Un lunes por la mañana

Pablo (Concepto) me sorprende un lunes por la mañana con una sesión de sexo deliciosa.

El otro día, mi chico, Pablo ( aunque aquí le conocéis como Concepto),  me enseñó el relato que mandó a esta página contando nuestra aventurita con el ginecólogo. Al leerlo y recordar todo aquello, lo mucho que me excité, lo muchísimo que disfruté,  me calenté muchísimo y él no estaba por aquí así que me las tuve que apañar sola, pero eso es otra historia.

Bueno, la cosa es que eso de contaros nuestra vida sexual me resulta muy excitante, así que he decidido mandaros otra de nuestras aventurillas.

En esta ocasión no hay terceros, ni cuartos, estamos solos Pablo y yo, Violeta ,( aun no me había presentado).

Era lunes por la mañana, los lunes no trabajo, Pablo se había levantado muy temprano para irse a trabajar y yo me había quedado en la cama aprovechando para dormir hasta tarde. Estaba profundamente dormida cuando noté algo cálido en una de mis orejas, un aliento, un susurro que me hizo despertarme lentamente, suavemente. Abrí los ojos, y allí estaba Pablo, desnudo, arrodillado sobre la cama, su polla aun blanda, colgaba entre sus piernas como una gran morcilla, siento el símil culinario pero la tiene especialmente gorda y si no esta empalmado del todo parece una grande y deliciosa morcilla.

-Se ha anulado la reunión que tenía y me he tomado el día para estar contigo.- me dijo.

Yo estirándome, medio dormida, alargué la mano para agarrar su polla y acercarlo a mi. Pablo se aparto un poco, y, poniéndose  un dedo en la boca, me dio a entender que no dijera nada, que me mantuviera en silencio. Ese tipo de cosas me gustan mucho, dejar que me sorprenda.

Se acercó, de rodillas, a mi, yo tenia su polla oscilando frente a mi cara, estaba bastante excitada. Muchas veces me despierto excitada.

La sensación calida que me había despertado, había sido el aliento de Pablo, acercó su boca otra vez a mi oreja y me dijo:

-       No digas nada, quédate como estás y cierra los ojos.

Le obedecí. Empecé a notar su aliento más húmedo en mi oreja, mientras me quitaba la sabana que cubría mi cuerpo desnudo, empezó con su lengua a jugar con el lóbulo de mi oreja. Con su lengua empezó a recorrerla, el lóbulo, pasó su lengua húmeda por todo su alrededor, empezó a hacer círculos cada vez mas pequeños, introduciendo cada vez mas su lengua en mi oído, dejando la humedad de su saliva allí por donde pasaba, yo notaba la humedad calida de su saliva y su aliento y un escalofrío me recorrió el cuerpo, empezando en mi oreja y acabando en la punta de mis pies.

No se detuvo allí más de un minuto, pero yo ya notaba como me iba excitando, yo seguía con los ojos cerrados y suavemente Pablo me beso mi ojo izquierdo, lento, calido, luego me beso mi ojo derecho, dejando algo de su saliva sobre mi parpado. Recorrió mi cara con sus labios, rozándome con la lengua, hasta llegar a mis labios, me humedeció los labios con su saliva, la punta de su lengua los recorrían lentamente, dejándolos húmedos y calientes, mi aliento se mezclaba con el suyo nada más dejar mi boca. Su lengua empezó a abrirse paso entre mis labios, primero se encontró con mis dientes pero empujando un poco los logró abrir lo suficiente como para que su lengua inundara mi boca y se encontrara con mi lengua, mezclándose nuestras salivas, nuestros alientos. Empezó a absorber con su boca hasta que logró llevar mi lengua a su boca, ahora yo estaba dentro de el, y notaba cómo el me saboreaba, notaba su excitación, su ansia de mi, yo estaba muy excitada, notaba la humedad entre mis piernas.

Finalmente Pablo dejo de succionar mi lengua y permitió que saliera de su boca. Rozándome con sus labios y su lengua recorrió todo mi cuello, besándome, chupándome, desde la parte de atrás de la oreja hasta la parte de atrás de la otra oreja, dejando un collar alrededor de mi cuello de saliva, calor y deseo.

Sus labios continuaron descendiendo por mi cuerpo desnudo, rozando mi hombro llega debajo de mi brazo donde entierra su cara, noto su calor, su aliento, besándome, rozándome con la punta de la lengua asciende hacia mis pechos y los rodea, milímetro a milímetro besando y chupando todo su perímetro. Mis pezones están duros, deseo que llegue a ellos, que los chupe, los muerda, pero Pablo se entretiene pasando la punta de su lengua entre mis pechos. Yo sigo con los ojos cerrados, noto como Pablo está sobre mi, el sólo me toca con sus labios y su lengua, pero en ocasiones, noto como su polla ya dura me roza la tripa, una mano, en alguna ocasión se engancha entre mi brazo y mi cadera, la noto dura y un poco húmeda, saber que esta allí recorriendo todo mi cuerpo, tumbada, desnuda, dejándome hacer a su antojo hace que mi excitación aumente.

