Un hijo, una madre y una pandemia II

Madre e hijo, siguen encerrados en la misma casa. Con la pandemia

Estaba claro que tenía que mediar mis palabras con mi madre. Por nada del mundo quería que con la única que persona que podía estar, estuviese enfadada.

Pusimos el vino a enfriar y dejamos todo preparado para hacer la cena.

  • Bueno ahora, que ya esta todo desinfectado, voy a tirar los guantes y a meter la ropa a la lavadora. Dijo mi madre.

Era la primera vez, que habíamos salido a comprar y no teníamos muy claro como iba esto del covid...

Mi madre se quitó los guantes, sin tocarlos. Se lavó las manos.

  • Vale ahora la ropa y todo a la lavadora. Dijo mi madre.

Comenzó por quitarse los pantalones vaqueros, los metió en la lavadora, luego hizo lo mismo con el jersey y luego con la camiseta que llevaba.

Mi madre se quedó con un conjunto de braga y sujetador negro muy bonito. Las braga dejaban ver un poco de su culo entre los encajes.

Mi madre se quedó mirándome.

  • Lo siento mamá, me voy. No me he dado cuenta. Espera que me seco las manos y me saldo de la cocina.

  • No hijo, tranquilo  no sé si será necesario también echar la ropa interior. Dijo mi madre con duda.

  • No sé mamá, mejor todo por si acaso. Esta vez no lo hice por malicia de verla desnuda. Dije mientras seguía limpiando el marisco.

Mi madre, no lo dudo ni un minuto, soltó su sujetador y bajo sus bragas, la primera vez que veía a mi madre desnudas desde hace casi 20. No dejé de observar su cuerpo ni un segundo.

Tenia las tetas un poco caídas, pero me gustaron sus pezones y sus pequeñas aureolas. Las piernas las tenía firmes, sin nada de tripa. El culo respingón. Una pocas de arrugas en la piel, pero normal a su edad. Pero no pude ver el coño. No  pude ver como tenía el coño.

Joder con mi madre estaba bien buena, y me había puesto la polla dura otra vez. Creó que me la follaría sin dudarlo.

Pero no me atrevía. Es la única familia que tengo. Solo me queda ella. No podía decirle algo y cargarla. Es lo ultimo que quisiera.

Mi madre se fue a duchar, yo seguí con la cena.

Tras una ducha rápida, mi madre volvió a la cocina.

Cocimos el marisco mientras hablamos del mono tema de esos días la dichosa pandemia y de cuando volveríamos a la normalidad.

Una vez todo listo para cenar, mi madre fue la que dijo.

  • Han dicho en la tele, que no hay que caer en las rutinas. Que por ejemplo tú aunque trabajes desde casa te tienes que vestir como si fueses a la oficina.

  • Si hombre mamá y me pongo corbata.

  • Hijo, son consejos. Igual que la higiene aunque no sales de casa hay que tenerla.

+Mamá, me ducho todos los días, eso son tontadas. Protesté.

  • Bueno tontadas o no, nosotros vamos hacer caso. Esta noche vamos a vestirnos como si fuésemos a cenar por ahí. Así que venga ponte guapo. Dijo mi madre mientras que iba a su habitación.

No le hice caso a mi madre y me fui a dar una ducha. Volví a mi habitación y me puse un chándal.

En el pasillo, vi como mi madre se maquillaba en el baño. Me vio pasar.

  • Luis Javier dijo.

Malo, mi madre solo me llama así cuando es para echarme una buena bronca...

-Dime mamá. Dije Apoyándome en el marco de la puerta del baño.

  • Vete ahora mismo a ponerte una camisa y unos pantalones, no seas vago..

  • Esta bien. Protesté.

No quería que se volviera a enfadar.

Fui a mi habitación, me puse una camisa unos pantalones chinos, y unos zapatos. Me afeite, me peine y fui a la cocina. Mi madre ya estaba preparada.

Mi madre estaba muy guapa. Se había puesto una falda, negra hasta la rodilla con una blusa blanca, con escote. Llevaba unas medias grises y unos zapatos de tacón. Estaba muy guapa. Siempre ha sido muy presumida. Se había puesto hasta perfume. Era el mismo que llevaba de toda la vida. Cuando lo olí vinieron a mi mente, recuerdo de niño.....

