Un juego en la pareja

Una fantasía... un juego... una realidad...

BISEXUALES

Relato

Correo: casadaexcitada@hotmail.com

UN JUEGO EN LA PAREJA

Al salir de la ducha en el gimnasio al que acudo, pensaba en el fin de semana que se me presentaba por delante. Esperaba algo diferente, mejor, necesitaba algo novedoso. Estaba cansada, y no sólo por las dos horas de piscina, tenía esa sensación de hartazgo de todo lo que me rodea: un trabajo excesivamente estresante, unos amigos algo aburridos y una vida familiar bastante monótona. Mi marido, Jorge, es una persona entrañable, muy trabajador, atento para con todos, muy cortés, me trata como una auténtica reina. Hace las cosas de la casa y es el mejor padre para nuestro hijo.

En materia sexual, Jorge es lo que entendemos todos como una auténtica máquina: juguetón, sensual, erótico en todos sus actos y, ahora que no me oye, me da una caña salvaje. Ya sea con su lengua, consigue que le ahogue al mojarle toda su boca y barbilla mientras le sujeto la cabeza y me pellizca los pezones o me introduce algunos dedos, incluido en mi culito. Cuando tenemos sexo vaginal, Dios…, es incansable, tengo que reconocer que me llega a reventar con su instrumento al que he medido en múltiples ocasiones y que con sus 17,42 cm de largo y 7,28 cm de ancho os podéis imaginar… Sexo anal hemos tenido bastante menos, pero debo reconocer que cuando siento su semen dentro de mí… consigo llegar a los mejores orgasmos. En fin, por todo lo dicho, sé que no tengo razones para quejarme, cuando nos enamoramos me tocó la lotería.

Pero esa tarde de viernes, secándome en el vestuario me apetecía escapar. Primero de la rutina y después de la vida que llevaba. Nunca me he planteado ser infiel, no de forma premeditada. Las veces que he tenido alguna aventura lo único que he buscado es saciarme en el momento, descargar toda la tensión y tener la experiencia de palpar otras texturas de penes y saborear otros olores. Me encanta hacer sexo anal fuera de mi matrimonio y que me suelten todo el semen que puedan en mi boca y cara. Sí, he tenido sexo salvaje fuera de mi matrimonio, en algún que otro viaje de trabajo. Siempre con hombres de muy buen ver y desconocidos, a excepción de mi cuñado, otro guapetón y parecidísimo a su hermano, mi marido, pero con más hambre de mi en el pasado verano

Aquella tarde, lo que verdaderamente me apetecía, más bien necesitaba, era que me diesen un buen revolcón y que se me quitase la tontería. Tengo que reconocer que las mujeres, de vez en cuando lo único que necesitamos es solo eso… y así se nos pasan muchas gilipolleces. El polvo que le había echado yo a Jorge la noche de antes no me había cambiado la cara que llevaba.

Pensaba eso, al mismo tiempo que me acordaba de Marcos, compañero de gimnasio y con el que coincidía todos los martes y jueves en la clase de spinning. Éste no para de sacarme los colores después de cada clase porque no sé cómo se las apaña pero siempre se pone en la bicicleta justo detrás de mí, con lo que me tiro todas las sesiones sabiendo que me está mirando fijamente el culo y toda mi entrepierna y yo encima con mallas, ya he dejado de ponerme tanguitas, con el fin de que me lo note todo. Algún jueves me ha propuesto salir después del gimnasio con él y con más gente a tomarnos algo, nunca he aceptado sus propuestas porque casualidades de la vida es compañero de trabajo de Jorge. Pero lo que sí que consigue es que llegue casi todos los jueves con un calentón a casa que hace que me folle a mi marido en el mismo sofá del salón. No sé muy bien porque, pero la cuestión es que según me vestía me iba humedeciendo y hasta me llegué a acariciar disimuladamente al ponerme mi ropa interior.

En la misma proporción que crecía mi excitación crecía un mosqueo con mi marido por trabajar en el mismo sitio que el pibón de Marcos (una tontería, pero así son a veces mis mosqueos, sin razones ni argumentos). Total, que la conclusión a la que llegué cuando arrancaba mi coche era que necesitaba un buen polvazo y humillar un poco a mi marido.

La siguiente duda era como hacerlo sin cornearlo públicamente, a mí me sigue gustando él, le amo y mi hijo se lo merece. Y yo también, que leches…es una ganga de tío. Así que de camino a mi casa ideé un juego para realizar con él y de paso intentar desquitarme la tontería con una buena sesión de sexo.