La boca de Pablo sube por mi pecho, su aliento lo recorre, llega a uno de mis pezones, noto como su lengua lo humedece, de repente sus labios lo rodean por completo, como una ventosa, todo mi pezón está en su boca, su legua lo frota, el absorbe más, como si quisiera absorber todo mi pecho, siento un poco de dolor, su boca suelta la presa, mi pezón esta húmedo con su saliva, sopla sobre el, mi pezón se enfría y endurece, está duro, puntiagudo, desafiante, me empieza a recorrer un escalofrío por todo el cuerpo cuando lo atrapa entre sus dientes, el escalofrío primero se convierte en una oleada de placer y excitación, y, a mediada que sus dientes aprietan más y más, se convierte en un delicioso dolor, excitante, un suspiro se escapa de mis labios.

Recorre toda la distancia que hay entre uno y otro de mis pechos rozando mi piel con la punta de su lengua, dejando un reguero de humedad y calor sobre mi. Mi otro pezón sufre el mismo delicioso castigo, es absorbido, enfriado, mordido, deseado. Una vez que ya ha dejado mis dos pezones duros y doloridos, su boca, su lengua continúan su viaje por mi cuerpo.

Dejando un reguero de saliva sobre mi estomago, su lengua llega a mi ombligo, poco a poco, cada vez haciendo círculos más pequeños, su lengua entra en el, su saliva lo ha inundado y desborda cuando su boca, su lengua, lo presionan.

Desde mi ombligo hasta mi coño, la distancia no es mucha, la perspectiva de tener sus labios, su lengua, sobre él, hace que la humedad entre mis piernas sea cada vez mayor, no puedo evitar el impulso de abrirlas para dejar el paso libre para que pueda llegar con facilidad allí donde quiero que esté.

Los labios de Pablo, su lengua, bajan por mi tripa, pero unos milímetros antes de llegar a mi coño, cuando ya noto el calor de su aliento en mi sexo, desvía su camino. Un reguero de su calida saliva une mi tripa con mi cadera,  allí por donde ha pasado la boca de Pablo, el calor de su boca da paso a el frescor que produce su saliva al evaporarse de mi piel, todo mi cuerpo arde de deseo, noto la humedad entre mis piernas, mis pezones duros, mi respiración se va acelerando y Pablo empieza a recorrer mi pierna con sus labios.

Con suaves besos, rozándome con la punta de su lengua, Pablo recorre mi pierna, el tiempo se ha detenido, no hay nada más que su boca y mi deseo, mi muslo, pasa la lengua por detrás de mi rodilla, un escalofrío recorre mi cuerpo, su aliento sobre mi espinilla, mi empeine, noto su calor en los dedos de mis pies, sus dientes, su lengua, sus labios los atrapan uno a uno, lentamente, deteniéndose en cada uno de ellos, saboreándolos, pasando la lengua entre ellos, su calor, el frío que siento al evaporarse su saliva, su lengua húmeda deslizándose entre ellos, sus dientes aprisionándolos suavemente, sus labios, calidos, su aliento, yo excitada.

Su boca comienza a regresar ascendiendo por el camino contrario al de su descenso, ahora me doy cuenta que antes había bajado por el exterior de mi pierna y ahora sube por el interior, por donde la piel es mas sensible. Yo abro mis piernas un poco más, tengo que dejar el camino libre.

Sus labios rozan suavemente el interior de mis muslos, ahora los besa, los toca ligeramente con la punta de su lengua, noto su aliento alternativamente en cada uno de mis muslos, poco a poco va subiendo, sus labios, su lengua, cada vez están mas cerca de mi coño.

Siento su aliento sobre mi coño, pero sus labios, su lengua, aun no lo tocan, noto la humedad entre mis piernas, ¿es la humedad de mi sexo o su saliva?, no me importa, solo quiero que continúe.

Inesperadamente, las manos de Pablo me agarran por el culo y me levanta lo suficiente para meter una almohada entre la cama y mi culo. Una buena idea, pienso, el acceso será mas fácil. Todo sucede en un segundo, de repente me encuentro tumbada sobre la cama, con las piernas dobladas, apoyando mis pies sobre el colchón y con una mullida almohada que levanta mis caderas.

