta escena tan alarmante pregunto qué había pasado, la chica lo abrazo tan fuerte y derramo mas lagrimas, él le correspondió y le hablaba dulcemente tratando de calmarla, su madre la apuro.

-         Isabela corre, yo le explico a tu padre.

Su madre corría como loca por la casa, detrás su esposo escuchando la terrible pesadilla que había padecido su hija, ambos estuvieron de acuerdo en que huyera, hicieron los arreglos, le entregaron un dinero, la dirección de su madrina, además de sus documentos  y su maleta, le dio un fuerte abrazo y se dispusieron a salir para llevarla a el terminal de autobuses.

Cuando se escucha una fuerte algarabía en la puerta principal, pronto la madre temió lo peor, era don Fernando, golpeando la puerta tan fuerte, que parecía que se iba a derribar, contando con los pocos minutos que le quedaba decidió ocultar a su hija, en unos de los muros de la casa, era un escondite que sus ancestros habían creado, cuando en los años pasados el pueblo era acechado por una guerra donde muchos perdieron la vida. La madre corrió a abrir la puerta y este hombre sin ningún respeto, la golpeo cayendo al suelo, el padre la socorrió y recibió el mismo trato, don Fernando llego con otros 5 hombres fuertemente armados.

-         Donde está la puta de tu hija – gritaba ese hombre enceguecido de dolor y ira

-         Díganme!!!! esa puta!!!!! esa puta asesino mi hijo

Cuando los espectadores escucharon esta noticia tan terrible, Isabela tuvo que morderse la mano para no gritar de dolor y desespero, ahora sí, su  destino estaba marcado, por su mente pasaron miles de imágenes, de su infancia, de su familia, del futuro que le esperaba, si lograba salir con vida de allí, quien sabe cuándo podría regresar a casa en compañía de sus seres queridos, Isabela estaba entre sus pensamientos cuando escucho un llanto, era su hermanito menor que se había despertado ante tanto bullicio, ella observaba todo lo que sucedía, don Fernando seguía gritando y destrozando la casa, al no recibir respuestas, ordeno que golpearan al padre de Isabela, ya el padre abatido ante tal brutal golpiza se desmayo, su madre solo lloraba  y se defendía alegando los motivos que tuvo su hija para golpear a Ignacio.

-         Don Fernando por favor se lo ruego, váyase de mi casa, Isabela se fue del pueblo, ella no es culpable, su hijo intento violarla y ella se defendió, no queremos problemas, podríamos haberle denunciado pero dejamos las cosas así, siento mucho su perdida, fue un accidente.

Lo último que dijo esta mujer hizo que don Fernando se llenara de cólera y sacando su pistola, le disparo al padre de Isabela, que aun permanecía desmayado en el suelo, los gritos no se hicieron esperar, el niño lloraba sin consuelo, por lo que uno de los secuaces lo golpeo fuertemente cayendo su pequeño cuerpo indefenso al suelo, la madre se arrastro hacia el pequeño, Isabela inundada en llanto casi ni veía por tanta lagrima, sentía que iba a desfallecer por tanto dolor que sentía en su pecho, sin proponérselo era la causante de esta escena tan terrorífica, solo le quedaba esperar pues su madre le había hecho jurar que bajo ninguna circunstancia saldría de su guarida.

De repente don Fernando tomo del cabello a su madre, alzándola a su altura, le seguía preguntando su paradero, este hombre estaba enloquecido, sus facciones eran miedosas, parecía poseído por un demonio al no obtener ninguna respuesta satisfactoria la tiro nuevamente al suelo, esta misma abrazo a su hijito y rogando suplicaba que los dejara tranquilos, el malévolo hombre se quito su sombrero, secándose el sudor que le caía por su frente, la miro fijo a los ojos y le dijo

-         Escucha bien, aunque sea lo último que haga en la vida, voy a encontrarla, me vengare por este sufrimiento que me ha causado, asesino a mi hijo y esto no se quedara así, ella también va a sufrir lo que es perder a un ser amado.

Sin más palabras, nuevamente apunto su arma y de varios disparos termino con la vida de aquellos dos inocentes que yacían en el suelo, esto hizo que Isabela gritara internamente de dolor, lo último que alcanzo a oír de la boca de ese maldito fue:

-         Desháganse de los cadáveres, tírenlos al rio, luego nos vemos en la hacienda

En segundos todo giraba y cayo desmayada en ese diminuto cuarto.