Al llegar a casa, Jorge me tenía la cena casi hecha, el niño bañado y la mesa puesta. Me cambié de ropa, poniéndome un conjunto de ropa interior, unas braguitas tanga y un sort a juego de los que le gustan a él y hace las funciones de sujetador, unos vaqueros desgastados y muy ajustados y un jersey fino con buen escote. También prepare todo lo que iba a necesitar para el juego que después tendría con él. Al volver a la cocina ya estaba deshaciendo mi bolsa de deporte y tendiendo en el tendedero mi bañador. Este acto, al igual que cuando le veo tender mis braguitas al sacarlas de la lavadora, me parece siempre un acto muy erótico, no sé muy bien por qué, pero me pone… Después de recoger la mesa y acostar al niño nos tumbamos en el sofá del salón y puesto que era viernes, yo con un ron con coca-cola y él con un buen vino con el que cenamos.

Al ratito me puse muy melosa y juguetona y le pedí que se conectase a internet con el portátil para descargarse algo de porno. Empezamos a ver vídeos cortos de mamadas, folladas al aire libre, algún corto de películas, muchas corridas en la cara y boca de ellas (eso me pone a mil aunque nunca le dejo que me lo haga a mí, no sé…) Leímos algún relato erótico y en un momento en el que estábamos muy juntos viendo a tres tíos follándose a una chica por todos los sitios al mismo tiempo; ella tumbada encima de una buena herramienta y otro entrándole por su culito… sin poder gemir porque una más grande estaba en su boca; Jorge empezó a acariciarme por encima del pantalón… me senté delante de él, mirando los dos la pantalla del ordenador y desde atrás consiguió desabrocharme el pantalón para tocarme, metiendo su mano con toda la palma en mi conejito. Tengo que reconocer que en ese punto estaba ya empapada y empecé a imaginarme a Marcos haciéndome eso. Cuando los tres tíos empezaron a soltar todo su semen en la cara de la protagonista, Jorge quiso y metió su dedo dentro de mí… Pensé en Marcos… Y en ese momento inicié mi juego

Le paré con muchos mimos y le dije que me apetecía hacer algo diferente… Hasta ese momento yo ni le había tocado. Él ya se había desabrochado y sacado su poderoso pene y mientras me tocaba se masturbaba… Me saqué de uno de mis bolsillos un antifaz negro que teníamos desde hacía algunos años, de cuando lo compramos junto con otros juguetes (consoladores de diversos tamaños y unas esposas) y que alguna vez llegamos a utilizar fantaseando diferentes situaciones.

Pues bien, le puse el antifaz prohibiéndole que se lo quitara hasta que yo lo dijese y apagué el portátil explicándole que yo me iría a una de las dos habitaciones que quedaban libres en el piso y que me quedaría dentro jugando con unos juguetes. Cuando él lo decidiese debería acercarse a una de las dos habitaciones y escoger en cual entrar. Si estaba yo dentro sólo podría sentarse en la cama a escuchar y oler como disfrutaría yo. No me podría tocar, sólo me podía rozar y si no le retiraba la mano es que le permitía que siguiese más.

Si escogía la habitación en la que yo no estaba debía estar un rato y sólo después de haberle escuchado gemir y disfrutar con los juguetes que le habían tocado podía entrar en la otra habitación y seguir con lo que le había explicado. Todo ello sin decir ni una sola palabra, si hablaba le dejaba con el calentón.

Al terminar de hablarle, Jorge en ved de estar mosqueado tenía una erección de mil diablos. Me levanté y apagué todas las luces prohibiéndole encenderlas y me dirigía hacia las habitaciones

Abrí una y entré… como pude me desnudé y me tumbe en la cama de invitados en completo silencio. No habían pasado ni dos minutos cuando oí a Jorge dirigirse a nuestra habitación de matrimonio, sonreí pensando: "pobre…ya ha caído y con el calentón que lleva… se tendrá que conformar con el consolador gordo… que se joda un poquito…no va hacer nada con él".

Estaba muy atenta a los ruidos que hubiese en la otra habitación pero no se oía una mosca. Lo que si hice fue empezar a acariciarme los pechos, imaginándome a Marcos, dedicándome especialmente a mis pezones que ya los tenía duros por la excitación. Me los apreté con pausa pero fuerte, como me gusta, y notaba como me mojaba más todavía.

