Un mundo desconocido 2
Isabela empieza a explorar nuevas sensaciones
Un mundo desconocido 2
- Buenas noches doña Matilde le presento a Isabela
- Mucho gusto mi niña, eres bienvenida
- Muchas gracias señora – respondió Isabela un poco tímida
- Ven sentémonos, quieres algo de beber o comer
- No gracias, así estoy bien
- Vamos, yo te invito, yo si tengo un hambre!!! Doña Matilde regáleme lo de siempre
- Enseguida, no entiendo como mantienes ese cuerpo mija, con la forma en que comes – decía la doña a carcajadas
- Jejeje no exagere… yo como poco jejeje.. sabe que tráigale lo mismo a Isabela – mirándola le dijo… y no acepto un NO por respuesta!!!!!
Isabela medio sonrió y acepto
- Bueno te cuento, hace 3 años llegue aquí, vine a hacer mi practica de enfermería, pero lamentablemente me fue como perro en misa, al hospital que me enviaron pasaba por unos problemas muy graves, económicamente estaba al borde de la quiebra, y ya sabes cómo desaparecen los recursos del gobierno, sin embargo, como se podía, ahí llevaba mi trabajo, a los 2 meses se entraron a la posada donde vivía, me robaron completamente todo, ese día fue una pesadilla, con decirte que “quede más quebrada que güeva de luchador” recuerdo que llore como 30 horas sin parar jejeje, me pegue una deshidratada, en serio, quede como pasa jejeje
Esto le hizo mucha gracia a Isabela y no pudo contener la risa, a la vez que se disculpaba por reírse de las desgracias ajenas.
- Jeje esa era la intención, quería sacarte una sonrisita jeje…..
- Claro que ahora me rio, pero en ese entonces, quería morirme, para acabar de completar a los 3 días el hospital cerro, ya sin empleo y sólo un colchón pelado, estaba que me devolvía a mi pueblo, pero no lo hice, allí ya no había nada para mi, durante varias semanas pase muchas necesidades, pasando un mal rato, no pude conseguir otro hospital donde terminar la práctica, acá se necesita palanca política y yo en ese entonces no tenia, me sentía mal, tanto estudio para nada, además no quería desilusionar a mis viejos, pero así es la vida, trabaje en todo lo que aparecía, el dinero no me rendía, y gracias a un angelito que me ayudo muchísimo, di con un empleo y pude subsistir, ayudo a mis viejos y acá estoy con la esperanza de ayudarte a ti, si me lo permites, claro está.
- Disculpen, acá traigo su orden – les dijo el mesero mientras ponía con esfuerzo dos gigantes bandejas en la mesa
Isabela se asusto, que cantidad de comida!!!
Isabela
Que exageración, pero es cierto, con ese cuerpo tan esbelto, creería que no come nada, no me había fijado pero Susana es muy bonita, no había conocido una mujer como ella, su piel tan pálida, le favorece el rojo de su cabello y me gusta su corte, la hace ver muy distinguida, así como las que se ven en revista, vaya no me había percatado de esos ojos tan expresivos, como si quisieran hablar por sí mismos, tiene mucha clase y su ropa luce muy bien, ¿que buscara en mi, serán sinceras sus intenciones.?
- Uyyy ya era hora, necesito alimentarme muy bien jeje
- Por dios Susana!!! Te vas a comer la reserva de todo el restaurante je je
- Jeje y eso que falta el postre jeje…
Comieron amenamente, el restaurante era pequeño pero muy agradable siguieron conversando y entrando en confianza.
- ¿Susana y en que trabajas?
- Isabela quiero ser sincera contigo desde el principio, no me enorgullece lo que soy, pero gracias a ello pude sobrevivir… yo soy una prostituta, muchas lo disfrazan bajo el nombre de acompañante, pero es lo mismo, no por eso soy mala persona, también tengo mis principios y respeto a todas las personas por igual. Soy feliz, aprendí que es un trabajo como cualquier otro.
Hubo un silencio incomodo, Isabela estaba meditando lo que acababa de escuchar, Susana esperaba que no tuviera prejuicios, Isabela la tomo de sus pequeñas y blancas manos y dulcemente le dijo:
- Yo no soy nadie para juzgarte, eres muy valiente, debió ser muy duro para ti, a pesar de tu esfuerzo en estudiar, no siempre las cosas salen como uno quiere.
