Un hostal de mala muerte
Estuvo embistiéndome al menos veinte minutos o quizás algo más, alternando las embestidas, penetrándome lentamente y acelerando solo cuando veía preciso, marcando el compás al ritmo de mis gemidos y sollozos uuuffff!.
Un hostal de mala muerte
Antes de nada, agradecer tantos a aquellos que me leéis como los que me ponéis un comentario, ya sea al portal de www.todorelatos.com como a mí email, pues por vosotros me dais animo a continuar, siguiendo a plasmar mis confidencias.
Debo de agradecer a una buena amiga, amiga que me dio alas y animo a contar mis experiencias, amiga a la conocí cuando iba a lo largo del Charco de la Pava hasta más allá de la Raya. Lugares que vas en busca de un amigo o amigos que me den placer, encontrando como estos sustituyen con rapidez a un chico por una chica, chica tan pervertida como degenerada, pero que incluso yo me uní a esas orgias. Amiga al final y al cabo, que me propuso plasmar mis experiencias, cosa que hago en este portal, pues como dice ella…
- “Lo increíble es la facilidad que tenemos las personas de poder recordar siempre lo malo, ya sea desdichas, situaciones o incluso tragedias, mientras que las cosas buenas, nos cuesta más recordarlas, no porque hayamos tenido menos, pero quizás sea por eso mismo o porque las disfrutamos de manera distintas”.
Susana tenía razón, siempre nos cuesta recordar con claridad las cosas buenas, pues de alguna manera tenemos lagunas de tiempo, bueno quizás algún día cuente algo de mí amiga Susana, siempre que estéis interesados. Comenzare con mi anécdota, mirad años después de haber realizado el servicio militar, servicio que pase los dos meses de instrucción en el acuartelamiento que había junto a Javalí Nuevo (pedanía o barriada que pertenece al municipio de Murcia). Dos meses que se te hacen una eternidad, dos meses que se te hace un infierno, quizás por la caña que te dan o quizás, porque son dos meses que prácticamente no pude ver a mi familia. Ya que tanto la distancia como el precio del recorrido lo hacen imposible, no teniéndome más remedio que quedarme allí recluido, recluido las primeras semanas en el cuartel, pues las demás buscas un lugar donde poder descansar fuera de este.
Por las escuchas de otros como yo, logre enterarme de lugares donde poder descansar, hostales o como le quieran llamar, lugar donde te alquilan la cama en dormitorios comunitarios. Lugares que por poco dinero puedes alquilar un lecho donde descansar, pero es el tiempo donde descubres que hay que tener cuidado, cuidado porque otros puedan usar ese lecho e incluso su acompañante, usarlo para a su antojo y convirtiéndote en su objeto de placer. Como me solían decir... “Lo barato sale caro", siendo una gran verdad.
Bueno a lo que vamos, os relatare esta anécdota a modo de experiencia, anécdota pues hace años de ella, y experiencia por lo que me tocó vivirla. Tras cumplir con la patria y licenciarme en junio de 1993, uno vuelve a sus estudios e intentar continuar con mi vida donde lo deje. Pero dos años después recibí la llamada de un compañero del cuartel, compañero que me pide la ayuda de no solo que le acompañe al acuartelamiento, sino que sea testigo de una serie de actos, o sea que lo respalde. Debo deciros que este compañero, tuvo que abandonar anticipado su alistamiento (pues se pegó un tiro en el pie), la petición de que lo respalde era que le llego una carta que debía de continuar con su alistamiento, cosa muy engorrosa la verdad.
La idea era sencilla, coger el coche temprano y tragarnos algo más de cinco horas de autopista hasta Javalí Nuevo (Murcia), no detenernos ni para poder picar algo e ir directamente hasta la comandancia, lugar que entregaríamos la documentación necesaria y volver a Sevilla. Todo lo había planeado así de simple y sencillo. Tras llegar como lo habíamos previsto, no buscamos ningún tipo de alojamiento, presentándonos en la comandancia para solucionarlo cuanto antes, pero nos dimos cuenta que eso no iba a hacer tan fácil. Nos explicaron una serie de formalismos, donde había que realizar una serie de formulismo y debíamos seguir, una pauta por todo este error administrativo. Abreviando que esto tardaría unos días, días que finalmente tuvimos que ir a buscar alojamiento, no encontrando en ese momento por una convención que había, no quedándonos otro remedio que coger un hostal que había a las afueras de la pedanía. Hostal que no veíamos muy bien, pero que debido al presupuesto que teníamos no nos quedaba otra.
Recuerdo que nada más llegar al hostal (si a eso se le podría llamar hostal), fuimos directamente a recepción a inscribirnos, saliéndonos una mujer mayor que nada más vernos, nos miró de arriba hacia abajo. Preguntándonos…
- “Debéis de aportar el carnet de identidad, sobre tu por ser menor de edad”.
