Un hecho que cambió mi vida (capítulo4)
Les narrare lo que paso cuando llegó Jessica al departamento, después de un arduo día de trabajo..
Después que Renata habló con mi madre para que me dejara quedar en su departamento me dijo: -Hay que estar lista para cuando llegue Jessica, tuvo un día muy pesado en la película porno en donde esta trabajando-; - así que a bañarse y a ponerse guapa para darle un buen recibimiento-
Me pasó al cuarto de baño, donde me di una buena ducha y para que todo fuera ideal también me puse un enema, para sacar los resto de lo que pudiera haber dejado Renata. Al salir, de la ducha, Renata me empieza a aplicar una crema humectante que deja mi piel suavecita, me hace que me rasure los pocos vellos que tenía. Después me paso a su recámara donde había todo lo necesario para maquillarme y vestirme. Me maquillo cuidadosamente, sin exagerar, me puso un peluca castaña, que resaltaba con lo blanco de mi piel. Me colocó una especie de bata, transparente de color negro, me puso un liguero y unas medias negras de lycra que hacían lucir mis piernas bastante hermosas. Me dió una sandalias con plataforma transparente y con un tacón de 15 centímetros. Y Así vestida pasamos a las pequeña sala a esperar a Jessica.
No tardo mucho en llegar. Cuando entró, Jessica, se encontraba sumamente molesta y empezó a decirle a Renata -Tía este trabajo me va a matar, este día nada más me cogieron tres actores y los tres tiene unas vergas preciosas pero muy largas y gruesas- . Renata le contesto que no se preocupara que le tenía una sorpresa con lo que su mal humor pasaría; diciendo esto señala con un dedo hacía donde estaba yo. Veo la cara de Jessica que se ilumina y pone una sonrisa socarrona. Se dirige hacia mi y me dice que guapa niña y si te portas bien, voy a darte todo lo que no pudo dar durante la filmación; ya que nada más me la estuvieron metiendo por el culo y por la boca y no pudo tener ninguna descarga que me bajara lo calienta que me había puesto. Así que, yo iba a ser la que recibiría todo lo que había estado acumulando durante la filmación.
Se acerca a Renata y le pregunta quien era esa preciosura que estaba en la sala, que aunque me faltaban tetas todo lo demás se veía bien. Le dijo Renata que era la vecina que había estado espiando por la ventana que daba a su recámara, que tanto le gustó lo que vió que la invitó a aprendiera con ella, que iba a ser mi maestra.
Jessica traía puesto un vestido de tela muy delgada casi transparente que no dejaba nada a la imaginación: se veían las tetas inmensas luchando por no romper la tela rematadas con unos pezones grandes y erectos; una cintura que sería la envidia de muchas; un culazo con las nalgas paradas y grandes, mediría de cadera unos 100 centímetros, que también la tela batallaba para poder cubrirlas; y unos muslos que parecían esculpidos, especialmente, para ese cuerpo. Iba sin medias y con una sandalias de plataformas con correas que llegaban hasta media pierna. Se veía fresca, sensual, irradiando energía.
Dirigió sus pasos hasta donde estaba y me ofreció una de sus manos, me jalo suavemente y me hizo que me parara enfrente de ella. Entonces empezó a besarme en la boca con unas ansias que parecía que con eso iba a disminuir el fuego que llevaba dentro. Al acercarme, mi pubis toca su cuerpo; siento que debajo de ese vestido había algo duro y rígido, un cilindro rematado en la punta con una bola que parecía pelota de golf. Me toma una de mis manos y hace que le acaricie ese cilindro que había sentido con mi pubis. Lo toco e instintivamente retiro mi mano, ella me dice al oído que si lo que había tocado no me había gustado. Le contesto que sí, pero que me había sorprendido el tamaño y la dureza que tenía.
Me tomó nuevamente la mano y me la llevó a ese objeto de carne dura que tenía en la entrepierna, con un grosor y una longitud como nunca había tocado nada parecido antes. Sin dejarme de besarme hizo que con ambas manos acariciara aquella masa de carne, y entre más lo acariciaba más rígido y largo se ponía. Los besos de Jessica eran los primeros que me había hecho que me excitara, metía y sacaba la lengua de mi boca, la movía como si fuera una culebra y sentía que me tocaba hasta la faringe.
