Un milagro...Pablo

Esta es la historia de Pablo hermano de Milagros y Aliro.....Gracias por el apoyo!!!

Pablo...

Estaba llegando a casa de mi hermano Mateo, para celebrar el cumpleaños de mis sobrinos gemelos, cruzamos la cerca Aliro, mi hermano mayor y Milagros, la menor de todos y yo de último. Se que en este tipo de reuniones las familias se juntan y se revuelven. Lo único que yo tengo revuelto es el estomago, creo que hoy veré a quien me quita el sueño desde hace años. En el camino hacia acá hable sin parar, mis hermanos desde un tiempo a esta parte casi no hablan entre sí y cuando lo hacen es para discutir por algo, si que mis nervios llenaron el silencio del viaje al pueblo. Nos recibieron Mateo y Carolina, su esposa. Entramos y saludamos a familiares y amigos, de nuestro lado, solo falto mi hermano Inti, que esta perdido por algún lado, por el lado de mi cuñada, estaban sus hermanas menores y su hermano mayor, sus padres, pero faltaban algunos primos por llegar, amigos muy pocos los que tenían hijos, por lo del cumpleaños. Cuando terminó de saludar me siento al fin tranquilo, aquella persona especial, no está presente, me relajo.

Pasa el tiempo entre risas, juegos y regalos, disfruto al ver a los niños felices, llega la hora de la siesta de los gemelos y Mili, los lleva a dormir, los amigos se van, quedamos ambas familias celebrando. El ambiente es grato, bebemos un buen vino tinto y bromeamos los unos a los otros. De pronto veo a ese alguien entrar al salón saludando a todo el mundo batiendo las manos, entre risas y disculpas por el retraso, mi cuñada embarazada levanta su vaso de jugo y ofrece un brindis. Yo solo quería escapar de ahí.

  • Voy a buscar Mili...(dije después del brindis)
  • Espera ya voy yo.

Aliro que estaba al menos en pie, salio en busca de nuestra hermana. Colocándose tras de mi en el respaldo del sillón. Una voz me dice en un susurro...

  • ¿Escapando de mi?
  • No.

Respondo sin voltearme. Mintiendo descaradamente.

  • Esta noche te espero en casa, no me falles.

Se aleja de mi, lo se , siempre se lo que hace así mis ojos no lo miren siquiera. Mis hermanos demoran en bajar y necesito que volvamos a casa. Los minutos pasan y por fin vuelven, mi hermana viene pálida y digo un chiste y Mateo igual, el circo debe continuar. Se repiten los brindis y el tiempo pasa y pasa, que rabia no traer yo las llaves de la camioneta, Aliro salió a tomar aire y mi cuñada se rapto a mi hermana a la cocina. Tomo mas de un trago a la espera de mi escape. Regresan y con un gesto que los abarca a ambos, emprendimos retirada.

Llegando a casa, subo directamente a mi cuarto, me cambio ropa y paso por el baño, un poco de aseo extra no me viene mal. Por ego, me miro al espejo, me gusta lo que veo, mi metro noventa y pocos, esta cubierto por jeans que se aprietan a mis formas y una camiseta ajustada deja apreciar mi torso musculoso (me lo he ganado con trabajo de campo y gimnasio por las tardes). Me gusta, ambas prendas son negras al igual que mi pelo y mis ojos, me reviso la mandíbula cuadrada, esta suave, bien. Salgo del baño y bajo para irme, claro que antes regrese a mi cuarto a buscar un regalo. Que raro aun siguen parados mis hermanos en la puerta, dios que dejen de pelear.

  • Chicos esta noche vuelvo tarde.

  • Hermanito ¿a donde vas?

  • Peque es un secreto, si resulta les contare.
  • O sea, cero posibilidad que me lleves, quede con ganas de salir.
  • Esta vez no cariño, ya veremos otro día.

Me despido de ellos y me voy. Mi hermana con ganas de salir a desvelarse, extraño. Pero que conmigo no cuente al menos por una temporada. Enciendo el motor de la camioneta y me voy.

Estaciono el vehículo en la entrada de su casa. Es solo de un piso con jardín y patio trasero, acogedora. Sonrió, tomo el paquete de regalo y bajo de la camioneta. Toco el timbre de la puerta y esta se abre, nos miramos a los ojos y luego se hace a un lado para dejarme entrar, se cierra la puerta cae el regalo al piso y como si estuviésemos poseídos nos besamos apasionadamente, su cuerpo apoyado en la puerta y yo sobre su cuerpo, el aire no cabe entre nosotros, la pasión remite al paso de los minutos.

  • Pablo no me fallaste.
  • Nunca lo hago, eres tú quien lo hace.

