Un jubilado, dos francesas y un Citroën 2 CV (9)

Tuve que imponer mis normas en casa, estaba harto de tanta hipocresía y les expliqué claramente lo que quería de ellas, además conocí cosas de mi hijo que ignoraba y entre los dos dejamos las cosas claras.

Sin hacer ningún ruido Gloria se dirigió a su habitación y yo la seguí pegado a ella cogido por la cintura con una mano y con la otra en la teta más cercana a mí.   Al llegar salté a la cama y al acercarme a ella noté que el camisón había desaparecido, mi slip no tardó en volar a un rincón de la habitación y mi mano a la otra teta, las amasé sin importarme en lo más mínimo si era suyas u operadas, lo cierto es que estaban duras, calientes y suaves, cuando ya tenía los pezones tan salidos que se enganchaban entre mis dedos, me arrodillé a su lado y los chupé.

Tuve muy presente no caer en los mismos defectos de mi hijo y desde su costado fui comiendo aquellas tetas y desde los hombros hasta el ombligo no quedó ni un centímetro sin lamer o chupar, ella se removía sobre la sábana facilitándome la postura para que alcanzara toda su piel.  Cuando metí la punta de la lengua en su ombligo me cogió la cabeza y la sujetó, creí que se había arrepentido y no quería seguir pero en ese momento noté en mi boca los temblores de su vientre y sus gemidos me confirmaron que se estaba corriendo como una perra.

Estuve quieto respetando su momento más álgido y cuando aflojó sus manos de mi cabeza seguí explorando hacia su monte de Venus.  En la oscuridad total intuía que estaría depilada pero no contaba que lucía una línea de vello recortado desde casi el ombligo hasta los labios, seguí el rastro con la lengua hasta que de pronto se hundió entre las dos mitades de su coño.

La encogida que dio me tomó por sorpresa y levanté la cabeza para mirarla aunque no podía ver nada pero me volvió a coger la cara y la llevó adonde la había levantado, cuando llegué ya había abierto las piernas completamente y no me encontré más que el coño abierto de par en par.

El olor que desprendía era como una droga y mi nariz me guió hasta adonde salía tanto aroma, atrás la lengua barría atrás como una escoba lamiendo de parte a parte del coño, no me avisó y cuando quise darme cuenta había separado los labios con las manos dejando el coño plano, sólo marcado por el prominente clítoris y volvía a correrse en mi boca.

Esta vez no estuve quieto y me lancé a lamer aquel bulto que vibraba como el cascabel de una serpiente, no había visto un orgasmo más largo o posiblemente una sucesión de ellos pero el roce de su boca en mi pierna me recordó que ella también quería comer y cuanto más mejor.

Pasé una pierna sobre su cabeza y procuré que coincidiera con su boca, la buscó rodeándola con sus labios en la oscuridad y cuando la tuvo segura la engulló, aquella aspiración fue mucho más efectiva que las anteriores y entró como un espagueti hasta los huevos, la oí dar unas arcadas pero no se amilanó por eso y siguió masajeándome la polla con la lengua dentro de la boca.

  • Gloria me han encantado comer tu coño y tus tetas, pero mi polla pide coño, si has terminado con ella…
  • Un momento Santiago, es que me sabe a poco por mucho que la chupe, la tienes mucho más sabrosa que la de tu hijo.
  • Entonces, sí que se la chupas…
  • Una o dos veces porque se empeñó pero prefiere correrse en mi coño.
  • Pues lo haces muy bien para no tener práctica.
  • Contigo es muy fácil aprender, la tienes ideal, me llena pero no me atraganto, Joaquín la tiene más grande pero más fina, prefiero la tuya.

No quise caer en la tentación de hacerle el misionero aunque me habría gustado follarla a la vez de chuparle las tetas pero la puse a cuatro y cogido a su cintura le enterré la polla hasta las bolas, ella gemía notando que le hundía la matriz casi hasta la garganta y arañaba la sábana a la vez que empujaba su culo contra mí para que me clavara más en ella.

