Un hombre como Dios manda

Debo decir que me tenía a mil, revolucionándome aún más, cuando esa mano abandono mi pene flácido tras haberme corrido, acabando en mi orificio, y cuyos dedos iban impregnados de mi propio semen, ¡secreción que ha esté le iba a servir, para dilatar mí ya dilatado orificio... uuummmm!!.

Un hombre como Dios manda

Antes de comenzar, comenzare con unos comentarios, vale. Mirad, yo soy de esos que pienso que las cosas ocurren por algo, ya sean buscadas o provocadas. No era de esos de buscaba relaciones, sino más bien ellas me buscaban a mí, simplemente ocurren, quizás tengan razón aquellos que me acusan de ser tan repetitivo.

Y no es por ser cansino, pero vuelvo a lo mismo, no lo busco, pero esa mezcla de morbo, placer y lo prohibido te hechiza por decirlo de alguna manera, siempre he recomendado a aquellos ignorantes que dudan que lo pruebe. No pienso que una experiencia te marque o te haga homosexual, menos aun cuando esta se convierte en costumbre, solo por el hecho de disfrutar de ellas.

Además, debería de decir que no suelo buscar el mismo patrón, pero no es mi culpa que al final sean muy semejante, no suelo pararlos cuando veo su conducta similar a los otros, aunque eso sí, debo confesar que suelo buscar a aquellos cuyo aspecto se asemejen a los maduros.

Y diciendo esto, me hace pensar en lo sucedido hace unos días, experiencias que, no buscándola me encuentro y me llevo. Y pensando en los comentarios de ese lector, pues sí, creo que puede ser del mismo patrón, pero quizás por eso disfrute mucho más. Experiencia que os lo voy a relatar, vale.

Como he mentado hace unas líneas, lo que a continuación os voy a relatar me ocurrió, cuando estaba por uno de pueblos de Sevilla, estaba gestionando una documentación y debía de pagar un canon. Me acerque a un banco, cuya cola era enorme para acceder al interior de este, pues debemos de cumplir aun con las normas Covid, no debiendo de haber más de cinco personas en el interior. Bueno sigo...

Impaciente me da por mirar la hora, dándome cuenta que llevo al menos media hora de espera, momento en que recibo la llamada de mi mujer, esta tras preguntarme por como llevo la mañana, acaba por decirme si me podría acercar a algún comercio a comprar unas cosas. Tras responderle a como llevo la mañana, acabe por decirle que... ‘vale’, acabando por mandarnos entre nosotros besitos y poco más.

Cuando por fin entre y me gestionaron el canon de la documentación, me informo el administrativo del banco que esa otra documentación que llevaba, debía de abonarla a la sucursal del inmueble, debiendo de irme a otro banco. Pero cayendo que, por suerte, mi coche estaba precisamente aparcado a la puerta de este, dándome por preguntarles a esta persona...

  • “Por favor una pregunta, me podría decir si hay algún comercio tipo Lidl, Aldi, Día, o similar cerca”.

Este amable administrativo, me informo que tenían precisamente un Lidl a no más de 800 metros, sugiriéndome que callejeara a modo de acortar en distancia y tiempo, cosa que intente. Y antes de marcharme de la sucursal, este amable y atento administrativo de banca, me advirtió...

  • “Otra cosa, tenga cuidado en el momento que callejee, no todas zonas residenciales hasta el Lidl son tan buenas e inofensivas”.

Dijo y agradeciéndole la advertencia, acabe por marcharme del banco, poniéndome en camino, colocándome los auriculares inalámbricos, pero antes de poner la música... ‘whaseé’ con mi mujer. Le hice saber que finalmente me podría acercar, y acabe pedirle que me dijera las cosas que comprar, lista que recibí y vi amplia.

Tras llevarme en el interior de este establecimiento no mucho más de una hora, tiempo que la mayor parte lo pase en la cola de la cajera, pero que una buena emisora te amortigua el tiempo. Saliendo y tomando la dirección hacia mi coche, notando por momentos unas enormes ganas de ir a orinar, no sabiendo precisamente detenerme y soltar vejiga. Es cuando levantas la cabeza y vez el castillete de un edificio, castillete lleno de antenas de radiofrecuencia, parabólicas y el un letrero del cual se podía leer... ‘CINE’. Encaminándome hacia este, viendo de lejos el mal estado de este, dándome de pensar que está abandonado, quizás por falta de liquidez.