3 semanas después

Isabela destrozada por la violenta perdida de su familia, se encontraba en la capital, recorriendo esas inmensas avenidas, con el corazón partido en mil pedazos, buscaba regocijo y un lugar seguro donde quedarse, con un trozo de papel en la mano buscaba la casa de su madrina, todo era tan extraño, tan desconocido, con tan sólo una maleta pequeña colgada de sus hombros, su rostro  dibujada el cansancio tanto emocional como físico, por los acontecimientos tan absurdos que había vivido, aun no lo podía creer.

-         Me quede sola en el mundo - murmuro

Con los ojos rojos de tanto llorar, sentía que su cuerpo iba a caer en cualquier momento. Por fin encontró la casa, tocaba cesantemente, cuando por fin se abrió la gran puerta de madera, se asomo una pequeña, detrás de ella una anciana, de repente ella recordó a su pequeño hermano, con tristeza pregunto por su madrina, a la cual la señora no conocía, ella insistió, le dio el papel a la anciana, pero ésta ni se inmuto, le contesto que ahí no era, que la antigua inquilina se había mudado hacia 6 meses, Isabela rompió en llanto, ahora que haría, siguió su rumbo, ya se acercaba la noche, debía buscar un lugar para dormir, preguntando encontró un pequeño hostal, tenía el dinero que le dio su madre así que se hospedo allí.

A la mañana siguiente no dejaba de pensar en un futuro incierto, acomodo sus pocas prendas en el armario, y se dispuso a salir, sentía su estomago rugir, pues era poco la comida que había probado en las últimas semanas, el administrador le indico un buen restaurante no muy lejos del hostal.

Con la cara aun demacrada por tanto sufrimiento pidió el desayuno del día, la atendieron muy bien, comió despacio, no se sacaba de la mente a su madre, esa imagen estaría por siempre ahí taladrándole el cerebro y no la dejaba en paz, recordó a ese hombre y su amenaza de encontrarla, una lágrima corrió por su rostro, llamando la atención de los que se encontraban allí, una señorita muy atractiva no dejaba de mirarla, claro que Isabela ni cuenta se daba, pago su cuenta y salió del lugar.

Así pasaron 8 días más, dormía, desayunaba y no se le veía mas, por el poco dinero que le quedaba y la falta de apetito, solo ingería una comida diaria, recordaba lo que su madre le decía, el desayuno es la comida más importante del día.  No hablaba con nadie, era sumergida en sus pensamientos, causando un interés en aquella desconocida.

-         Doña Matilde, ¿sabe quién es esa chica?

-         No mi niña, solo sé, que todos los días viene, pide su desayuno, paga y se va, según el celador, la chica se hospeda en el hostal de don Jacobo, porque?

-         No sé, es que me llama la atención, se le ve muy triste cierto, me gustaría saber que le atormenta

-         Ay Susana no te metas en líos, bastante tienes con los tuyos

-         No se preocupe no lo hare, ¿por casualidad sabe cómo se llama?

-         No lo sé, acércate y le preguntas

-         Ok gracias doña Matilde, le dejo el dinero de toda la semana de mis ahijados, se cuida mucho y dios me la bendiga

-         Gracias a ti por ser tan bondadosa


AL OTRO LADO DE LA CIUDAD

-         Manuela!!!  Manuela!!!

-         Ummmm ……. Que!!!

-         Apaga ese bendito despertador, me tiene como loco, siempre lo pones y nunca te levantas, es justo que una vez por semana que estoy aquí, me dejes dormir, no crees?

-         Siiiiii!!! …. Ummm

-         Estoy esperando.. Manuela!!! Ahhh todo debo hacerlo yo

-         Ya ya!! Pareces vieja de barrio, ya lo apague, ves!!

-         Gracias hermanita, ya que me despertó tu ruidoso aparato, acompáñame a desayunar

-         Okey, ya va

Cada semana era lo mismo, manuela completamente dormida y su hermano, discutiendo con ella, parecían marido y mujer, Antonio era su hermano mayor, era piloto de carreras, algo peligroso pero era lo que le apasionaba, hacia 5 años se habían quedado huérfanos, sus padres perdieron la vida en un lamentable accidente aéreo, quedando juntos los dos hermanitos, gracias a la herencia, vivían como reyes, en un inmenso apartamento al norte de la ciudad, uno de los mejores barrios, Antonio era poco el tiempo que compartía con manuela, su apretada agenda, entre viajes y campeonatos, a pesar de ello, amaba a su hermanita y cada día se preocupaba mas por el estado de depresión en que se encontraba, quería ayudarla, pero manuela era muy implacable en sus cosas y no dejaba que se acercara demasiado. El tenía algo en mente, pero no estaba seguro si era prudente proponérselo, pensaba decirle la otra semana que se reunirían nuevamente, aprovechando 1 mes de vacaciones.