Dándome cuenta que se refería a mí y tras soltar una carcajada, cosa que por la carita de esta mujer no le sentó demasiado bien mis risas, tuve que corregirla y decirle…
- “Perdóneme el haberme reído, pero cuando me ha tomado por un menor, me he sentido por un lado halagado, pero debo decirle que como bien refleja mi D.N.I., tengo veintiún años”.
Mujer que se disculpa por su error y que, tras coger los datos de nuestros carnets de identidad, mirándonos nos suelta…
- “Parejita o amigos”.
Siendo ahora mi amigo quien se ríe, respondiendo a esta mujer…
- “No señora, no somos maricones, solo somos buenos amigos que han hecho el servicio militar y que ahora, debemos de certificar que ya no lo somos”.
Hay acabo nuestra conversación con esta mujer, conversación y si hubiera habido algo más, pues tras el comentario de mi amigo y como se lo dijo, dejamos de tener “filin” con la dueña del hostal. En referencia a la edad, debo de decir que incluso a día de hoy no me echan la edad que tengo, siempre me han dicho que no represento mi edad, sino dos o tres años menos, cosa que para algunas cosas me ha dado problemas.
Bueno continuo, otra cosa que recuerdo bien, fueron esos días que para nada fueron bueno hablando meteorológicamente, pues tanto las mañanas como las noches fueron frías y con humedad, mientras el resto del día hubo mucho calor.
Recuerdo bien que no podía estar en nuestra habitación, no solo por el horrible olor a pies de mi amigo, sino también que para coger el sueño necesito una televisión a modo de “nana”. Salí de mi habitación en dirección a la sala de Televisión, salí en pijama y con una manta bajo el brazo. Entre en la sala que para mi suerte estaba vacía, cogí y me eché en un sofá, sofá que era de tres plazas. Cogí un cojín que tras amarillearlo me lo puse bajo mi cabeza, escogí una emisora y no puse el volumen muy alto, acabando por quedarme dormido. No sabría deciros el tiempo que me costó quedarme dormido, pero soy de esos que como este muy cansado, no me despierto con facilidad.
Pero sí que recuerdo como desperté o para ser más exacto… como me despertaron. Debo deciros que sentí un gran dolor en mi orificio anal, adormilado aun dirigí ambas manos hacia atrás, como si buscara la causa de tal dolor. Fueron minutos en que me sentí indefenso, minutos en que me cuenta que no podía gritar, sintiendo ese dolor anal en aumento, sumado a todo esto una serie de arremetidas. Por lo que era con rapidez reacción, pero me veo que no puedo hacer nada, mis muñecas se encuentran sujeta por algo a mi espalda, mientras mis gritos de dolor están siendo silenciado, no siendo precisamente por otra cosa que una prenda amarrada.
Miro hacia atrás y solo diviso una enorme silueta, silueta que está prácticamente encima de mí, perfil que por culpa de la oscuridad no deslumbro quien es, pero aquel personaje no dejaba de embestirme y ahora con mayor fuerza… aaahhh!. Fueron minutos en que comprendes la situación, minutos que alcanzas a comprender lo que ese mastodonte pretende… ooohhh!. Fueron minutos donde el dolor va dejando paso al placer, aunque en verdad estos prácticamente van de la mano, mientras ese falo entra y sale sin llegar a salir del todo… uuuffff!. Soltándome al oído con esa voz bronca…
- “Uuuffff!... como traga tu coñito mi trozo de carne. Uuummm!... ooohhh!... uuuffff!, ¡sabes ha costado pero el placer merece la pena… ooohhh!”.
Recordar que horas antes me había venido a descansar, había venido huyendo del olor nauseabundo de los pies de mi amigo y de una nana para dormir. Cosa que ambas me estaban dando, pues este emanaba un olor muy fuerte y molesto, y de paso, me estaban dando una nana para poder dormir… ooohhh!. Este mastodonte me tenía prácticamente a posición de cuatro patas, posición que es ideal para la penetración, posición que en verdad encanta. Posición que me hace sentir tan sumiso, como cuando me toca a mí dar… aaahhh!, ¡quizás porque se siente como era ese el caso que en cada embestida sin piedad… uuufff!, me la metía hasta el fondo… ooohhh!.
Mordí con fuerza esa prenda... aaahhh!, aguantando semejantes embestidas, mientras maniatado no me quedaba otra, caí por el roce de mis prendas que no estaba desnudo. Pues notaba como tanto mi pantalón de pijama como mis calzoncillos se encontraba a medio muslo… uuufff!. Quizás al notar como aceptaba esa situación, noto como suelta mis muñecas, ¡pero no hago nada para evitar que siga follándome… uuummm!, quizás porque estaba gozando. No sé el tiempo que estuve así, menos aún el tiempo que me tuvo sodomizando, pero no duro mucho más diez minutos... uuummm!.
