Un león y una gatita

Una noche larga de sexo desenfrenado.

Un león y una gatita

Sebastián estaba de vacaciones con sus amigos, era justo dejarlo ir, ya que había pasado 2 semanas conmigo y yo tenia que retornar a mis obligaciones laborales. A todo esto, ya habían pasado ya tres meses de la noche más caliente de mi vida (leer la despedida de soltera de Ely) y porque no intentar algún encuentro con león. Ya por msn o por celular hablamos con él de alguna salida y este era el mejor momento, por lo que no tarde en comunicarme con él e insinuarle que estaba con ganas de verlo, disimuladamente ir al club donde trabaja de striper. Obvio acepto y coincidimos para el sábado último de enero. Desde el jueves mismo que hablamos para vernos hasta el sábado, no paro león de enviarme mensajes a mi celular, todos con un alto contenido de erotismo.

La noche del sábado llego, la ducha me refresco, calmando apenas mi calentura. Mi única minifalda era ideal para esa noche, ajustadita, celeste ocultaba mi tanguita de encaje del mismo color, arriba una blusa que dejaba por completo al descubierto mi espalda y de frente con una abertura en v, desde mi ombligo hasta la parte superior de mis pechos, donde comenzaban las tiras de la blusa. Sin corpiño obviamente, la misma blusa incluía sostenes. Y si, mi vestimenta lo dice todo, quería pasar una muy buena noche junto a león.

Arribe al Golden, su lugar de trabajo, ya pasada las primeras horas del domingo, hora que el me dijo que fuera, dado que esa noche solo daría un show y luego seria todo para mi. Me acomode junto a la barra, todo según el me había indicado, recibiendo de regalo del barman un destornillador (vodka con naranja), de parte de león obviamente. No tardaron en apagarse las luces y mi amigo era anunciado por el presentador. Vestido al estilo de la indumentaria de los personajes de la película Matriz, apareció iluminado solo el junto con una música electrónica, arrojando los lentes al publico, obvio femenino, empezó a bailar y de a poco sacar su ropa, solo un pequeñísimo slip lo cubría al final, junto a una toalla que usaba para tapar todo su sexo. Así se retiro, ante el aplauso de todas. El barman nuevamente se dirigió a mí, pero esta vez para llevarme al camarín de mi amigo.

Una vez allí, león me hizo saber desde su baño, que terminaba de bañarse y se juntaba conmigo, por lo que me senté a esperarlo felicitándolo a la vez por su tremendo show. Apenas unos minutos después, se abrió la puerta y salio con una toalla que lo rodeaba en la cintura y se paro frente de mí y pronunció estas palabras:

¡que rica noche tenemos hoy!

Se acerco, tomándome de la cintura y comiéndome los labios con un beso muy húmedo, seguido de eso, tomo mi mano y por delante de él, me dio una vueltita, para atraparme en sus brazos por detrás de mí. Se dejo caer la toalla y coloco su sexo por debajo de mi faldita, apoyándome fuerte contra él, todo mi culo en su sexo. A la vez que su boca comía mi cuello, mientras sus manos separaban la blusa, descubriendo mis pechos que rápido fueron tomados por sus manos. La noche había empezado con mucho fuego de ambos. Y me pregunta desato todo:

¿acá?

Si rubia, acá, allá, en todos lados esta noche.

Y así fue que me llevo contra la mesita junto al espejo, como dicen, una imagen vale más que mil palabras, me veía y mas me calentaba, sus manos acuciándome los pechos, bajando una para buscar mi vagina, comiéndose mi cuello con su boca, era muy fuerte la imagen. Tan putita me ví, que no pude aguantarme y me di la vuelta, arrodillándome frente a león o mejor dicho, frente a esa hermosa verga venosa sudada que brillaba ante mi, para comérmela con mi boca, apretujarla con mis labios. Mi saliva cada vez la humedecía más y mas, desesperada, sacaba y volvía a meter toda su verga caliente en mi boca, mi lengua la recorría en todo su extensión carnosa. Sin duda que ambos queríamos este encuentro, al ambiente era extremadamente excitante.

