Un hecho que cambió mi vida (capitulo2)
Despues de haber visto semejante escena entre Goyo y Jessica, continué espiando por la ventana, pero no volví a tener la suerte del principiante...
Durante la semana continué espiando por mi ventana pero no tuve suerte de volver a ver a Jessica y a Gregorio. Lo que más me interesaba era ver a Goyo, con su tremenda macana.
Acudí a la escuela normalmente, pero ya no fui a mis entrenamientos de fútbol, ni salí con mis amigos, obviamente tampoco les platiqué lo que había visto.
Edilberto y Panchillo acudieron a mi casa, pero le dije a mi mamá que no quería verlos que habíamos tenido unas diferencias durante el partido de fútbol y que aun estaba molesto con ello. Mi madre me creyó y les dijo mil disculpas así por esa semana no volvieron a molestarme. Pero lo que pasaba era que permanecí horas tras hora espiando la ventana de la vecina para ver algo y me iba en fracaso tras fracaso; pero no perdía el tiempo, al estar observando la ventana de la vecina me imaginaba las escenas que había visto y con eso era suficiente para masturbarme hasta dos o tres veces. Pero mientras me masturbaba y pensaba en la verga de Gregorio empecé a sentir un cierto cosquilleo en mi ano. Así que empecé a hacerme una masturbación, como decían mis amigos:cuata, mientras que con una mano me pajeaba con la otra, previamente untados los dedos con vaselina, utilizaba los dedos para metérmelos en mi ojete. Esto me produjo más satisfacción que la masturbación común. Llegué a tener unas venidas de abundante leche, claro esto fue al principio.
Primero empecé metiéndome el dedo índice. Con éste explore todo mi recto; registre cada una de las sensaciones que despertaba al moverlo de un lado para otro o metiéndolo y sacado. Hubo un punto, que después supe que era el punto P (el punto de la próstata) que es el correspondiente en el hombre al punto G de la mujer. Y en ese punto al masajearlo lograba mayor placer, mayor erección y mayor eyaculación. Después seguí con el dedo índice y dedo medio: con estos dos me podía masajear mejor el punto P y sentía mayor orgasmo. Así continué hasta que logré meterme los cinco dedos de la mano y en esa ocasión la sensación fue distinta: logré, también, erección, eyaculación mayor; pero el placer fue distinto pues sentí que al abrir más mis esfínteres del culo las sensaciones se me irradiaban hacia la espalda y hacia los muslos y me hacía mover mis caderas espasmodicamente, pero con un ritmo de atrás hacia adelante y de adelante hacia atrás. y sin tocarme mi verga logré tener orgasmos intensos y prolongados.
Así continué: descubriendo mi cuerpo y encontrando cuales puntos me daba mayor placer. También descubrí que al estar mi verga bien rígida, por debajo de mis bolas tocaba todavía parte de mi verga y que al acariciarla y masajearla podía lograr un orgasmo prolongado con una venida de abundante leche. Además, empece a tocarme is pezones, a apretarlos con los dedos indice y pulgar y sentir como se ponía erectos y me daba mucho placer. Una vez cuando esta leche blanca, viscosa y caliente me escurría entre los dedos de la mano se me ocurrió probarla. Hice varios intentos, pues no me animaba mucho. Pero una noche que me encontraba muy caliente y ya me había metido todos los dedos de mi mano derecha en mi precioso ojete (sabía que era precioso porque con un espejo puesto en mi cama me lo pude ver: era un ojete color de rosa, muy arrugado que cuando lo contraía y lo aflojaba parecía una boca que se abría y se cerraba como pidiendo verga), tuve una venida abundante, pero aun así continuaba muy caliente decidí probarlos. Así que, a los resto de la lechita que me quedaban en la mano les pase mi lengua; al principio tímidamente pero al encontrar su sabor agradable los metí en mi boca como si me estuviera comiendo una mermelada que me cubriera la mano. Me gustó como sabían así como lo viscoso que estaban. No sabía que había despertado la lujuria que llevaba adentro de mí.
El fin de semana fue el día de buena suerte, pues en las escaleras encontró a la tía de Jessica, que se llamaba Renata, llevando unas pesadas bolsas con víveres para su departamento. Muy comedido le ayudé a llevarlas y con este pretexto entré y conocí su casa por dentro. Estaba amueblada en forma sencilla, pero muy coqueta. Me pasó a la sala y me hizo que me sentara en el sofá. Me dijo que iba a prepara una limonada porque con el ejercicio me veía muy acalorado. Se tardó un poco lo que me dió tiempo para fisgonear por toda la sala y poder ver en el interior de la recámara de Jessica: había fotografía de ella, Renata, cuando era joven y se veía muy hermosa, en especial en una donde estaba vestida de vedette con un traje con plumas y sin la parte superior del mismo dejando ver unos hermosos pechos, pero que con una especie de tapones con flecos plateados tapaban los pezones; en otra fotografía se encontraba con el mismo traje pero dejaba ver un tremendo y hermoso culo, que como se veía lo estaba presumiendo.