  • Mamá estas muy guapa. Parece que tienes 40 años le dije, mientras la miraba.

  • Si ahora arregla lo de esta tarde. Dijo en broma mi madre.

  • Mamá hemos quedado que tema, zanjado no?

  • Si hijo es una broma no te enfades.

Nos sentamos en la mesa, y abrimos una de las botellas de vino, comenzamos a cenar.

La cena pasó, sin ningún detalle importe. Nos bebimos las dos botellas de vino. La verdad que no estoy acostumbrado a beber, por lo que estaba un poco mas contento de cuenta.

Recogímos la cocina y mi madre propuso tomar un par de gintonic. Así lo hice. Nos sentamos en el sofá.

Yo miraba las piernas de mi madre y me ponía cachondo. Joder cada día estaba mas obsesionado con ella.

Esta tan excitado que le dije a mi madre.

  • Bueno mamá, creo que es hora de ir a la cama.

En realidad estaba a gusto con mi madre tomando una copa y hablando de cosas sin importancia, pero me moría de ganas de hacerme una paja...

  • Hijo, espera que prisa tienes, mañana no podemos salir. Podemos dormir cuanto queramos.. Pon otra copa. Dijo mi madre.

  • Está bien. Mamá pero la última.

  • De verdad hijo, parece que seas tú, el que tines 67 años, eres un muermo. Dijo mi madre entre risas.

  • En eso tienes razón, tú parece  que tienes 35, como yo. Tu forma de ser y tu forma de vestir, se acercan.

  • Que más quisiera yo hijo que tener 35 años hijo. Con las pasiones que levantaba yo a los 35 años.

  • Bueno y ahora también levantaras alguna no? Eres la más guapa y provocativa de todas tus amigas, con mucha diferencia.

  • Jeje, río mi madre, ya no soy la que era hijo. Los años pesan...

  • Mamá, de mi padre siempre que  hemos hablado, me cambiabas de tema rápido. Creo que ya soy mayor, y tenemos confianza para hablar de las cosas. Los dos somos mayorcitos... Lo has vuelto a ver, o has vuelto a hablar con él? Le pregunté muy serio.

  • Hijo, no he querido volver a saber nada él. Me dejó sola, y no quiso reconocerte, decía que no eras hijo de él. Pero si que lo eres de hecho eres igualito a él.

  • Mamá, y porque nunca reiciste tú vida con otro hombre. Le pregunté

  • Para que hijo, para que me pasase algo parecido ni hablar. No quería volver a pasar otra vez por lo mismo..

  • Y nunca más has estado con ningún hombre?

  • Si hijo, claro que sí, no soy de piedra. Los hombres me gustan y puedes pasar buenos ratos juntos. Pero sólo eso buenos ratos juntos.. ya me entiendes hijo.

  • Si mamá un polvo y cada uno a su casa..

  • Que bruto eres aveces hijo...

  • Lo siento mamá.

  • Bueno y tú? has pesado en rearcer tu vida? Que sólo hablamos de mi...

  • No mamá, la verdad que no. Ana ha sido la única mujer de mi vida. La verdad que ahora no me apetece comprometerme. Creo que probaré los placeres, y variedad en las mujeres..

  • Bueno, que solo quieres un polvo y cada uno a su casa. Dijo mi madre repitiendo mis palabras anteriores.

Los dos reímos. Nos acabamos las copas. Nos fuimos a dormir. La verdad que había hablado de cosas con mi madre que nunca antes había hablado y encima con confianza.

Estaba tan cansado, que no me puede hacer ni una paja. Caí rendido en la cama.

Cuando me desperté la casa olía a café. Hice un pis y fui a la cocina.

  • Buenos días Ma, que tal has dormido. Dije bostezando.

  • Muy bien hijo, me he levantado como una rosa..

  • No al final mamá, vas a tener razón. Parece que tenemos los años cambiados.

