Un joven salido

Mis morbosas aventuras por toda la ciudad

Hola, mi nombre es Aaron y tengo 22 años, hace ya algún tiempo que soy gay, he tenido muchas aventuras en los últimos años que creo que merecen ser escritas. He decidido escribir sin seguir una línea cronológica clara. Solo voy a recordar los buenos momentos y encuentros sexuales más morosos. El relato con el que quiero empezar ocurrió hace dos años, yo acababa de cumplir 20 años, ya había tenido muchas experiencias con muchos hombres y que quede claro que soy totalmente pasivo. Con el calor del verano vino la inquietud tan típica de los jóvenes. Hacia tiempo que no me acostaba con un hombre y además los últimos dos habían sido decepcionantes. Para que lo entendáis, me da morbo follar con desconocidos, y la mejor manera es poniendo un anuncio en pasión, y esperar a que mis padres no estén y quedar con algún macho salido. Normalmente me ponen más los maduros y con pollas grandes o muy grandes. Pues los últimos dos habían sido muy decepcionantes y no acabamos encajando en la cama. Habían pasado dos meses desde aquello y yo no podía más, practicaba sexo por teléfono y no me satisfacía ya. Quería morbo real, fantasías en vivo, quedar con un hombre que me deseara con locura y sorprenderle y abrirle la puerta totalmente desnudo. Normalmente eso define si va a ser un buen follador, o se me abalanza y me toma entre sus brazos o no sabe que hacer.

Pues aquel día dormí desnudo y tuve sueños muy calientes y me desperté caliente de verdad, quería estar con un hombre, y las pajas no ayudaban. Lamentablemente no tenía sitio porque era sábado y mis padres estaban en casa. Después de dar vueltas en la cama y soñar con un par de pollas como piedras de duras, decidí hacer caso a un amigo que siempre me insiste de ir a una sauna que está más o menos cerca, di una excusa creíble y salí con el corazón acelerado y con la polla reventar, realmente esa sauna no es una sauna gay, al menos eso creía, no tenía intención de follar con nadie, el hecho de exhibirme me ponía a tope, que me mirarán y me desearan todos los hombres que viera.

Era un sitio bastante bueno, normal pero limpio, pagué una entrada y me dieron una llave para cambiarme, estaba decidido, me desnude y aunque podría haberme puesto una toalla decidí pasar, no actuaba con cabeza porque estaba salido y cachondo a más no poder. Había poca gente y algunos se iban después de su sesión de mañana, note algunas miradas y no todas de reproche. Un señor muy amable me invito a su compartimento privado, le rechacé amablemente pero me insistió bastante, yo quería explorar más antes de quedarme con el primer tío que me quisiera follar. Acepte pero le dije que solo un rato que mis amigos me esperaban, lo curioso es que desde que me pregunto mi nombre me puso la mano en el costado y la bajo hasta tocarme el culo y dejarlo ahí. Mientras intentaba escaquearme me acariciaba suavemente y como yo no llevaba nada empecé a tener una gran erección, el señor José (así se llamaba) lo noto y se acarició la polla por encima de la toalla, se le notaba grande. Mucho más grande que la mía.  ( os puedo decir que le mide 19 cm más o menos) me cogió de la cintura y me atrajo, yo le seguí la corriente, entramos en un pasillo estrecho y que olía crema y a limpio, y a vapor. Había vapor por todas partes. Se veía todo pero había bastante vapor como para no ver todos los rincones. Entonces me empujó suavemente contra la pared me acarició la polla y me dijo:

  • tengo que comprobar que eres tan bonito y dulce como pareces. Es mi trabajo.

  • Creo que esto está de más, mejor me voy

  • Créeme encanto, pasa y no te arrepentirás

Entonces me besó y se deshizo de la toalla, su pollon salto hacia arriba para chocar contra mi vientre. Nos seguimos besando bastante rato, estábamos los dos completamente desnudos , yo rendido a el y ya jadeando, con una total falta de timidez me puse de rodillas y saboree ese temendo falo tieso  mientras suspiraba feliz, no me importaba que nos pillaran. Le lamia la polla entera y la chupaba como un necesitado, disfrutando cada parte de esa cosa dura y caliente a más no poder. Entonces el señor José me cogió de la cabeza y me empezó a follar la boca a todo ritmo, el ruido se escuchaba por todo el pasillo. Después de un rato de follada frenética me levante como un resorte y me puse de cara a la pared.

  • No vayas tan deprisa cariño, no voy a ser yo quien te follé. Si quieres más de esto sigue este camino y la primera puerta a la derecha. No hay pérdida, lo único es que hagas como que no pasa nada.

  • que quieres decir

  • Que te dejes seducir pero no seas facilón.

  • Vaale. Hasta luego

Dije y me aleje con más ganas de lo mismo y sus palabras habían despertado el morboso en mi. Así que ahí estaba completamente desnudo y cachondo a más no poder llamando a una puerta que sin saber que me esperaba...

El relato continuará...