Un hetero no tan hetero
Nos conocimos en un chat que visito con frecuencia, y el hetero acabó demostrando que no era tan hetero como decía.
Me llamo A., tengo 22 años, de Madrid de nacimiento y viviendo al norte de la ciudad, delgado, ojos claros, pelo castaño y de longitud la normal para poder hacer un tupé decente. He deciros que de herramienta no ando nada mal, o eso dicen (19cm y algo ancha). Soy versátil, aunque la mayoría de veces hago de activo.
Hace unas semanas conocí por internet a un chico llamado Javi. Tiene 25 años, moreno, delgado, guapete de cara y "hetero". En un chat cualquiera donde soy habitual iniciamos conversación, ya que coincide que vivimos cerca. La conversación al principio fue banal, ya que me dijo que era hetero con novia y que le gustaría probar cosas con tíos, pero después se fue animando cuando nos propusimos de quedar. Le dije que no era "hetero", ya que, por lo que me dijo, le gustaba que jugaran con su culo y mamar pollas, pero de momento sólo se lo estaba planteando.
Le invité a mi casa, y la descripción coincidía con la dada, aunque era más guapo de lo que esperaba. Al principio estaba algo parado, tímido, preocupado por la discrección, ya que tenía novia y no quería que nadie se enterara de que ha estado ahí, y menos conmigo, pero poco a poco ese miedo se fue yendo. Le invité a quitarse el abrigo y las zapatillas, estaba empapado de la lluvia. Pude ver un culo y cuerpo bien formado, lo que hizo que se me pusiera algo morcillona.
Me pidió un vaso de agua, fuimos a la cocina y se lo proporcioné mientras se relajaba. Hablamos de cosas banales, sobre que tal había llegado, por qué quería probar con tíos, hasta que no podía más y le besé. Al principio se quedó bloqueado, pero al instante me siguió el beso y empezó a jugar con sus manos. Le llevé al sofá, nos sentamos y seguimos besando mientras nos metíamos mano, todavía ambos vestidos. No quería empezar fuerte, necesitaba que se relajara y se lanzara con total libertad.
Tras un rato así, en su cabeza algo hizo clic y se quitó el jersey y la camiseta que llebaba, dejando un pecho completamente depilado y formado (lo justo, sin llegar a estar musculado). Se puso de rodillas en el suelo y me desabrochó los pantalones y los bajó hasta la rodilla, para jugar con mi paquete por encima de los boxers, algo ya mojados, que llevaba. No tardó en bajarlos también e intoducirse el rabo entero en la boca (será "hetero", pero había mamado pollas antes, porque se notaba la experiencia). Por mi boca comenzaban a salir pequeños suspiros y gemidos. Me quité la parte de arriba que llevaba, una sudadera y la camiseta, y me terminé de quitar los pantalones, boxers y calcetines. Estuvo un rato comiéndomela mientras me miraba a los ojos.
Al rato, se quitó toda la ropa que le quedaba. Pude ver un rabo de 17-18 centímetros con muy buena pinta. Le tumbé en el sofá boca arriba y le hice una muy buena mamada. Estuvo varias veces a punto de correrse, pero logré parar a tiempo, queríamos más fiesta a parte de unas mamadas. Hicimos un 69 de casi 10 minutos, nos lo pasamos muy bien, comiéndonos el rabo, los huevos... uf. Se me pone dura de recordarlo.
Mientras se la comía, con mi dedo jugaba con su ano, y suspiraba de lo lindo, se notaba que le ponía a mil (y algún lametón le daba). Se sentó encima mía, rozando mi rabo con su culo... el heterito quería que le follara ahí mismo. Después de seguir besándonos un rato y restregando mi rabo por su culo, fui a mi habitación a por un par de condones y lubricante. Me lo puse, y comencé a introducirlo lentamente. Su cara de dolor me cortaba a seguir, pero algo me decía que siguiera. Una vez dentro, él mismo comenzó a subir y bajar lentamente, hasta que un rato después aceleró el ritmo bastante. Su culito era bastante tragón y nos lo puso fácil.
Después de estar un rato así, le puse a 4 patas, y ahí ya que sí fui algo bruto, con buenas embestidas y gemidos. Como siguiera mucho me acabaría corriendo.
Me dijo que quería follarme a mi también. Fuimos a mi cama y me puse a 4 patas para que fuera más cómodo. No tardó mucho en meterla, estábamos muy cachondos y con ganas de rabo. Me follaba lento, pero de forma placentera. Me puso a 4 patas, boca arriba, boca abajo, hasta que me avisó que se iba a correr (en ese momento estaba boca abajo). Sacó el rabo de mi culo, se quitó el condón, y se corrió en mi espalda. Me puso a mil. Para mi sorpresa, él no acabó ahí, ya que con su lengua empezó a jugar con el semen hasta limpiarlo todo, lo que hizo que mi rabo estuviera a punto de explotar (y le avisé).
Me levantó, me puse de pie, y comenzó a mamármela hasta que me corrí en su garganta. No vi nada de la corrida, se la tragó entera. Nos besamos después, quería saborear su premio por lo bien que lo había hecho. Espero que después de este polvo sea consiciente de que no es tan hetero como dice.
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Gracias por leer mi relato hasta el final. Puedes contactar conmigo a través de a.jovenmadrid@hotmail.com. ¡Os responderé a todos los emails! Un saludo, y hasta el próximo.