Un infierno bien merecido

Un hombre es reducido a las condiciones mas abyectas imaginables, como compensación por el daño que ha causado a su esposa. Ni uno ni otro volverán a ser los mismos.

UN INFIERNO BIEN MERECIDO

Me duele todo el cuerpo… y no quiero pensar en lo que he de pasar aún. Llevo más de doras atado en la cama, sin podre moverme y con los musculos en tensiòn. Desnudo y boca abajo, los brazos estirados hacia el cabezal de la cama, al que están unidos por dos juegos de esposas policiales. Las piernas abiertas y estiradas, amarradas por cuerdas al pie de la cama. Una almohada bajo mi abdomen… y una porra policial insertada en mi trasero. Unos meses atrás no habría creido esto posible, pero he llegado al punto en que, aunque no sea algo rutinario, el que me sodomicen con un instrumento asì no es algo fuera de lo comùn. Me asusta lo que ha de venir despuès

  • Conocí a Laura hace ya casi seis años… en una boda, lugar propicio para encontrar pareja. Ella era Prima del novio, yo compañero de trabajo de la novia… Solteros los dos, no destacabamos en nada especial. Sueldo medio, trabajo normal aunque bien pagado. Yo era un joven moreno de 25 años, en buena forma pero no especialmente guapo, del montón. Ella era más atractiva que la mujer media… un poco gordita, pero de ojos azul verdoso y rubia natural. Ese dìa consefuí su nùmero, y cuatro años más tarde nos casamos, en esa misma iglesia.

La porra está tan profundamente metida en mi trasero que se mantiene por si sola, sin moverse en lo más mínimo. Además de por las ataduras que me mantienen en esta postura, no me muevo debido al extremo dolor que siento en caso d emover ese instrumento de castigo clavado en mi. No està allì por mi placer, sino precisamente para todo lo contrario. Mi esfinter ha aprendido a dilatarse por las malas, pero su diametro es demasiado para mi de todos modos. Noto la superficie de los intestinos dilatada y tirante, como si pudiese rasgarse en caso de un movimiento demasiado brusco. Además tengo deseos de orinar, que he de reprimir. No me està permitido orinarme encima, no sin permiso. Mis funciones corporales ya no son las mias, he de pedir permiso para todo. No se cuanto habrè de esperar, pero la experiencia me dice que no demasiado.

  • Creo que me casè enamorado, aunque ahora no estoy seguro del todo. En parte deseaba una sustituta de mi madre, alguien que me cuidade esas cosas. Además de por el sexo, claro está. Laura era una buena muchacha obediente, que además de su trabajo en una agencia inmobiliaria llevaba el peso de las tareas de la casa. No creo que la apreciase en lo que se debe. La trataba correctamente, hasta que comencè a tener presiones en el trabajo . Ascensí, y gané más dinero, pero mis preoupaciones aumentaron mucho. Comencé a beber un poco de más. No mucho… y a veces se me escapaba una torta contra mi esposa. Ella lloraba pero callaba. Creo que sabía que estaba pasando por un mal momento, y que era algo pasajero

Creo que oigo pasos en el camino de acceso, y alguna risita… Laura no vuelve sola a casa, como ya me imaginaba que iba a ocurrir. Me pregunto a quien traera hoy…. Si se tratará de alguien con el que desea acostarse, y reirse de mi mientras lo hace, o si además ese "amigo" suyo se entretendrá violandome. En realidad no se trata d euna violación para él, claro, solo de un morboso juego de dominación de pareja. Con mi aspecto, pensará que he de hacer todo lo que mi esposa me pida para que ella no me abandone. Ojalá las cosas fuesen tan sencillas. En el peor de los casos Laura volverá de un local de "ambiente", donde habrá explicado la situación, o parte de ella más bién, a algún cabronazo salido que estará frotandose las manos de tener un culo a su disposición, y una persona que no se va a quejar y se va a dejar follar todo lo fuerte que desee, aunque yo sangre o vea el infierno mientras lo hace. No será la primera vez que deba acudir a Urgencias con el intestino rasgado, y una hemorragia contenida con una compresa. Allí me atienden, claro está, y también he de soportar sus miradas y comentarios. Esas noches lloro cuando me quedo solo, por algo màs profundo que por el dolor. Y aùn puede ser peor, puede que directamente Laura haya recurrido a los servicios de un chapero profesional , entrenado para no correrse pronto, y dotado de una herramienta de actor porno. De todos modos no lo creo, Laura ya me ha avisado que reseva las pollas mas grandes disponibles para cuando estè mas abierto.