Nos vamos a su cama, ambos sabemos donde está, nos desvestimos cada cual por su cuenta y hacemos el amor largamente, los sonidos que provenían de nuestros labios llenaban el ambiente. Amor. Terminando nuestra consumación nos abrazamos con sonrisas dibujadas en nuestros rostros, me pregunta si recuerdo nuestra primera vez.

  • Siempre.

Cierro los ojos mientras acaricio su espalda. Mi memoria retrocede cinco años atrás.

“Yo tenia veintitrés años, cuando me accidente por una mala caída trabajando en el campo, mis hermanos me llevaron a casa del medico del pueblo. Este me vendo las costillas, dos estaban rotas, también tendrían que hacerme curaciones en algunas heridas que tenia. Si que, entre todos decidimos que me quedara en su casa, nos conocíamos hace años como en todo pueblo, él salio del esté solo para ir a la universidad en la ciudad. Así quedamos, mis hermanos volvieron a casa y yo me quede con Rafaél primo de mi recién estrenada cuñada Carolina. Durante los dos primeros días de estar yo en su casa, prácticamente no lo vi. Me sentía ademas culpable invadiendo su espacio viviendo en su casa y usando su cama, él pobre a parte de medico, enfermero y mucamo, tenia que dormir en el sofá.

La segunda noche llego a casa demacrado, su día estuvo horrible y su cuerpo lo demostraba hasta en su modo de andar, me realizo las curaciones con cuidado sobre su cama, me comentaba lo que le ocurrió en la jornada, de los pacientes que estuvo viendo, de todo. Yo me entretenía y lo escuchaba atentamente, lo miraba con respeto por su trabajo e inteligencia, y conversamos sin para hasta terminar con mis heridas. Luego, se fue a la cocina y trajo por primera vez una bandeja con alimento para los dos, cenamos y charlamos, hasta que tocaron su puerta. Era su novia, vino al dormitorio y me pidió que lo disculpara, cerró la puerta y se fue con ella. Se escucharon risas por mucho tiempo, luego silencio hasta que oí los quejidos anhelantes de ella y los jadeos de él. Me excite oyendo lo que ocurría al otro lado de la puerta.

Momentos después él vuelve al dormitorio, me dice que ya quiere ir a dormir, se ofrece para acompañarme al baño ya que esa noche había retirados los puntos de sutura y la herida podía abrir. Me complica la situación yo seguía con mi pene erecto al no poder darme placer y sacarme la calentura. De todos modos, acepte, no era momento de hacerme el macho.

Levantándome de la cama con esfuerzo me paró, no era yo lo único en pie, y el medico muy observador posa su vista en mi entrepierna levantando ambas cejas mientras sonríe, él me cogé el brazo para ayudarme, el baño esta dentro de la misma habitación, el trayecto es corto, llegamos y me acomodo para orinar, Rafaél retrocede unos pasos y me bajo el pantalón de dormir que traía puesto, comienzo a orinar, de soslayo miro hacia donde esta parado él y encuentro que su mirada se posa sin vergüenzas en mi aparato, sentí que enrojecía, termino pronto y subo el pijama, el se acerca, tira la cadena y me vuelve a tomar el brazo, me guiá al lavamanos, procedo, cuando estoy completamente listo, me lleva a la cama, al sentarme veo que Rafael también tiene una erección. Él se ríe y me dice que le dio envidia la mía y se va del dormitorio sin cerrar la puerta.

Esa noche me costo conciliar el sueño y para cuando lo logré mis sueños fueron diferentes, fueron con mi doctor tocándome, besándome, despierto excitado otra vez y mientras me masturbo trato de pensar en lo quejidos femeninos de la novia pero los que retumbaban eran los jadeos de él, trate de pensar en las chicas con las que tuve sexo, por dios, tengo mas de veinte y se en que o en quien pensar cuando me complazco, pero él no se me iba de la mente y deje de luchar, me deje llevar y disfrute de un orgasmo a su salud.

Al día siguiente desperté con el aroma a café.

  • Buenos días. Me gusta que te sientas cómodo, pero si te vas a masturbar avisame...
  • Para irte, no podría y no vol....
  • Avisame Pablo, para ayudarte.

Salio de la habitación y se fue de la casa, yo estaba en blanco, me levante al baño, de regreso me siento cansado y al tomar el tazón de café, veo que me dejo el almuerzo también. Durante todo el día pensé y pensé.

Rafaél esta de vuelta a eso de las ocho de la noche, lo diviso a través de la puerta abierta del cuarto, no entra a saludarme si quiera. Media hora después suena el timbre, la novia, ella lo saluda alegremente y él le invita una copa. No entiendo porque deja la puerta abierta, escucho todo lo que dicen.

  • Sofía, no me puedo casar contigo.