  • Jeje río mi madre. Venga Anda. Desayuna, y vamos hacer algo de deporte. Que te pasas el día sentado.

  • Venga mamá, lo que me faltaba. Proteste.

  • Hijo, esto va para largo. Ya sabes lo que hablamos ayer de caer en las rutinas...

  • Esta bien, voy a ponerme una pantalón de deporte y las zapatillas.

Los dos fuimos a nuestras habitaciones a cambiarnos. Yo me puse un pantalón corto, una camiseta y las zapatillas.

Mi madre apareció en el salón con mayas una camiseta de tirantes y las zapatillas.

-Muy bien, ahora que hacemos? le pregunté burlón.

  • No ser tan cascarrabias lo primero. Luego calentar. Dijo mi madre, poniéndose en frente mio.

Primero con las puntas de del dedos y las piernas estiradas hay que tocarse la punta de los pies. Sin doblar las piernas. Vamos 10 veces.

No llevábamos el mismo ritmo, por lo que cuando subía podía ver el sujetador y el canalillo a mi madre por completo. Seguimos hasta hacerlo 10 veces.

  • Ahora con los pies juntos y sin separarlos,  las rodillas separadas bajar y subir otras 10 veces. Dijo mi madre.

Pero a la segunda vez, no podía ser esto. A mi madre se le marcaban los labios a base de bien en las mallas. Se le marcaba el contorno de sus labios a la perfección. Pude hasta ver como se separaban al bajar. Eso hizo que me pusiera a mil..

  • Qué tal vas hijo?

  • Bien mamá, le mentí.

  • Ahora vamos a tumbarnos en el suelo, tu me agarras de los tobillos, y subiré con las manos en la cabeza a tocar mis rodillas.  Vamos.

No podía a mi madre se le marcaba el coño en toda su forma con la mallas. Era imposible dejar de mirarselo. Podía ver toda su forma.

  • Venga ahora tú, dijo mi madre.

Pero yo no lo quería hacer si me tumbaba mi madre notaria que estaba empalmado.

  • Mamá creo que eso es muy duro para el primer día. Prefiero subirme a la cinta.

  • Vale yo seguiré haciendo ejercicios..

Me subí a la cinta menos mal que deba la espalda a mi madre y no veía con tenía la polla, por su culpa... Joder que calentón. yo esto no lo vuelvo a repetir o me va a pillar.

Tras mas de 30 minutos andando a toda prisa, paré la máquina ya se me había bajado la polla.

  • Mamá yo lo dejo. No puedo para ser el primer día vale..

  • Como quieras hijo, yo voy a correr media hora. Veté a ducharte no te quedas frío.

Le hice caso, me fui a la duchas, pero hacerme una buena paja. Joder como es posible que me ponga tan cachondo mi madre. Joder que coño más rico tiene....

Tras salir del salón me quede un poco en la puerta observándola como corría en la cinta y como le botaba el culo.. Joder se me volvió a poner dura.

Fui al baño, me desnude y me metí en la ducha. Tenia la polla dura, no lo dudé. Comencé a subir y bajar mi polla, bajo el agua. Joder que gusto.

A mi mente venia la imagen del coño de mi madre, en esas mallas. Joder que buena estaba... No paraba de sacurdime la polla, pero no se que pasaba, nunca me corría tan pronto. Mi leche caía por el desagüe. Joder si no he durado ni 3 minutos. Ahora eso si el gusto que me daba era mayúsculo.

Me relaje un poco mas bajo el agua.

Me seque y salí al salón. Una idea me vino a la cabeza. Si me llevo las toallas mi madre, igual no se da cuenta y se mete a la ducha pensando que están en el baño. Me llamara a mi yo se la llevare la veré desnuda. Asi lo hice me lleve las dos toallas a mi habitación.

Mi madre seguía sobre la cinta. Sus tetas botaban a la a vez que su culo...  Esto me iba a matar...

Mi madre paro la cinta.

  • Bueno hijo yo también me voy a dar una ducha. Dijo mientras iba hacia el baño.

Desde el sofá mire a ver si mi madre, cogía alguna toalla. La vi salir de su habitación pero sólo llevaba la ropa de cambio. Parecía que mi plan iba a funcionar.

