Un lugar para soñar...
Gimo, suspiro, grito, me agito y rendida, me dejo caer en tu cuerpo empapado de sudor y deseo y tu me agarras las nalgas y sigues aun cabalgándome unos segundos hasta sentir que igualmente me llenas, que te sacudes de igual manera, que tu respiración parece querer escaparse de tu cuerpo.
Sentí un ligero movimiento a mi lado; un brazo rodeó mi cintura ysobresaltada pero perezosa abrí los ojos en la oscuridad y cogiendo el móvil miré la hora.
Las 02,10 de la madrugada.
Volví a acurrucarme junto al cuerpo caliente que descansaba a mi lado.
Sonreí al reconocer tu respiración tranquila y tu olor personal y reconocí un sutil y ligero aroma al acto amoroso que poco antes habíamos llevado a cabo.
Mi corazón se llenó de júbilo al saberte aún en mi cama.Estaba enamorada, sin duda. ! Yo! que nunca creí en el amor.Amaba a ese hombre y me sabía amada.
Un año antes era mi compañero; ahora era mi mejor amigo, mi amante y mi vida entera.
Todo sucedió muy deprisa…el sentimiento estaba sembrado en nuestro corazón y regadío de afectos y cariños comenzaban ahora a dar frutos de ternura y amor.
Aquel primer beso casi huidizo, casi casto de esa primera vez, terminó derivando en momentos presentes de verdadera pasión.
Pegué aun más mi cuerpo desnudo al tuyo y sentí como lo atraías por instinto hacia ti.Tu tranquila respiración parecía querer tatuarse en mi nuca produciéndome un excitante cosquilleo.
Era tenerte cerca, amor…y sentirme agitada. Era sentirte al lado y despertar mi apetito de ti, de todo tu…
Traviesa acerqué, casi en un imposible, mi trasero a tu miembro y me froté en el.
Nada. Sin respuesta.Lejos de desanimarme, insistí nuevamente hambrienta de ti.Mi respiración se volvía agitada por momentos y tú, dormido, ignorabas mis ganas.
Me giré suavemente para colocarme de frente y pude observarte con tranquilidad.
Me pareciste el hombre más guapo del mundo.
El pelo corto al estilo militar te daba un aire jovial, tu rostro, ahora relajado no hacia muchas horas era devorado por mis labios.Tu nariz, cómplice de nuestros juegos, poco antes me estaba haciendo disfrutar hurgando en mi intimidad…tu boca despertaba mis ansias de ser engullida nuevamente.
Coloqué mi pierna derecha por encima de tu cintura, y la izquierda paralela a tu cuerpo y acerqué mis labios a los tuyos para besarte dulcemente…
Tienes unos labios sabrosos, sensuales, seductores y apetecibles.Son gruesos y mulidos y santo cielo !como sabes sacarles partido!.
Evidentemente tienes los ojos cerrados, pero sonreí al recordar el brillo que desprenden cuando me miras.
¡Me siento tan viva cuando me recorres entera con esos vivaces ojillos!.
Tu respiración chocaba en mi cara y yo insistía en besarte con dulzura.
Con la palma de la mano recorría tu torso desnudo.Sentir el vello enredarse entre mis dedos me gusta. Es algo áspero, pero tu pecho tupido me atrae como un imán.
Cerré los ojos y aspiré hondo para percibir tu olor.Hueles a hombre, a sexo y a sueño….hueles a tabaco y jabón…hueles a ti y me enciendo.
Tengo necesidad de ti, hambre de ti, ganas de ti…
Me enredé a tu cuerpo con la pierna, acercando mi sexo mojado de ganas a tu sexo aún dormido.
Comienzo a tener apremio, a perder la paciencia, a ganar en deseo.
Recorrí con la punta de la lengua el contorno de tus labios, ansiando invadir esa boca todavía inerte y estimulé tu miembro con mi pubis.
Mis pezones se han endurecido e igualmente comienzo a frotar mis pechos en tu pecho.Dulces cántaros para tu golosa boca. Dos piezas perfectas tu mano y mi pecho.
Y de pronto, sin abrir los ojos, tu respiración se torna entrecortada y noto como tu miembro crece bajo mi sexo.
Sonrío. Ahora sé que he ganado una batalla y que seguro, gano la guerra!!!.
Ronroneas mientras besas mi boca y me bebes con voracidad, - aún me sabes a sueño y pereza,-después, desciendes por mi cuello recorriéndolo con suaves mordiscos.
Nuestras caderas van por libre, chocan, se frotan, se buscan ajenas al resto del cuerpo.
Me giras y te colocas encima de mí.Me pesas; eres grande, mucho más grande que yo, pero fue algo que me atrajo de ti desde el instante en que te conocí.
Me besas y nuestras lenguas se ansían y juegan mientras nuestras manos se van perdiendo en cada rincón de nuestro cuerpo.
Soy fuego y agua en tu boca…soy barro en tus manos…
Tenemos mutua necesidad de tocarnos, de sentirnos, de amarnos…necesidad imperante el uno del otro, insaciable, inagotable!.
Deseo tenerte entre mis brazos, sentirme tuya.
Me aferro a ti con mis piernas enzarzadas en tu cadera y te atraigo más si cave hacia mí. Mi cuerpo proclama el deseo que te tiene arqueándose hasta hacer tope con el tuyo. Me froto en ti. Necesito impregnarme de ti, de tu olor….de tu sabor…te necesito.