Así estuvimos por un buen rato, pero no crean que las manos de ella estuvieron quietas, con ella recorrió todo mi cuerpo y se detuvo en mis nalgas, con un dedo me acarició mi culito, que ya antes había sido desflorado, y se voltea y le dice a Renata que porque me había quitado lo virgen, que a ella le hubiera gustado quitarme lo virgen. Renata le contesta que una vez no cuenta, así que mejor se preparara para estar cogiendo toda la noche.
Me llevó casí en brazos hasta su recámara me deposita en la cama y nada más me levanta esa bata transparente y se queda extasiada por lo que veía. Me dijo que estaba hermosa y que entre Renata y ella me harían aprender los secretos de una vida distinta a la que había vivido antes. Se abalanzó sobre mi y me empezó a besar desde el cuello (dandome mordiditas y lenguetazos y una que otra chupada, delicadamente), fue bajando con su lengua y cuando estaba en medio de lo que después serían un par de tetas hermosas, se prende de mis pezones, los que se pusieron erectos inmediatamente, y empecé a dar pequeños quejidos de placer, me los muerde, me los succiona hasta que siento que tengo una abundante salida de líquido preseminal y mi verga esta más erecta, como nunca la había visto.
Jessica, continúa su viaje, con su lengua, a través de mi cuerpo. Llega a mi ombligo y juguetea con la lengua con él. Después baja hasta mi pubis y lo siente completamente rasurado, sin un vello que la estorbe y en señal de aprobación con sus dedos me da unas caricias en mis pezones erectos. Luego se prende de mi verga, como una verdadera maestra, y empieza a succionar con fuerza, siento como si por ahí se me fuera salir el cerebro de tan fuerte que succiona, pero entonces empieza hacer un movimiento en el que mete mi verga lo más profundo de su boca y luego lo saca lentamente aplicando un tremenda succión. Así sigue hasta que me hacer que tenga una de las más grandes venidas que he tenido, no se de donde me salió tanta leche. Jessica, estaba ávida de ella, asi que se la tragó sin dejar una gota fuera.
Levanta su cabeza y me dice, desde abajo donde se encontraba, que después iba ir la de ella que no me preocupara quen todo a su debido tiempo, ya había hecho que tuviera un placer que nunca antes los había tenido. Luego continuó su viaje con la lengua, hasta llegar a mis huevos que se encontraban, también, sin vellos; ella le dio también su bienvenida con una tremenda mamada que hizo que nuevamente, mi verga que estaba completamente flácida, se pusiera erecta como antes. Con un movimiento de sus manos hizo que me volteara y que me quedara con mi vientre en la cama y que mis nalgas preciosas estuvieran en todo su esplendor.
Continuó su viaje con la lengua hasta quedar enfrente de mi culito, ese orificio que me daría tantos gozos, con su arruguitas de color rosado, que en forma instintiva tenía un movimiento de abrirse y cerrarse como si estuviera enviendo besos a la que se pusiera enfrente. Empieza con su lengua a recorrerme cada una de las arrugas que tiene mi culito, con un movimiento circular, cuando siente que a logrado relajarlo empieza el ataque con la lengua. Me mete su lengua, como si fuera un taladro, por mi culito hasta que quedan los labios en contacto con las arrugas de mi fundillito. Se dilataba todo lo que se podía y tenía movimientos espasmódicos de contraerse y relajarse ritmicamente, como si tuviera vida propia, mi culito. Como si supiera que después iba a ser atacado por ese cilindro rígido de carne dura, con una cabeza como pelota de golf, pero que estaba chata y gruesa y como si fuera casco de bombero, de esos antiguos.
Se entretuvo un tiempo en mi culito. Después en toda la hendidura que separa ambos globos de mis nalgas paso su lengua hasta hacerme nuevamente tener una nueva descarga de leche, me dijo que no importaba que descargara en la cama que ella en la filmación había tragado tanto semen que como para alimentarse una semana. Cuando me di cuenta estaba gimiendo y moviendo mis caderas como una verdadera puta y pidiendo que no lo dejara de hacer. Me dió tremenda nalgada, en esas nalgas turgente que tenía, y me dijo que no me desesperara que ya me tocaría recibir una buena cantidad de leche en mi intestino.