Esa fue la primera y demoledora frase que escuche, las siguientes fueron culpas y recriminaciones ¿Por qués? Y disculpas. Levantando mi cuerpo para cerrar la puerta tropiezo con la mesa de noche, el sonido fue leve, pero una mirada proveniente del otro lado de la puerta me paralizo, deje caer mi cuerpo sentándome y tomando mi cabeza. El llanto de ella pronto se escucho y gritos también, la puerta se cerro de golpe. Un suspiro audible de Rafaél y el timbre volvió a sonar. La puerta se abre, el sonido sordo de una violenta bofetada. La puerta se cierra en calma, Rafaél camina lento al dormitorio, veo su cara marcada por el golpe, se acerca tranquilamente a mi se agacha para quedar a mi altura justo en frente.

  • ¿ Puedes creer que a mis treinta años, acabo de alejar a la mujer que mas me ha amado en la vida, quizás la única?
  • No...
  • ¿Y sabes tú por qué lo hice?
  • No..
  • Porque desde que te vi en el matrimonio de mi prima me gustas, y desde que entraste hace tres días por esa puerta, supe que serias mio.

Me beso, ese fue el primer beso homosexual de mi vida, no pude evitar reaccionar a sus labios y mi lengua se entrego a él, como mas tarde lo hizo mi cuerpo.”


A una semana del cumpleaños de Inti, vuelvo a casa de madrugada, subo a mi dormitorio, cansado me duermo en un minuto, en dos horas me tengo que levantar a trabajar. Las cinco de la mañana no es hora de tomar el primer café, me duermo profundamente.

Con todo mi cuerpo dolorido bajo a la cocina después de bañarme y cambiarme de ropa.

  • Buen día hermano.

Golpeando su espalda y riendo, respondo.

  • Buen día.¿Pasa algo?
  • ¿Qué tendría que pasar?
  • Eso dímelo tú, hace meses estas mal genio, ruges por las mañanas y hasta una arruga se te hizo en la frente de tanto fruncir el ceño.
  • Estoy feliz.
  • Ya...Feliz, me di cuenta.

La conversación deriva en otras cosas, el café, trabajo, familia. Minutos antes de las seis de la mañana, salimos por la puerta de la casa. Como todos los días Aliro le da la bienvenida a los trabajadores, en total somos seis personas que trabajamos el día a día, mi hermano reparte las labores y nos ponemos manos a la obra. Hoy nos toca trabajar juntos y observo que su buen humor no se va, raro, sonríe con su mirada en otro lugar, se pierde en pensamientos propios y a mi me entra la curiosidad, yo conozco esos síntomas ya los padecí.

  • Estas enamorado Aliro.
  • Y tú loco.
  • No, se te nota hermanito.¿Quien es esa afortunada persona?
  • Loco y de remate.
  • Pero si hasta me quitas la mirada ¿Nos conocemos?

Se fue, simplemente se fue. Aliro el maduro, se va por mis preguntas. Esta enamorado y que alegría me da a mi, todos nos preocupamos por él, dio su vida por nosotros cuando nuestro padre murió, cuidando de todos nosotros y en especial de Milagros, que solo tenía diez años, se convirtió en un solterón mientras nosotros hacíamos nuestras vidas, la peque pronto sera una adulta y yo pienso que se ira a estudiar a la ciudad y ¿Qué hará entonces mi hermano?

Sigo trabajando, hasta la hora de comer, volvemos a casa, los chicos, Ali y yo nos sentamos a la mesa y vemos que nos dejo la peque para comer antes de irse al colegio. Comienzan las típicas bromas, que si Mili aquí que si Mili allá, todos nos reíamos pero luego miro a Ali y veo que tiene la cara roja. Cambio el tema de conversación, lo conozco y se que esta a punto de reventar.

La jornada de trabajo termina a las cuatro de la tarde, es lo que mas me gusta del campo, te deja mucho tiempo libre.

Una merecida ducha, es lo que necesito si que subo al baño directamente, y tomo una larga, hoy quedamos en vernos también, Rafaél me pidió que fuera a su consulta a buscarlo para luego ir a tomarnos unos tragos al bar. Milagros me pide que espere al bajar al salón.

  • ¿Qué pasa peque?
  • Quiero hablar contigo un momento. Ayer...Ayer...
  • Peque cariño ¿Es largo lo que me quieres contar? (mueve su cabeza afirmativamente)¿Puede ser mañana? Voy saliendo.

Me abrazo y me dio un beso en la cara y se fue a la cocina, me da la impresión que debería quedarme y hablar con ella. Pero Rafaél me espera y hace tiempo que no nos llevábamos tan bien. Me voy.