Tiempo que tras venirse, inmóvil se quedó pegado a mí, sintiendo su cuerpo pegajoso contra mi espalda, escuchando su respiración agitada, mientras notaba como su miembro iba perdiendo su virilidad. Se puso de pie y no me atreví a mirarlo, pude escuchar en la penumbra como se quitaba el preservativo, acabando por marcharse sin decir ni una palabra. Yo me quede inmóvil acostado, pensando que, si me levantaba e iría a buscarlo para increparle lo sucedido o me quedaba ahí, lógicamente opte por lo segundo más aun por no saber quién era este individuo. Me costó conciliar el sueño de nuevo, me costó por miedo a una segunda visita, no deseando que otro pueda repetirlo, pero fue el mismo cansancio quien pudo conmigo. Aquella mañana me despertó mi amigo, me desperté molido, mientras mi amigo decía...
- "¿Qué pasa dormilón?, ¿Qué cómo has dormido?, pues yo he dormido como un lirón".
Luego tocaba duchita, aun mas tras la movida noche. Continuando por el desayuno, donde nos encontramos con el resto de huéspedes, huéspedes que entre tantos no distinguía cuál de ellos podría haber sido, no podía distinguir cuál de ellos me había sodomizado esta noche, pues prácticamente todos tenían el mismo perfil. Además, me quede mirando a más de uno, mirada que más parecía que el que buscaba plan era yo.
Bueno continuo. Intentare no engorronarmé demasiado… vale. Esa mañana temprano volvimos a la comandancia, donde la idea era agilizar cualquier trámite e intentando solucionar algo, consiguiendo adelantar una serie de papeleo y formalismo que solo mi amigo podría resolver, acabando yo por irme solo a ese hostal de mierda. Recuerdo que cuando llegué al hostal, no pude pasar de la entrada, pues me salió la dueña al paso. Dueña que, tras darme los buenos días, me pregunto...
- "Muy buenos días joven, bueno han resuelto ese papeleo de la comandancia ya".
Tras contestarle...
- "En eso estamos".
Volvió está a preguntar...
- *Bueno y sabemos, hasta que día se van a quedar ustedes".
Volviendo a responderle...
- "Pues la verdad es que lo ignoramos, aunque creemos que un par de días al menos, no hay quien lo quite".
Callada me deja pasar, esta como toda alcahueta y metomentodo, me soltó con retintín y con un tono de suavona...
- "Durmió bien anoche en el sofá joven, creo que uno de los huéspedes fue a arroparle y que de paso, le ayudo con mucho ahínco a coger el sueño".
Creo recordar que me giré, mirándola con malicia a esta hija de puta, mientras ella esta sonreía pícaramente, pensé que esta algo tuvo que saber o ver. No quedándome otra que dejarlo estar, acabando por subir y coger las cosas para ducharme, pues este hostal es de esos que tanto los urinarios como las duchas están fuera de las habitaciones. Cogí solo un pantalón deportivo, una camiseta, unas sandalias y el neceser, tras la oportuna ducha y tras percatarme que era el único huésped en el hostal, opté por dirigirme hacia la sala de televisión. Sala que, como la noche anterior, me senté en uno de los sofá, quedándome a los pocos minutos dormido, no sin antes recostarme a todo lo largo y apoyar mi cabeza en un cojín.
Cogí el sueño con rapidez, un sueño pesado como pocos que suelo coger. De esos que ni recuerdas nada, pero notas o presidentes cosas, achacándolo a los sueños. Presentí como si me cogieran la cabeza, pero desistes cuando sigues apoyándola, no podía distinguir si era producto de mi sueño o era realidad lo que sentía, pues notaba como si me estuvieran acariciando… mmm!. No refiriéndome solo a la nuca, ¡espalda sino también a mis nalgas… uuummm!, pues presentía que alguien se estaba aprovechando de mí… otra vez. Sentía como una áspera mano se introducía dentro de mi pantalón de chándal, ¡como esa mano no solo se recreaba en magrear mis nalgas… uuummm!, sino en deslizar sus dedos entre mis glúteos… ooohhh!, aprovechándose de mi falta de ropa interior.
Decidido a actuar abrí los ojos, viéndome como este con rapidez me tapa la boca al tiempo que me manda a callar, sorprendido por verme donde estaba, pues mi cabeza en vez de estar descansando en el cojín ahora estaba sobre su muslo peludo. No hice nada por liberarme, simplemente le deje a el actuar, viendo como en una de sus manos sostenía su miembro, miembro que de su capullo emanaba precum por la excitación… uuummm!.