  • Gloria tienes un coño especial para todo, me encanta comerlo y más todavía follarlo, ahora te toca el culo.
  • No Santiago, el culo no.
  • ¿Porqué, si no pasa nada, no te gustan las novedades?
  • Sí pero por el culo debe doler, no lo hice nunca.

Cuando oí la excusa de que “debe doler” todavía me excitó más, parecía que ahora se iba a hacer la mística y no lo dudé.

Ya tenía la crema en la mano cuando oímos la puerta del baño cerrarse, quedamos en silencio un momento y mis sospechas se confirmaron.

  • Mi madre, es mi madre, debería estar durmiendo.
  • Joder con tu madre, no sabe estar adonde debe.

El momento de calentura se había cortado ya y la chica parecía más remisa a mis propósitos, preferí dejarla con más odio hacia su madre y volví al sofá.

Por la mañana todo parecía tan normal como siempre, Gloria me trataba como si nada y Virtudes seguía amable pero sin pasarse.  Cuando llegó la noche ya estaba cansado de tanta intriga y no intenté volver a la cama de Gloria, pensé que se tenía que ganar mi polla si la quería y al rato noté unos pasos “blandos” que se acercaban a mí, me hice el dormido dispuesto a hacerme de rogar.

La cosa empezó como siempre, pasada de mano y salida a pasear de mi polla, una pierna que pasaba por encima y luego la otra y el coño que tragaba mi verga, ya estaba harto de tanta historia y le cogí del brazo y la arrojé al suelo, tiré de ella y la incliné sobre el asiento y le metí la polla por el culo, gimió como herida pero la crema que llevaba la salvó y al momento jadeaba de placer, le di dos palmadas en el culo y le cogí las tetas por los costados, pero… ¡Sorpresa!

Las tetas duras, redondas y firmes no estaban allí, en su lugar eran dos tetas blandas y caídas que se prolongaban hasta casi el asiento del sofá, alargué los dedos hasta los pezones y comprobé que estaban salidos como dos dátiles y me di cuenta de que aquellas tetas no eran de Gloria, ¡eran de Virtudes!

  • ¿Qué hace usted aquí?
  • ¡Qué voy a hacer!,  hacerle caso ¿no me dijo que estaba mal follada? ¡Pues fólleme!
  • Yo no quiero follarla, a mis mujeres las elijo yo, ya está bien de hacer concesiones, estoy harto de tanta hipocresía, voy a solucionar esto de una vez, vamos a la cama.

La cogí del pelo y agachada como estaba con mi polla en su culo la empujé cruzando el salón.

  • ¿Adónde va?  Mi habitación está al otro lado.
  • Ya lo sé, recuerde que es mi casa, no vamos a su habitación, ya basta de espiar, ahora lo va a ver en directo.

Al entrar en la habitación de Gloria encendí la luz de la lámpara y la hija dio un salto al ver a su madre andando agachada con las tetas oscilando y conmigo detrás pegado a su culo.

  • ¡Gloria quítate el camisón que vas a ver novedades!, tu madre te va a comer las tetas, quiero que aprenda lo que son unas tetas duras y usted Virtudes abra bien las piernas para que su hija le coma el coño y de paso vea cómo le meto la polla por el culo, para que se haga la idea de que después se la voy a meter a ella.
  • Mamá, ¿qué te hace Santiago?
  • ¿No le ves tonta?, me está follando el culo ¿qué a ti no te lo han roto todavía?
  • No mamá.
  • Pues ya es hora, acerca la crema que te dejé.

Al mismo tiempo que le comía las tetas a su hija le embadurnó el culo con su crema, entonces comprendí el error de la crema en la mesita de Gloria, era verdad que no le habían follado el culo nunca, eso me excitó más y mis clavadas fueron más enérgicas, lo que hacía que Virtudes se balanceara sobre su hija y ésta la repasara con la lengua el coño todo a lo largo llegando hasta mis huevos.

