Un hombre bastante apuesto me sacó a bailar (02)

A la semana siguiente volví a encontrármelo en el salón gay. Sólo que esta vez se puso a mis espaldas, y comenzó a restregarme su pedazote contra la raya del culo.

Un hombre bastante apuesto me sacó a bailar (02)

Por lindo culo 04.

Lindoculo04@yahoo.com.ar 6

La siguiente vez que encontré al "apuesto caballero" nos reconocimos al instante. El salón de baile tenía un clima orgiástico. Y el me sacó nuevamente a bailar. Sólo que esta vez se puso detrás de mí, apoyándome su inolvidable masculinidad. Yo me dejé y disfruté en mi mullido culo la presencia de su guerrero, que rápidamente cobró vida.

Me pregunté qué pensaba hacer. Por de pronto comenzó a darse placer con mi orto, especialmente con restregadas en la raya. La separación de mis redondos glúteos le permitía frotarme su miembro a su gusto.

Naturalmente que me fui calentando, el culo es un lugar sensible, especialmente el mío. Y sentir semejante pedazo de músculo viril haciéndole los honores, me puso en un estado de tremenda calentura.

Con sus grandes manos aferró lo que serían mis pechos. Los acarició y estrujó al punto de hacerme sentir que tenía tetas. Mis pezones se habían erectado y la sensación de erotismo en "mis tetas" hizo que me entregara a lo que pudiera venir. Pero ¿qué sería?

Su gorda tranca me frotaba la raya cada vez con más ganas, al punto de tenerme gimiendo cada vez más rápido.

De pronto desenfundó su poronga y de un solo movimiento me dejó con el culo al aire. En el contacto su piel se sentía muy caliente y suave en contraste con la fuerte musculatura de su muy erecto miembro, que se hamacaba frenéticamente entre mis glúteos. Su respiración estaba cada vez más acelerada, hasta que apretándome contra si, con sus manos aferrando mis "pechos" hizo sus descargas tan intensas que llegaron incluso a entrarme un poco en el agujerito del culo. La sensación de tener esa enorme tranca entre mis nalgas, fue demasiado para mí y me corrí también. Sólo que yo dentro de los pantalones.

Luego, con un movimiento inverso al anterior, me levantó el trasero del pantalón, guardo su tranca abotonándose la bragueta. Y dando por terminado el asunto, se fue, como la otra vez.

Yo me quedé con la sensación de mi semen empapándome la parte delantera del pantalón, y del suyo, enchastrándome el culo.

Me pregunté que otra gente conocería allí la próxima vez que fuera a bailar.

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