Laura se quedò embarazada. Podrian pensar que eso me ablandó y deje de darle al Vodka. Pero no. Un hijo solo suponía mas problemas para mí. Yo no lo quería, se que fue cosa de Laura. No se olvidó de tomar la pildora, pero eso no cambia nada. Una noche se me volviò a ir la mano. Ella estaba de seis meses. Cayò mal. Se golpeó el abdomen. Y mi puñetazo le hinchó un ojo. Perdió al crio. La policia y la familia de ella deseaban que me encerrasen de por vida. Laura quiso verme a solas, aun en la habitación del hospital. Yo supliqué y prometí enmendarme, que no me denunciase… la carcel era segura. Una palabra suya a la policia y me encerrarían para largos años. Asi que hice un trato con ella. No se que ocurrió con la Laura con la que estaba casado, esa era otra mujer, una mujer a la que la experiencia del aborto habìa cambiado. Suelo compararlo con un termómetro… un instrumento util e inofensivo, de uso comùn… pero si se rompe libera el mercurio que contiene, altamente tóxico y peligroso. Yo rompí a Laura, y desperté en ella el deseo de una venganza que los jueces no podìan proporcionarle. Yo seria suyo por medio año, el tiempo que había llevado a su hijo nonato en las entrañas. Yo sufriría…eso seguro. Si pasaba por el aro, no me denunciaría. Un divorcio de mutuo acuerdo con casi todo lo económico para ella. Y punto. Yo se lo agradecí… que bobo fui. Firmé documentos y confesiones que un notario guarda. Laura me agarró bien.

Antes de salir esta noche, Laura me ha obligado a verla prepararse de un modo muy sensual… un ajustado vestido rosa de tejido elastico, muy corto y escostado. Zapatos altos, medias de rejilla. Ropa de mujer de caza, y con su fisico no es un problema para ella atraer un macho a la cama. No será la mujer más bella del mundo, pero tiene un encanto notable. Y claro, un coño es un coño. Me amarró en la postura en que estoy ahora, tras que yo me limpiase con un enema de agua caliente. Estuvo cosa de 5 min acariciandome el ojete con vaselina y dilatandome algo. Después me metió con brusquedad en el culo un consolador con forma y medidas de polla normal. Con eso dentro de mí, ella se maquillo sin prisas, y se dio los últimos toques. Justo antes de salir, me retiró la polla de plastico del culo, y comenzó a lubricar la porra. Yo le suplicaba que no lo hiciese, nuestro trato me prohibia hablar bajo ninguna circunstancia, pero esn casos como ese Laura hace la vista gorda. Creo que le gusta que suplique, aunque sepa que es en vano. Solo me dijo "Yo también suplicaba que no me pegases, que estaba embarazada, hijo de puta". Tras eso me violó con la porra. La primera vez me causó unb desgarro notable. Ahora ya entra, simplemente con dolor. Dejandome así empalado, se fue de caza. No iba a volver sola… eso seguro.

Disponiamos de una buena cantidad de dinero, y Laura lo invierte en putearme. Tenemos un chalecito, pero ha despedido a la sirvienta. Ahora yo me encargo de todas las tareas domesticas. Esa es la menor de mis obligaciones, muy llevadera, excepto cuando estoy roto de dolor. No puedo salir de casa, excepto en ocasiones muy especiales. Mi vida es muy distinta de la de una mucama, pese a todo. No puedo hacer mis necesidades sin permiso. He de limpiarme el culo con la mano, no con papel. He de guardar mis deposiciones liquidas y heces, asi como las de mi esposa. Mi comida se mezcla con ellas. Arroz a la mierda, sopa mezclada con orines… Ello es causa de infecciones bucodigestivas, lo que agrada a Laura. Yo antes estaba en forma, ahora me ceba con alimentos grasos, y una de mis obligaciones en engordar al menos dos kilos a la semana. Hace 4 meses, cuando comenzó mi martirio, yo pesaba 85 kg…. Ahora son 120 y un pico. Estoy grasoso y repelente, con una prominente barriga y grasas colgando. Habló con una amiga suya del colegio, separada y con hijos a su cargo. Enfermera. No se de donde las saca, ni creo que sea legal, pero viene dos veces por semana. Veo el desprecio en sus ojos, por mi y por la que fue su amiga. No se cuanto le paga Laura, no ha de ser poco. Me inyecta hormonas que hacen crecer mi pexho, y me han reducido el tamaño del pene y encogido las bolas. Mis erecciones no pierden fuerza, aunque obviamente si tamaño. Me estoy quedando grotescamente deforme, aunque lo peor sea temporal. Pero un rastro de tetas gordas y polla pequeña será para siempre.

