Un martes cualquiera, pensando en sexo en la ofici
Mi vida es aburrida pero poco a poco me irán conociendo.
Otro día más en la oficina sin nada que hacer, suspiro y miro de un lado a otro, distraída, no tengo un cliente asignado por lo que paso las horas en la oficina central sin mucho que hacer, hace un mes que estoy en esta situación, me aburro como una ostra. Sinceramente me siento desmotivada, pero no es el momento de cambiar de trabajo, así que sigo viniendo a cumplir mi horario, y así paso nueve horas sentada en una silla viendo cursos y fantaseando con una vida que no tengo. Miro el reloj cada tanto y los minutos pasan lentos.
De pronto veo que llega el CEO de la empresa y le escucho hablar francés, como siempre, me gusta mucho el francés, falta poco para la hora de comer, me saltaré el almuerzo y creo que voy a llamar a Manuel para que venga por mi, quizá después de una hora de sexo salvaje me haga volver más relajada.
Manuel es un chico que conocí por Tinder, quedamos para follar hace un par de años, cuando estaba recién llegada a Madrid, me sentía sola, es muy duro emigrar, desde ese entonces frecuentamos, le veo solo cuando uno de los dos tiene ganas. Siempre esta dispuesto para mi y yo procuro estar también para él, el sexo es muy importante en mi vida. Manuel es un chico alto de piel morena y ojos verdes, le gusta hacer ejercicio y comer saludable, se ve muy bien la verdad.
Quisiera decir que soy una mujer joven, guapa y exitosa, pero la verdad es que estudie Trabajo Social en mi país y ejercí por muy poco tiempo, al emigrar a Madrid fui teleoperadora por dos años en una empresa de Banca, aprendí muchísimo, pero después de tanto tiempo estaba quemada, no quería ir al trabajo, los horarios eran rotativos y los domingos la pasaba fatal, los clientes siempre estaban enojados y pagaban su estrés con nosotros, hace casi un año deje mi trabajo pedí un préstamo y hice un curso de desarrollo web intensivo, no tenia un plan B así que esperaba que saliera bien, al mes de terminarlo conseguí empleo, buen sueldo, bolsa de formación, no me puedo quejar pero después de tener un Micromanager de jefe y que este pidiera rotación de personal mi vida se ha vuelto insufrible, en resumen, esa ha sido mi vida en los últimos años.
Soy una mujer de 26 años que disfruta de las cosas sencillas de la vida, como leer y tomar un café, no suelo ir de fiestas, tengo un cabello largo y rubio que suelo llevar peinado con ondas que caen sobre mis pechos, me gusta arreglarme, tener la manicura hecha, usar maquillaje y perfume. Siempre fui muy delgada pero estando en Madrid aumenté unos cuantos kilos, me sigo viendo bien, y me gusta mi cuerpo, suelo llamar la atención a donde voy, aunque por lo general suelo trasmitir mucha seriedad, quienes no me conocen pueden pensar que soy una mujer fría y distante, pero la verdad es que soy reservada y que esas cosas tienen su espacio.
Me decido a llamar a Manuel, me contesta medio dormido, pero como siempre mi fiel amante me dice que vendrá por mi en 30 minutos, estoy lista para la acción.