Viendo que no hice nada por evitar esa situación, acabo por retirar su mano de mi boca al tiempo que acercaba su polla… uuummm!. Mano que deslizo por mi espalda hasta mis nalgas… uuummm!, volviendo a magreármelas e incluso en esta ocasión a introducirme su dedo… ooohhh!. Aprovechando mi quejido para introducir su glande en mi boca, no hice nada, no aparte mi rostro, ni cerré la boca, simplemente deje que entrara al tiempo que se la agarre… uuuffff!. Comencé a chupársela una vez tras otra, asegurándome que estuviera bien tiesa cuando me follara, pues no solo lo deseaba sino que estaba seguro que lo haría… uuummm!.
Lo note como de caliente estaba, no haciéndose esperar, sacándome la polla de la boca se colocó detrás de mí, tiro de mi prenda hacia abajo, cogió su polla y tras colocar su glande en mi orificio… mmm!. Comenzó a presionar muy lentamente… aaahhh!, pude comprobar que este no era el mismo que me forzó por la noche, quizás fuera sus maneras o el tamaño de su polla. Tras incorporarse y quitarse los pantalones, volvió a intentarlo no sin antes impregnar mi orificio con algo húmedo y frio, luego volvió a introducirla y en esta ocasión me entro… uuuffff!.
Estuvo embistiéndome a menos veinte minutos o algo más… uuummm!, penetrándome lentamente acelerando cuando veía preciso… ooohhh!, escuchándome como gemía y sollozaba a pesar que intentaba ahogarlos… uuuffff!. ¡Pues estaba mordiendo el cojín al tiempo que me sujetaba con fuerza al reposacabezas… aaahhh!, no dejándome este de soltar…
- “Uuuffff!, menuda follada que nos estamos dando, ¡no pensé yo hoy que encontraría una putita tan pronto… ooohhh!”.
Calla y con ambas manos en mis caderas comienza a acelerar, dándome brutales embutidas, golpeado mi nuca contra el reposacabezas, mientras me hago daño en mis rodillas con el movimiento… uuuffff!. Volviéndome a soltar…
- “Esta noche te vienes a mi dormitorio donde lo volvemos a repetir, ¡pues como una cama no se hace en ningún sitio… aaahhh!”.
Acabando por venirse dentro, acabando por vaciarse, pero para mí pena no dentro de mi orificio… uuuffff!. Cuando la saco de mi culo, aquella polla estaba enfundada en un preservativo, condón que se llevó todo el premio, no quedándome otra que quitárselo y llevármelo a la boca para limpiárselo y saborearlo… uuummm!. Mientras este me suelta…
“Menudo putón estas hecho, ¡estas sedienta… eeehhh! Puta”.
“Vente esta noche que vas a acabar servido, quien sabe si te adopto”.
Tras terminar y ambos vestirnos, yo finalmente me marche a mi habitación a poder descansar, pues estaba visto que como me volviera a echar en ese sofá o quizás lugar, acabaría siendo cogido por otro de los huésped. Mi amigo vino contento después de haber logrado solventar su problema, no quisimos irnos esa tarde, no solo por lo tarde que era, sino porque él quería irse de putas a celebrarlo, cosa que yo decline la oferta al justificarlo con lo cansado que estaba y lo costosa que eran. Claro esta este se marchó de putas, mientras yo me dispuse a descansar, descanso que me duro poco cuando llamarón a mi puerta, no siendo otro que se huésped que también deseaba disfrutar, no siendo con otra persona que lo puta que soy.
Creo que esa noche disfrutamos todos, tanto mi amigo en compañía de mujeres de la noche como yo, pues no solo disfrute de ese huésped que deseaba continuar lo de la mañana. Sino que tras salir de su habitación, me quede dormido en el sofá de la sala de televisión, sofá que me vi esa noche nuevamente, sodomizado por ese mastodonte sin escrúpulo… ooohhh!. Mastodonte que no le costó nada que me entrara su polla… uuuffff!, pero llevándome la peor parte al durar está más… ooohhh!!. Me vi como comencé, siendo sodomizado a la fuerza por este individuo, individuo que cuando me marche, me quede con las ganas de saber quién sería. Pero me lleve la certeza de que la dueña no solo sabía quién era, sino de mis aventuras en ese hostal. Eso y el mal sabor de boca cuando me soltó…
- “Volved cuando queráis, aunque prefiero que vuelvas tú cielo, pues podría sacar algún dinerito a tu salud”.
Me marche con mal sabor de boca, dándome cuenta que aún existe personas, como las que me tocó vivir en su día, personas que por muy increíble que sea, puedan sacar dinero a costa de nosotros. Bueno creó que es mejor dejarlo aquí, no me enrollo más, espero que os haya gustado tanto como a mí, espero vuestros comentarios. Mi email es… Jhosua1974@Gmail.com