Entran en el cuarto. La cosa no pinta bien…Laura viene con dos hombres. Uno parece un tio mas o menos normal, algo borracho. Viene sobando a mi esposa, sacandole un pecho del vestido, y obviamente cachondo. No le importa que estè yo aquí, atado, desnudo y empalado. Es un tio al que le ha salido la posibilidad de tirarse a una "loca", y la aprovecha. El que me preocupa es el tercer hombre. Negro. Dos metros. Como un armario con patas. Rapado. Aros de oro en las orejas. Todo en el dice… "Chapero profesional". Asi que Laura ha decidido dar el paso… me veo en el hospital otra vez. Una lagrima me cae por las mejillas. El negro me mira, algo triste tal vez. Para él soy un pervertido que disfruta mientras le rompen el culo, mirando follar a su mujer. Ahí de todo por el mundo. Laura no pierde el tiempo, y su amigo menos. Se arrodilla a mi lada, con las manos apoyadas en el colchòn. Como una perra expuesta. Su ligue de esta noche le soba las tetas y el culo, sacandole el vestido. Profieren obscenidades, eso me es indiferente. El negro se desnuda. No quiero mirar, pero su miembro me fascina. Mide unos 25 ctms y es grueso como mi muñeca. Me saca la porra despacio del ano… procurando no hacerme daño. Pero es inevitable. Parece una buena persona., me susurra "oye tio, ¿de verdad quieres que te encule a tope?. Te va a hacer daño, no hay manera de que no lo haga si entro en ti sin mas…" Yo se cual es mi papel en esta función, Laura me ha aleccionado bien. "Enculame, negro mio, rompeme…". Entierro la cara en la almohada, para que no se vean mis lagrimas. Laura es lamida en su sexo por ese desconocido, y se deleita en mi dolor, su rostro junto al mio….

  • Dolor y humillación, dos palabras que se suelen emplear a la ligera. Comencé a vestir ropa de mujer, incluida la interior. Usaba un uniforme de chacha francesa para hacer las tareas del hogar, así debía recibir a vendedores y cobradores. Hube de "seducir" por orden de Laura al cartero, ese fue el primer hombre con el que he tenido relaciones. No atado a una cama y obligado… sino comportandome como el travesti mas puto de la ciudad. Aguantar la necesidad de orinar largas horas, sabiendo que una durisima sesion de electricidad me esperaba en caso de mearme encima. Parece castigo flojo, no lo prueben. Por cada torta que le he dado a Laura, ella me ha propinado una paliza con un cinturòn. Me ha pateado las pelotas, se lo que es llevar unas bolas chinas metidas en el culo 24 horas seguidas. En los dias malos he tenido que llevar pañales para adultos, ya que me cagaba encima después de que me rompiesen el culo. Esa es mi penitencia y mi castigo por haber sido un cabrón.

La hora de la verdad… Laura le dice a su amigo que es hora de que la monte. Que la monte, la Laura que yo conocí se ruborizaba si mencionaba la palabra "follar" ante terceros. No la nueva Laura, claro. Noto las manos del Chapero separandome las nalgas. Aprieto los dientes… pero es en vano. No puedo evitar aullar cuando deja caer su peso sobre mi. Es pero que nunca, uno cree que el ano se acostumbra y dejara de doler pasado un tiempo, pero Laura me ha dosificado. Si estuviese cerrado, simplemente esa morcilla negra no pasarìa. En mi estado, estoy lo bastante abierto para un mete saca violento y rudo. Como el que podrìa experimentar en una carcel, solo que este individuo me lo hace con goma, y no me va a contagiar el SIDA. Mis gritos estimulan a Laura, que goza más por ellos que por el trabajo que le hace su socio. Huele mi miedo, mi dolor… pese a todo no la odio. Yo acepté, hago esto por evitar la carcel. No se si hice bien, peor una vez en el ajo no voy a renunciar ahora. Noto calor en mi culo, el mete saca me fricciona e irrita. Y tiene aguante, es su trabajo. Laura se corre un poco antes que su amigo, el cual le aprieta los pechos cuando se descarga dentro de ella. Despues contemplan como el negro continua su tarea, controlando su respiraciòn. Llega al punto en que me duele cada vez menos, con el ano dilatado hasta nuevas cotas… y la porra ha hecho su trabajo, creía que me iba a romper, pero lo estoy aguantando sin notar sangre ni esa sensación de desgarro. Laura me susurra…."¿Gozas, amor?. Frotate contra la almohada que tienes debajo de la pollita. Solo despues de que te corras Manej acabará en tu culito de travesti. Luego se la comerás, para que veas lo buena que soy. Y te sacaré fotitos mientras te comes ese rabo negro, para tener un recuerdo". Asi que me muevo al compás de esas embestidad, para frotarme contra la almohada y que este suplicio acabe. O al menos por hoy,,,,mañana sera peor.

Porque cada dia es peor.