  • Ya tiene bastante Virtudes, ahora su hija que se ponga en pose porque la voy a ensartar.
  • No mamá no dejes que me meta esa polla.
  • No te preocupes hija, ya verás cómo te gusta, con la crema apenas duele.
  • ¿A ti no te dolió?
  • La primera vez mucho porque no me puso nada pero las siguientes apenas.
  • Basta ya de cháchara, coja mi polla y encárela en el culo de Gloria.

La mujer se apuró en obedecer y cuando la tuvo en su sitio me miró rogándome con la mirada que fuera magnánimo.

No le hice caso y le llené el culo de carne dura, la chica gritaba y su madre para aliviarle el dolor le acariciaba el clítoris.

  • Mamá para que me matas de gusto, me voy a correr.
  • ¿Ya no te duele cariño?
  • Muy poco, Santiago, muévete por Dios, aunque llore, sigue, no pares.
  • No te preocupes hija, córrete en mi boca.

Virtudes metió la cabeza entre las piernas de Gloria y aguantó el líquido que manaba del coño de Gloria a la vez que en su frente notaba el golpeteo de mis huevos, yo continuaba cogido a las tetas duras de la chica y cuando no pude aguantar saque la polla del culo de Gloria y se la puse frente a la boca a Virtudes.

Lo comprendió en seguida y la chupó lamiendo el frenillo a la espera de la riada de leche que no tardó en inundarle la garganta.

Gloria era agradecida y metió la cara entre las piernas de su madre y le lamió igual que ella le hizo un momento antes, la madre no tardó mucho en sacudirse de pies a cabeza meando la cara a su hija.

Quedamos agotados, yo satisfecho por haberles dado a las dos su merecido, a Gloria le había dado una Master Class en un momento con la ayuda de su madre y ésta aguantó como pudo mi rabia contenida.

  • Buenos días pareja, ya tenéis el desayuno en la mesa.
  • Buenos días Virtudes, parece que la lección de anoche la ha cambiado un poco.
  • Lo siento tenías razón, estaba muy mal follada, intenté aprovecharme de ti cuando dormías, estaba ofendida e indignada por lo que me dijiste pero cuando probé tu polla no pude frenar y aunque me rompiste el culo me vicié contigo.
  • Desde hoy se acabaron las malas caras, estáis en mi casa y se hará lo que yo diga, ¿entendido?
  • Si, Santiago lo que tu digas, no sabía lo de mi madre.
  • A partir de ahora os voy a follar cuando me apetezca y de la forma que quiera, vais a saber quién es Santiago.
  • Sí Santiago, es una pena que nos tengamos que marchar pronto, esta mañana tengo que ir a que me quiten la venda.
  • No te preocupes, iré a pedirle otro favor a Antón, seguro que me lo hará.

No me equivoqué y cuando salimos de casa Antón ya nos abría la puerta del coche, me miró al ver el cambio que había dado Virtudes, se había arreglado, su hija le había peinado de peluquería y la había maquillado y con el vestido escotado no aparentaba la edad que tenía.  Mientras esperábamos en la consulta me dijo…

  • Santiago, me ha sorprendido el cambio que ha dado su consuegra, cuando vinimos parecía una mujer mucho mayor.
  • Sí, le di unos “consejos” y los ha seguido al pie de la letra.
  • Si me permite le diré que está muy bien y tiene un culo…
  • Jajaja, Antón usted y su obsesión por los culos…
  • Es que me vuelven loco.
  • Y a mí también, pero no renuncio al resto, jajaja.

De vuelta la mujer estaba contenta porque la médica le dijo que ya estaba curada, incluso bromeaba con Antón y a este le caía cada vez mejor.

  • ¿Tienen mucha prisa?, es que cerca de aquí tengo un campo y quiero poner el motor en marcha para regarlo, sólo será un momento.
  • No se preocupe, no hay prisa.