Empecé a chupar el consolador de dos puntas que tenemos, chupaba la punta más gorda y que es enorme… imaginaba que era la polla de Marcos… Y acto seguido me lo acerqué a mi pubis y me lo restregaba por la entrada de mi vagina mientras abría mis labios. Ya estaba mojadísima por lo que iba extendiendo mi propio flujo por todo mi coñito con mi juguete y en un momento abrí más las piernas…arqueé la espalda…y me lo introduje de un golpe…Entró limpia, caliente y me abrí entera a mi misma… Pensé en Marcos resoplando en mi cuello y cara

Fue entonces cuando oí unos gemidos acompañados de un "sí, sí, sí, sí… joder, que puta es" Me reí para adentro y pensé: "que se joda, yo a lo mío…" Enseguida oí su puerta y unos golpecitos en la habitación en donde yo estaba, no dije nada, abrió y noté como se acercaba a la cama, se sentó a los pies.

Yo estaba disfrutando de lo lindo… abierta de piernas… pellizcándome los pezones con una mano… y con la otra moviendo mi consolador que me estaba llegando hasta el útero… de vez en cuando me extendía todos mis jugos a mi botoncito y mi culito.

Jorge acercó su mano a mi pierna tocándome el tobillo derecho…con un movimiento de desdén de mi pie le retiré la mano. Todo estaba oscuro y en completo silencio, sólo se oían mis suspiros y algún gemido suave. Noté como Jorge empezó a pajearse… me reía… porque sería la segunda paja que se iba a hacer

Con la otra punta del consolador con el que me autofollaba empecé a jugar en mi culito y me lo fui metiendo despacio… Joder, por fin estaba ensartada… me estaba haciendo un autobocadillo… es una de las cosas que más me excita… Evidentemente Marcos debía ser uno de mis folladores y Jorge… solo mirar cómo le corneo.

Me volvió a tocar, esta vez la rodilla, le dejé hacer… poco a poco fue bajando su mano por la cara interna de mi muslo hasta llegar al consolador… Ese recorrido me ponía como una moto… Me acarició el clítoris… se incorporó y noté como se acercaba más… sentí su polla en mi mejilla… y a aparté la cara. Volvió a darme con ella en mi barbilla y sólo dije: "jódete… hoy no te la voy a comer a ti…" Se quedó medio parado.

Entonces me saqué el consolador de mi coñito, la cabeza gorda, y le ordené: "Cómeme el coño, cómetelo, cabrón" Como pudo acercó su boca, me rozaba su antifaz, sentí su lengua entera…la lengua de Marcos… la llegó a meter en mi vagina.

Fue cuando me puse a gemir en alto y a decir cosas como: "que rico… que gusto me das… así… cabrón… como me gustas". Imaginaba a Marcos. En un momento dado dije: "Fóllame… como lo has deseado… hoy por fin soy tuya…"

Noté como Jorge-Marcos se sentaba en la cama con las piernas cruzadas y me cogía con fuerza de las axilas haciendo que quedase sentada encima de él… Así que mi consolador en mi culo… y su polla rozándome mi coñito queriendo entrar… yo con mis piernas cruzadas a su cadera y espalda y sentada sobre sus pantorrillas. Me mordisqueó mis pezones… "Que bien lo haces Marcos", pensé.

Mientras decía yo: "Fóllame cabrón… hijo puta… sí, hazlo… lo estas deseando…" Jorge-Marcos sólo respiraba fuerte. "Joder… a que esperas… no querías esto… fóllame en mi propia casa…", "no me decías que querías metérmela… (lo solté, lo dije)… y cornear a mi marido… métemela de una puta vez…" Jorge se quedó estático, tenso… pero entonces noté como Marcos-Jorge con un movimiento de cadera y subiéndome un poco mi cuerpo… me la clavó…entera… de un golpe… Dios… que gusto… hasta dentro… Que fuerza… que polla… Dios… Imaginaba a Marcos, era la hostia, ya le notaba y veía directamente.

Empecé a votar despacio mientras seguía hablando y gimiendo en alto: "Así… cabrón… lo necesitaba…. Nunca me follan así…" Marcos-Jorge empezó a darme más fuerte y a mover el consolador en mi culo.

Yo seguía en el séptimo cielo y como pude solté una mano de su nuca y espalda y empecé a tocar sus huevos…para facilitarlo se fue tumbando hacia atrás y fue cuando pude acariciar con mis dedos la entrada de su culo…y joder lo tenía abierto. Entonces lo entendí: "se había metido el consolador que dejé en la otra habitación…" Con lo que le metí un dedo y como pude dirigí la punta gorda de mi consolador a su culo.