Por el camino pienso, en todo lo que hemos vivido juntos, desde la primera vez hace cinco años atrás. Lo primero y sin siquiera haber tenido nada fue el hecho que dejara a su novia a seis meses del matrimonio, yo siempre admire que fuera honesto con sus sentimientos y no le desgraciara la vida ella, la novia no pensó igual, se dedico a decir mil y una cosas, siempre negativas. Lo segundo, es que por acallar murmuraciones, se marcho de la ciudad, aun curso dijo, de cara a amigos, familiares y pacientes, fueron dos años de lejanía, él volvía una vez al mes a ver a sus padres, nos juntábamos por casualidad en el bar y nos reprochábamos cuanta cosa pasaba por nuestras mentes, él se molestaba porque yo salia con amigas y me hacia una tapadera de cara al mundo con ellas, yo le decía que si él volvía todo lo demás se terminaba, de todas formas mientras me devolvía a mi casa, como buen amigo, paraba el vehículo en cualquier cuneta y nos desfogábamos haciendo el amor como endemoniados. Le hice sufrir y me arrepiento. Él también lo me causo dolor a mi.. Lo tercero, es que cuando volvió y yo deje a mi última conquista, y después de casi dos años de felices y monógamos encuentros, me dejo, por sus padres, por su carrera, le rogé que contáramos todo, que a mi familia tampoco le iba a gustar la idea, pero el me dijo que trataría de cambiar su vida y olvidarme. Fue nuestra gran pelea, le llame maricón por no salir del closet de una buena vez, le grite que había sido por el que hoy era homosexual y que por sus padres nos destruiría a los dos, que al final siempre se alejaba...Nos dejamos, me dejo, por al rededor de tres meses, sin ningún tipo de contacto, hasta el cumpleaños de mis sobrinos y volví a caer, porque es mi amor, porque es mi hombre, porque es mi droga y como una adicción no puedo vivir sin él.

Llego a su consulta. La puerta esta cerrada pero hace tiempo que tengo llave.

  • Hola...
  • Hola mi amor. ( se acerca y me besa tiernamente los labios). Te tengo una sorpresa.
  • ¿Qué será?

Camina al box de atención, lo sigo ansioso. Al entrar veo que todo esta iluminado con velas aromáticas, en la camilla una sabana de seda roja y desde la pared colgaban dos argollas con sendas cadenas con esposas, era mi fantasía, tenerlo esposado y a mi disposición, ambos somos activos y pasivos, nos gusta darnos placer mutuamente y aveces nos cumplimos fantasías, esta es una de ellas. Solo faltaba una cosa.

  • No me olvide de nada Pablo.
  • Oh, si, falta...
  • La pluma la tienes que encontrar tú.

Me lo dice mientras se saca la bata blanca. Rápidamente me cierno sobre él y lo beso apasionadamente en los labios, frente, pómulos, ojos, su cuello, la garganta, lo amo tanto que me cuesta dejar de besalo, con la respiración pesada me separo solo un poco, desabrocho los botones de su camisa, un botón, un beso, otro botón, un pequeño mordisco...Así termino de desabrochar la prenda, me distancio solo lo justo para disfrutar de su torso, su pecho es lampiño y en su vientre una leve barriga a pesar de su delgadez, con mis manos recorro su cuerpo desnudo y dejo caer la camisa al piso, lo beso, de nuevo el se deja hacer, responde cuando tiene que hacerlo y sabe descubrir el momento exacto para hacerme reaccionar a su antojo, bajo sus manos a su cinturón, lo saco en menos que un suspiro y cae al suelo, los pantalones los dejo para el final, le hago sentarse en la camilla y con una calma obligada, saco con un letanía zapatos y calcetines, subiendo mis manos por sus piernas llego a su duro miembro, lo toco, como lo que es, mio, levanto los ojos y los uno a los de él, sus ojos parecen caramelo liquido de lo excitado que está.

  • Todavía no encuentras la pluma.(Susurrá).

Entiendo el mensaje y le sacó sus pantalones levantando su cadera, mi amor está desnudo bajo este, termino de dejarlos caer al suelo, jugueteo con mi nariz por sus partes sacandole una risilla nerviosa. Me alzo y le digo que estire sus brazos y cierro las esposas en sus muñecas. Pongo la cara mas perversa que puedo, pero en mi mirada se escapa el amor.

  • Dime donde guardaste la pluma Rafaél...
  • Buscala ¿No que tan astuto hombre?

Mis manos comienzan la búsqueda sobre su cuerpo, se donde está, en el único lugar donde se puede esconder una pluma en un cuerpo masculino, pero la sigo buscando entre toqueteos, besos y mordiscos, hasta que lo giro y abro sus nalgas.

  • Me gane el premio mayor.
  • Parece que si.

La pluma, pasa por todo su cuerpo excitándolo, viaja por su espalda y por sus nalgas, por el frete en sus tetillas y y vientre, en su ombligo y sus axilas, en las piernas y pies, hasta que al final toco con la pluma delicadamente sus testículos y pene, su cara y gemidos en todo momento me dijeron que él disfrutaba, ver su miembro largo y cabezón con brillos de humedad me lo confirman solamente. Mi sexo completamente duro, luchando por salir de la cárcel que son mis ropas, me presiona a olvidarme del juego y meterlo dentro del hombre para volver a ser uno otra vez, me digo que aun no, que falta todavía, mi misión es entregarle todo de mi sin obtener nada a cambio, esa fue mi fantasía siempre, tenerlo a mi entera disposición sin poder defenderse y por el contrario que darme placer a mi poseyéndolo por puro deseo o fetiche, darle todo el amor y satisfacción a él, así sea sin poder poner mi pene dentro de él.

