Un Hecho que Cambió mi Vida (7)
Después de haber ido a la casa de mi enamorado, pasaron muchas cosas que cambiaron el rumbo de mi vida
Después de dormir un rato en la alfombra, con el hombre que me había hecho gozar como loca, hasta ese momento, despertó. Resultó ser una maquina sexual. Me hizo gozar en distintas posiciones, y me la metió cuantas veces quizo y como quizo. Pero cosa rara nunca tuve dolor o molestias en mi culito. Esa noche tomé tanta y deliciosa leche como nunca había imaginado que se podía hacer, y lo mejor, de un solo hombre y que sabía muy rico. No me cansaba de comerla.
Pero todo lo que empieza tiene que acabar y eso acabó. Despues de haberlo hecho, por último, sentandome en su gran verga y haber recibido ya las últimas gotas de esos huevos tan llenos de esperma. Me dijo que ya no había más.
Nos metimos a bañar y por fin pude admirar eso cuerpo perfecto, que como cereza en el pastel tenía una larga, gruesa y cabezona verga, esa cabeza parecía una naranja pequeña, con aspecto de casco de bomberó, con una curvas perfectas. Me agache y le dí unos besos, por agradecimiento y por golosa, pero aquella masa inerme no se pudo poner otra vez lista para la batalla, no despertó. Entonces insistí y me la metí, casi, completa en la boca y ni así respondió. Me dijo mi galán que ya no insistiera que no se pondría dura hasta después de haber descansado varias horas. Pero aún así todavía se la mame por unos minutos más como agradecimiento por tanta felicidad que me había dado durante toda la noche.
Me secó con una toalla, al llegar a mis nalgas no perdió la oportunidar de darme otra mamada en mi culo. Ésto hizo que se me pararan aun más las nalgas y que tomara su cabeza con ambas manos y tratara de meterla completa en mi culo. Desgracidamente, únicamente fue la lengua la que entró hasta sentir sus labios en mis arruguitas de mi hermoso fundillito. Así estuvo un momento hasta que logró que tuviera el último orgasmo.
Me vestí con ropa que tomó de un gran guardarropas. Fue un vestido plateado que quedó como si fuera mi segunda piel, hacía resaltar mi silueta, mis nalgas se veían preciosas. Luego nada más me puso una pantimedias también plateadas y unas sandalias de plataforma tambien plateadas. Dispuso una equipo de maquillaje y me dejó a solas para que me pudiera maquillar sin prisas. Me peiné mi pelo, que ya me lo había dejado crecer y lo había teñido de rubio, en una cola de caballo.
Salí vestida así. El me dijo tantas palabras cariñosas que hizo que me sonrojara. También me dijo que el acostumbraba acostarse únicamente una sola vez con cada mujer que escogía. Así que esta había sido la primera y última vez que nos veíamos, que no lo buscara. Le dijo a su chofer que me llevara a donde quisiera. Me subía su auto de lujo.
Así,llegué a mi casa. Más que cansada, feliz por lo que había pasado. Hablé con Renata y le conté lo que me había sucedido. Me contestó que eso era poco para lo que me esperaba. Pero, más contenta me puse cuando abrí mi bolsa de mano y encontré 5,000 dolares. Únicamente le día a Renata 1000 dolares y guardé el resto. Para lo que seguía siendo mi siguiente paso, operarme para tener una vagina.
Mi cuerpo coninuó cambiando de aspecto, gracias a las hormonas femeninas que me aplicaba Renata. Ya era practicamente imposible que tuviera una erección y menos que tuviera una eyaculación. Además mis pechos ya habían crecido tanto que podrían albergar unas protesis de una copa D o DD. Mi cintura se veía pequeña, en parte porque tenía poca grasa en el abdomen y debido a que mis caderas habían crecido hasta tener 101 cm. de diámetro, con una nalgas paradas que se cimbraban todas cuando caminaba y que se veían mejor con tacones altos.
