Un muchacho de la calle

Pequeña aventura gay.

ERA UN MUCHACHO DE LA CALLE

Era un muchacho de la calle

de los que limpian los coches.

Pero miraba acariciando

sus ojos contra los míos.

Le pregunté si podía

quererlo como a un amigo,

gozar su cuerpo desnudo

sobre una cama tendido.

Me dijo que si, que necesitaba dinero

Y me gusta ser amigo.

Y añadió "si eres activo

ahora mismo me voy contigo".

Así que fuimos a un sitio

De esos de paso

Un hotel con espejos

y una TV con porno.

Lo hice poner de rodillas

libre de todo vestido.

Despacio, desde mis pies

subió su aliento encendido.

Donde más se demoró

fue en el plátano y los higos,

goloso se quedó allí,

lamiendo frutos prohibidos.

Más tarde le di a guardar

cien veces mi flagelo erguido.

Su hondura se hizo placer,

su voz un suave gemido.

Desde hace nueve semanas

como una ofrenda de la calle

regresa callado y fiel

a ser hembrita conmigo.

José