Tu miembro se erige como proclamo a mi triunfo de seducción, dejando claro que no te soy indiferente.
- “te amo” –susurras en la comisura de mis labios y yo sonrío complacida.
Te comes mi sonrisa a besos mientras tus manos se ajustan a mis pechos.
.” Te amo” - repito también yo.
Con enérgica suavidad me giras dejándome boca a bajo en la cama y comienzas a besar mis pies ascendiendo lentamente por mis piernas.Siento dulces mordiscos en mi piel y me excito más aún.
Sigues trepando hasta mis muslos y les dedicas tiempo. Tu lengua se pasea por ellos hasta llegar al interior.
No puedo evitar un gemido sordo.Te deseo y mi cuerpo reacciona al saberte atento a él.
Después comienzas a succionar con ansia mis nalgas.
Por inercia alzo mi cadera y abro las piernas dejando a la vista el tesoro que encierro y del que deseo hacerte entrega.
Comienzas a pasear tu lengua por el.Estoy mojada de deseo; empapada de hambre. Con ganas de ti.Y lo sabes pero te gusta hacerte esperar.
Te recreas en mi sexo con tu calida lengua con la delicadeza de una mariposa acariciando mis genitales con tanta delicadeza que me sacudo entera.
Eres mar calmado en una tormenta de deseo. Manantial de agua fresca para mi sed de ti.
Te amo. No tengo dudas.
Gimo, cariño. Gimo y me aguanto las ganas de entregarme al placer de tu lengua pero son tantas que no soportaré por mucho más esta placentera agonía, por lo que me incorporo apartándote mientras con voz ronca y casi en susurros te digo:
-“ahora me toca a mi…ya veras”.
Comienzo a devorar tu boca. Mordisqueo juguetona tus labios; te ofrezco mi lengua para retirarla después a modo de juego travieso.
Dentelleo el lóbulo de tu oreja, dejando en tus oídos como música de fondo, mi agitada respiración.
Paseo mis labios por tu cuello, saboreando tu suave piel.En un gesto amoroso aspiro tu aroma…me apasiona como hueles.
Froto mi nariz por tu cuello, después mi mejilla. Tú te dejas hacer, silencioso, sumiso…
Mi piel busca la tuya con urgencia.Restriego mi cuerpo en el tuyo. Soy una gatita marcando su terreno.
Me deslizo hasta tu pecho para succionar golosa tus pezones endurecidos por el deseo.Me recreo en ellos mientras oigo tus suspiros.
Quiero derretirte y después beberte. Necesito recorrer tu cuerpo con mi boca, por lo que sigo bajando hasta tu ombligo.
Con la punta de mi lengua recorro la diminuta circunferencia una y otra vez alternándola con mi mejilla, que acaricia mimosa tu vientre.
Desciendo finalmente hasta mi premio, que parece esperarme desafiante, erguido y que yo engullo ansiosa y delicadamente.
Tu sabor es delicioso. Juego a pasar mi lengua por tu húmedo glande y proteston, tu miembro se sacude exigiendo que acabe con esta tortura.
Tus manos sujetan mi cabeza para asegurarte que no ceso en mi empeño de proporcionarte placer.
Lamo el miembro de arriba abajo. Succiono tus testículos mientras estimulo con mis dedos el orificio del ano.
Comienzas a tener pequeños espasmos y sé que te tengo al límite.
-“ven, cariño”-suplicas entrecortadamente tirando de mi cabello hacia ti.
Me coloco encima sabiendo qué deseas de mí.
A horcajadas voy deslizando hacia mi interior tu ansioso miembro. Me es fácil introducirte en mí. Estoy húmeda, dilatada y abierta a tu sexo y para ti.
Suspiro de placer al ir sintiéndote dentro.Y tú me miras y ves una mujer excitada, arrebolada por el placer que le proporcionas, agitada y ansiosa de tenerte por entero.
Mis movimientos son, en principio lentos; cabalgo sin prisa mientras acaricio mis pechos sabiendo que no pierdes detalle en mis gestos y lo mucho que eso te provoca.
Pero apresas mi cadera y comienzas a exigir que mi ritmo aumente y sonrío obediente conociendo tus ganas de mí.
Disfrutas y eso me gusta, me excita, me apasiona.
Nos estamos fundiendo uno en el otro; somos uno solo….lo somos todo para el otro…
Te monto como mujer hambrienta de ti, como hembra en celo.
Y siento que voy a estallar en mil pedacitos de amor al llegar al clímax, sacudiendo por entero cuerpo y alma……..
Gimo, suspiro, grito, me agito…y rendida, me dejo caer en tu cuerpo empapado de sudor y deseo y tu me agarras las nalgas y sigues aun cabalgándome unos segundos hasta sentir que igualmente me llenas, que te sacudes de igual manera, que tu respiración parece querer escaparse de tu cuerpo.
Así permanecemos un rato hasta calmarnos y relajarnos.
Después alzo mi cara para besarte en la boca con dulzura.
-“te amo, grandullón….eres mi vida”.
Tú besas mis labios y después mis parpados mientras me repites una y otra vez:
-“te quiero…te quiero…te quiero…”.
Una vez serenos y llenos el uno del otro, me susurras:
-“al principio creí que te estaba soñando….y no deseaba despertar”.
Sonriente te digo en un mismo tono:
-“no hay mejor lugar para soñar que aquel en donde tu estés, amor….”