-         Manuela, sabes que te quiero, cierto?

-         ¿Y?

-         Pues que te veo decaída hermanita, desde que te abriste conmigo y me confesaste tus dudas, en vez de sentirte más libre, estas cada vez peor.

-         Antonio, porque no me entiendes, es muy duro estar viviendo y no saber para qué, tú ves todo tan fácil, te la pasas de fiesta y te llueven las mujeres por doquier, ya sabes, ya estas definido, yo tengo mis dudas, y cada día que pasa, me siento más  infeliz, sólo encuentro un poco de felicidad en la fundación, pero mi vida social es un asco.

-         Pero yo te invito manuela, trato de involucrarte con mis amistades, mis reuniones, yo también me siento mal, tú no quieres compartir tu vida conmigo, no te preocupas por mí y me hace daño verte en ese estado, le prometí a nuestros padres que iba a velar por tu bienestar y mira el miserable trabajo que he hecho – con lagrimas se desahogaba

-         No te culpes, no tienes la culpa, yo nací así, no llores por favor

-         Mira, yo solo quiero ayudarte, quiero que puedas experimentar y así podrás darte cuenta cual es realmente tu inclinación sexual, así lo afrontaremos juntos y por fin serás feliz, prométeme que me dejaras ayudarte, te lo ruego, déjame!!!

Su hermano la abrazo tan fuerte que parecía que se quedaba  sin oxigeno, su llanto era real, manuela conmovida con esta escena acepto la ayuda de su hermano.


Ya Isabela se encontraba un poco mas radiante, a pesar de ser una mujer con una belleza exquisita, el estado de ánimo la tenía por el suelo, ya pensando en que iba hacer cuando se le agotara el dinero, era otra preocupación que debía solucionar.

Bajo a la recepción de don Jacobo, le pregunto dónde podría encontrar empleo, don Jacobo la miro con insistencia, le pregunto qué sabia hacer, ella bajo la mirada, sabía que eran pocas las oportunidades que tenia, solo termino el colegio, tan solo contaba con 19 años, nunca había tenido la necesidad de trabajar, tampoco tenía estudios extras o una profesión.

-         Señorita en ese caso, será muy difícil, solamente en aseo, o atendiendo algún negocio local, si me doy cuenta te aviso

-         Muchas gracias don Jacobo, aprecio su valiosa ayuda – nuevamente una lágrima se asomaba entre sus hermosas y largas pestañas, se sentía perdida.

Cuando iba saliendo se  tropezó con aquella chica,

-         Disculpa no te vi,

-         La culpa es mía, venia distraída, y precisamente buscándote

Isabela se altero, pensó en que era una emisaria de don Fernando, se disponía a salir corriendo cuando la mujer la sujeto,

-         No te asustes, sólo quiero ayudarte, te he observado en el restaurante de doña Matilde, he notado lo solitaria que estas y deseo ayudarte, por casualidad escuche que necesitas empleo, puedo ayudarte si lo deseas.

Isabela se le quedo viendo, con esa mirada tan profunda que intimidaba a cualquiera, no sabía que pensar, era extraño que aquella mujer quisiera ayudarla y sobretodo sin conocerla.

-         Disculpa mis modales, me llamo Susana, no temas, doña Matilde me conoce, sé que te parecerá extraña mi comportamiento y probablemente te estarás preguntado porque quiero ayudarte, cierto?

-         Umm si, la verdad es que si, no puedo confiar en nadie, lo siento, adiós.

-         Espera… cómo te llamas? Por favor dime!!!

-         Isabela

-         Ok, Isabela mira, escúchame un segundo, hagamos una cosa, la única razon por la que quiero ayudarte es porque en tus ojos me veo a mi misma cuando llegue a esta ciudad, pase hambre y sufrí mucho, hasta que alguien bueno me ayudo, y yo quiero retribuir esa acción contigo.

Fueron tan sinceras estas palabras que Isabela bajo un poco la guardia acompáñame al restaurante, tomamos algo y te cuento, quizás fui un poco apresurada, lo siento, pero esa es mi forma de ser, que dices?

Isabela lo medito unos segundos y accedió a la invitación de Susana, sin saber y a pesar de las buenas intenciones de la desconocida, Isabela iba a entrar a un mundo de codicia, lujuria, envidia, donde cada paso a dar era una incertidumbre.

Continuara……………….

Espero haya sido de su agrado, me gustaría mucho saber sus opiniones, nuevamente reitero no contar con el estudio de una escritora, así que no me juzguen demasiado jejeje.