Cuando llegamos al campo de Antón aparcó debajo de unos árboles, era un terreno fresco y a la sombra nos quedamos esperando a que el Alcalde preparara el regadío.

  • Virtudes, ¿sabes que me apetece?
  • A saber, contigo todo puede ser.
  • Quiero que me comas la polla mientras hacemos tiempo.
  • ¿Estás loco?, éste hombre puede volver en cualquier momento.
  • No te preocupes por eso, por experiencia sé que la mamas muy bien y antes de que vuelva ya me habrás sacado la leche.

Ya me había bajado los pantalones y ella no tuvo más excusa que tragar la polla que apuntaba al techo del coche, con las manos saqué las tetas blandas por el escote y las amasé, en un momento que sacó la polla de la boca para coger aire rodeé la verga con sus tetas moviéndolas viendo cómo aparecían y desaparecía entre ellas, pasé una mano por su espalda y la acerque a su culo, ella se puso de rodillas en el asiento y yo le fui levantando la falda hasta dejar las bragas al descubierto.

El ruido que hacía con la boca resonaba en el coche y no dejó oír los pasos de Antón sobre la hierba cuando se acercaba al coche.  Al ver el culo de Virtudes a cuatro patas me miró sorprendido, con la mano le señalé las bragas y levanté el pulgar, el Alcalde entendió, abrió la puerta del lado de Virtudes con cuidado y bajó la bragueta.

Lo que vi me asustó, era como si hubiera mirado mi polla con una lupa, era enorme en todos tus medidas, comprendí y compadecí a Alicia porque aquella polla no era normal pero ya no había marcha atrás y seguí acariciando las nalgas de Virtudes pasando las manos por la cintura y la espalda, ella seguía chupando la polla con más ahínco cada vez cuando Antón ladeó las bragas y las dejó enganchadas en una nalga, escupió en el redondo capullo y se pegó a ella.

El grito sordo que dio lo noté en mi capullo, los ojos le lloraban cuando quedó petrificada, aquello le estaba taladrando el culo y no se atrevía a moverse para no empeorar la situación, le cogí del cogote y lo apreté contra mí para que siguiera, ella se resignó y lentamente volvió a la tarea.

Antón estaba en las nubes, gozaba entrando y saliendo en aquel culo blanco como la nieve, Virtudes había optado por facilitar la tarea y con las dos manos separaba sus glúteos, el Alcalde soltó y me dio la mano agradecido por el regalo, era lo mínimo que podía hacer por él.

Dándonos la mano Virtudes se corrió, empezó a mover el culo hacia Antón y éste aguantó el empuje, todavía estaba temblando cuando Antón dijo…

  • Ven aquí a la hierba.
  • Yo me tumbo debajo.
  • ¿Y yo?
  • Virtudes tú en el medio, cara a Santiago.

La mujer obedeció y se sentó sobre mí, al momento tras unos leves movimientos estaba clavada en mi polla pero no mucho más sentía como Antón la penetraba por su agujero preferido, entre los dos sincronizamos los movimientos y la hundíamos y la sacábamos al unísono, abrazada dejaba sobre mi pecho sus tetas oscilantes marcando el sudor que les goteaba en mi pecho, se corrió y al poco el alcalde la llenó de leche caliente.

Apenas Antón terminó, Virtudes se dio la vuelta y metió la polla de éste en la boca para limpiarla de leche, dejándome a mí su coño, ahora fui yo quien me pegué a su trasero, entré en su empapado agujero y me perdí en él.

Me sorprendió que Antón le cogiera las tetas a Virtudes, era una novedad en él y me alegré por Alicia, posiblemente lo estaba llevando por el buen camino.

Le dejé el coño tan lleno de leche como el culo, cuando salí de él por los dos agujeros abiertos salía un reguero de espuma blanca.

Por la tarde vino mi hijo, Gloria se abrazó a él como si viniera de una expedición a la Antártida, Joaquín me miró extrañado y me hizo sentir mal.  En la primera ocasión que tuve le dije…

  • Hijo, te invito a tomar una cerveza mientras las mujeres preparan la comida.
  • Es igual papá, aquí en casa podemos tomarla.
  • No, hijo no, tengo que decirte algo.