Tras varios minutos de disfrutar su verga en mi boca, león me tomo por los brazos, ayudándome a poner de pie y llevándome de nuevo contra la mesita pegada al espejo, me alzo de mis piernas y me sentó en ella, se ubico entre mis piernas, subiendo mi faldita y fuerte me penetro, haciéndome tiritar mis piernas, sabia que eso me encantaba y así siguió, cogiéndome con fuerza, penetrándome toda, chocándome con su cintura contra la mía.

Aumentando el ritmo, a la vez que mi respiración también lo hacia, su verga toda dura se deslizaba dentro de mi vagina lubricada de mis jugos, con mas rapidez. Cuando todo se volvía más intenso, león saco su sexo dentro del mío y se sentó, llevándome con el, obvio sentadome sobre toda su verga.

Mis movimientos pélvicos, de ascenso y descenso, seguían el ritmo frenético que traíamos de la mesa. Agregando ahora su boca a mis pechos, que me los comía como loco, desesperado, mis pechos desaparecían dentro de su boca, así como sus manos se pegaron a mi culo, apretujándomelo, acariciándomelo. Mas caliente me puse, cuando con dos de sus dedos, me penetro mi culo, pudiendo sentir como rozaba sus dedos con su verga por diferentes orificios.

Todo se volvió mas morboso, cuando golpearon la puerta del camarín de mi amigo, preguntando cuanto tardaría para dejarlo libre, a lo que león respondió:

cuando termine de disfrutar esta rubia.

Me parecieron tan vulgares sus palabras, que mas excitada me puse. León me retuvo sobre su falda y me pregunto:

¿queres verte la cara de puta que tenes cuando coges?

Sus palabras me calentaban más aun y asenté con mi cabeza, preguntándole:

¿acaso nos pueden oír del otro lado?

Claro que si, estas paredes son finitas, ahora paraté.

Haciendo caso de sus palabras, me pare y avanzamos contra la mesa nuevamente, de frente al espejo e inclinándome hacia delante, recibí de nuevo su verga en mi vagina de espalda a el. Como dije antes, las imágenes son muy fuertes, verme cogida por león, era lo mas excitante que estaba pasándome, ver mi rostro lujurioso, transpirado, recibiendo las embestidas duras contra mi culo, era todo un espectáculo ante mis ojos. La morbosidad se apoderaba de mí junto a un muy rico y jugoso orgasmo, que hizo largar de mi boca:

para, para, quiero tu leche.

A ese nivel de puta había llegado.

si, límpiame la pija.

Sus palabras eran afrodisíacas para mí, por lo que deje que se sentara y me arrodille entre sus piernas. Comencé a introducir su verga caliente, mojada con mis jugos, en mi boca, llegando hasta casi el fondo, cuando sentí todo su semen explotar contra mí lengua, mi paladar, cerré mis labios contra todo ese pedazo de carne caliente, pero aun así, su leche se escurrió por mi boca. Eso fue solo el comienzo de esa noche.

Nos arreglamos para salir y fuimos a por mi auto, subimos y emprendimos viaje a su departamento. Mientras manteníamos una charla amistosa durante la ida, comencé a pensar en la gente que nos pudo haber escuchado coger dentro del camarín, cosa por cierto que termino por excitarme, llevándome a agacharme entre sus piernas y oír sus palabras sucias, que mas me calentaban aun:

estas comilona hoy.

Le devolví una sonrisa picara y me apronte a sacar su verga del jean. Con una mano tome el cuerpo de su pene, acariciándoselo suavemente, a la vez que con la otra, encerraba sus testículos dentro de la misma, apretujándoselos, estimulando aun más su erección. Con suavidad fui jalando su piel hacia abajo, descubriendo su cabeza, acercando mi lengua a ella, girando alrededor de su cabeza con la punta de mi lengua, podía oír el goce en su agitada respiración.