Llegó, Renata, con dos vasos de limonada en el preciso momento en que observaba las fotografía y me dice: hermoso, verdad que ¿no he cambiado mucho?. Y sin dejarme contestarle me dijo que eran las fotos de un espectáculo que ella presentaba y que era la dueña de la compañía. Que había hecho giras por Europa muy exitosas pero que se había cansado y decidió vender la compañía y retirase. Que se fue en busca de sus familiares pero que la gran mayoría había fallecido y que nada más había encontrado a Jessica y que como era su única familiar; pues la había traído a vivir con ella y que le había enseñado todo lo que ella sabía. Que su sobrina, Jessica era una gran artista que se habían cambiado a esta población porque se iniciaba una incipiente industria para películas porno y su sobrina había sido escogida, después de una pruebas, para hacer esa clase de películas.
Con cada cosa que decía, Renata, me dejaba más con la boca abierta. Y más me la dejo cuando me dijo que me veía muchas posibilidades para que ingresara es esa industria de hacer películas porno. Estaba estupefacto, no supe que contestar. ella se dio cuenta. Me dijo que me había estado observando por la ventana, sin que me diera cuenta, porque así como se veía de allá para acá así se veía de acá para allá. Y que me había visto mi cuerpo: que únicamente me hacían falta unos buenos pechos para estar perfecta. Entonces le digo, cuando pude por fin pronunciar palabras, que era perfecto y ella volvió a decirme: no perfecta.
Me explicó entonces todo lo que había hecho para transformar a Jessica en ese culo de mujer que era. Que cuando era ¿ hombre? se llamaba Alejandro pero que ella le vio muy buenas hechuras para transformarla en lo que es. Empezó con una terapia de hormonas femeninas con lo que logró que las nalgas fueran más grandes y redondas, le crecieron los pechos lo suficiente para ponerle expansores de piel, para poder hacerla ceder, y pudiera recibir unas prótesis DD. De como le enseñó como maquillarse, vestirse, caminar con tacones de 15 cm. y como modular su voz. Me dijo que no le costó gran trabajo ya que ella era materia disponible y se dejó conducir hasta tener los resultados actuales. Que si quisiera podría hacer lo mismo conmigo, y me preguntó ¿cuantos años tienes? y le dije que 18 años. Me contestó, que estaba en el puro momento para poder hacer los cambios y estos dieran unos excelentes resultados. Pero como a mí lo que genéticamente tenía mejor era de la cintura para abajo pues eso es lo que se debería resaltar: pues esas caderas, esas nalgas y esos muslos estaba regios.
Fue tan rápido lo que me dijo y lo que me propuso que lo primero que quise hacer es irme corriendo a mi casa. Ella se dio cuenta y me detuvo tomándome del brazo y diciendome al oído: lo he visto en tus ojos te ha encantado la verga de Goyo, además eres lujuriosa pues lo que hacías en tu recámara cuando creías que nadie te veía no lo hace una persona tibia sino una muy caliente. Tú gozabas cuando te metías tus dedos en tu culito: lo decían tus ojos entornados y tu boca y hasta me pareció oír tus gemidos; así que tú tienes madera para ser una buena chica.
Me soltó de la mano y me dijo ahora ya te puedes ir. Sí decides recibir mis enseñanzas ya sabes donde estoy buscame y con gusto seré tu maestra y si decide seguir así como estas y no cambiar puedes contar conmigo como amiga.
Pero esto último te hará caminar por algo tortuoso y doloroso y al final llegaras a lo que te propongo, pero tú sola cayendote y levantandote; yo te ofrezco un camino directo y sin sufrimientos. Así que piensalo y tu decides.
Llegué a la casa como un rayo y me metí a mi recámara como si ahí me sintiera a salvo de todo. Sus últimas palabras retumbaron en mis oídos y pensé ya nada será como pensaba que sería.
El domingo me fui con mis amigos al juego de fútbol pero estaba más distraído que nunca. Asi que rápidamente me sacaron del juego. No me esperé al termino del primer tiempo. Tomé mis cosas y me fui directamente a mi casa. Estaba sola ya que la familia se había ido a visitar a un familiar que vivía muy retirado de donde vivíamos; así que llegarían ya entrada la noche.