Por los cambiso que estaba presentando, Renata decidió que ya era buen tiempo para ponerme unas protesis y aumentar mis tetas a un tamaño acorde con el resto del cuerpo. Me dijo que era bueno que no tuvieran que ponerme protesis en las nalgas, porque a veces se veían poco naturales. Así como las tenía se veían preciosas, muy ricas y que hacían que los hombre solos o acompañados por sus mujeres se voltearan a verlas.
Me llevó con el cirujano que había operado a Jessica. Éste se había quedado con la boca abierta cuando me vió, delante de él, desnuda. Me dijo que sí, que me convenian una protesis DD, que me quedarían magníficas, ya que mis tetas me habían crecido tanto con las hormonas que facilmente cabrían sin problema alguno. Me dió cita en una semana para llevar acabo la cirujía.
Fue al hospital y todas la enfermeras se quedaba admiradas de mi cuerpo. Me piropeaban y decía que como quisieran tener ese cuerpo. Algunos médicos decían lo mismo pero señalaban con las manos como si me estuvieran cogiendo. Por eso esa noche, con el médico de guardia me refocilé por un buen tiempo. Era guapo y sabía coger bien. Llegó a mi cama, en la ronda nocturna acompañado de la enfermera, después le dijo que lo dejara sólo porque tenía que hacerme una revisión más exaustiva. Me quitó la bata y me revisó por todo mi cuerpo. Luego me puso boca abajo y separó mis piernas mientras me decía que tenía que revisar bien ese hoyito porque de eso dependía el exito de la cirugía. Con sus dos manos separó mis nalgas hasta que pudo observar mi boton rosado, ya muy experimentado por haber sido cogido por una cantidad grande de hombres. Sentí que me puso algo húmedo en mi hoyito y después supe que era su lengua. La que movía en forma maestra, y me dió una muy buena cogida con ella. Entraba y salía por mi experimentado culo haciendo ver el cielo estrellado. Después me chupó, el culo, con un experto.
Después, me dijo que tenía que contar las arrugas que tenía, asi que con el dedo me acarició todo el rodete anal, al que le ponía lubricante que llevaba en una de las bolsas de su bata. Despues uso los dos dedos: índice y medio y con estos, en forma experta me dió una clase de masaje que casi hace que tenga un orgasmo. Al darse cuenta de ello dejó de hacerlo. Despues me metió los dos dedos lumbricados en mi cuevita y empezó a masajearme la prostata de una manera tan experta que entonces si logró que tuviera un orgasmo. Con su mano libre tapó mi boca para acallar el grito que iba a dar al estar teniendo esas sensaciones. Despues me acarició toda la espalda, desde el cuello hasta centímetros antes de mi hoyito. Y fue de una manera tan magistral que otra vez me calentó.
Entonces yo lo jale hacia mí y le bajé la bragueta y le dije ahora me toca a mí. Le saque una verga de regulare tamaño, aun poco rígida. Me la metí completamente en la boca hasta tocar con los labios sus pelos del pubis. Y empecé a darle una clase de chupada, que creo que nunca se la habían dado núnca, y cada vez que metía toda la verga en mi boca, el tomaba mis nalgas y las apretaba como si las quisiera amasar. Con mis manos tomaba sus nalgas y las atría hacía a mi, con lo que lograba meterme su verga completamente y casi hasta sus huevos, esa masa de carne roja crecía dentro de mí. Escuchaba como resoplaba y como, minutos después, toma mi cabeza con sus manos y empieza a cogerme por la boca hasta que se dá tremenda venida, parecía una manguera de bomberó, de alta presión que había perdido el control, asi que me lleno la cara, los labios, los parpados y el pelo con bastante esperma. Yo, con un dedo lo tomé, el esperma, de esos lugares y empece a saborearlo. Tenía un sabor un tanto alcalino, pero aun así me trague todo el que pude.