Así las dos chicas empezaron una nueva amistad, Susana era muy espontanea, le hablaba a Isabela como si la conociera de toda la vida.
Susana no quiso ser entrometida preguntándole a Isabela su vida, la razon de esa amargura que reflejaba, percibió que no era el momento, así que solo se dedico a hablarle de trivialidades, conocerse y así poder ayudarla.
Susana le ayudo a conseguir un empleo, en el centro de la ciudad, le quedaba un poco lejos pero no había alternativa, su trabajo consistía en recibir unos pedidos de camarones que llegaban desde la costa, era un trabajo muy difícil de realizar, debía madrugar muchísimo, y la limpieza y empaque de los animalitos no era nada agradable, así pasaron varias semanas, ellas se veían a diario, Susana trataba de recogerla todas las tardes, así compartían más tiempo juntas. La una se fue encariñando mucho de la otra, al cabo de un mes, Susana le propuso a Isabela ir a vivir a su casa, Isabela no pudo contener las lagrimas, pues creía que ya nadie en la vida se preocupaba por ella, y veía en Susana un pilar, eso era lo que necesitaba, un nuevo aire, una razon por que vivir, olvidarse del pasado y empezar una nueva vida en la capital, recordó la amenaza de aquel frívolo hombre, pero se juro ya no tener miedo y enterrar esos acontecimientos tan dolorosos, debía salir adelante, eso hubiese querido su madre que hiciera, daba por hecho que su alma descansaba en el cielo, observándola, cuidándola hasta cómo lo hizo en el umbral de su muerte.
- ¿Qué pasa? ¿Porque lloras? ¿Dije algo malo? Por dios habla mujer!!!!
- Yaa cálmate, te escuche perfectamente,
- Entonces responde, no quiero verte llorar jeje
- Es sólo que me da mucha emoción contar contigo, doy gracias a la vida por haberte puesto en mi camino, te quiero mucho – dándole un fuerte abrazo
Isabela desde pequeña siempre había sido una persona muy tierna, amable, se apegaba fácilmente a las personas, por insignificantes que fueran sus acciones ella lo duplicaba en cariño, apoyo, solidaridad, convirtiéndose en una sombra de esa persona, por lo mismo muchas de ellas la habían defraudado.
Susana le correspondió, la beso en la mejilla y nuevamente la abrazo, diciéndole al tiempo que podía contar con ella, que ahora eran familia.
Fundación Esperanza Animal
- Doctora Manuela tiene una llamada – le informaba su secretaria
- Gracias Ámber
- Doctora le habla Albeiro Quiroz, director de la fundación Garritas sin hogar ¿cómo se encuentra usted?
- Muy bien gracias, en que puedo servirle.
- Doctora llamo en nombre de todos los peludos que hemos podido ayudar gracias a su bondad, los implementos de aseo, medicina y concentrado fueron de mucha utilidad, dios le pague.
- No hay de que, yo sólo envió las cosas, ustedes allá son los encargados de distribuirlos bien, y ayudar a todos esos animalitos tan desamparados, espero que me haya entendido todo el material que le envié por email, la gestión administrativa es muy importante para que la fundación pueda salir a flote, siempre que yo pueda le donare recursos, pero cada día hay mas perros en las calles, así que usted debe tener un plan de acción alternativo, buscar donadores, entes internacionales que apoyen nuestra causa, como usted sabe mi fundación es sin ánimo de lucro, todos los gastos salen de mi bolsillo pero además tengo varios ingresos que me permiten ayudar a otras fundaciones como la suya.
- Si doctora comprendo, le seré muy sincero, aquí hacemos todo lo posible por cada día rescatar mas animales, lo hacemos con gusto, hay un buen equipo de trabajo, pero ya el plan administrativo se me sale un poco de las manos, no comprendí muy bien sus indicaciones a pesar que está muy bien explicado, por eso además de manifestarle mi agradecimiento quería saber, si había posibilidad en enviar una colaboradora muy querida, que está dispuesta a viajar hasta allá para empaparse de todo el funcionamiento de su fundación y venir a implementarla acá.