Dejó la pluma entre sus dientes ¿A ver cuanto aguanta? Y con mis manos comienzo a masturbarlo a conciencia mis manos también abren sus piernas y con ellas sus nalgas, lo acaricio desde esa cabezota suya hasta su ano, con su propia lubricación comienzo a masajear sin prisas, solo mis manos dándole placer. Luego llevó mi boca y repito los actos pero ahora solo con la lengua y la misma, beso y lamo con calma, usando todo mi control. Esta apunto de correrse si que arremeto con mi boca rápidamente, subo y bajo como si la vida se me fuese en ello, solo mi boca, el box se llena de jadeos y gemidos débiles, suplicantes, un olor a sexo y sudor me llena los pulmones y subo y bajo con energía para tenerle pronto reventando, en minutos lo logro su largura se ensancha en mi boca y de su cabeza sale un gran chorro de espeso semen, me lo trago y espero aquellos que vendrán con menos fuerza y los bebo como si fueran el mejor néctar.

  • Pablo, te amo.

Subo mi cabeza y lo beso en los labios.

  • Todavía no acabamos.
  • Claro faltas tú.(mueve las muñecas para que las libere)

Niego con la cabeza mientras sonrió, muevo su cuerpo y ahora usando todo mis medios, vuelvo al ataque. Manos que uso para masajear su cuerpo entero, los pectorales, el estomago, muslos, pene y testículos, las caricias se suceden junto con pequeñas nalgadas de vez en cuando, que procuro con delicadeza alzando sus caderas. Labios que pasean por su boca, garganta, que susurra en su oído palabras sucias que incitan a Rafaél que lo llevan a suplicar por mas. Lengua, mi lengua que pasea por sus mas oscuros rincones. Dientes que muerden labios ajenos, dedos de manos y pies pasando por frenos sexuales y vuelvo al ataque. Le di el mejor sexo que pude sin penetrarlo, le regale un orgasmo anal metiendo y sacando mi lengua por su entrada y luego bombeo y mamo hasta dejar sus bolas vaciás. Queda tendido, rendido, sobre la seda roja lo beso salvajemente y suelto sus muñecas.

  • Rafaél, te espero en el bar.

Salgo corriendo del box y consulta. Muero de ganas de subirme a él y penetrarlo, como el cuerpo me pide, pero si lo hiciera no sería mi regalo. Subo como puedo a la camioneta, me duele tanto que no puedo si quiera manejar.


Hoy, es el cumpleaños de mi hermano Inti, en la casa aun en su ausencia celebramos el acontecimiento,nos tomamos fotos, así si vuelve algún día se las mostraremos. Sin invitados nos reunimos los cuatro hermanos, mi cuñada Carolina y los gemelos. La casa esta llena de risas, los niños corren de un lado a otro, cierro los ojos e imagino que Rafaél esta acá conmigo, lo amo tanto.

  • ¿Quien desearías que este contigo?
  • Peque, no inventes.
  • Por mas que trato de hablar con mi hermano regalón no lo logro.
  • Epa, jovencita que el día de nuestra cita tú preferiste salir con Aliro a la ciudad.
  • Es verdad....Dime en quien piensas.
  • ¿Qué sabes tú peque?
  • Si sé, se que cuando uno esta rodeado de gente y cierra los ojos con esa expresión tuya en el rostro es porque piensas en quien amas. No soy tonta Pablo, se que te ves con alguien.
  • Es un sueño, nadie entendería.
  • ¿Te ama?
  • Si.
  • ¿Lo amas?
  • Si. Pero es muy difícil.
  • No mas difícil que el amor que yo tengo.
  • Quieres contarme.
  • No. Pero necesito desahogarme....Estoy enamorada de un hombre mayor, de la edad de Aliro y es tan grande mi amor que estoy dispuesta a luchar contra todos y todo. Me entregue a él, Pablo y fue lo mejor que me paso en la vida, cada vez que lo veo o me roza, bueno yo, yo me derrito. Es el amor de mi vida.
  • ¿Mili...dime...quien es y como te acostaste con él?
  • No....pero lo amo y se que tú también amas a alguien.
  • ¿ De la edad de Ali?
  • Si.
  • Te protegiste, supongo. ..Ya veo, no.¿ Tiene familia?
  • Todos tenemos familia, hermano.
  • Eres menor de edad...
  • Ya veo que estas molesto, me voy a jugar con los niños. Pero en mi puedes confiar como yo lo hice en ti.