Sólo ha utilizado sus manos un momento para situarme exactamente como desea que esté. Ahora ya sólo noto su calido aliento sobre mi coño, suavemente con la punta de la lengua empieza a rodear mi coño, sin tocar mis labios ( ya sabéis a que labios me refiero) lo va recorriendo, pasa su lengua por el espacio que hay entre mi pierna y mi sexo, desde abajo, sube, suave, lento, solo un roce, llega a la altura de mi clítoris, despacio, desciende por el otro lateral de mi coño, sin llegar a tocarlo, pasa su lengua entre mi coño y mi ano, yo me estoy volviendo loca. Vuelve a empezar, un lateral, la parte superior, sin llegar a tocar mi clítoris, el otro lateral, el espacio entre mi coño y mi ano, mi respiración es cada vez mas rápida, mis piernas tiemblan ligeramente de excitación, noto mi coño húmedo, Pablo sigue con esa deliciosa tortura, una y otra vez, mi respiración se está convirtiendo en un jadeo.

Ha parado, sobre mi clítoris noto algo fresco, suspiro de placer, Pablo está soplando sobre el. La punta de su lengua lo roza, su saliva se mezcla con la humedad de mi coño, poco a poco, lentamente, su boca empieza a recorrer mis labios, esta vez los círculos son sobre ellos, ya no los evita, pasa su lengua por uno, luego por mi clítoris y luego por el otro, de vez en cuando se para, y atrapa uno de mis labios entre sus labios y, dentro de su boca, lo masajea con la lengua. Yo permanezco quieta, respirando suavemente pero muy rápido, me fuerzo para no moverme, no vaya a ser que su boca se separe de mi coño, no lo podría soportar.

La punta de su lengua sube por mi sexo, desde abajo asciende separando mis labios hasta llegar a mi clítoris, sus labios lo atrapan y su lengua juega con el, lo humedece, yo no puedo soportarlo y me retuerzo, los brazos de Pablo sujetan fuertemente mis piernas, su boca esta pegada a mi coño, noto su calido aliento en el, su lengua empieza a explorar mi interior, entra, sale, se encuentra con mi clítoris, sus labios atrapan uno de mis labios, entra en mi su lengua, sale, explora, mi respiración es cada vez mas rápida, voy a  tener un orgasmo, su lengua vuelve a estar en mi interior, mi clítoris entre sus labios, noto como su lengua se mueve dentro de mi, mis piernas se cierran sobre la cabeza de Pablo atrapándole entre ellas, su lengua, sus labios, mi coño. No soporto más, tengo un orgasmo, largo, la lengua de Pablo juega con mi clítoris mientras yo jadeo, me retuerzo, noto como mi interior se contrae, una ola de placer me recorre el cuerpo.

Mis piernas se relajan y se vuelven a contraer en otra oleada de placer, me pasa esto tres o cuatro veces, estoy temblando, su boca sigue sobre mi coño.  Finalmente mis piernas se relajan y sueltan la presa que habían atrapado, sigo temblando un poco.

Intento incorporarme pero Pablo me detiene, me tumba de nuevo, pero esta vez boca abajo. La almohada que antes le facilitó el acceso a mi coño, ahora en mi cintura, empuja  mi culo hacia arriba.

Oigo como saca algo de una bolsa de plástico. Un liquido frío se derrama sobre mi espalda, una onda de excitación me vuelve a recorrerme el cuerpo.

Con sus manos firmes, Pablo empieza a frotarme la espalda, sus manos resbalan por mi espalda extendiendo lo que parece aceite para niños. Recorre mis hombros, mis brazos, primero uno y luego el otro, cubriéndolos perfectamente, dejándolos resbaladizos. Sus manos recorren mi cuerpo, firmes, dejando cada unos de mis músculos relajado. Sus manos pasan entre el colchón y mis pechos, sus dedos se van enganchando uno a uno en mis pezones, que vuelven a estar duros.

Con fuerza extiende el aceite sobre mis caderas y mis nalgas, embadurna mis piernas, cada vez que sus manos suben por mis muslos y rozan mi coño, siento un latigazo de placer y excitación, aun esta muy sensible y terriblemente húmedo. Sus manos lo rozan una y otra vez mientras amasa mis piernas, se alejan de el para masajear mis pantorrillas, clavar sus dedos en las plantas de mis pies, extender aceite entre mis dedos. Luego vuelven a subir a mis muslos y vuelven a rozar mi sexo, así una y otra vez, así hasta que noto como si mis piernas se hubieran derretido.

Sus manos, sus dedos, vuelven a recorrer mi espalda, clavándose, frotando, amasando como si fuera una tarta, otra vez un símil culinario, cada centímetro de mi piel. Es una sensación dolorosa y agradable a la vez.