Caminando por un lateral, pude ver que había negocios en su interior, pizzería, peluquería, etc. Observando que había dos accesos al interior, acercándome hacia uno de ellos, cansado no solo de la caminata dada, sino del peso de las bolsas. Viendo de lejos como de uno de esos accesos, salía un hombre delgado y muy alto, persona que vi cargado de cajas, dejándolas en un coche cercano y volver a entrar.

Dando por hecho que tomaría el primer acceso en vez de ese, pues no deseaba preguntas indiscretas por mi presencia allí, momento en que acabamos por mirarnos en escasos minutos (Cuando menciono ‘momento’, me refiero en el espacio de tiempo, ya sea en esos momentos como dentro de un cuarto de hora).

Pues eso, vi a ese hombre en el coche descargar las cajas, dándome cuenta que fuera aparte de ser alto y delgado, di por hecho que este debía de ser de origen rumano o incluso magrebí, simplemente por el aspecto. Y entre yo finalmente por el acceso a este edificio, hallando los aseos abiertos, aunque en un letrero pude leer... ‘las llaves de los aseos están en la peluquería’, cosa que me extrañaba al verlo abierto. Entre con urgencia en el aseo, descubriendo que los orinales de la pared estaban clausurados mediante una banda, y un letrero que se podía leer... ‘Por su seguridad, utilice los de los WC’, acabando por seguir las indicaciones.

Adentrándome al fondo del aseo, donde veo un lavabo a la derecha y a la izquierda una sola cabina, abriendo la puerta y encontrarme un wáter. Entro y lo primero que busco, no es el pestillo de la puerta, cosa que no tiene y aparte le falta hasta el pomo. Sino un colgador o algo donde pueda dejar las pesadas bolsas, pues la idea de dejarlas sobre el lavabo como que no me convence, ya que pienso que, puede ser un reclamo para que alguien pudiera llevárselas. Y finalmente me lleva a la conclusión que, no me queda otra que sujetarlas mientras orino. Y debo dejar claro que la pega no era mantenerlas en las manos, sino como abrirle la bragueta y sacar mi miembro fuera con las manos ocupadas.

Comencé a hacer malabares la verdad, mantuve las tres bolsas en una sola mano, mientras me bajaba la cremallera, cosa que al intentar sacar mi miembro no pude. No quedándome otra que hacer lo que solemos hacer la gran mayoría, no siendo esto que soltar el cinturón y desabotonar el botón del pantalón, tomando ahora con mayor libertad mi pene y sacarlo fuera. Y antes de comenzar a orinar, me dio por pasarme algunas bolsas a la otra mano, ya que estaba toda roja, compensando de esta manera el peso.

Y no llevaba ni un minuto cuando se abrió la puerta de la cabina, hoja que estaba entornada en vez de cerrada por falta pomo y cerradura (mencionado con anterioridad). Susto que por poco me mancho de orina, pues me gire a modo de comprobar quien era al tiempo que avisaba con...

  • “!Eeehhh!!... que está ocupado”.

Pero esta persona, colocándose detrás y tomando mi miembro con una de sus manos, me dijo...

  • “Espera que te ayude”.

Siento esa mano cálida tomar mi miembro, mano grande que con un par de sus dedos sujeta, ayudándome no solo a orinar sino que este mover sus dedos, comenzando a pajearme... aaahhh!!. Le pido y le ruego que me deje, pero mis palabras en vano, pero para más inri, esté le da por tirar hacia abajo de mis prendas sujeta a mis muslos, prendas que no eran otras que el pantalón y para vergüenza en esos momentos, mi tanga. Notando por la presión en mis nalgas que aquello debió de gustarle, escuchándole decirme...

  • “He entendido perfectamente tu mirada de antes, verdad”.

Dice y siento como sin dejar de masturbarme, comienza con su otra mano a acariciar mi pecho, e ir descendiendo hacia mi vientre y finalmente mis nalgas. Posar su barbilla sobre mi hombro, comenzando a besar mi cuello... mmm!!, notando cada vez más duro la presión de su glande... uuuffff!!.

Me siento indefenso, aunque eso lo vea ridículo viniendo de un tío, pero las bolsas en mis manos me dejan sin poderme defender, dejándome expuesto antes este hombre. Persona que acaba por inclinarse, pero sin dejar de masturbarme, ¡sintiendo sus labios besar y mordisquear mis nalgas... uuuhhh!!, e ir en dirección hasta acabar entre mis glúteos. Sintiendo su larga lengua rozar mi orificio, momento en que siento mis piernas flaquear, lengua cuya yema recorre e intenta penetrar en mi orificio... uuummm!!.