Salimos paseando y fuimos hacia al bar pero antes en un jardín debajo de una morera nos sentamos en un banco.

  • Mira hijo… no sé cómo empezar… durante tu ausencia han pasado cosas…
  • ¿Qué ha pasado papá, estás enfermo, te han dado algún disgusto las mujeres?
  • No hijo no, no es eso, resulta que, no sé, es difícil contarte esto… hace unas noches tu mujer hizo una cena especial, yo saqué un vino y luego probamos otro dulce añejo que conservo en un tonel pequeño, ya lo conoces.
  • Si papá, el de Pedro Ximenez.
  • Sí, ese, pues lo normal… las cabezas se calientan, las bocas se sueltan…  y se dijeron muchas cosas…
  • ¡Ah, creí que era algo grave!
  • No, grave no pero… por la noche, cuando ya estaba acostado en el sofá vino Gloria y me contó que vosotros… que tú… vamos que no lleváis la cosa del todo bien, sobre todo el terma del sexo.
  • Bueno… sí, es verdad, no lo llevamos bien del todo.
  • Luego, tu suegra…  uf, me hizo un par de visitas o alguna más… en fin que han pasado cosas, las dos me pidieron remedio a sus penas y… ¡oye!, ¿qué pasa con Gloria?, ¡me dijo que no te gusta follarla y ella está desesperada por hacerlo!
  • ¿No me digas que ha dicho eso?  Jajaja, si es todo lo contrario… verás papá, siento decirte esto pero confío contigo, realmente las personas  a veces no somos lo que parecemos.
  • Sí algo de eso sé.
  • El caso es que mi mujer es muy reprimida, para ella el sexo ha sido siempre algo superfluo…
  • Pues no lo parece en absoluto.
  • Es comprensible, desde que nos casamos solamente lo hacemos lo indispensable, ya me entiendes…
  • No te entiendo para nada, tu mujer y perdona que te lo diga está buenísima, no comprendo cómo puedes resistir tenerla al lado en la cama y no estar follándola continuamente, con esas tetas, con ese cuerpo…
  • Verás, Gloria siempre ha sido muy remilgada, nunca ha querido pasar más allá del clásico polvo por compromiso y yo ya hace tiempo que me cansé.
  • ¿Tú, si ella me ha dicho que no le comes las tetas ni el coño?
  • ¿Eso te dijo?, pues es lo contrario, lo que ocurre es que me cansé de tanto insistir, te voy a decir un secreto… desde hace algún tiempo rengo una relación especial con mi secretaria…
  • ¿Cómo de especial?
  • Papá, no seas ingenuo, pues que follamos en el trabajo y fuera de él, te puedo decir que esta semana que estuve sólo dormí en su casa, es una maravilla en la cama.
  • Bah, no será para tanto, tu mujer es mucho más hembra que cualquier otra.
  • Físicamente puede pero no todo es física, deberías saberlo ya, te voy a dar una muestra…
  • A ver…  ¿Eso qué es?
  • ¿No lo ves?, mi móvil, espera…
  • ¿Alguna foto suya?
  • No hombre algo mejor, una foto la podría ver Gloria, mira esta aplicación.
  • Vaya cosa, un botón.
  • Papá, veo que no estás al día, anda te hago el honor, pulsa el botón.

El botón no hizo la más mínima reacción pero al momento recibió un mensaje por WhatsApp, lo abrió y leí. “Cabrón, ¿Qué haces ahora?, me has dado un susto de muerte, aunque muy caliente.”

  • ¿Y…?
  • Pulsa otra vez.

Lo hice y al momento otro mensaje, “Me estas poniendo cachonda cariño, ya tengo el coño mojado” .

