Un masaje diferente

Mi mujer me sorprende con un masaje increible

Era de noche, y estaba cansado. Mi mujer había subido hacía unos quince minutos a la cama, y esperaba encontrarla ya casi dormida. No esperaba follar, ella estaba en “esos días”. Así que apagué la tele, me lavé los dientes y subí hacia nuestro dormitorio.

Al entrar, no esperaba lo que encontré: había luz tenue, con música de fondo, y unas velas encendidas. Encima de la cama, había un conjunto de toallas tendidas, y mi mujer estaba de pie, junto a la cama, con un short blanco cortito, que sabe que me pone a cien, pués deja entrever parte de sus nalgas, y una camiseta blanca ceñida al cuerpo, que dejaba adivinar que no llevaba sostén… y que tetas Dios!, que tetas tiene mi señora, una copa cien con un pezon redondo y grande me pone a mil…

-Hola, soy Júlia, su masajista de hoy – Dijo –

-¿Y esto? -pregunté divertido-

Ella siguió metida en su papel:

-Quítese la ropa, y túmbese en la cama, avíseme cuándo esté listo.

Bueno, no sabía de qué iba aquello, normalmente los masajes se los daba yo a ella… pero no iba a desaprovechar la ocasión de descubrirlo. Así que me quite la ropa, y me tumbé desnudo, boca abajo, en la cama.

-Ya estoy listo, señorita -le seguí el juego-

Noté una toalla cubriéndome, desde el inicio de la espalda hasta el final de los glúteos. Sus manos, cubiertas en aceite, empezaron a frotarme la espalda. Buf, que gusto. Sabía lo que se hacía. Tras un rato concentrada en mi espalda y brazos, bajo a mis piernas, y estuvo masajeandolas un rato, primero los gemelos, luego la parte superior, pero sin llegar a rozarme los glúteos, ni siquiera la polla o los huevos. En fin, pensé, será un masaje relajante y nada más. No estaba mal la idea, porque lo hacía muy bien y me estaba relajando un montón.

Me pidió que me diese la vuelta, y así lo hice. Como una profesional, dejo la toalla tapándome mis partes íntimas. Debía notarme un bulto considerable, pues verla tan sexy me ponía a mil.

-Ahora, póngase esto y relájese- dijo, pasándome un antifaz por la cabeza. Así, me quedé a oscuras, ya a merced de aquellas maravillosas manos. Empezó a frotar mis hombros, mi cabeza, bajando hacia mi vientre. Estaba detrás mía, y al bajar hacia mi abdomen pude notar sus tetas frotando mi cara… mi polla dio un respingo. Siguió con el masaje, bajando ahora a mis piernas, pidiéndome que las abriese un poco para poder trabajar mejor. Después de un rato, noté sus manos cada vez más cerca de mi ingle… mi polla iba a reventar.

-Le molesta la toalla, caballero? – dijo- Se la voy a quitar, si le parece bien.

Dicho y echo, me quede ahí tumbado, en pelotas, con la polla tiesa, mientras sus manos seguían acariciando mis piernas, mis ingles, mi abdomen. En cada subida hacia mis ingles, notaba sus dedos rozando mis huevos…. buf, me ponía a mil pero no sabía de que iba.. -¿porque no me la chupaba ya, porque no me la acariciaba, porque no me “aliviaba”?..- Me tenía a mil, y lo sabía, pero seguía con su masaje, como una profesional.

-Hace calor aquí, -dijo- si no le importa me pondré algo más cómoda.

No tenía ni idea de que había hecho, pero escuché ropa cayendo al suelo…

-Dese la vuelta nuevamente- me dijo- Y suba la barriga, le voy a poner algo debajo.

No entendía muy bien, pero cuándo me dí la vuelta, noté unas almohadas bajo mi vientre, de manera que se quedó mi culo “levantado”, con mi polla asomando, tiesa, boca abajo. Como si estuviese a cuatro patas, vamos.

