Un largo viaje (1)

Una pareja en un viaje en coche que dará pié a muchas historias. Se mezclan autosatisfacción, no consentido, dominación y erotismo entre otros.

PARTE 1

Su lengua subía deslizándose despacio por mi lóbulo. Sus manos acariciaban mi piel, como si del más fino cristal se tratara, y su silenciosa risa nos acompañaba en cada momento.

-          Vas a hacer que deje de estar atento a la carretera, si sigues haciendo eso...

-          Yo,……. hacer? (me contestó mientras su mano sufría una brusca caída hacia mis pantalones).

-          Sabes que si.

-          Paro entonces?

-          ...

Su mano describió círculos en mi muslo, y fue bajando, sus contínuas atenciones estaban haciendo mella en mí, y podía verse a simple vista, que “algo” estaba despertando, debajo de mi ropa.

Bajó la mano y rozó suavemente con sus dedos la zona más abultada, creando un escalofrío en mi espalda. Mientras hacía eso, intentaba incorporarse un poco más, y atender mi cuello. Ya no me resistía, sólo intentaba encontrar un buen lugar donde aparcar, y disfrutar de sus atenciones, pero la maldita carretera no tenía fin, y ella seguía igual. Decidí bajar la velocidad al menos.

-Déjame parar primero, esto no es bueno….

-Pero… si paras. Ya no sería divertido..

Susurraba cada palabra en mi oído, mientras se deshacía de mi cinturón.

-Qué quieres que haga pues?

-Quiero que sigas, y dejes de quejarte, que recibir placer, hablar, pensar y conducir son demasiadas cosas para ti… jejeje.

El botón de mi pantalón cedió y noté sus dedos acariciándome por encima del bóxer, estaba poniéndome a mil, pararía en cuanto pudiese, pero no había manera al menos de momento, así que intentaba concentrarme, mientras escuchaba su dulce risa y notaba sus constantes caricias.

Mientras su mano se deslizaba por mi ya nada dormido miembro, comenzó a reír por mi “cara de concentración” y es que me costaba trabajo no mirarla, pero tuve que hacer acopio de toda mi fuerza de voluntad cuando con esmero comenzó a lamer y succionar mi miembro, haciendo que me estremeciera.

Iba cambiando, lamidas, succiones, pequeños arañazos con los dientes, a la vez que había conseguido introducir su mano en mis pantalones y acariciaba mis testículos.

De repente lo vi, un pequeño descampado vacío, era casi de noche, así que paré, apagué el coche, y ella levantó la cabeza extrañada, en ése preciso momento, la empujé contra su asiento, con más rudeza de la que habría querido, pero no podía controlarme, iba a hacérselo pagar. De manera que me lancé a sus pechos, agarré la camisa que llevaba y la desgarré con las manos, mientras enterraba mi cabeza en ellos, ella sólo gemía cuando comencé a morderla y lamerla de manera desesperada, mientras ua de mis manos, pasaba por debajo de su falda.

Subí a su oído y le susurré..

-Pequeña zorrilla, y tus braguitas??Me estás manchando el coche, de lo cachonda que estás…

Y antes de dejarla contestar, volví a besarla, mientras introducía tres de mis dedos en ella haciéndola gemir más aún, estaba muy excitada presupuse que por las atenciones que me daba mientras conducía.

Movía rápido los dedos, y mordía con deseo sus pechos, y cuando vi que comenzaba a tensarse paré de inmediato.

Su cara de reproche no tardó en aparecer.

-Sal del coche.