Y se fue, la muy, la muy...me paro y me acerco a Aliro ¿ Y que le digo? La niña de la casa ahora es mujer, es capas de golpearla y nunca lo a hecho, no sera por mi tampoco que lo haga. Camino donde Mateo, esta con Carolina.

¿Dios es que quieres que cargue con lo de ella y lo mio yo solo?

Andado llego a la cocina, me sirvo agua y salgo de nuevo al salón. Espero pacientemente a que se vaya la visita. A eso de las siete, me voy a casa de Rafaél, sin despedirme de nadie.

Entro en la casa él no esta, si que preparo algo de comer para cuando llego, pongo en la mesa los platos y servicios, como encuentro verduras preparo ademas una ensalada. La pasta esta en su punto cuando escucho el motor de su auto, los termino de preparar juntandolos con una salsa. Cuando el entra estoy colocando la pasta en la mesa.

  • Que sorpresa amor.
  • Si quería contarte algo y me vine sin avisar.
  • ¿Pasa algo malo?
  • Yo creo que si. Anda a lavarte las manos y conversamos mientras comemos.

Así lo hace y se sienta frente a mi. Agradeciendo la comida mientras habré una botella de un buen tinto.

  • ¿De que se trata?
  • De mi hermana.
  • Ah...escucho.
  • Se acostó con un miserable de la edad de Aliro. (Escupí las palabras, él me toma una mano).
  • Es una mujer entonces, ahora tienes que darte cuenta tú de eso ¿ Como te enteraste?
  • Ella me contó...eso era de lo que quería hablar ese día en que nos juntamos en la consulta y... y...(tomándome la cabeza con las manos) No se que hacer Rafa.
  • Tranquilo amor, si te tuvo la confianza para contarte, no puedes defraudar esa misma confianza. ¿Esta enamorada o fue por experimentar?
  • ¿Experimentar? Así se le dice a andar de puta por la vida....¡Mierda! Si es mi niñita pequeña, mi peque, la guagua de la casa. Me dijo que estaba enamorada y que su relación también era difícil.
  • ¿También? Pablo que dijiste...
  • Nada, no te preocupes. (Me levanto de la mesa). Es mejor que me vaya.
  • No, por favor, quedate y hablemos.

Me toma la mano otra vez y me lleva la sillón, me sienta. Vuelve a la mesa y trae las copas y el vino, olvidada ya la cena, se acomoda al lado mio.

  • ¿ Por qué te dijo que “también” era difícil su relación?
  • Lo del también que tanto te molesta, es porque me pregunto que con quien salia y si me amabas y yo te amaba, le respondí que si estaba con alguien y que era complicado, a ella pareció importarle solamente que nos amaramos.
  • Es natural, ella pasa por algo parecido ¿ Que edad tiene Aliro?
  • Treinta y ocho, oh dios, es mayor que tu y yo.
  • Mili tiene casi dieciocho, son veinte de diferencia y ¿Es casado?
  • No sé, le pregunte si tenia familia y me contesto la muy zorra que todos tenemos familia.
  • Astuta la “mujer”... tomo precauciones...condón, pastillas o algo ¿Sabes?
  • No, no uso nada.
  • Traémela a consulta.
  • Aliro o Mateo se preocuparían, no puedo.
  • Traela a casa y vemos como cuidarla.
  • Esta bien...

Volvimos a la mesa, y comimos pasta fría. Luego nos sentamos a conversar de otros temas hasta que llego la hora de volver a casa.

Al otro día, a la hora del café, le digo a Ali que tengo que ir al pueblo por un tramite y que me llevo a Milagros en la camioneta al colegio. La peque se llega a la cocina media hora después que Ali se va a trabajar, con los ojos a medio abrir, se va directo a la cafetera, se sienta en la mesa café en mano y me ve recién.

  • ¿Qué haces acá?
  • Te voy a llevar al colegio.
  • Oye...no me trates como una niña por lo que te conté.
  • Vamos a llegar al colegio, voy a hablar con tu directora y vamos a ir al medico.
  • No, ¿Que voy a responder cuando me pregunten si estoy enferma?
  • La consulta en la mañana esta cerrada, Rafaél nos espera en su casa.
  • Esto es insultante...Pablo, dejame ver como....
  • No, vas conmigo y punto.

Luego de que Mili termino con su rutina matutina, nos fuimos primero al colegio y luego a ver a Rafaél. Tocamos el timbre y él nos abrió invitándonos a pasar. Yo como acto reflejo me saque el abrigo y lo colgué en el ropero. Me di cuenta de lo que hice cuando la peque me miro y levanto una ceja. Rafaél salvo la situación, yendo al punto de las relaciones y el sexo, lo abordo como lo que es, un gran medico. Milagros hablo de su “amor” y contó de su edad, de que era soltero en ese momento, de su primera vez, todo a grandes rasgos. Rafaél le hablo de los métodos anticonceptivos y le dio una receta, le hablo del sida y cuantos riesgos existen al llevar una vida sexual.