Después le pregunto de que si me encuentro en condiciones para la cirugía y el muy picaro me contesta - Pues todavía falta un exámen, pero eso lo voy a tener que hacer con ese instrumento que tienes en las manos, preciosa. Entendí el mensaje y empece a masturbarlo, para que ese intrumento se pusiera otra vez en posición de ataque y terminara lo último del exámen para saber si podría ser operada.
Pues no se que le hice que su verga se puso más rigida y más larga y gruesa. Debería ser porque ya estaba pensando que yo estaba preparando mi culo para recibir esa estocada o sería porque lo estaba masturbando con mucha delicadeza con las dos manos y metida la cabeza, de su verga, en mi boca. Pero, en fín, lo que cuenta es que se paró magnificamente. Asi que me levante de la cama y asi de pie y de frente a la cama coloqué mi cuerpo en la cama y mis pechos sintieron la dureza del colchón y miculo abriendose y cerrando esperaban sentir la dureza de la verga. Levanté lo más que pude mis caderas, para que pudiera tener mejor acceso de mi ojete. Y efectivamente con esa posición exouse mi capullo rosa a su entera satisfacción. Él, se lleno su verga con bastante lubricante, tan es así que cayeron gotas en el piso, y eso sería la única prueba que habría de la cogida que me iba a dar. Abrió mis nalgas con las dos manos, y antes de disponer de mi culo, me beso las nalgas y me dió la última chupada en mi ojete, calentadomelo y lubricandolo. Y luego puso la cabeza de su verga rozando mi cuevita y comenzó a cariciarmelo con esa cabeza redonda y dura hasta, que tenía su verga, y que al no poder aguantar más, el estar acariciando mi culito con su cabezota de su verga. Decidió luego, meter ese trozo de carne rígido poco a poco, en mi culito abierto y hambriento de verga. Senti como pasaba un esfinter y luego el otro y como se alojaba en mi recto, una verga de regular tamaño, pero muy rígida, y luego como movía sus caderas de adelante hacia atras y de atras hacia adelante, con un ritmo cadencioso. Hasta ir tomando cada vez más velocidad hasta lograr meterlo completamente en mi recto, sentía como su pubis golpeaba con mis nalgas y después de como los jugos de mi recto se combinaban son sus jugos preseminales y hacía un ruido parecido a una batidora. Continuó con este movimiento hasta que me llenó mi recto con semen, me puso practicamente una lavatiba de semen. Continuó moviendose hasta que su miembro quedo semiflacido y luego lo sacó. Lo iba a limpiar con una toalla, pero le digo que ese es mi trabajo, me volteo y me arrodillo y sin decir agua va, me sampo todo su verga y empiezo la labor de limpieza, con una buena mamada, hasta que le exprimo, completamente, la verga para sacarle todo el resto de leche que quedaba.
Al terminar, él de guardarse su verga y yo de ponerme la bata y acostarme le pregunto con sorna -¿Entonces si puedo operarme? y el me cotesta -Por su puesto ricura. Da media vuelta y sale, pero antes de cerrar la puerta me dice: Te veré después de que haya terminado la cirugía, a lo mejor necesitas que te ponga algo para la nausea.
Por la mañana, despues de un buen baño. Me pasan a sala de operaciones, donde el doctor me concedió mi deseo de tener unas tetas más grandes. Desperte en mi cuarto con una venda que cubría mi torax. Me dolía y la enfermera me pregunto si había dolor. Le contesté afirmativo y me dió por la vena alguna substancia que me hizo dormir. Cuando desperte estaba a obscuras. Mire alrededor y supe que estaba en mi cuarto de hospital. Me volví a quedar dormida. Por la madrugada siento que algo toca mi cara y se restrega en ella, esto me hace despertar y cual sería mi sorpresa que era el médico de la noche anterior y con lo que me despertó era su verga, que tomada de su mano me la pasaba por toda mi cara.
