Un lunar para un gran recuerdo sexual...

Ayer les hablaba del recuerdo de María una farmacéutica y de su lunar en la cara... Hoy les reseñaré aquel encuentro sexual que me une de por vida a ella.

UN LUNAR PARA UN GRAN RECUERDO SEXUAL...

Ayer les hablaba del recuerdo de María una farmacéutica y de su lunar en la cara... Hoy les reseñare aquel encuentro sexual que me une de por vida a ella.

Hace más de seis años mi Marga y yo comenzamos a frecuentar una farmacia de nuestra residencia actual en un pueblecito más o menos importante de la provincia de Toledo para adquirir productos especiales de parafarmacia para un familiar que vivía en nuestra provincia natal de Ciudad Real, cuando regresábamos algún fin de semana a visitar a la familia.

Aquella sonrisa, amabilidad y simpatía nos cautivó desde el primer segundo.

Nos cruzábamos por la calle y nos parábamos a hablar.

Estaba soltera y aún sigue.

En cada conversación nos avanzaba más sobre su vida, sus aficiones, su familia...

Un día cerca de su casa, nos dejamos invitar a ver su apartamento y tomar algo.

Toda su decoración era especial..., el buen gusto era evidente, sin ostentación pero con clase.

Muchos muebles restaurados por ella, una de sus aficiones más notables.

Nada viciosa en cuanto tabaco o alcohol..., disfrutamos de unos entremeses, una infusión especial de mezcla de tés alemanes..., y larga sobremesa...

Sus ojos querían algo más..., aunque no sabía realmente lo que quería según nos confesó después.

Sentía atracción por ambos..., más por el relatante, ya que su bisexualidad aún no había madurado suficientemente.

Volvamos al momento mágico...

Puse mi mano en su pierna cerca de su mano..., la toque someramente para no abandonarla mas...

Al tocar su mano, una fuerza eléctrica nos embarcó a ambos en una vorágine inesperada de sensaciones y acto reflejos inconscientes...

Marga se dio cuenta y fue  al baño...

Aquel primer beso apasionado, necesitado, incoherente para ella..., la desdobló en sorpresa.

No entendía María lo que pasaba.

Luego nos diría que aquello le parecía irreal...

Cogerle la mano de esa forma tan sensual, acariciando su torso, todo delante de mi esposa..., no conseguiría entenderlo hasta después.

-         No entiendo... (se limitó a decir, bastante nerviosa)

Luego diría que su corazón palpitaba descoordinado...

El beso lo disfrutaba al mismo tiempo que temía ser descubierta por Marga.

Marga volvió y cogió su mano izquierda.

Los tres unidos por las manos no miramos..., sin hablar...

-         Vamos al dormitorio... (Dije)

Como autómata, se dejó llevar...

Aun su mente no lo comprendía, pero su cuerpo lo necesitaba..., pues llevaba años sin ser penetrada y orgasmeada por persona ajena...

La luz le molestaba en su desnudez esplendorosa y sacó un pequeño pañuelo de seda que dispuso encima de la lamparita rosada en la mesita de su lado izquierdo.

Preciosos detalles decorativos en su paredes...

Solo alcanzaba a balbucear...

-         No..., no..., no estoy preparada..., estoy sin depilar... Qué vergüenza...

La dispusimos en el centro..., se dejaba llevar.

Mientras yo la besaba, Marga acariciaba sus pechos.

En unos segundos sus erectos pezones grandes y rosados disfrutaban.

La saliva de mi boca inundaba la suya y poco a poco, su lengua se dejó seducir...

El brillo de sus ojos era infinitamente especial.

Besé su apreciado y singular lunar en su mejilla derecha... Mi lunar...

Él me cautivo desde el primer segundo y se lo dije.

-         Es una verrugita... (Dijo)

-         No..., es mi lunar fetiche y sensual... (Dije)

Sonreía aun tímidamente.

Mi dedo corazón de mi mano izquierda llego a su sexo..., y ayudado por el índice abría aquel tesoro aún cerrado.