Retomando postura para sentarme, dándome cuenta que león había detenido la marcha, me tomo por la nuca y me estampo un beso de puro fuego, con lenguas que se pegaban una a otra, desprendiéndose nuestras bocas, nuevamente me calentó con sus palabras:

pajeame con esa boca hermosa.

Arrancando el motor, me acomode nuevamente entre sus piernas y volví a tomar sus testículos, dándoles suaves masajes y encerrando su verga en mi otra mano, para empezar una rítmica masturbación hacia abajo y arriba, continuada.

Humedeciéndose con su líquido preseminal, me acerque con mi boca, para encerrar su cabeza y jugar con mi lengua en su punta. De a poco sentía como se adentraba mas en mi boca, por lo que empecé a apretársela con mi boca fuerte y luego soltaba, casi como contracciones con mi boca con su pene.

Ya mas caliente que nunca, león empezó a moverse, queriendo cogerme por la boca, a lo que respondí, rodeando todo el grosor de su pene con mis labios bien apretados, introduciendo la mayor parte de su verga en mi boca. Comencé así movimientos de arriba hacia abajo y viceversa, graduales aumentando el ritmo. Hasta que sentí posar una de sus manos sobre mi cabeza, fijándola y comenzando él a cogerme por mi boca con 5, 6 penetraciones que derivaron en una eyaculación tremenda, casi provocándome un ahogo, tragándome mucho semen caliente por cierto.

Así de caliente llegamos a su departamento, tomándome de una mano, me llevo a su baño. Allí se sentó sobre el inodoro y empezó ayudarme a sacar mi ropa, comenzando por mis zapatos, aprovechando para acariciar mis pies, subiendo de a poco por mis piernas, hasta escabullirse por debajo de mi mini, tomando ahora mi bombachita y bajándola, junto con una sonrisa, diciéndome:

esta me la dejo de recuerdo

Así se paro para voltearme y desatar el nudo en mi nuca de la blusa, la cual cayó por mi cuerpo hasta el piso. Luego se sentó nuevamente y bajo la cremallera de la mini, también dejándola caer al piso. Así estaba enfrente de él, desnuda para sus ojos y su boca, que rápido dirigió hacia mi culo, comiéndomela a mordiscones, besándomela fogosamente y con su lengua recorrer la línea media de mi trasero. Disfrutándome de esa manera, se volvió a parar y me llevo debajo de la ducha, abriendo el grifo, dejando que la lluvia me mojara toda, pidiéndome con un tono lascisivo:

masturbate para mí.

¿que?, le respondí.

masturbate, deléitame.

no, hacemé tuya.

complacemé rubia.

Sin dejarme ya contestar, me cerró la boca con un beso, tomando una de mis manos y llevándola a mi vagina, ayudándome para comenzarme a masturbar, presionando fuerte mi clítoris, sobándola continuamente. Viendo como se masturbaba el también, por debajo de su pantalón, me entregue mas a mi calentura y lleve el dedo mayor de mi mano libre a mi boca, chapándolo con mis labios suavemente. Así permanecí masturbándome para su placer visual, hasta que se quito la ropa, entrando en la ducha, arrodillándose ante mí y subiendo una de mis piernas a su hombro, listo para hacerme acabar.

Su lengua se puso en marcha con rápidos movimientos entre mis labios vaginales, recorriendo mi vagina de arriba, abajo; saboreando mis jugos, llegando de a poco a mi clítoris, estimulándomelo con pequeñas lamidas de su lengua una y otra vez, volviéndome loca cada vez mas con esa lengua. Mi cuerpo era suyo, sus manos hacían de mi culo suyo, con fuertes caricias, sus labios ahora succionaba suavemente mi clítoris, calentándome mas y mas. Mi orgasmos estaba al llegar y su lengua recorría toda mi vagina, a la vez que ya era penetrada con sus dedos, tanto en mi culo como en mi vagina. Y así, con un gemido largo, acabe en su boca, cosa que león aprovecho para mordisquearme suave mis labios vaginales y chupar mis jugos, disfrutando de mi completamente.