  • ¿Tú ves?  Tengo conexión con un vibrador que lleva en el coño cuando no estamos juntos y al pulsar le sacude el coño y se calienta enseguida.
  • Venga Joaquín que no nací ayer…
  • ¿Qué podría convencerte?
  • Quiero verla.
  • Espera ahora le contesto.

Al minuto recibió otro mensaje, era una fotografía y en un primerísimo plano pude ver un coño con tubito rosa que salía de la vagina con una lucecita en la punta como el dedo de E.T., mi hijo para convencerme del todo le mandó otro que le pedía que enseñara las tetas, al momento un par de tetas llenaban la pantalla del móvil, no eran tan perfectas como las de Gloria porque no eran operadas pero los pezones semejaban a dos galletas Oreo.

  • Joder Joaquín, esto es fantástico pero un poco frío.
  • Me gustaría que opinaras cuando la estoy follando, se pone un tapón en el culo que parece un alfil de ajedrez con una cola de zorra, sólo se lo quita para que se la meta yo.
  • No te puedo creer y ¿tu mujer no sospecha?
  • Algo pero prefiere seguir con la rutina.
  • Eso será porque estará influenciada por su madre, parece que es muy rígida con los hombres, aunque muy curiosa.
  • ¿Virtudes?, jajaja, no tienes ni idea, mi suegra sólo busca la ocasión de quedarse en casa a solas conmigo para que la folle, ya me ha despertado dos veces comiéndome la verga.
  • Joder Joaquín, qué familia, si no me lo cuentas tú no lo creería.
  • Puedes jurarlo.
  • Pues sí que han cambiado, bueno sobre todo Gloria, me ha dicho que quiere emociones nuevas y me ha pedido que la ponga al día.
  • No te preocupes, será sólo para disimular.
  • No sé pero disimula muy bien, sólo te pido que soluciones esto con tu mujer, promételo.
  • Sí papá, lo haré.
  • No, no me vale “lo haré”, no quiero que os vayáis teniendo esa duda.

Cuando volvimos para comer las dos mujeres se habían arreglado con sus mejores galas, estaban preciosas sobre todo Gloria y habían hecho una comida digna del mejor restaurante, las dos estaban de lo más simpáticas y rivalizaban en amabilidad, nos halagaban por cualquier cosa y vi que mi hijo notaba algo extraño, yo sospechaba que las dos habían tenido una conversación.

Luego, tomamos café en la mesita frente al sofá, Virtudes y yo en el sofá grande y mi hijo y mi nuera en el pequeño, los dos empezaron a contar anécdotas del crucero cada vez más picantes, Virtudes reía como una adolescente y me cogía del brazo para que la acompañara, en una de esas dijo…

  • Cuanto me gustaría hacer un crucero como ese pero bien acompañada, claro.
  • A mí no me mires Virtudes.
  • Jajaja, papá parece que habéis hecho las paces.
  • No hijo no, tu suegra es insufrible, jajaja.
  • ¿De verdad, lo dices en serio Santi?

Me hizo una boquita de mimosa a la vez que se sentaba sobre mis piernas pero yo la aparté y le contesté.

  • Ya te dije que no te soporto y menos en mí casa, ahora no quiero insinuaciones porque está mi hijo.
  • ¿De verdad, lo dices en serio?, mmm, ya te dije que estaba a tus ordenes, dime lo que quieres que haga.
  • No me tientes Virtudes, que te tengo ganas.
  • ¿Ganas de qué, “elefante vivo”?
  • De esto, ¡plash!, arrodíllate y reconoce quién manda aquí,

El bofetón era más efectivo que doloroso pero ella agachó seria la cabeza y comenzó nerviosa a soltarme el cinturón del pantalón, Gloria y mi hijo no creían lo que veían, Gloria acurrucada contra él esperaba ver cómo terminaba aquello.

Lo que encontró Virtudes no era la primera vez que lo comía y se lanzó a por él con la boca abierta, al principio iba con cuidado pero la cogí de las orejas y le hundí la polla hasta la campanilla.