Acción por su parte que me hace descargar mi primer orgasmo sin necesidad de mucho más, descarga que me tiene avergonzado por demostrarle que aquello me gusta, viendo a este de reojo como exprime mi glande con sus dedos, manteniendo gran parte de mi semen en sus dedos y mano. Mano derecha que se retira de mi miembro al tiempo que su izquierda sigue con la labor, semen que ignoro su paradero, pero que este pronto me lo hace saber. Pues dice...

  • “Uuummm!!... que buen sabor tiene, aunque un poco aguado para mi gusto”.

Acaba y siento como esos dedos de esa mano derecha, se introducen entre mis glúteos, sintiendo como con algo líquido y al mismo tiempo viscoso, me embadurna mi orificio... uuummmm!!. Sintiendo como me introduce uno de sus dedos hasta los mismos nudillos, arrancándome un gemido, sacando su dedo y repetir este mete saca durante unos segundos, tiempo suficiente para repetir la misma acción con un segundo... ooohhh!!.

Y acto seguido tras varios intentos, acabar por introducirme su miembro en mi interior, comenzando unas incesantes embestidas que me hace gemir de placer, pero al mismo tiempo de dolor por su verga. Tío que sin llegar a detenerse, entre obscenidades me pide que me descalce, y claro está uno obedece llevado por el momento, mientras siento como su glande golpea... aaahhh!!.

Pero sintiéndola mucho más profunda en el momento que se me inclina, momentos de gran placer que se me va todo, ni cayendo en los motivos por el cual me levanta una de mis piernas, quizás porque ese mismo gesto me hace sentir su glande golpear mi próstata. Cuando este gesto no era por otro motivo que por sacar mis prendas por mi pie, soltando mi pierna y hacer lo mismo con la otra, dejándome a partir de esos momentos sin prendas inferiores... ooohhh!!.

Estaba en la gloria, siendo embestido por este animal, siendo sujetado por sus manos en mis caderas, llegando e incluso a soltarse de una de ellas, mano que finalmente se sujetaba a mi hombro, siendo mucho más profundas sus penetraciones. Y acabar por hacerme saber que se va a venir, siendo mi contestación en esos momentos...

  • “Si... si... ooohhh!!, vale... vale... uuummm!!”.

Y sentir mientras me estoy corriendo por segunda vez, como este se corre, sintiendo como descarga dentro de mí, acallando sus gritos al morder mi hombro, pero eso sí, no dejo de masturbarme. Acabando por hacerme saborearlo primero mi semen, y poco después el suyo, preguntándome por la diferencia, respondiéndole...

  • “Pues el mío, no sabe a nada y es mucho más líquido, mientras el tuyo es más agrio, denso y viscoso”.

Y tras sacarme con ciertas molestias su morcillona verga, polla que pedía una segunda enculada o mamada, pero que ambos nos teníamos que ir, este que me ayuda con las bolsas mientras me visto. Se me presenta como Nicolae, pero me pide que le llame Nico, hombre que me pide volvernos a ver, pero a hacer posible con mamada incluida.

Cuando le hice saber que yo no soy de esos, excusándome si en algún momento he dado esa imagen, justificándome por el mismo momento de la excitación. Minutos que eran un tira y afloja como suele decirse, ya sabéis en discusiones de decir y parecer, pero también es verdad que este provocaba, pues no guardo su miembro. También es verdad que era el quien sujetaba mis bolsas, pero el mismo, me decía...

  • “Vale... vale, tú dirás lo que quieras, pero mira como me la tienes otra vez, no te siente atraído por ella”.

Suelta refiriéndose a su miembro, cuya erección era más que evidente, y aunque yo evitaba mirarla, era de lo más difícil no verla. Acabando por mirar hacia fuera, como si me cerciorara que no hubiera nadie, volver a mirarla y evitar mirar a ese hombre a la cara. Mientras este no dejaba de insistir, no dejaba de martillear mis oídos con sus insinuaciones, acabando por sorprenderme a mí mismo al verme arrodillar, tomársela con la derecha e introducirme al menos la mitad. Comenzando este a decirme...

  • “Lo sabía... lo sabía, ¡sabía que eras toda una zorra... uuuffff!!”.