- Por supuesto don Albeiro, puede contar conmigo, estoy a sus órdenes, me encanta escuchar que cada día hay personal comprometiéndose con nuestra lucha, es sobrecogedor para mí, es todo un honor recibir a su colaboradora y juntos podemos pensar en un futuro mejor para nuestros amiguitos peludos. Y por favor dígame Manuela
- Muchas gracias doctora, digo Manuela, le informare a Leany, ella es una chica muy simpática y colaboradora, estará feliz en contar con su ayuda. Probablemente llegue la próxima semana, ¿le parece bien?
- Perfecto!!! Daré la orden para que le organicen unos de los cuartos, acá hay mucho espacio, la fundación es inmensa, le prometo que se sentirá como en casa.
- Manuela, me despido, pronto hablaremos.
Al colgar el teléfono, enseguida suena el celular de Manuela
- Hola – contestaba manuela con una mueca de desagrado
- Donde está la hermanita másss linda de todas – Antonio le hablaba en un tono super super tierno, como si fuese una niña de 2 años
- Antonio soy tu única hermana
- Si ves como eres!!! Yo solo te mimo, si ves, si ves!!! Ogro!!!
Manuela por el tono de voz de Antonio, se imagino el puchero que dibujaba su rostro, soltó la carcajada.
- Esooo!!! así me gusta, bueno además de saber como estas, llamaba a decirte que me voy a demorar otras semanitas más, sé que te prometí que a mi regreso iba a ayudarte, pero se complico un poco las cosas por aquí, sabes que te amo y pronto estaré en casa, acuérdate que me prometiste ayudarte y ya tengo en mente cómo, así que no puedes rehusarte, ¿vale?
- Antonio estoy ocupada, hablamos luego
- No seas grosera, ¿VALE?
- Que si!!!, adiós,
- Ni un besito!!!
- Adiós!!!
- Okey no te molesto mas, yo si te mando muchos muchos besitos… muakkkkk
Antonio era extremadamente cariñoso, a diferencia de Manuela, ella siempre guardaba una apariencia fuerte, no dejaba salir muy fácil sus sentimientos, pero era una chica sumamente buena e inteligente, consagrada con su trabajo, había estudiado veterinaria graduándose con honores y ya a sus 25 años, había creado una fundación llamada Esperanza Animal sin ánimo de lucro, donde trabajaba incansablemente por ayudar a los desprotegidos, amaba lo que hacía, era lo único que la hacía feliz, había ganado menciones de honor a su esplendida labor social, escalando una reputación muy elogiada en la ciudad.
Manuela pudo tomar otra dirección en su vida, varias veces fue postulada en el colegio y universidad para ser reina de belleza u modelo, pero ésta no le interesaba nada de ese mundo, se dedico a estudiar y salir al campo laboral.
Con 25 años encima, era una mujer encantadora, muy hermosa, lo que más sobresalía de su esbelta imagen, eran sus ojos entre verdes grisáceos, reflejaba muchas emociones, mas nunca las expresaba, de una estatura mediana, tenía todos sus atributos físicos en su sitio, sus senos ligeramente grandes le daba una armonía perfecta a todo su cuerpo, el cabello café oscuro, lacio con una ligera iluminación dorada, le llegaba hasta la mitad de su espalda, además de una que otra peca, su piel naturalmente trigueña, realmente era una preciosidad, siempre habían chicos detrás de ella, pero ella siempre sintió miedo de explorar su sexualidad, sobre todo por tantas confusiones que padecía, así que nunca tuvo ninguna relación amorosa, se enfrasco en su trabajo y por eso, era tan infeliz, necesitaba ya sentir, la pasión, los besos, las caricias de un ser que la amara y que ella amara, ya fuera hombre o mujer, sentía que se estaba asfixiando, pero pronto ese destino iba a cambiar.
Albeiro Quiroz
- Leany le tengo una maravillosa noticia, he podido ponerme de acuerdo con la doctora Manuela Beltrán y ella esta mas que dispuesta en abrirnos las puertas para apoyar aun más nuestra fundación, así que la próxima semana viajas para allá.
Esta noticia sobresalto de manera eufórica a Leany, se había hecho realidad su sueño de viajar y aprender de esa maravillosa mujer, su ídolo, la admiraba profundamente, además que sentía un vínculo muy fuerte por ella, no la conocía, sólo la había visto por alguna revista o periódico donde alababan su maravillosa labor con los animales.
- Que dicha Albeiro, estoy más que lista para viajar y aprender todo lo que pueda.