Oí como se habría la ducha y se cerraba la mampara, pero no oí cerrar la puerta del baño. No lo dude ni un segundo, me asome a ver si había cerrado la puerta del baño del todo. No la había cerrado con golpe. Estaba entre abierta, casi cerrada pero algo se podía ver en el interior.

Fui a mi habitación y cogí una toalla, por si mi madre me veía en la puerta espiándola, le diría que no me había dado cuenta y me había llevado las dos toallas y venia a traerle una.

Me acerqué lo máximo que puede y con sumo cuidado abrí, solo un poco mas la puerta.

Esto me permitía ver a mi madre en la ducha.  Ahora si, después de 20 años, iba a ver el coño por el que salí.

Ver ese coño que nunca levantó ninguna mi polla, y ahora la ponía todos los días como una piedra.

Tenia un coño, precioso joder con mi madre. Tenía el coño rasurado, se había dejado una raya de pelo, pero lo tenia muy bien cuidado. Estaba claro que mi madre era coqueta en todos los sentidos. Estaba terminado por lo que me fui corriendo a mi habitación. Deje de oír el agua y oí correr la mampara.

  • Luisja hijo, te has llevado las dos toallas,? grito mi madre desde el baño.

  • Si mamá, no me he dado cuenta. Te acercó una? Le grité.

  • Si por favor.

No sabia como actuar si abrir la puerta, esperar a que mi madre me dijese algo...

Cogí la toalla y me fui para el baño. Cuando estaba llegando dije.

  • Toma mamá.

Y ella abrió la puerta del baño, mi madre no se tapó, ni se escondió lo más mínimo. La miré de arriba a bajo, y sólo pude decir.

  • Mamá, menudo cuerpo conservas, como se nota el deporte que haces. Madre mía Ana estaba mas fofa que tú y  eso que tenía 30 años menos.

  • Gracias hijo, pero bueno ya la cosas van para abajo. Hace 15 años si que tenían un buen cuerpo.

Joder entonces, maldije no haberme fijado hace 15 años más en ella.. Si ahora estaba como un tren, como estaría entonces....

Mi madre no se corto, se secó el cuerpo delante de mi y se puso a dar crema sin importarle mi presencia.

Subió una pierna a la taza del váter, eso hizo que pudiera verle el coño por detrás..  Me voy o me la follo aquí mismo. Me fui al salón.

Juntos preparamos la comida. Veía que mi madre y yo estábamos cogiendo cierta confianza, que por lo que fuese nunca tuvimos.

  • Hijo, no  podrás arreglarte con Ana?

  • Mamá, ya sabes que no. La distancia es muy mala aliada.

  • Bueno pues vete allí. No creo que sea difícil que encuentres trabajo. Aquí no tienes nada que te ate.

  • Hombre mamá, como puedes decir eso. Y tú?

  • Bueno hijo, yo no quiero ser quien te ate a este lugar.

  • Mamá, eres la única persona que tengo en el mundo. Tú sólo me tienes a mi. Yo nunca me iré de aquí.

  • Gracias hijo, eres un sol. Te quiero mucho. Y me dio un abrazo y un beso muy fuerte en la mejilla.

  • Mamá, que te parece si abrimos un vinito.

  • Muy buena idea. Hijo.

Otra vez nos pasamos con el vino y cuando acabamos de comer y de recoger mi madre puso dos gintonic... Al final veras, pensé.

Vimos una película y nos tomamos otro par de copas más. Cuando acabo la película mi madre dijo.

  • Bueno y ahora que hacemos? nos quedan 6 o 7 horas para irnos a la cama....

  • No sé, y reí.

  • De que te ríes hijo? dijo mi madre intrigada.

  • Sabes mamá, lo que ha venido a mi cabeza, cuando era pequeño y jugamos la abuela, tú y yo a yo nunca, para ver quien se quedaba con el sillón mas grande.

  • Si dijo mi madre. El día que dijiste yo nunca me cojo la picha con la mano.. Contra eso no podíamos luchar tu abuela yo...