Sacándomela de la boca, deslice su glande por mis labios, lamiendo e incluso embadurnarla de saliva, alzándola para lamer su tronco hasta sus grandes genitales, testículos que estaban depilados como toda su pelvis. Devore sus ‘pelotas’ mientras este gemía, tome su tronco y comencé a tragar, lentamente y con precaución por su grosor. Continúe durante unos minutos hasta que este me hace saber que se iba a venir, acelerando la masturbación al tiempo que se la chupaba. Comenzando en minutos a gemir y descargar dentro de mi boca, saliéndose parte por las comisuras de mis labios por la gran cantidad, mientras este no dejaba de decirme de todo... uuuffff!!.

Pero ahora sí que habíamos acabado, antes de marcharme, acabamos por intercambiarnos los números de móviles, dejando claro que las conversaciones debían de ser todas por whatsapp. Pero sí, debo deciros que me marche sin mi tanga, pues el muy cabrón se lo quedo a modo de trofeo, pidiéndome que la próxima vez que nos viéramos, desea que acuda en tanga o en braguitas de mi mujer, fetichista de cuidado pensé.

Y si deseáis saber si nos hemos vuelto a ver, puedo deciros que nos hemos visto ayer lunes 1 de noviembre, día que llevamos desde el viernes barajando entre el domingo o el lunes, pero la lluvia fue determinante. Durante ese intercambio de whatsapp, me propuso realizar un trío en compañía de un amigo suyo, cosa que me pareció muy fuerte pues solo nos conocíamos de una sola vez. Aunque le hice saber que no inicialmente, acabe por aceptar siempre que fuera mayor y que me mandara fotos. Nico entendió eso de ‘mayor’ como si yo me refería a la mayoría de edad, mandándome fotos de un amigo suyo de veintidós años y cuyo pollón le media al menos 23cm.

Haciéndole saber que, aunque era muy agraciado, no era de mi gusto que fueran tan jóvenes, disculpándome por mi falta de expresión, mandándome acto seguido de otra persona, hombre de ascendencia como el mismo rumano. Persona de cincuenta y ocho años, separado, con vivienda donde poder quedar, otro vergón al cual me hizo saber que era fetichista, degenerado y le iba algo el sado. Pidiéndome que me hiciera fotos para esta persona, fotos que le mande en diferentes poses y me quede a la espera. Acabando por recibir un tercer candidato, otra persona de cincuenta y muchos años, hombre al cual ni me dio tiempo ver sus fotos, cuando este le mando mi whatsapp y este me hizo una video llamada. Esta persona me pregunto...

  • “Te gusta ponerte alguna prenda femenina intima”.

Y por mucho que pareciera que me estaba comprometiendo mucho, acabe por hacerle saber que sí y decirle cuales, comenzando una conversación bastante caliente, cuya imagen suya no era otra cosa que masturbándose su polla... uuummm!!. Aprovechándose este del momento, volvió a preguntarme...

  • “Te viste como una chica alguna vez para satisfacer a tus machos, y sí es así, dime que prendas te has puesto, y si tienes fotos”.

Volviéndome a comprometer, pues le hice saber que en más de una ocasión, me he vestido de fémina para algunos de mis follamigos, prendas que me he puesto desde braguitas, medias con o sin ligueros, faldas o vestidos, zapatos y maquillaje. Terminando por confesarle por muy comprometido que sea, acabando por hacerle saber que tengo fotos y videos, acabando por adelantarme a su siguiente petición, ya que cogí y le mande algunas fotos mías. Observando que ha este le tuvo mucha impresión verlas, pues coge y su glande, comienza a escupir una gran cantidad de chorros de semen, llegando a manchar hasta la pantalla de su móvil, cortándose la emisión. Esa misma tarde, Nico se puso en contacto conmigo, preguntándome en como había acabado todo, confesándole lo ocurrido y este tras soltar una buena carcajada, me soltó...

  • “Joder, no me extraña, si fue conocerte con esa tanguita que te hacia un culito de los apetecible, como que no sé qué te haría al verte, como una hembra... uuuffff”.

Y vernos finalmente ayer, encuentro que habíamos pactado en vernos en el mismo sitio, donde acudí con prendas algo mas cómoda e informal, prendas que me duraron poco. Pero antes debo deciros que me lleve una sorpresa, pues este monto una cerradura en la puerta con su correspondiente pestillo, y fue entrar en abalanzarse. Intento comerme la boca, cosa que rehusé, no quitándole las ganas ni mucho menos, pues comenzó a besar y a darme muerdos por el cuello, cosa que le hice ver que no continuara por ahí, pues eso me pone súper excitado. Escuchar reírse, soltándome...

