Un hombre normal

Lo que parecia iba a ser un dia horrible acaba en una noche maravillosa

Llevo unos años separado y he aprovechado estos años para dar rienda suelta a mi vida sexual. Sólo me puse un par de reglas a mi mismo. No enamorarme ni atarme a nadie porque solo otra persona puede querer como es debido a mi hija. La otra norma es no liarme con nadie con pareja, paso de maridos y problemas posteriores.

En estos años pues la verdad no me puedo quejar, me considero alguien muy normal, soy alto y moreno pasados los 30 y sin haber llegado al tan temido por algunos limite de los 40. Hace mucho deje de hacer deporte pues cuando lo hacia me dedicaba en cuerpo y alma por lo que no soy un adonis. Durante este tiempo he encontrado especialmente mucha mujer falta de sexo o que no han sabido darselo como es debido. Es increíble como puede haber tanta mujer con pudor por el sexo, atadas por las restricciones morales mas propias de otras épocas. También me he encontrado con mucha mata hombres que decían que estos no les aguantaban un asalto, sus egos por lo general las condenaban y ninguna ha aguantado el ordago que pretendían plantear, me he jactado de verlas agotadas y pidiendo una pausa (no tengo ni idea con que se han ido acostando pero yo no soy un dios del sexo...). He tenido que decir que no a mujeres con pareja y tener que escuchar que si era un maricón o cosas por el estilo, nada como darse la vuelta dar un numero de teléfono y decir que cuando estuvieran libres demostrasen si tan valientes eran, alguna acepto el reto y yo obtuve la placentera victoria que quería y ellas posiblemente la victoria de no volver a llamar. Total que he saboreado el placer de mujeres jóvenes y no tan jóvenes, con cuerpazos y o mas normales. Alguna a duras penas aprobaron con un 5 pelado y eso que mucha de la nota la ponía su cuerpo. He disfrutado del sexo en grupo y de practicar cosas que me tenían negadas.

Prácticamente todas las he terminado olvidando, no he querido atarme a ninguna y he recibido mas de una dura frase al plantearles la realidad para la cual las quería a aquellas que comenzaban a arraigar sentimientos hacia mi. Afortunadamente también gane el conocer a mujeres interesantes que eran algo mas que la fachada que buscaban lo mismo que yo y para las que no he sido casi un criminal por no decir un “te quiero” o un “te amo”, que sin ser mis medias naranjas o el no va mas en la cama al menos eran divertidas y quisieron probar cosas nuevas.

Pero como he dicho soy un hombre normal y corriente. Por lo tanto tengo mis puntos débiles. Mi punto débil la llamaremos eMe. Treinta y pocos, ss alta, peliroja, luce unos increibles ojos verdes y a día de hoy aun levanta pasiones. Desde la primera vez que la vi la desee, la primera vez que nos acostamos subió directa al Top 3, con la segunda vez y lo que siguió en las siguientes semanas tengo clara su posición en ese Top 3. Ella y yo somos el Jing y el Jang, tan diferentes y tan iguales en algunas cosas. Con el paso del tiempo, me queda de ella una hija y la espina que llevo en mi alma. Ella tiene una vida y una relación nueva, nuestra relación se ha vuelto una pelea de perros y gatos, da lo mismo si hay motivo, siempre terminamos picados.

La última vez fue no lo se por alguna tontería como es habitual, yo volvía de estar con unos amigos que me habían intentado volver a “rejuntar” con la amiga de una de sus novias pero no era mi tipo y encima me estaba tocando la moral la novia de otro amigo que por lo visto su amiga le debe de haber hablado muy bien de mi porque digamos que empieza a pasar el limite, como llevaba un par de cervezas de mas para evitar decir alguna tontería decidí recogerme al piso que recién comparto con una de esas amigas que he conocido. Cuando voy camino a casa empiezo el cruce de mensajes con mi ex, que empieza su ya típico torbellino ascendente de mal humor y lo termina con un pique con todas las de la ley de que me atreva a presentarme delante del piso donde ella vive. Le digo que tardo 15-20 minutos y que voy hacia allí. Tengo esa extraña sensación que me suele pasar con ella entre mosqueo y deseo (el resolver como resolvíamos nuestros enfados mutuos antiguamente me encantaba), han sido durante estos años demasiados guiños entre ella y yo, demasiados roces y palabras con segundas lecturas, demasiadas provocaciones con claro tinte sexual. Le aviso que estoy allí y prácticamente inmediatamente la veo salir, se me para el corazón, se me seca la garganta, toda mi sangre empieza a tomar rumbo a zonas mas bajas y comienzo a retomar el latido de mi corazón. Lleva un vestido que me hace recordar todo lo que me gusta físicamente de ella. Se sube al coche y me dice que arranque. Al momento me dice que no me vaya muy lejos así que me detengo a las afueras en un descampado.

Comenzamos nuestro ritual de disputas, réplicas, contra réplicas y conjeturas varias. No la puedo mirar a sus ojos pues me quedo embobado, no puedo mirarle a los labios, tengo que concentrarme por no mirar a su escote y la verdad todo ello se me esta dando fatal. Además empiezo a mosquearme y lo único que quiero es hacer que se calle y deje el tema, así que empiezo a picarla con descarados temas sexuales, si se enfada me dirá que la lleve a casa y si sigue pues me dedicare a jugar como ya hemos hecho algún día y al menos terminaremos con unas risas.