  • Mamá no recuerdo porque dejamos de jugar.

  • Pues porque tú te hacías mayor y el juego cogió cierta malicia, comparando tu cuerpo con el nuestro....

  • Como pasa el tiempo. Bueno ahora no, desde que empezó la mierda esta de la pandemia, el tiempo es lo que mas lento pasa...

  • Bueno hijo, yo la verdad que estoy bien aquí, además miralo por el lado positivo. Desde que te fuiste de casa, no había pasado tanto tiempo contigo. La verdad que estoy muy augusto. Creo que cuando esto acabe puedes alquilar tu piso y venir a vivir conmigo..

  • No sé mama eso igual es demasiado, creó que necesitamos intimidad..

  • Si golfo, además ahora que estas soltero, veras cuando se pueda volver a salir a ligar....

  • Bueno, no es por eso mamá. Además tú también saldrás a ligar.... jeje.

  • Bueno, para eso creo que todavía quedé mucho tiempo. Por cierto hijo ahora que estamos en el tema, ayer me dijiste que Ana había sido tú única mujer. Creo que me metiste...

  • No ma, es verdad Ana ha sido mi única mujer. Le dije muy serío.

  • Si hombre hijo, ahora me vas a decir que perdiste la virginidad a los 26 años.. Cariño no me mientas.

  • No te miento mamá, es cierto hasta los 26 no perdí la virginidad. Dije agachando la cabeza.

  • Pero hijo, si salias mucho, y ahora no es como en mis tiempos, la cosa es mas fácil.

  • Mamá te voy a decir la verdad. Siempre me he sentido acomplejado por mi pene, lo tenía un poco pequeño, me daba vergüenza pensar que me desnudaría delante de una chica y se reiría de mi. Por eso nunca, practicaba deportes donde había que ducharse delante de la gente...

A mi madre se le cambió el color.

  • Joder Luisja, porque nunca me dijiste nada? Ahora entiendo porque no quisiste jugar al fútbol.

  • Si mamá los compañeros se reían de mi cuando nos duchabamos. No me atrevía a mirar a mi madre a la cara.

  • Por eso hijo, siempre cerrabas la puerta del baño, cuando te duchabas. Joder y yo me empecé a cerrar, pensando que los cuerpos cambian, y te  sentías mal si nos veíamos desnudos.

Venga hijo, no te preocupes vamos a tomar otra copa.

Pusimos otro gintonic, y mi made me preguntó si quería dejar el tema.

  • No estoy bien. No tengo nada que esconderte. Le dije.

  • Bueno, pero y Ana?

  • Mamá, que la tenga un poco pequeña no quiere decir que no pueda dar placer. Estoy un poquito por debajo de la media

Pero te puedo asegurar que Ana y yo disfrutábamos mucho en la cama...

  • Ya hijo, no sé. Es que no me hago a la idea.

La verdad que hablar con mi madre del tema y ver que tenía curiosidad por ver mi polla, hizo que la tendría morcillona, entonces le dije.

  • Ma, sin quieres te la enseño.

Mi madre dudo un momento, no decía nada. Así que como estaba un poco bebido, no lo dude. Me levante del sofá me puse delante de mi madre y me baje, el pantalón de andar por casa y el calzoncillo. Ante mi madre salio mi polla.

  • Bueno, hijo no es para tanto. yo creó que es normal. El problema creó que lo tienes en la cabeza. A mi me parece que es normalita. Yo pensaba que sería mas pequeña.

  • Bueno la verdad que cuando me empalmo no parece tanto, pero en reposo parece que es más pequeña. Bueno hijo tapate. Y quitate la tontería esa de la cabeza de que la tienes pequeña, es normal.

  • Eso lo dices porque eres mi madre...

La conversación llego a su fin, y a partir de ese día muchas cosas cambiaron en casa de mi madre, la puerta del baño, no la cerraba cuando se duchaba y tampoco la de su habitación cuando se cambiaba...

El tiempo pasaba en casa sin mucho, variedad, mi madre hacia deporte yo trabajaba y venimos la televisión. Pero la cosa estaba apunto de cambiar.

Continuará.....

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