  • “Coño... como una hembra encelo, no vez eres toda una maricona”.

Y hacerme sentarme sobre la tapa del wáter, quitándome el suéter con mi aprobación, arrodillarse y sustituir mi cuello por mis tetillas al tiempo que, dirigía su mano izquierda a mi entrepierna. Tirando primero de mi pantalón hacia abajo, llegando a mis pies, descalzarme y acabar por sacármelo, levantar la cabeza de mi pecho a modo de comprobar que tuvo de prenda interior llevo. Y por el gesto de aprobación de su rostro, pude comprobar que mi elección era de su aprobación, pues me había puesto una de las braguitas de encajes negras de mi mujer, pues eso me hizo saber que le daba mucho más morbo.

Comenzando primero a masturbarme, mientras continuaba alternando cuello con tetillas... ooohhh!!, debo de confesar que me tenía a mil, pero me revoluciono aún más, cuando esos dedos abandonaron mi pene y acabaron en mi orifico... uuummm!!. Dedos que iban impregnados de mi propio precum, ¡y que este le iba a servir para dilatar mí ya dilatado orificio... uuuffff!!, levantarse al rato, bajarse la cremallera y sacar su vástago fuera. Donde no hizo falta petición por su parte, pues cogí y me lo lleve a la boca, comenzando a engullírmelo, disfrutando de su pollón y hacerle a él disfrutar... ooohhh!!. Sacándomela de la boca, levantándome y girándome, pues pensaba que me la iba a clavar por detrás, sacándome este de mi confusión, cuando tras apartarme y decirme...

  • “Así no”.

Coger y sentarse el sobre la tapa, tomarme de mis caderas y atraerme hacia él, haciéndome caer lentamente hacia atrás, echando hacia un lado la tela de las braguitas de mi esposa. Sintiendo primero su glande alojarse entre mis glúteos, e ir sintiendo como este poco a poco me va entrando... aaahhh!!. Y decirme...

  • “No voy a hacer yo, ¡quien haga todo... no!!, pues ahora te toda a tí ser la amazona, venga putita... muévete”.

Suelta al tiempo que me da dos buenas y fuertes palmadas en mis nalgas, dejándomelas estas tan coloradas como las palmas de las manos, comenzando yo mismo a marcar el ritmo de la penetración. Y mientras él me anima a que yo mismo me pellizque los pezones, él se entretiene con mi cuello y mi pene, no dejando de masturbarme, mientras muerde mi cuello y chupa mi oreja. Viéndome como finalmente le entrego mi boca, acabando por hacerme levantar de su polla, tenderme sobre la taza del wáter, quedando en cuatro, posición que ni llega a quitarme las braguitas para insertarme de nuevo.

Follándome brutalmente durante unos minutos, acabando por preñarme, dándome por mirar hacia atrás a modo de poder ver a mi semental. Descubriendo para mi sorpresa, como el muy cabrón está grabándonos, escena que queda inmortalizada, mientras yo me corro dentro de las braguitas de mi mujer, sacándola él de mi orificio, y echar el resto de la suya. Soltándome...

  • “Mírame, mira y aprende, como folla... ‘Un hombre como Dios manda’”.

Dice y vuelve a introducírmela, follándome durante un buen rato, sacándola y correrse sobre mi espalda y nalgas, y por tercera vez, volverla introducir en mi dolorido orificio, embistiéndome mientras esparce su corrida. Diciéndome...

  • “Así, bien empapadita de un macho de verdad, así cuando llegues a casa que tú mujer al olerte, ¡sepa que has estado con un hombre como Dios manda... eeehhh!!”.

Y tras tercera corrida, puedo aseguraros que, si termino todo, limpiándonos, vestirnos y despedirnos, volviendo yo hacia mi coche para conducir hacia mi casa, mientras él se quedaba ahí. Quedando en volvernos a quedar, y bueno lo dicho, aquí finalizo mi última experiencia, bastante movidita y calentita digo yo... no os parece. Bueno lo dicho, agradecer a todos aquellos que me leéis y os haya gustado, espero que no os hayáis manchado demasiado. Si queréis saber más de mí, me lo hacéis saber a mi email es: jhosua 1974 @ gmail . com (obviamente todo junto como… jhosua1974@gmail.com ).