  • Aaag, suelta que no puedo respirar.
  • Así chuparás con más interés y ve quitándote la ropa que te voy a pellizcar esos pechos que tienes tan caídos.

Virtudes se quitó la ropa rápidamente, cuando se soltó el sujetador cogió las tetas con las dos manos y me las ofreció en bandeja, cogí los pezones con dos dedos y los retorcí haciéndola gemir.

Mi hijo ya tenía una mano debajo de la falda de Gloria, ésta lo besaba rendida a la vez que sentía los dedos pulsar su clítoris, fue ella la que le fue quitando la camisa a Joaquín y la que le fue chupando las tetillas a su marido, cuando le sacó la polla vi que tenía razón, le tenía más grande que yo pero más delgada aunque Gloria no le hizo ascos, la engulló hasta tocar los huevos con la barbilla, mi hijo estaba alucinado y más cuando su mujer se dio la vuelta y le dijo…

  • Toma cariño, fóllame el culo.
  • ¿Te pasa algo amor?, no te reconozco.
  • Agradécelo a tu padre, me ha enseñado lo que es follar.

Me encogí de hombro cuando Joaquín me miró y le dio el capricho a su mujer, le dio la vuelta y la sentó en sus piernas, ella apretó los ojos un momento y suspiró, entre las piernas de mi hijo sólo vi sus huevos peludos.

  • Vale ya puta, deja ya de chupar, ya te tragarás mi leche después, siéntate como tu hija.

A Virtudes le costó un poco orientarse y dando media vuelta giró y se sentó sobre mí, esta vez no tenía la ayuda de la crema y las lágrimas le caían por las mejillas cuando quedó empalada.

Madre e hija botaban al ritmo que les infligíamos nosotros y cuando mi hijo le quitó la blusa a Gloria los dos pechos salieron disparados, él los cogió apretándolos y yo hice lo mismo con los de Virtudes, la diferencia era que él apenas podía dejar marca son sus dedos en cambio yo me hundía hasta los nudillos.

Cuando Virtudes empezó a gemir, Gloria jadeaba, las dos se abrazaron a nuestros cuellos y nuestras manos pasaron entre sus piernas y atacaron los clítoris que asomaban entre los labios de las dos mujeres.

Entre las dos me pusieron la tapicería del sofá llenas de manchas, las mojaron al correrse sin freno, puestos a estropearla del todo los dos tumbamos a las mujeres en el mismo sofá y les follamos las tetas, los chorros de leche salpicaron sus tetas y sus caras, ellas cogidas de las tetas volvieron a correrse.

Con las caras llenas de salpicones blancos se besaron madre e hija y de paso se relamieron sus respectivas mejillas.

  • ¡Ahora lamed las pollas, las queremos limpias como antes de empezar!

Las dos se miraron y en el último momento se cambiaron de sitio, Virtudes se tragó la polla larga de Joaquín y Gloria con una mirada lasciva y me lamió de abajo arriba todo el tronco hasta hacer desaparecer la verga en entre sus labios.

A mi hijo le costó un poco recobrarse pero yo cogí las dos tetas duras de Gloria y en pocas lamidas estaba tan duro como antes, puso los labios cerrados rodeando el frenillo cuando le dije que me iba a correr, esperó y al notar que mis huevos se comprimían fue tragando según recibía semen caliente.

Joaquín al verlo se calentó y alcanzó a su suegra que estaba a su lado, Virtudes tosió porque mi hijo no le avisó y se atragantó, con los ojos llorosos y echando leche por la nariz aguantó hasta que se agotó la fuente.

Ya no nos vestimos, los jóvenes se fueron a mi cuarto y yo fui al de Virtudes, todavía estuvimos retozando un rato mientras oíamos follar a la pareja en la otra habitación. Ya tarde caímos dormidos agotados por el esfuerzo, bien entrada la noche noté como unos labios calientes me besaban en un beso ardiente, alargué la mano y toqué las tetas duras de Gloria, luego se marchó.

Continuará.

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