Un instante en el toro mecánico

Accedi a montarme en una atraccion de feria con la prima de un colega, y en un breve instante pudo hacerme mas feliz que todas las tias con las que he estado.

UN INSTANTE EN EL TORO MECÁNICO BY POETO.

Esta historia no contiene sexo explicito. Pero si mucho erotismo y el aliciente de que se trata de un hecho verídico que me ocurrió hará tres meses.

Quiero dedicar esta narración en especial a aquellos que tanto les desagrada la excitación que podamos sentir algunos ante una menor y es que ellos desconocen el morbo que muchas pueden encerrar.

Otro punto aclaratorio. No estamos enfermos (al menos yo) no sentimos lo que sentimos por medio de una perversa idea de dominación o por un gusto malsano con la ilegalidad o una sensación de inferioridad que nos imposibilita la relación con chicas adultas.

Eso son CHORRADAS las niñas son un tipo de canon mas, piernas delgadas, abdomen liso, pechos y caderas apenas formadas, culitos respingones y una mirada angelical.

Si a esta descripción le añadimos una melena rizada y castaña y unos labios carnosos tenemos a Yolanda. La protagonista de este hecho verídico.

Ella tiene la dulce edad de doce años y es prima de uno de mis colegas. Una noche de feria, su madre se la encomendo a este amigo mio, y el a su vez a nuestro grupo, lo cual no nos vino mal del todo, ya que llevábamos dos noches saliendo unicamente a emborracharnos, una nochecita tranquila disfrutando de las atracciones de la feria nos vendrían bien, ademas, aquella noche iba como loco observando cada dos por tres la figura de yolanda embutida en uno de esos pantalones de chandals blancos y ajustados y un top corto que dejaba su deliciosa barriga al deleite ajeno. Como guinda de pastel. Yolanda llevaba su melena recogida en una coleta alta que luego la dejaba caer por su espalda. Lo que me hizo recordar la crin de caballo que emulan en algunas imágenes porno del rollo fetichista.

Aunque eso era todo lo que se podia llegar a fantasear con yolanda, ya que sus conversaciones dejaban demasiado a la imaginación, era algo recatada, lo normal en una niña de 12 años.

Ella no tenia problema en subirse en las atracciones que soliamos frecuentar salvo por una llamada "el toro mecanico" que aunque anunciaba ser para mayores de 7 años, sus ocupantes no sobrepasaban la edad de Yolanda, lo que hizo que el grupo se recatara de montar con ella, y ella no queria subir sola.

Fue algo hipnotico verla hacerle mimos a su primo para engatusarlo y que subiera con el. Restregando su cabecita por el afortunado costado de mi amigo me volvia a llenar la cabeza de fantasias y me hizo abalanzarme en estado casi zombificado a ofrecerme a montar con ella.

La atracción, por si no la conoceis consiste en un cilindro de gomaespuma recubierta con cuero en el que los crios se suben en fila y se agarran a donde les es posible para evitar caerse a unas colchonetas. Con picardia, me situe detrás de Yolanda para poder observar desde atrás el meneo de sus poco desarrollados pechos en cada rebote del aparato.

Tras veinte divertidas caidas volvi a subirme para percatarme de algo de lo que tenia que haberme dado cuenta antes. El bordecito de sus bragas, pero cual fue mi sorpresa cuando sus ajustados pantalones se bajaron un poquito mas y descubri que se trataba de un tanga. No puede ser!, una niña de 12 años con un tanga de hilo! Siempre viste asi? Se comprueba como le queda antes de salir?. Esas preguntas junto con cientos, millones de imágenes de Yolanda en tanga nublaron mis sentidos e hicieron que estuviera a punto de reventar mi paquete. Ni siquiera era consciente del tiempo que pase mirándoselo hasta que ella se dio cuenta cuando acabo la atracción.

-te gusta mi tanga?- la pregunta me vino directa como un puñetazo al estomago, pero que solo conseguia excitarme cada vez mas. –que? Que estas diciendo?.- intentaba disimular mientras apartaba la vista y me ponia rojo como un tomate. –me lo estabas mirando- note la picardia de su sonrisa. Mientras sacaba con un dedo uno de los hilitos del tanga –mira, te gusta?- creia que mi excitación no podia ser mayor, pero continue en mi poco creible papel de anti menores. –pero tia, donde vas con tanga si aun eres una cria?- su sonrisa y su mirada lo decian todo, decian, se que estas intentando disimular que te gusta lo que ves. No era muy difícil adivinarlo. En ese momento, un segundo antes de bajar del cilindro de cuero hizo algo que ya acabo conmigo. Comenzo a hechar su cuerpo hacia atrás, curvando su espalda como una chica teniendo un gran orgasmo, y sin dejar de mirarme a los ojos apoyo su cabeza entre mis piernas abiertas.

Ella bajo riendo de la atracción, no se si por como se habia divertido en ella o como se habia divertido conmigo. El verla comportarse de nuevo como una cria, haciendole burlas a su primo por no haber querido montar me hizo comprender que no habia descubierto su faceta seductora aquella noche, tal vez fuera mucho antes y seguramente yo no seria el ultimo tio al que pondría a tono disimuladamente me saque un cigarrillo de la pitillera que uso para después de los polvos en lugar de uno del cartón normal y me lo fume pensando en aquel instante de gloria.

Esa es mi historia, necesito muchas opiniones, asi que comenten, comenten.