La noté detrás mía, y volvió a empezar a acariciar mis piernas. Situada entre ellas, me oblígó a abrirlas, exponiendo más mis huevos y mi polla, exponiendo más mi culo a su visión. Siguió acariciando y subiendo, esta vez si llego a mis glúteos, y los masajeaba con fuerza… me gustaba. En cada apretón que daba, notaba mi culo abríéndose y cerrándose. A veces recorría mi espalda hacia arriba en sus carícias, y notaba sus tetas en mi culo, en mi espalda… Dios, me estaba poniendo a mil. Mi polla iba a reventar, y ni siquiera la había tocado. Tras un rato de masaje en el culo y espalda, note un chorro de aceite cayendo por la raja de mi culo…

-Uy, perdone, se me ha escapado- dijo- Qué metida en el papel estaba, y que bien lo hacía, joder. Enseguide sus dedos recorrieron el aceite caído, acariciando mi raja, mi ano, llegando a mis huevos, masajeandolos con la mano… joder, que rico. La mano bajo hasta mi polla, en un rico sube y baja, me la agarró con fuerza… pero la soltó, joder, la soltó y volvió a mis huevos, a las suaves caricias… una mano me masajeaba los huevos, a veces acariciaba mi polla, y la otras me agarraba una nalga y me abría y cerraba el culo. En una de esas, la mano que agarraba la nalga dejó el culo “abierto” y la que masajeaba los huevos subió hasta mi ano, empezando a frotarlo con un dedito. Que rico, mi mujer ya me había follado alguna vez el culo con un dedo, pero esto era diferente. Parecía no tener fin. Además, era una postura nueva. El dedito fue jugando, dilatando, abriendo, entranto despacio…

  • Le gusta señor?
  • Mmmmmmm – sólo pude exclamar-

De repente salió de mi, y noté que apoyaba algo en la entrada de mi ano. Ese “algo” empezó a vibrar. Reconocí lo que era, era un “plug” anal que alguna vez había utilizado. Noté como se iba ensartando en mi…. no pude evitar cogerme el culo con las manos y abrirlo, para facilitarle la entrada. Joder, esa noche no esperaba follar, pero menos que me follaran a mi. De repente noté algo en la punta de mi polla…. era su lengua! Se había tumbado boca abajo entre mis piernas, y mientras me follaba con el plug, me empezó a chupar la verga…. lo hacía despacio, a lametones, pero me encantaba….

-Avíseme si va a terminar, señor, no quiero que termine así….

-Pués para, para- le dije-

Paró, pero me dejo el plug insertado en el culo….

-Dése la vuelta- me dijo-

Me volteé, con el culo abierto con ese aparato metido en mi… y con la polla que iba a reventar. Noté como se sentaba encima mio…

-Quítese el antifaz, caballero-

Me quité la venda, y pude verla sentada en tanga, encima de mi polla dura, frotándose, con esas tetas preciosas que me abalancé a chupar….

-No te molesta el aparato? -me dijo-

-No -respondí- estoy a mil.

-Túmbate.

Me eché atrás, y vi como ella se giraba y me dejaba ver su precioso culo….

-Estoy con la regla, no me vas a follar, pero te correrás en mi culo….

Joder! Era demasiado. Cogió mi polla con una mano, y la apuntó a su culito. Supuse que se había estado dilatando o jugando mientras tenía los ojos tapados, pues a veces tenemos sexo anal y usamos lubricante. Mi polla no entraba, estaba demasiado dura, pero el roce de su ano, en mi polla, agarrada en su mano, con el plug en mi culo…….. estallé, estallé en un orgasmo increíble, ballándole de leche su ano, su culo, su mano, mi vientre… mientras el plug salia de mi culo de los mismos espasmos…..

Casi no recuerdo que más pasó. No se si me dormí enseguida, me morí, o lo soñé.

Pero joder, fue el mejor masaje que me han dado en mi vida.

Gracias, cariño. Te amo.