Llegué y me bañé muy lentamente, tallé todos mi cuerpo como si quisiera con ello sacar todo lo malo que pensaba que me invadía. Me sequé y me dirigí desnudo hacia la sala. Me quedé pensando en todo lo que me había dicho Renata. Me levanto de repente y en lugar de dirigir mis pasos hacia mi recámara, me dirijo hacia la recámara de mi madre. Abro su closet y me pongo a buscar entre sus ropas hasta que encuentro un hermoso vestido rojo de seda con una caída, de la tela, increíble. Después me dirijo a sus cajones y tomo un sostén con las copas de encaje, también de color rojo, y miro la etiqueta y dice copa doble DD que con miles de dificultades me lo pongo pero no lo lleno. Tomo un liguero, de color rojo, y me lo pongo también. Tomo unas medias rojas y también con dificultades, pues tenían una costura en la parte posterior y hasta que quedó derechas me quedé a gusto, las detengo con los tirantes del liguero. Luego, me pongo una tanga roja muy coqueta, que me hizo sentir cosquilla en mi ano, el hilo dental. Me pongo el vestido y como me había dicho Renata, de la cintura para abajo todo bien pero de arriba como que le faltaba relleno. Asi que tomé unos globos y los llené de agua hasta donde creía que quedaría como unos verdaderos pechos que llenaran esas copas. No es por nada, pero me quedaron perfectos. Me puse una peluca rubia, de mi madre. Me volví a colocarme el vestido y ahora si me veía preciosas, sí preciosa. Me guste como me veía. Empecé a caminar hacia la salida de mi casa y a dirigir mis pasos hacia la casa de Renata. Parecía como si me estuviera esperando pues antes de tocar ella abrió la puerta y me dijo bien bienvenida: " Hija mía"
Le gustó como me veía. Pero me dijo que aun me faltaba para verme realmente hermosas. Me dio que iba a estar verdaderamente bella cuando ella me diera la instrucción. Pase y me dijo que me sentara y que cruzara mis rodilla. Hice eso los más coqueta que pudo y ella me dijo: ya vez como esta hecha para esto. Le dije, entonces, que sentía la necesidad de tener algo duro en mi culo así que buscó que podía introducirme y me diera un placer completo, sin llegar a lastimarme pues era virgen. Busco en los cajones, de Jessica, y en uno encontró un tremendo dildo de aspecto casi natural y una caja de condones. Buscó un lubricante y también en ese cajón lo halló. Como el dildo tenía un ventosa en su base lo coloco en una de las paredes del baño, lo cubrió con el condón y lo embadurnó de lubricante. Consiguió un banco y se dispuso a meterme semejante macana de plástico de aspecto casi real, en mi virginal culo. Me llenó el ojete de lubricante y luego con los dedos, llenos de lubricante, los metió todos en el canal del gozo; los metía y los sacaba hasta que quedó todo lubricado, ese canal, y a la vez esto me preparó y me calentó para estrenar mi virginal culo. Me pongo de espaldas a esa macana o verga de plástico y empieza el regateo: yo a trata de metérmelo y el culo a no dejarme que se lo metiera. Renata toma con las manos cada cachete de mis nalgas y lo separa, los más posible, para que al fin pueda entrar la verga en mi culo. Este, el culo, recibe a regañadientes a la verga de plástico. Yo esperaba que hubiera dolor pero no, hubo un gozo indescriptible que hizo que mi verga se vaciara en el momento que toda esa verga de plástico me había penetrado hasta las bolas. Llené el vestido de mi madre, pero no me importo, porque empecé un movimiento de adelante hacia atrás y de atrás hacia adelante que me hizo ver visiones del placer que me proporcionaba. Cuando estaba con los ojos cerrados tratando de gozar cada segundo siento en mi boca un objeto duro de consistencias de carne. Cuando abro los ojos veo a Renata dandome su verga para que se la mamara. Pensé al fin probare una leche de otra gente y se la empecé a mamar, como podía, y Renata corrigiéndome, según lo hacía mal, hasta que se vació en mi boca y pude tener en mi boca una leche caliente, viscosa y lo principal sabrosa. Me la trague toda y seguí succionandole la verga hasta que ya dejó de salir leche.
Nos separamos, me quitó la ropa y me dijo que tendría que lavarla y que para la proxima le pidiera unas prótesis mamarias en lugar que esos globos tan horribles que me había puesto y se veían peor. Me quedé desnuda en su sala mientras ella se encargaba de la ropa de mi mamá. Me quede pensando que ya nada sería igual y que ella sería mi maestra....
Continuará........