Al notarlo se tensó un poco… no me atreví a metérselo… pero si volví a votar encima de su polla… volvía a ser Marcos para mí y con la excitación lo solté: "que gusto… cabrón… como me das… ya tenía ganas… sí… así… sí… por Dios… reviéntame para que mi marido me limpie…" "Sí, sí que se joda… despacio… ahora… sí… así… hasta dentro…" "Sí, sí, sí, sí… Dios… MARCOS COMO ME FOLLAS…"

Al oír eso Jorge se quedó quieto de golpe, pero yo seguí votando… y le empecé a comer la boca… notaba su antifaz y le susurraba al oído: "Fóllame Marcos, sí, así… Marcos… que bien me lo haces… Marcos, Marcos, Marcos…"

De repente Jorge empezó con un movimiento de cadera descomunal, me comenzó a reventar… con furia… rápido… bufaba… con rabia

Volví a su culo con mi consolador y cuando lo tuvo en su entrada se suavizo y comenzó a gemir… flojo… pero a gemir

Fue cuando seguí diciéndole: "Te gusta… eh?" "Te gusta cómo te follo… te estoy follando, eh?" Me volví a acercar a su oreja y le susurre: "Que bien me folla Marcos" Y le metí el consolador de golpe… y le entró… sin resistencia… con lo que con mis votes nos entraba y salía de nuestros respectivos culos… Yo seguí a lo mío, cogiéndole de la nunca seguí diciendo: "Así Marcos…sí…" Y entonces Jorge se liberó y comenzó a gemir en alto… y a balbucear: "Sí… más fuerte… dame caña…" "Joder, hijo de puta…" "Dame más…, sí…"

Cuando íbamos llegando al orgasmo aumentábamos el ritmo y se cruzaban los gemidos. Yo intuía que me venía muy intenso…desde dentro… desde lo más profundo de mí… Solo veía a Marcos… y lo volví a decir: "Marcos me viene…me viene… dame todo… Marcos…síiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii…"

Cuando estaba en el mejor orgasmo después de muchos meses (los mejores y más salvajes siempre los he tenido en otra cama que no es la de mi matrimonio) oí a Jorge: "Me corro, me corro… córrete conmigo… sí, dentro… me corro… JODER, CORRETE DENTRO… MARCOS…ÉCHAMELA TODA… que me gusta… lléname…"

Me quedé de piedra en medio de mi clímax… fue una sensación de abajo arriba y de arriba abajo a la vez. Un calor y explosión de dentro a afuera, hasta mis dedos, y un jarro de agua fría de golpe. Fue la hostia… impresionante… salvaje… y altamente sorprendente

Noté el semen o leche o lefa de Marcos-Jorge dentro de mí… a borbotones… mucho… mientras oía decir a Jorge: "No pares Marcos, ahora suéltamela dentro…"

Cuando terminamos me saqué mi consolador muy despacio de mi culo y me levanté despegándome de Jorge… él seguía con el antifaz y el consolador ensartado dentro de sí. Encendí la luz, se quitó el antifaz, tenía cara de gusto y de acojonamiento al mismo tiempo.

Le miré fijamente y le pregunté directamente: "Has follado con Marcos?" "Te da por culo Marcos?" "Me pones los cuernos con tíos?" Él entre serio y liberado, me respondió: "Sí", "Sí" y "Sólo con Marcos, pero me pone mucho tener una orgía gay".

Me quedé estupefacta pensando: "Mi marido, que me folla siempre salvajemente, es maricón…"

Respiré y le dije con rintintín: "Yo también te he puesto los cuernos". A lo que me respondió: "Ya y…?" "Lo has hecho cuando te has ido de viaje, ya lo sé… pero con Marcos no". "Lo estáis deseando pero no lo hacéis… cuando os animéis creo que seré el primero en saberlo…". "Pero: Estás enfadada?"

Me quedé pensativa y concluí en alto: "Por qué me voy a enfadar, a mí me gusta que me den por detrás… porque tu no vas a poder… además me acabas de echar un polvazo… y lo mejor… creo que a partir de ahora… follaré más… y desde luego que me pienso dejar abrir por MARCOS…"

Y comencé a mover suavemente nuestro consolador en el culo de Jorge, mientras (ahora sí) le empezaba a mamar su magnífica polla… al rato de estar con su polla en mi boca le dije: "Sabes? Mañana me apetece ir al gimnasio… será por la tarde… me apetece hacer un circuito nuevo… me llevará toda la tarde y parte de la noche… es un circuito especial… es para correr… llamaré a… si quieres te puedes apuntar…". De golpe se corrió dentro de mi boca… será hijo de puta y maricón.