La calidez y humedad hicieron que mi polla se hinchase mágicamente en un segundo..., mucho más de lo que ya estaba.

Cuando comencé a disfrutar de aquel sexo coronado por una semifrondosa mata de pelo rasurada a tijeras..., no podía creer lo que aquel sensual cuerpo auguraba...

Inexplicablemente empezaba a sentir orgasmo tras orgasmo y a cual más placentero.

Sus caderas inquietas...

Su vientre palpitante e impulsivo tras cada gemido...

Lamí todo aquel sexo con avidez y ganas...

Mordí aquellos vellos cortos de su pubis...

Para hacer que descanse de aquellos orgasmos in crescendo..., bajé mi lengua a su perineo, buscando su ano.

Lo encontré rodeado de una pelusilla negra encantadora.

Folle su ano con mi lengua..., no le gustaba... Luego al final de la noche, le daría otra oportunidad y en este caso..., mas placentera...

Volví a su sexo y surgió más placer...

Quería más...

Quería cabalgarme..., decía que se correría mucho más placenteramente al notar mi polla dentro de sus profundidades.

-         ¿Mas? (Pensé)

Estaba demasiado cachondo para ser su caballo en aquel momento...

Hice sentarse a la futura amazona en mi boca.

Pedí a Marga que me descargase con su boca mientras lamia aquel negrito conejo.

Me corrí brutalmente..., mientras Marga se corría al recibir mi leche y María se corría brutalmente mientras lamia su botón del placer con mis labios apresado fuertemente...

Tres orgasmos simultáneos... Tres perlas para un trio.

Marga algo egoísta no me premio como otras veces con parte del néctar. Estaba algo desplazada en aquel trio, ya que como les anticipaba la bisexualidad de María aún no había emergido totalmente.

Lo haría al finalizar la noche cuando ya estaba exultante por tanto orgasmos conseguidos...

María cada vez más cachonda...

Lamió mi polla..., dijo que le encantaba el sabor de mi leche..., aunque eran solo restos.

Cuando se me puso otra vez dura, se subió encima de mí..., empezaba la carrera de fondo de la amazona...

Marga se sentó en mi boca cara a la jinete..., y ambas empezaron a tocarse recíprocamente sus pechos...

Trio inigualable...

El tiempo pasaba y las damas se retaban a conseguir orgasmos...

La una al sentir mi glande en el fondo de su vagina..., la otra al sentir mi lengua jugar con su sensible clítoris...

Pasado el tiempo, no pude dejar de correrme nuevamente, aunque por causa de la excitación, siguió dura dentro de aquel pozo de placer...

Los tremendos orgasmos de María, según luego me contaba Marga hacían salir por los bordes de sus labios y el tronco de mi polla, lamparones blanquecinos de mi leche al mismo tiempo que grumos más blancos sin duda de lubricación ingente de la farmacéutica.

La noche resulto mágica...

A las cinco de la madrugada abandonábamos exhaustos aquel apartamento en el que dejábamos olor a sexo caliente...

Lo que no resultaría mágica seria la respuesta de María al proponerle un cuarto miembro en una siguiente cita.

Arguyó la madurita de buen ver con esos esplendidos 44 años que prefería un juego particular con este relatante, a lo que Marga jamás accedería.

Gestos serios en la despedida..., que se transformaron en no dirigirnos la palabra durante meses.

Los siguientes encuentros en la oficina de farmacia acabaron con frialdad contenida.

Una vez encontrada a solas, me diría que podría acceder a hacer un trio como aquel primer día, pero que su bicuriosidad era solo pasiva y que jamás podría comer un sexo femenino...

A dictamen de Marga..., otra “estrella de mar”..., abrirse para dejarse hacer..., bisexualmente hablando...

En fin..., la he recordado hoy..., dado que añoro aquel lunar tan sensual y que aquella noche lamí morbosamente...

Hasta la próxima mis amigos...

Ya saben que pueden escribirme.

Saludos.

PEPOTECR.