Afortunadamente entra al trapo por lo que veo pero es solo una falsa ilusión al cabo de un momento vuelve al tema. Así que me la juego a todo o nada, es algo que he aprendido de alguna de esas mata hombres que he conocido en estos años de atrás. Le espeto un “me están dando ganas de callarte y no se bien si hacerlo con mi lengua en la tuya o con mi polla en tu boca” y me responde con un “tu veras, pero he estado fumando y a lo mejor te molesta”, no me lo pienso la acerco hacia mi y le meto un beso, para mi sorpresa me responde al beso y comenzamos un eterno para mi juego de lenguas. Mi mano empieza a explorar su cuerpo empezando por sus pechos, ese cuerpo que ingenuamente sigo considerando mio si es que alguien puede considerarse dueño de otra persona, todo en ella me es conocido, todo. Me pregunta que si me gusta lo que tengo entre las manos, le digo que me encanta. Bajo lentamente hacia su sexo y lo encuentro caliente y húmedo a traves de sus tanga. Esa humedad que me permite comenzar a masturbarla, se abre de piernas y yo aparto su tanga para permitirme total acceso, volvemos a besarnos, subo hacia su clitoris y le doy suaves caricias. Comienzo notar como su tamaño crece, ella cierra los ojos y se deja llevar, comienza a decirme palabras y frases que demuestran su calentura y su deseo que puedo asegurar no es menor al mio. Le proporciono hasta dos corridas y entonces me dice lo que aun sueño, “ven y metémela a ver si no eres un viejecito y ninguna te ha quitado lo que eras”.

Sin ni pensarlo me quito los pantalones y los calzoncillos, ella se sube el vestido y me da acceso a sus tetas. Lentamente se la introduzco disfrutando de cada centímetro del placer que me proporciona su coño, ese coño empapado y caliente que deseo poseer. Comienzo un lento mete y saca, le subo las piernas y se la meto hasta los huevos, empiezo a incrementar en ritmo y ella se arquea, me pide que no pare que siga, se corre por tercera vez, bajo el ritmo y me dedico a sus labios y a sus tetas. Me dice palabras que me llenan y se graban a fuego en mi interior, la beso sin parar y vuelvo a incrementar mi ritmo. Me pregunta que si la deseo, la respuesta se me hace demasiado obvia, así que le respondo clavandola hasta el fondo. Vuelvo a comenzar con mi mete saca, buscando puntos de apoyo en el interior del coche que me permitan llegar aun mas a su interior, con mas rapidez y fuerza. Le digo que cuando llegue a este orgasmo le voy a comer el coño como a ella le encanta, ella me pregunta si realmente lo voy a hacer y mi mirada le vuelve a responder. Se corre y la dejo descansar, comienzo a bajar y hago eso que a ella tanto le apasiona, me dedico a sus labios interiores para ir poco a poco aproximándome a su clitoris para entonces atraparlo entre mis labios y juguetear con mi lengua. No aguanta ni 2 minutos y se vuelve a correr. Yo estoy alargando mi orgasmo para así poder disfrutar mas de ella, me pide que termine, que quiere terminar a la vez que yo. Intento negarme pero esa voz me es imposible de desobedecer. Disfruto mis ultimas embestidas, lleno mis oídos de sus jadeos y los ahogo subiendo el ritmo antes de correrme. Me dice que desde luego aún no soy un viejo o al menos mi polla no lo es.

Nos vestimos, el día mas caluroso de Junio y de lo que va de año aun ha sido la noche mas calurosa  para nosotros. Habría dado un par de años de vida por disponer de mas tiempo y de una cama. Pero las cosas salen como salen. Me queda claro que los dos andábamos buscando lo mismo pero ella tiene la gran ventaja de saberme poner a cien sin casi ni rozarme, ni hablarme, ni mirarme y lleva mucho tiempo torturándome con este juego. Para mi interior me guardo que soy el poseedor de su placer y su lujuria como ella lo es también, yo se hasta donde es capaz de llegar y solo pensarlo pierdo la cabeza.

La llevo a casa y antes de bajar se despide, le doy un tenue beso, pues estoy seguro que de haber sido otro me habría vuelto a encender. Cuando la veo alejarse es en el único momento que recuerdo que entre sus sabanas ya no estoy yo, pero una sonrisa le sigue a ese pensamiento, una sonrisa que es la expresión de mi satisfacción por haber saldado una cuenta con otra persona.

No se si volverá a ocurrir. Se que ella es mi complemento ideal en el sexo esta noche he tenido el placer de saborear esa parte de ella, otro día quizás saboreando un vino o una copa tenga el placer de disfrutar de una charla sobre cualquiera de las pasiones que ella y yo tenemos. Puede que otro día vuelva a disfrutar de todo su ser.

Tras estar con ella es en el único momento que tengo la debilidad de usar los números de mi agenda, esos que me niego a usar por cabezoneria. Porque se que las probabilidades de que me llegue un insinuante mensaje son remotas.

Como dije soy solo un hombre normal seguiré despertándome a medianoche de un sueño en el que veo unos preciosos ojos verdes fijos en mi y unos labios que en un tono que se me hace irresistible me dicen “Ven”, entonces noto como mi sangre esta palpitando entre mi entrepierna y una parte de mi esta intentando escapar desesperamente.