Al despertar completamente me dijo - Aquí esta tu medicina para el vomito. Le pregunto -¿Cuál medicina? y me contesta - pues esta. Y que me mete la verga a la boca. Le digo que ahora no quiero, pero el la mete afuerzas y comienza a cogerme por la boca. Este movimiento hizo que me empezara a sentir dolor en mi pecho. Y por más que lo quise retirar él seguía metiendo y sacando su verga de mi boca. Me sentía muy debil para luchar, pero tampoco quería que me la estuviera cogiendo por la boca, y que por más que le suplicaba, salín puros monosilabos de mi boca que estaba ocupada por esa verga que me estaba cogiendo, no se retiraba y dejaba de estar haciendo aquello. Entonces decidí darle una mordida. Dió un grito espantoso que hizo que la enfermera acudiera a mi cuarto y enciendiera la luz. Se dió cuenta de lo que sucedía: pues yo con mi cara descompuesta, llena de babas y lagrimas y él tomandose su verga con sus manos y profieriendo cuanta sarta de insultos, que le salían de la boca, por lo que le había hecho. Y más gritó cuando vió sus manos llenas de sangre.
La enfermera, dió la voz de alarma y el médico fue sacado por unos camilleros, pues de su verga salía abundante sangre y aullaba como si lo estuvieran matabdo. Mientras la enfermera limpiaba mi cara y me consolaba. Después de esto no me dejó ningun momento sola. Me decía palabras de consuelo. Le hablaron al director quien acudio prontamente.
Se hizo el escandalo grande. El director, que era el médico que me operó, dijo que no me cobraría si no hacía el escandalo grando. Quedamos de acuerdo que habría silencio sobre ese problema, por ambas partes. No cobró de la cirugía y no escandalo. Después de que se fue el director. La enfermera me dijo que que bueno que había hecho eso, ya que ese médico se propasaba con el personal y con las pacientes. Me dijo, también, según había escuchado casí le había arrancado la verga, del mordisco que le había dado. Así que tardaría mucho tiempo en recuperarse y quien sabe si le volviera a servir su instrumento.
Tres días despues fuí dada de alta, mi pecho estaba bastante mayor, que el que tenía anteriormente, por la inflamación y moretones que presentaba, pero aun así al quitarse todos esto quedaría bastante más grante que antes. Salí únicamente con una bata casi transparente, de color rosa, sin ropa interior. Así que iba causando sensación mientras recorría los pasillos del hospital hasta la salida. Con esas cosas superiores y con esas cosas inferiores que estabn tan superiores pues era una delicia el voltear a verme y yo me contoneaba más para que a nadie pasara desapercibida. Me sentía como una reina con corona nueva, aunque ahora tenía tetas nuevas y hermosas, pues el médico había hecho muy buen trabajo y no se notaban cicatrices.
Llegue a la casa de Renata y no le mencioné lo que había sucedido, ya que había hecho un pacto. Renata me dijo que para poder operarme de alla abajo tendría que trabajar duro en el teatro y fuera de el. Pero ella no sabí que tenía todo mi dinero completo. Así que comence hacer planes de cuando me iría a operar y en donde. Y como el único que conocía era al director del hospital donde me habían operador, pues tendría que regresar ahí.
Cuando me recuperé de la cirugía, en el teatro, me dieron el papel principal del espectáculo. Asi que mis ingresos aumentaron y ya pude escoger mis amantes ocasionales y estos fueron hombres más poderosos que les encantaba las mujeres como yo, con ese extra, aunque ya no tuviera erección y tuviera que salir únicamente con los activos que tambien eran muchos. Yo era 100% pasiva. Si hubiera podido me hubiera pajeado delante de un espejo, pues mi cuerpo lucía expectacular. Y lo mejor es que como no había cicatrices visibles y las tetas tenían un movimiento natural, pues parecían que había nacido con ellas. Todo lo mío me gustaba, nada más había algo entre las piernas que me incomodaba, eran mis huevos, que ya no producían esperma, y ese pellejo colgando, remedo de verga. Por lo que mi siguiente paso sería operarme para ser una mujer completa.