  • ¿Te quedo todo claro Milagros?
  • Si. Gracias.
  • Creo que esto es todo lo que podemos hacer Pablo, ahora es una mujer la que tienes de hermana.(Me lo dijo mirándome a los ojos y tocándome la espalda suavemente).
  • Eso parece que es una mujer ahora.
  • Si hermano regalón soy a una mujer ( me abraza mientras lo dice). Gracias a ti también (dice a Rafa acercandoce a besarle en la mejilla) cuñado.

Nos quedamos como estatuas, blancos y estáticos.

  • Me di cuenta a penas entre, ya me parecía raro que me trajera aquí contigo y no me llevara a la ciudad, por las murmuraciones. Pero cuando se saludaron les brillaron los ojos a los dos, sumemos también como se miran y se tocan ( se ríe). Y la cara que pusiste cuando te fuiste directo al armario.
  • Milagros, callate, no sabes lo que dices....
  • Espera Pablo. Mili es verdad lo que dices.

Me quedo de piedra nuevamente, jamás pensé que Rafaél reconociera ante nadie lo nuestro.

  • Fui yo quien llevo a tu hermano a esta vida. Si que si vas a odiar a alguien que sea a mi.
  • ¿ Puedo abrazarte de nuevo?....Gracias, por defender a mi hermano, pero uno sabe lo que hace cuando encuentra su hogar en otra persona, me alegro si son felices y el día que quieran contar al mundo lo vuestro, me usan a mi de escudo para protegerlos.

Con los ojos llenos de lagrimas, levanto a mi Mili en mis brazos, es una pequeña idiota por meterse en una relación tan complicada como la de nosotros, pero mi amor por ella crece por su incondicional apoyo. Miro a mi hombre, esta tan emocionado como yo, con una sonrisa en los labios.

Mucho mas tarde nos vamos a casa Milagros y yo. Me dice que en esta familia lo que falta es que baje un ángel para llenarnos, de como reza su nombre, milagros.


Dos meses mas tarde nos encontramos Aliro y yo en la cocina por la noche, ambos no podíamos dormir y habíamos bajado cada cual por su cuenta en busca de algo que ayudara al sueño. Nos pusimos a conversar, mi hermano me habla lento con ese amor de hermano mayor que pocas veces sale a flote de parte de él, me cuenta que llevaba mucho tiempo preocupado por mi, que veía que yo trabaja, hacia gimnasio y que rara vez salia al bar y que por un momento pensó que me estaba convirtiendo en un solterón como él. Yo lo escuchaba atentamente. Aliro se para nervioso y me pone un vaso con licor en la mesa y otro para mi.

  • Pablo, pero ya me di cuenta que no eres, ni seras como yo. Y me alegro mucho por ti. Con un solterón en la familia basta.
  • No entiendo...
  • No entiendes que yo no quiera que seas un solterón, se que todos creen que soy mal genio y gruñón porque sigo sin pareja estable, que me hago viejo y sigo solo (se puso colorado y se levanto, mirando por la ventana y su trago en la mano). Y también se que no quiero eso para ninguno de ustedes. Estoy feliz por ti, porque por casualidad (bebe un sorbo de licor) te escuché hablar con Milagros.
  • Espera ahora escuchas conversaciones ajenas. (me indigne era lo único que me quedaba por hacer sabiendo lo que venía)
  • El punto Pablo es que se que estas en una relación y se que es con Rafaél.

Se gira y se acerca a la mesa, se sienta frente a mi y pone su mano en mi brazo. Yo lo miro incrédulo, con la garganta seca y el corazón palpitante.

  • Después de enterarme, acorrale a Mili para que me contara todo lo que sabía. Me dijo que ella creía que llevan algún tiempo.
  • Ya...
  • Y que los había observado juntos en una ocasión y que se les escapa el amor y esas cosas románticas que dicen las mujeres.
  • Yo...
  • Espera dejame decir, todo lo que tengo dentro...No te voy a mentir diciendo, que en un principio me alegre. Por el contrario me dieron ganas de llorar y no por que fueras...homosexual...sino porque no quiero que te discriminen y te hagan daño, no quiero que tengas que vivir escondido de todos, no quiero eso para ti, para ti no (me dice apretándome el brazo con excesiva fuerza). Quiero que sepas que tienes mi apoyo y que Rafaél sera bienvenido en nuestra casa, que al menos aquí no tienen que fingir solo una amistad. Y por favor, no la tomes con Milagros.

Se fue de la cocina dejándome en shock. Termine de tomarme el trago.