- Bueno ya sabe que le deseo lo mejor, ve organizando todo, para que viajes lo más pronto posible
Leany
Me siento tan feliz, por fin voy a conocerla, no lo puedo creer, siento que me enamore de ella, ahgg!! eso es tan absurdo Leany, si ni siquiera la conoces… bueno como sea, la conoceré y podre saber que siento por ella. Yuipiii!!! – saltaba de emoción al saber que pronto estaría lejos y explorando nuevas sensaciones.
Los días pasaron rápidamente, la convivencia entre Susana y Isabela era cada vez mejor, se cuidaban, se ayudaban, y se conocían cada vez más. Pasaban casi todo el tiempo haciendo algo divertido, salían a pasear, disfrutaban de una buena película, la verdad congeniaron de mil maravillas. Claro, con el poco tiempo que le quedaba a Isabela pues su trabajo demandaba la mayor parte. A pesar de todos esos días de vivencia, Isabela aun no le había contado su pasado a Susana, le daba temor abrirse, pero ya planeaba confesarle todo, incluso su inclinación sexual hacia las mujeres, no sabía cómo lo tomaría pero por el poco tiempo de tratarla, sabía que ella era una mujer muy liberal y estaba segura que la comprendería.
Susana nunca estaba en casa, en las noches, se dirigía a su empleo, Club Afrodita, era un lugar exclusivo al norte de la ciudad, se había consolidado como la mejor casa de citas, la discreción era allí una de sus prioridades y sus especiales clientes como ministros, deportistas, políticos en fin, o el que estuviera en condiciones de pagar los altos costos por los servicios, tanto hombres como mujeres, podrían darle rienda suelta a todas sus fantasías, sin temer el que dirán.
El club quedaba a las afueras de la ciudad en un condominio muy sofisticado, contaba con todo lo necesario para hacer su estadía lo más placentera posible, algunas chicas vivían allí, desempeñándose en varios tipos de entretenimiento, cada una escogía lo que más se sintiera a gusto, igualmente la paga era realmente exorbitante, Susana se sentía muy bien en trabajar allí.
Una tarde Susana llamo a Isabela para avisarle que ya iba por ella, ésta le contesto con un nudo en la garganta, Susana intuyo que algo malo sucedía.
- Que pasa Isabela, ¿Por qué estas así?
- Lo siento ya no puedo mas – decía con una voz quebrantada a punto de llorar
- No me asustes por favor, sabes que cuentas conmigo, ¿donde estas?
- En el trabajo
- Ya voy llegando, te espero afuera, okey, y no te preocupes por nada.
Abrió la puerta del carro y subió con una cara de magdalena, no pudo aguantarse y soltó el llanto, abrazo a Susana fuertemente, lloraba como una niña, Susana la retiro con delicadeza y le pregunto que le sucedía.
- Isabela por dios, cuéntame,
- Es que no quiero defraudarte,
- No lo harás, te lo prometo
- Renuncie!!!
- Ahhh mujer, casi me matas de un infarto!!!! ¿Era solo eso?
- Bueno hay mas, quiero contarte todo mi pasado y me da temor
- Mira Isabela, sea cual sea tu pasado, le entenderé, lo que hayas hecho o dejado de hacer está ahí, en el pasado, yo veo a la Isabela de ahora, y me encanta y estoy orgullosa de ti. Yo cuidare de ti.
Esas palabras hicieron que Isabela llorara aun mas, agarrándose de Susana cómo una garrapata, realmente era una nena muy sensible.
- Ya cálmate!!!!... shhuu!!! – mientras Susana la calmaba manuela la apretaba más fuerte, aspiraba su delicioso perfume, le acariciaba su sedoso cabello, luego bajando su mano delicadamente por su espalda, se separo un poco de ella, la miro a esos ojos café brillantes y sin inmutar palabra, la beso.
Isabela de inmediato comprendió lo que acaba de ocurrir, se sintió terriblemente mal, propino mas llanto y salió con afán del carro de Susana, no sin antes decirle que la perdonara.
- Espera Isabela!!!! No te vayas!!!
Isabela haciendo caso omiso, salió huyendo del lugar, quedando Susana con un sin sabor e incertidumbre.
Continuara……………..
Nuevamente les agradezco de corazón, tomarse el tiempo en leer mi relato, me halagan sus cálidas palabras y sus criticas me alientan a mejorar.