Subió con su lengua por toda mi columna y a medida que lo hacía sus expertos dedos jugaban con mis nalgas y con mi culo. Me metía un dedo en mi cola y hacía que me moviera, con movimientos rítmicos, de arriba hacia abajo; y cuando lo tenía ensartado movía mi cadera de tal forma que me penetraba más profundo. Subió hasta mi cuello y con su boca me chupo, me lengueteo, me succionó hasta dejarmelo rojo. Y así como estaba el cuello así estaba yo roja pero de lo excitada queriendo que me calmara esa ansiedad con un buen trozo de carne en mi culo
Despues de todo esto, que fue una preparación para que pudiera recibir ese trozo de carne tan grande en mi fundillo, me puso una almohada en el vientre que hizo que se levantara mi cadera y dejara completamente indefenso mi culito. Tomó un pomo donde había una crema lubricante, me aplico abundantemente en mi culito, que previamente me lo había vuelto a mamar tan magistralmente como antes. Y luego siento como me empujaba con una objeto, que a las claras, se veía más grande de donde quería meterlo. Pero con mucha paciencia y delicadeza y que cada vez que sentía dolor paraba, me empezó a penetrar. Me dijo al oído que lo difícil era que me entrara la cabeza que lo demás con un poco o más bien con un mucho de lubricante podría entrar que el secreto estaba en meter la cabezota en ese hoyito tan estrecho; pero que lo ibamos a lograr. Siguó empujando y mi culo oponiéndose a la invasión. Así estuvimos por un buen tiempo y de repente sentí que se aflojaron los esfínteres y permitieron que entrara parte de la cabeza de esa tremenda verga. El dolor fue intenso, pero ella me empezó a masajear entre los testículos y el ojete y se empezó a desaparecer poco a poco. Lo que no desapareció fue el deseo, inconsciente, de mi ojete de tratar de expulsar tremenda cabezota de mi canal.
Me dijo que aflojara los músculos y que respirara como si estuviera teniendo un parto. Pues con tremenda cabezota insertada en mi culo yo creía literalmente que estaba teniendo un parto. Con un dedo me toco, donde debería estar el fundillo y sus arrugas y nada más toco una piel tersa y sin haber orificio alguno. Cuando me preguntó que si tenía dolor, le contesté que no. Entonces continuó su trabajo de meter el resto de la cabeza. Cuando mi culo recibió esa tremenda cabeza completamente hubo nuevamente un intenso dolor y mayor ganas de evacuar el intestino; pero con el masaje , con sus dedos en el espacio entre huevos y culo empezó a desaparecer.
Ya había logrado, Jessica, que pasara la cabeza por mi canal anal y yo había logrado recibirlo. Así que se dispuso a meter el resto, esto debo decirlo fue más facil y tolerable que el recibir esa cabeza del tamaño de una pelota de golf, poco a poco lo logró y sin saber como ni cuando sentí su pubis chocar contra mis nalgas. Entonces empezó el verdadero gozo: el dolor pasó a ser, poco a poco, un placer. Cuando empezó a meter y sacar su verga de mis intestinos, la excitación fue cada vez mayor y consecuentemente el placer. El roce de su cabeza en mi punto P, el de la próstata, fue algo que hizo que pronto tuviera otra venida de abundante esperma que sentí que llegó hasta la parte superior de mi vientre y con una fuerza que me hizo que me moviera intensamente y lograra que la verga,de Jessica, se me clavara más profundamente, todo eso hizo que mi gozo fuera en grado superlativo.
Así, con este movimiento, Jessica sacando y metiendome la verga en mi culo y yo moviendo las caderas al ritmo de ella, estuvimos un tiempo que a mi se me hizo muy corto; y luego siento que empieza a crecer más esa verga dentro de mi culo, como preludio de una gran venida, y me preparo a recibir esa rica leche que llenó mis intestinos, fue tanto que sentí por un momento que se me iba a salir por la boca. Jessica empezó a tener espasmos en su cuerpo y a gritar de placer hasta que cayó desfallecida sobre mi cuerpo. Así estuvimos hasta que su verga se puso flácida y se salió sola de el deposito caliente que lo había contenido hasta que descansara con esa gran venida de leche. Sentí un gran vació en mi culo. Como que quería seguir siendo penetrada por esa verga por siempre. Me dio media vuelta y quedamos cara a cara, Jessica y yo, y nos fundimos en largo abrazo y en un beso apasionado.
Nos quedamos pensando de que la noche era larga y podían suceder muchas cosas..
Continuará esta historia.....