Y camine a mi dormitorio, de camino pase por el cuarto de Mili, entre y me fui a su cama. La desperté suavemente, ella abrió sus ojos y me sonrió, la senté suavemente aun dormida prácticamente en la cama y la abrace con tanta fuerza que me pareció que la iba a romper, ella se empezó a reír muy fuerte, preguntándome que que me pasa, mientras yo le digo que la quiero mucho, que era un sol de hermana y muchas cosa mas. Ella reía a carcajada limpia diciéndome que lo sabía, la muy egolatra, de pronto llega Aliro y como cuando eramos niños y nos pillaba jugando se abalanzo a nosotros a darnos de cosquillas, nos miro a cada uno de nosotros de modo especial y nos abrazo diciéndonos que nos amaba. Luego de un rato en que nos reímos y conversamos de todo y de Rafaél también, nos fuimos a dormir.

Al terminar al otro día mi jornada de trabajo me voy a casa de Rafa. Al entrar al salón, lo encuentro serio, muy serio, mi sonrisa murió en mis labios.

  • ¿Qué pasa?
  • Mis padres vinieron a verme hace poco rato.
  • Y...
  • Y quieren que conozca a una persona que encuentran ideal para mi.
  • Ah...¿Lo vas a hacer?
  • No, Pablo tengo treinta y cinco años, tengo una casa y un buen sueldo, un hombre que me ama. Me duele que insistan en meterse en mi vida, que insistan en nietos y familia. Me duele no poder cumplir sus expectativas y me duele que nunca nadie nos de la oportunidad de mostrar nuestro amor sin discriminarnos.

Lo abrazo con amor y le lleno su cara de besos, a mi igual me duele lo de los niños, pero al menos tengo sobrinos.

  • Mi amor yo igual tuve una conversación con mi familia.
  • ¿También tú? Por último tienes a la peque que te apoya.
  • Nos apoya, a los dos. Aliro hablo conmigo anoche y me dijo que sabía que estaba contigo...te manda un mensaje.
  • Que me aleje de ti....
  • que eres bienvenido en casa.

Me miro, por fin, con alegría en los ojos. Me abrazo y río, como anoche yo y mis hermanos, le conté toda la historia y el con incredulidad me pregunto si es verdad.

Esa noche con muchos nervios fuimos a cenar a casa, a la casa de mi familia. Lo recibieron como un miembro mas, la peque le decía cuñado a cada momento y le brindaba caricias de apoyo de vez en cuando, que orgulloso estoy de ella. Y que orgulloso también estoy de Aliro, que se comporto con naturalidad y respeto. Por la noche lo fui a dejar.

Le prepare la tina llegando a su casa, para liberar tensiones, mientras el sirve dos copas de vino.

Entra al baño dejando las copas al borde de la tina. Me desabrocha la camisa negra que traigo puesta por el frente dejadola abierta tocando mi torso y mi pecho con los nudillos de sus manos y la palma abierta como es levemente mas pequeño que yo, le toca empinarse para besarme en los labios solo un beso cariñoso, luego besa mi cuerpo sin vestir bajando hasta arrodillarse en el frió suelo del baño, con sus manos desabotona el jeans plomo que llevo puesto y baja el cierre, bajando inmediatamente un poco del mismo, dejando al descubierto mi calzoncillo blanco, toca mi pene erecto atraés de la delgada tela, toma el borde y saca mi sexo llevándoselo a su boca sin sacarlo de ahí me baja el pantalón hasta los muslos y se entrega a la labor de mamarme y estrujarme los testículos con la mano que le queda libre. Me empuja hasta el amplio lavamanos sin él levantarse del suelo, me siento sobre el mueble y el termina de desnudarme sin sacar jamas mi sexo de su boca, cuando estoy en completa desnudez él se para besando en el proceso mi estomago, mis hombros y mi boca. Se saca su ropa hábilmente la polera vuela por sus brazos y cabeza y su pantalón de mezclilla cae al suelo junto a sus bóxer, calcetines y zapatos prácticamente no veo. Así desnudos entramos al agua caliente de la tina. Él se sienta con las piernas abiertas y me sienta a mi entre sus piernas, en mi espalda su pene golpea constantemente mi espalda, sus manos comienzan a enjabonarme todo mi cuerpo estirándose para llegar incluso a mis pies. Yo me dejo querer. Cuando me tiene excitado y enjabonado de tal forma que mi piel esta resbaladiza me levanta de las ancas y me deja caer sobre su sexo inhiesto empalandome de una sola vez, dándome estocada tras estocada hasta acabar ruidosamente en mi y haciéndome acabar junto con él en el agua de la tina, no hubieron besos, ni caricias, solo sexo y placer. Nos enjuagamos juntos en la ducha, al salir desnudos y mojados, recién nos besamos, tomamos las copas olvidadas de vino y nos fuimos a la cama. Antes de dormirnos me dice que antes que termine el año, le contara a su familia, que me ama.

Y ocurrió mi milagro.