Ya relajado después de una rica ducha, nos dirigimos a su dormitorio, recostándonos en la cama, ya habíamos tenido bastante sexo, pero el deseo se mantenía firme el uno por el otro, por lo que no dejaríamos de aprovechar la noche y lo volveríamos hacer una vez más. Charlando de todo un poco, león se fue arrimando a mi espalda, de costados, de a poco, introduciendo toda su verga ya caliente y firme una vez mas, entrando suave, rozando cada centímetro de mis paredes vaginales, haciendo un deleite para ambos de placer. A medida que sus movimientos aumentaron, me rodeo con sus brazos, haciéndose con sus manos de mis pechos, estimulando mis pezones ya duritos con suaves pellizcones con sus dedos o apretujando mis pechos, encerrándolos en sus manos.

Su sexo se salía del mío, a la vez que león se iba recostando, llevándome consigo encima de el. Erguida me coloque sobre el, descendiendo de apoco sobre toda su verga dura, nuevamente introduciéndose en mi vagina con suavidad, a la vez de entrar cada vez mas el en mi, fui recostadome hacia atrás, apoyándome sobre sus rodillas. Sintiendo ya casi todo su sexo dentro mío, empezó a cogerme con firmeza, con empujones hacia arriba, contra mi cuerpo, excitándome aun mas, llevando sus dedos a estimular mi clítoris, frotándolo con fuerza, contra su verga ya introducida en mi vagina, calentadome con sus palabras una vez mas:

disfrútate.

Cosa que me llevo a dirigir mis manos a acariciar mis pechos, encerrándolos fuertes, dándome suaves masajes circulares, presionado duro mis pezones. La noche no paraba de calentarnos, dándonos mutuo placer, disfrutándonos.

Me volví contra él, besándole el cuello, sus pectorales, sintiendo sus manos dominar mi culo, volviéndose mas activo, mas fuerte en sus penetraciones. Me recline, sentándome sobre León, a lo cual él me siguió, para comerse como loco mis pechos, succionándolos todo lo que mas podía, tomándome de mis cabellos y echándome hacia atrás suavemente, aumentando así el ritmo de nuestra cogida. Entre mi respiración agitada, gimiendo en cada momento que su verga se introducía sin vacilar en toda mi vagina, pedía mas y mas, yo tenia el control y lo montaba bruscamente, subiendo y bajando, y viceversa; y así mi orgasmos llego, despidiendo mucho fluido, embardunando su verga.

Pero él quería mas de mi, por lo que me acomode apoyándome en mis manos y rodillas, colocándose por detrás mío León, enfilando su verga hacia mi vagina, toda mojada, segregada de mis jugos, introduciéndola sin ya ninguna dificultad con tanta lubricación. Me tomo firme ya con sus manos de mi cintura y empezó a cogerme con tenacidad, mucha dureza, sabiendo que me encantaba eso, mis gemidos se aumentaban con cada embestida de su cuerpo contra el mío, agobiándome hasta el éxtasis. Y así fue que mi cuerpo se irguió con una penetración total, mordiéndome mis labios, disfrutando tanto placer y escuchando un fuerte gemido proveniente de la boca de León, que desato toda su calentura dentro de mí llenando mi vagina de su semen caliente, que llego a chorrearse por mis piernas al salir de mí. Me voltee contra él, buscando su boca y sellando la noche con un beso fogoso.

Relajada ya, volví a casa, despechada totalmente de placer. Aun mantengo relaciones con León, pero esa noche quedara en mi cabeza por mucho tiempo.