Un hombre bastante apuesto me sacó a bailar

Como no tenía nada mejor que hacer me fuí a bailar a un salón gay. Y encontré que ese lugar tenía su encanto. ¡Y vaya si lo tenía!

Un hombre bastante apuesto me sacó a bailar. Si no se hubiera tratado de un salón de baile para gays, hubiera sido algo raro, ya que yo también soy hombre.

En la confrontación de penes encerrados en sus braguetas sentí que mi compañero tenía algo importante allí. Así que cuando comenzó a frotar mi pene con el suyo me gustó y saboreé el momento.

Nuestros penes crecían en tamaño y en dureza dentro de los pantalones. Pero por alguna causa el suyo lo hizo más rápido que el mío. Quizá me encontraba un poco inhibido. O quizá me inhibió el enorme tamaño que portaba mi compañero.

Y dejé que el siguiera restregando su gran don contra mi bragueta.

Sentí el grado creciente de su calentura cuando me apretó la cintura para que lo sintiera mejor. Ahí emití un gemidito. Era impresionante la virilidad de ese hombre.

Después de un rato más de ese tratamiento, yo estaba totalmente subyugado por él y su extraordinario bulto. Su respiración había comenzado a agitarse. Evidentemente iba camino a un orgasmo. Y yo me pregunté como terminaría eso.

Pronto lo supe. Con una mano hábil mi compañero desabrochó ambas braguetas, y con la otra introdujo su caliente órgano dentro de la mía. El contacto piel a piel me resultó enloquecedor. Ahora estaba frotando su gordo y duro glande directamente contra el mío. Y había comenzado a acelerar su frotada.

De pronto me apretó contra sí con todas sus fuerzas, y acto seguido me echó sus abundantes chorros sobre mi pene, pubis y huevos. Se quedó así un ratito, lo que duró su acabada y algo más. Luego sacó de mi bragueta su gran tronco, todavía pringoso y chorreante, lo guardó en la suya, se la abotonó, y dando por terminado el asunto, se fue.

Yo me quedé con todo el bajo vientre y hasta los huevos impregnado de su semen, la mayor parte en mi miembro.

Naturalmente decidí que volvería.

La siguiente vez que encontré al "apuesto caballero" nos reconocimos al instante. El salón de baile tenía un clima orgiástico. Y el me sacó nuevamente a bailar. Sólo que esta vez se puso detrás de mí, apoyándome su inolvidable masculinidad. Yo me dejé y disfruté en mi mullido culo la presencia de su guerrero, que rápidamente cobró vida.

Me pregunté qué pensaba hacer. Por de pronto comenzó a darse placer con mi orto, especialmente con restregadas en la raya. La separación de mis redondos glúteos le permitía frotarme su miembro a su gusto.

Naturalmente que me fui calentando, el culo es un lugar sensible, especialmente el mío. Y sentir semejante pedazo de músculo viril haciéndole los honores, me puso en un estado de tremenda calentura.

Con sus grandes manos aferró lo que serían mis pechos. Los acarició y estrujó al punto de hacerme sentir que tenía tetas. Mis pezones se habían erectado y la sensación de erotismo en "mis tetas" hizo que me entregara a lo que pudiera venir. Pero ¿qué sería?

Su gorda tranca me frotaba la raya cada vez con más ganas, al punto de tenerme gimiendo cada vez más rápido.

De pronto desenfundó su poronga y de un solo movimiento me dejó con el culo al aire. En el contacto su piel se sentía muy caliente y suave en contraste con la fuerte musculatura de su muy erecto miembro, que se hamacaba frenéticamente entre mis glúteos. Su respiración estaba cada vez más acelerada, hasta que apretándome contra si, con sus manos aferrando mis "pechos" hizo sus descargas tan intensas que llegaron incluso a entrarme un poco en el agujerito del culo. La sensación de tener esa enorme tranca entre mis nalgas, fue demasiado para mí y me corrí también. Sólo que yo dentro de los pantalones.

Luego, con un movimiento inverso al anterior, me levantó el trasero del pantalón, guardo su tranca abotonándose la bragueta. Y dando por terminado el asunto, se fue, como la otra vez.

Yo me quedé con la sensación de mi semen empapándome la parte delantera del pantalón, y del suyo, enchastrándome el culo.

Me pregunté que otra gente conocería allí la próxima vez que fuera a bailar.