De vez en cuando, vierte un poco más de aceite sobre mi, frío. El contraste entre su frío y el calor de mi piel hace que me estremezca.

Pablo se ha puesto entre mis piernas, sus rodillas me han obligado a separarlas. Un gran chorro de frío aceite se derrama sobre mi culo, sus manos se posan sobre el. Sus dedos recorren cada centímetro, extendiendo el aceite, ejerciendo la presión justa para relajar todos mis músculos, en ocasiones siento un ligerísimo dolor por la fuerza de su masaje, es una sensación agradable.

Poco a poco Pablo va desacelerando sus movimientos hasta que para. Mantiene mi ano expuesto, noto como el aire lo refresca, Pablo esta soplando sobre el, vierte un poco de aceite, está muy frío.

Con uno de sus dedos dibuja círculos sobre él, muy suavemente, casi no lo toca, el aceite hace que patine, poco a poco, casi imperceptiblemente, va aumentando la presión. Su dedo se desliza alrededor de mi ano, noto como sus delicados músculos se relajan, un dedo entra en mi suavemente, no profundiza mucho, solo dibuja el contorno de mi ano, presionándolo ligeramente.

Estoy con los ojos cerrados, concentrada en la sensación que me produce el jugueteo de Pablo con mi ano. Cuando noto como un dedo entra en mi coño, entra fácilmente, se desliza en mi ayudado por el aceite que cubre todo mi cuerpo y mi propia humedad. Tampoco profundiza mucho, sólo lo suficiente para doblarse y empujar, desde dentro de mi, el clítoris hacia fuera, donde le espera otro dedo para masajearlo lentamente. Yo jadeo, suspiro, ronroneo, no se que me da mas placer si el masaje en mi ano o la pinza que forman los dedos de Pablo sobre mi clítoris, pero no tengo que elegir, porque tengo las dos cosas, y las dos sumadas me producen muchísimo placer.

Estaba chorreando, jadeando, cuando Pablo paró, de repente nada me tocaba, sus dedos dejaron de jugar con mi ano, mi clítoris fue liberado. Fue un segundo, menos quizá, un instante, pero a mi me resulto la eternidad. Una eternidad interrumpida por un golpe, un mazazo de placer. La polla de Pablo entró suave pero vigorosamente en mi, se deslizó por mi coño, lentamente, explorando mi interior hasta lo más profundo, sentí como si me partiera por la mitad, de mi boca salió un jadeo, un suspiro de placer que vació de aire mis pulmones, como si quisiera dejar sitio a su polla para que entrara mejor en mi.

Ya con su polla en mi interior, sus dedos vuelven a mi ano, su polla entra y sale de mi cuerpo al mismo ritmo que sus dedos exploran mi culo, masajeando mi ano a veces por su exterior y otras por su interior, estudiando sus bordes.

Empieza a follarme lentamente, mi coño envuelve su polla perfectamente, se desliza por sus paredes una y otra vez, entra y sale de mi, cada vez más rápido, sus huevos golpean mi clítoris, que no puede estar mas sensible después de el tratamiento que ha sufrido.

Estoy a cuatro patas, Pablo me envuelve con su cuerpo, me esta follando por detrás sus manos agarran mis tetas muy fuerte, me causa un delicioso dolor, mi cuerpo esta embadurnado de aceite y mis pechos son su punto de apoyo para que yo no me escurra de sus brazos en cada una de sus embestidas, cada vez mas fuertes, más rápidas.

Su polla entra y sale de mi, sus huevos golpean mi clítoris, sus caderas mi culo, Pablo está aferrado a mis tetas, respiramos, jadeamos a la vez. Noto el calor de su pecho sobre mi espalda, su aliento en mi nuca, sus manos en mi pecho y su polla atraviesa mi interior.

Esta dura su polla, quizá más dura de lo que nunca la he sentido, me fallan las rodillas, voy a tener un orgasmo. Lo estoy teniendo cuando noto los espasmos de Pablo dentro de mi, el calor de su semen  se esparce por mi interior.

El placer me derrota, mis rodillas fallan, caigo sobre la cama con Pablo sobre mi y dentro de mi, no puedo controlar los espasmos de placer, mi coño se contrae sobre su polla que palpita en mi interior.

Sin salir de mi, Pablo, se echa a mi lado, su pecho sobre mi espalda, sus brazos abrazando mis pechos, su aliento ya más lento calienta mi nuca, de vez en cuando un beso sobre mi cuello. Así nos quedamos dormidos.

Ahora le voy a dar a Pablo ( Concepto) esto, para os lo mande y lo leais, me temo que a quedado un poco largo, espero que lo disfrutéis,.

Un beso a todos.

Violeta.